Interesantísimo artículo de» TIA publicado hoy en la fiesta de San Patricio, y que también hoy en su festividad traigo al blog. Nos hace pensar y al mismo tiempo excita nuestra curiosidad sobre el sentido y el tiempo del cumplimiento de la Visión de San Patricio.
Por P.. William B. Morris
La conversión de los irlandeses al cristianismo no sólo fue llevada a cabo con extraordinaria rapidez, sino que a esta primera gracia de Dios se añadió otra casi igual de grande, es decir, la presencia con sus hijos durante mucho tiempo del Gran Patriarca. Otros apóstoles han tenido que dejar su trabajo para que fuera seguido y terminado por sucesores suyos, pero durante 59 años después de que el poder del paganismo se había quebrantado en Tara, San Patricio presidió como indiscutible Pontífice y Maestro la Iglesia de Irlanda. Vivió lo suficiente para ver canas en las cabezas de aquellos a quienes él había bautizado de niños, por lo que tuvo tiempo de organizar y consolidar esa Iglesia naciente, con la creación de un clero nativo.
La prueba de esto se extrae de frases sueltas de los escritos de San Patricio. En ellos se alude a los miles de hombres ( Tota Millia hominum ) a quien había
bautizado. «Estoy en gran deuda con Dios, que me ha dado la gracia de que multitudes por mi ministerio hayan renacido para Dios, habiéndose luego confirmado. Y que, para este pueblo que el Señor ha tenido a bien llegara a la fe últimamente, hubiera ya ordenados clérigos en todas partes. «(Conf., C. IV, § 18).
No parece haber ninguna duda de que San Patricio se retiró del gobierno de la Sede de Armagh muchos años antes de su muerte, probablemente en 455, y durante el largo intervalo entre ese período y su propia muerte vio a cuatro obispos que se sucedieron en la Sede. Sesenta años de gobierno eclesiástico de Irlanda dio tiempo a San Patricio , no sólo para enseñar la fe, sino para establecer tradiciones. Los gobernantes de la Iglesia durante este largo período de tiempo fueron sus hijos espirituales, así que mientras una generación pasaba, y le sucedía otra, no hubo ningún cambio o alteración en la vida de esa Iglesia, que tenía toda su organización y disciplina, así como sus doctrinas, como venidas de un solo hombre. El mismo poder prodigioso, que desde un principio había quebrantado cualquier oposición, preservando la unidad y la paz, cuando toda lucha se había acabado, hizo la obra de San Patricio parecerse a la Iglesia naciente de Judea, donde «la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.» …. Los últimos años de la vida del santo los pasó en su mayor parte en Saul de Armagh, donde él se retiró viviendo en estrecha unión con Dios, y de nuevo gustó los placeres inefables de su juventud, cuando su alma, estaba desposada con Dios en la soledad de Slemish durante su cautiverio en la isla esmeralda. Sólo en sus últimos días se le revelaron las luces que le habían sido concedidas, y las gracias que había obtenido para sus hijos. Una vez el Santo tuvo una gran visión, en la que se le dieron a conocer el estado actual y el futuro de la Iglesia de Irlanda. En primer lugar, vio a toda la tierra, por así decirlo, como un gran horno cuyas llamas alcanzaban el cielo y oyó claramente la voz de un ángel que decía: «Este es ahora el estado de Irlanda a los ojos del Señor».Después de cierto tiempo, en lugar de este incendio que llegaba a todas partes, vio montañas de llamas aquí y allá sobre la tierra, como antorchas brillantes, que con sus luces centelleantes brillaban en una oscuridad cada vez mayor. Por último, vio unas brasas ardiendo enterradas profundamente en la tierra. Luego se escuchó una voz angélica, que decía: estos son los sucesivos estados del pueblo irlandés en los tiempos que vendrán. Entonces, mientras rodaban lágrimas por sus mejillas, el Santo repitió muchas veces aquellas palabras del salmista: «¿Entonces Dios nos echará de Sí para siempre? ¿ Ya nunca más nos será propicio ? ¿O se ha acortado para siempre la misericordia que tuvo de generación en generación? ¿O será que Dios se olvidará de mostrar misericordia? ¿ Él clausurará sus misericordias? » El ángel le respondió que mirara hacia el norte, y que allí vería la mano del Altísimo. El santo alzó sus ojos, y he aquí, que en Uladh (Ulster) aparecía una luz , que invadía durante mucho tiempo la oscuridad, hasta que al fin toda la isla se llenó con el resplandor de su gloria, e Irlanda volvió a su primer estado en que toda ella era penetrada por fuego. (Acta SS ., p. 575).
Cuando Jocelyn escribió esto en el siglo 12, eran frecuentes las interpretaciones conflictivas de esta visión. Los días de oscuridad fueron tomadas por algunos como los terribles días de la persecución danesa en el siglo noveno. La luz que se inició en el Ulster se tenía por algunos como figuración del gran San Malaquías, primer obispo de Down en el Ulster y legado en la Santa Sede ante InocencioII, cuya vida y trabajos fueron escritos por su amigo San Bernardo. Los invasores ingleses afirmaron con atrevimiento que la luz era figura del estado de cosas que ellos habían introducido. Pero Jocelyn se abstuvo de emitir cualquier opinión sobre el tema.
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