«Ellos PRETENDEN representar a LA IGLESIA pero en realidad, ellos mismos se han salido de ella y se pierden. Aunque los CATÓLICOS fieles a la TRADICIÓN se reduzcan a un puñado ellos son la VERDADERA Iglesia de Jesucristo…» – (SAN ATANASIO)
Homilía de San Atanasio contra los que consideran al número como prueba de la verdad o que no juzgan de la verdad sino por el número
De Dios debemos esperar la fuerza y las luces necesarias para combatir la mentira y el error y a Él recurriremos para obtenerlas. Él es el Dios de la Verdad, Él nos ha sacado del seno del error y de la ilusión, Él nos dice en el fondo del corazón: «Yo soy la Verdad«, Él sostiene nuestra esperanza y anima nuestro celo, cuando nos dice: «Tened confianza, Yo he vencido al mundo«.
Después de eso, ¿cómo no sentir compasión por los que sólo miden la fuerza y el poder de la Verdad por el gran número? ¿Han olvidado por consiguiente, que Nuestro Señor Jesucristo no eligió sino doce discípulos, gentes simples, sin letras, pobres e ignorantes, para oponerlos, con una misericordia totalmente gratuita, al mundo entero y que no les dio, como única defensa, sino la confianza en Él? ¿Ignoran acaso que les dio como instrucción a estos doce enviados, no el seguir al gran número, y a esos millones de hombres que se perdían, sino ganar a esa multitud y comprometerla a seguirlos? ¡Cuán admirable es la fuerza de la Verdad! Sí, la Verdad es siempre vencedora, aunque no esté sostenida sino por un número muy pequeño. No tener otro recurso sino el gran número, recurrir a él como a una muralla contra todos los ataques, y como a una respuesta para todas las dificultades, es reconocer la debilidad de su causa, es convenir en la imposibilidad en que se está de defenderse, es, en una palabra, reconocerse vencido. ¿Qué pretendéis, en efecto, cuando nos objetáis vuestro gran número? ¿Queréis como en otro tiempo, levantar una segunda Torre de Babel, para tener a raya a Dios y atacarlo en caso de necesidad? ¡Qué ejemplo el de esa multitud insensata! Que vuestro gran número me presente la Verdad en toda su pureza y su brillo, estoy dispuesto a rendirme y mi derrota es segura; pero que no me dé como prueba y razón nada más que su propio gran número y su autoridad: es querer causar terror y dar miedo, pero de ningún modo persuadirme. Cuando diez mil hombres se hubiesen reunido para hacerme creer en pleno día que es de noche, para hacerme aceptar una moneda de cobre por una moneda de oro, para persuadirme a tomar un veneno descubierto y conocido por mí, como un alimento útil y conveniente, ¿estaría obligado por eso a creerles?
Por consiguiente, puesto que no estoy obligado a creer en el gran número, que está sujeto a error en las cosas puramente terrestres, ¿Por qué cuando se trata de los dogmas de la religión y de las cosas del cielo, estaría yo obligado a abandonar a los que están apegados a la Tradición de sus Padres, a quienes creen con todos los que han sido antes que ellos, lo que se ha creído en los siglos más remotos, y confirmado además, por la Sagrada Escritura? ¿Por qué, digo, estaría yo obligado a abandonarlos para seguir a una multitud que no da ninguna prueba de lo que afirma? ¿Acaso el Señor mismo no nos dijo que había muchos llamados, pero pocos escogidos; que la puerta de la vida es pequeña, que la vía que lleva a ella es estrecha y que son pocos los que la encuentran?
Por consiguiente, ¿cuál es el hombre razonable que no prefiriese ser de este pequeño número, que entra a la vida eterna por ese camino estrecho, a ser del gran número que corre y se precipita a la muerte por el camino ancho? ¿Quién de vosotros, si hubiese estado en los tiempos en que San Esteban fue lapidado y expuesto a los insultos del gran número, no hubiese preferido e incluso no hubiese deseado ser de su partido, aunque él estuviese solo, antes que seguir al pueblo, que por el testimonio y la autoridad de la multitud creía estar en la verdadera fe?
Un solo hombre de una probidad reconocida merece más fe y más atención que otros diez mil que no cuentan sino con su número y su poder.
Buscad en las Escrituras y encontraréis las pruebas. Leed el Antiguo Testamento, allí veréis a Fineés [nieto de Aarón, Éxodo 6,25] quien se presenta solo ante el Señor, solo apacigua su cólera y hace cesar la matanza de los israelitas, de los que acababan de perecer veinticuatro mil. Si se hubiese contentado con decirse entonces, ¿quién osará oponerse aun número tan grande que está unido para cometer el crimen? ¿qué puedo yo contra la multitud? ¿de qué me serviría oponerme al mal que cometen con voluntad plena? ¿habría obrado valientemente y habría detenido el mal que cometía el gran número? No, sin duda, el resto de los israelitas habría perecido y Dios no habría perdonado a ese pueblo gracias al celo de Fineés.
Es necesario, por consiguiente, que se prefiera el sentimiento de un hombre con probidad, que obra y habla con la libertad que da la Religión, a las opiniones y a las máximas corrompidas de una multitud.
En cuanto a vosotros, seguid si queréis al gran número que perece en las aguas y abandonad a Noé, el único que es conservado; pero al menos no me impidáis salvarme en el Arca con el pequeño número. Seguid si queréis al gran número de los habitantes de Sodoma; en cuanto a mí, yo acompañaré a Lot; y aunque él esté solo, no lo abandonaré para seguir a la multitud de la que se separó para buscar su salvación.
No creáis, sin embargo, que desprecio el gran número; no, lo respeto, y sé los miramientos que hay que tener con él: pero es ese gran número que da prueba y hace ver la verdad de lo que afirma, y no ese gran número que teme y evita la discusión y el examen; no ese gran número que parece siempre dispuesto al asalto y que ataca con orgullo, sino ese gran número que reprende con bondad; no ese gran número que triunfa y se complace en la novedad, sino ese gran número que conserva la heredad que sus Padres le han legado y está apegado a ella. Pero, en cuanto a vosotros, ¿cuál es ese gran número del que os jactáis? Qué decir de los individuos vencidos, seducidos y ganados por las caricias, los presentes, de los individuos enceguecidos y arrastrados por su incapacidad y su ignorancia, de los individuos que, unos por timidez y otros por temor, sucumbieron ante vuestras amenazas y vuestro crédito, de los individuos que prefieren un placer de un momento, aunque pecando, a la vida que debe ser eterna.
¿Así, por consiguiente, pretendéis sostener el error y la mentira por medio del gran número, y establecerlo con perjuicio de la Verdad, que un grandísimo número no enrojeció en confesar públicamente a expensas de su vida? ¡Ah, por cierto, hacéis ver la magnitud del mal y hacéis conocer la profundidad de la llaga, pues la desgracia es tanto mayor cuanto más individuos se encuentran envueltos en ella!
«No sigáis la muchedumbre para obrar mal, ni el juicio te acomodes al parecer del mayor número, si con ello te desvías de la verdad»
SAN ATANASIO («OEUVRES», París, 1698, T. ii, PP. 561-563). (Reproducido en la Revista «ROMA», nº 113, Mayo de 1990)
Visto en Católicos alerta
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¿no estaba entre esos 10.000 Liberio? Si así fue erró. La prueba, salvo que se demuestre la falsedad, no con conjeturas achacándolo a enemigos sin desenmascarar cuyos argumentos sirven a nuestros propios juicios pre establecidos, es esta:
Denzinger – Hünerman, El Magisterio de la Iglesia, Enchiridion,… 138.:
«Carta «Studens paci» a los obispos orientales, en la primavera del año 357
En el compromiso por la paz y la concordia de las Iglesias, después de haber recibido la carta de vuestra caridad sobre la persona de Atanasio y de los demás, dirigidas a la persona del obispo Julio de buena memoria, siguiendo la tradición de los predecesores, mandé desde aquí a Lucio, Pablo y Heliano, presbíteros de la ciudad de Roma, a Alejandría al mencionado Atanasio, para invitarlo a venir a la ciudad de Roma, a fin de que en su presencia fuera establecido respecto a él lo que se ha desarrollado como disciplina de la Iglesia. Mandé a él por medio de los mencionados presbíteros también una carta en que se explicaba que, si n o viniese, supiera que quedaba excluido de la comunión con la Iglesia romana. Al regresar, pues, los presbíteros refirieron que no quería venir. Entonces he seguido la carta de vuestra caridad, que nos habéis mandado a propósito del mencionado Atanasio, y saber por medio de dicha carta, mandada a fin de mostrar unanimidad con vosotros, que estoy en paz con todos vosotros y con todos los obispos de la Iglesia católica, mientras el susodicho Atanasio queda excluido de la comunión conmigo, o sea con la Iglesia romana y de la conformidad de los escritos y de las incumbencias eclesiásticas»
Ergo, cuando el Papa no ejerce el magisterio de forma infalible, bien porque no lo desea ejercer, bien por que no cumple con las condiciones claramente establecidas en el Concilio Vaticano II, puede errar.
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Lo anterior es La Carta «Studens paci» del Papa Liberio a los obispos orientales, en la primavera del año 357
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Mi estimado Sofronio:
En primer lugar manifestarle mi alegría porque ha vuelto a comentar en este blog. Creí que ya no lo haría porque dejó sin respuesta algunos comentarios e interpelaciones que se le hicieron.
En segundo lugar tengo quer decirle que el Denzinger que Ud. usa D-Hünerman es bastante sospechoso de acuerdo con la clara afiliación modernista de Hünerman. No puedo precisarle pero creo recordar que escribí algo sobre ello hace tiempo que dejaba en evidencia la tendenciosidad del autor en sus notas, omisiones etc-(revise lo que dice al comienzo de la Pascendi sobre el modernismo). Siempre lamentaré las 14 000 pesetas que dilapidé haciéndome con un ejemplar que ahora no tengo a mano. Su cita me hubiera gustado más si proviniera de la edición de 1963 o anteriores.
Sobre lo que dice Ud. del papa Liberio (aunque no nombra la palabra herejía) supongo le gustará lo que en un Comentario Eleison sugiere(aunque no lo diga formalmente) Mons. Williamson, que suscribe-como toda la FSSP- su pensamiento sobre los errores de los papas, dirigiéndose a Mons.Ocáriz:
Pero, Monseñor, ¿qué me dice del conjunto de los obispos Católicos que siguieron la herejía Arriana bajo el Papa Liberio? . La cita está tomada del post de este mismo blog ¿Fue hereje el papa San liberio? en la que precede una introducción escrita por mí, que reza así:
Encontramos, con frecuencia, afirmaciones que dan por sentado el carácter herético del papa San Liberio, puesto que habría profesado el arrianismo, o a lo menos lo habría tolerado sin alzar la voz en defensa de la ortodoxia. Con esto se pretende cerrar los ojos a herejías o doctrinas erróneas contra la Fe, en papas a los que se daría total legitimidad, al mismo tiempo que se les resistiría. Una posición que ciertamente parece un tanto contradictoria.
En el último “comentario eleison” de Mons.Williamson tal como lo he visto en Ecce Christianus se lee lo siguiente: …. [dice el teólogo Mons. Ocáriz]los obispos Católicos tienen “ el carisma de la verdad, la autoridad de Cristo y la luz del Espíritu Santo”Negarlo, dice, es negar algo que pertenece a la esencia misma de la Iglesia. Pero, Monseñor, ¿qué me dice del conjunto de los obispos Católicos que siguieron la herejía Arriana bajo el Papa Liberio? .
Me gustaría que Ud. leyera el post entero.
Copio esto: Convoca un concilio en Roma, hace leer las cartas de los Obispos de Oriente y las de los obispos de Egipto, escucha los dichos de las dos partes, y, suficientemente informado sobre la causa, clausura los debates y declara la acusación hecha contra Atanasio desprovista de todo fundamento<
He aquí otras citas:
En 355, el oficial Eusebio al principio, el mismo emperador enseguida, presionan a Liberio para que condene a quién ellos ven como su enemigo personal. ¿Cómo, les ruego”, responde Liberio, “ podré actuar así para con Atanasio? ¿Cómo podemos Nos condenar al que dos concilios reunidos de toda la tierra han declarado puro e inocente, aquél que un concilio de Roma ha despedido en paz? ¿Quién nos persuadirá de separar de Nos, en su ausencia, a aquél que, en su presencia, Nos hemos admitido a la comunión y recibido con ternura? (…)” Ningún lugar para la excomunión; todo está lleno, al contrario, de pruebas de la más sincera adhesión”
Expulsado de Roma por el emperador que había nombrado al antipapa Felix II en su lugar, ocurre la pregunta ante su deseada vuelta,sobre Liberio:
¿San Liberio habría hecho concesiones doctrinales al arrianismo, con el fin de poder retornar de su exilio?
Se objetará que San Atanasio habla de la caída de Liberio, y en su Apología contra los arrianos, y en su Historia de los arrianos dirigida a los solitarios; pero todo el mundo conviene en que la Apología ha sido escrita como muy tarde en 350, es decir dos años antes que Liberio fuera papa. La parte en la que se habla de su caída, es pues evidentemente una adición posterior, hecha por una mano extraña y poco hábil, pues lejos de dar fuerza a la Apología, la vuelve inepta y ridícula
Hemos visto que durante su vida, los arrianos pergeñaron una carta de San Atanasio a Constancio,. Lo que ellos pudieron hacer durante su vida, lo han podido hacer más fácilmente después de su muerte” (padre René François Rohrbacher: Historia universal de la Iglesia católica, 1842 – 1849, t. II, p. 167).
Los arrianos falsearon escritos de San Atanasio, de San Jerónimo, de San Hilario y del mismo San Liberio (análisis detallado en Constant, t. 1, p. 294 – 349).
Que San Liberio haya caído en la herejía arriana y que haya excomulgado a Atanasio es una invención forjada por los falsarios arrianos.”La historia de los arrianos presenta una colección de falsificaciones de todos los grados: Insertan subrepticiamente una letra en una palabra para alterar el sentido. (…) Tachan firmas (…) Agregan secretamente artículos a decisiones tomadas en público (…) Inventan cartas. Hemos visto las atribuidas a Liberio. Atanasio también se vio alcanzado por este género de prueba: “Cuando supe que los arrianos aseguraban que yo había escrito una carta al tirano Magnencio y que decían incluso tener una copia, me puse fuera de mí; pasaba las noches sin dormir, atacaba a mis denunciadores presentes; daba fuertes gritos y rogaba a Dios con lágrimas y sollozos que vosotros pudierais escuchar favorablemente mi justificación” (San Atanasio: Apol. Ad Const.). Otras veces forjan peticiones y simulan firmas. (…) En fin, dan el nombre de concilio católico a sus reuniones, y bajo esta apariencia publican sus propias actas ( Constant, t. I, p. 381-382
Hay que decirlo bien claro San Liberio no excomulgó a San Atanasio. De todo ello se han hecho eco los disidentes de Roma, como los jansenistas y sus hijos espirituales de la FSSP, que hacen como ellos: revisar la supuesta Tradición para resistir y denostar el papado, sosteniendo eso sí, que el papa es un papa verdadero. Sin estos embelecos, su posición sería absolutamente contradictoria. Lo mismo que lo es la de los modernistas que requieren a toda costa el error de los pontífices romanos para así propalar sus errores que vendrían a corregir el magisterio «supuestamente» no infalible (a veces dicen -como lo hace Benedicto XVI- que el magisterio anterior al CVII fue sólo para la época que fue dado y no para la nuestra, como sería el caso de la Pascendi, y el Sylabus. O sea que es algo relativista, válido para su época. Así lo observa Hüenerman, el reproducir la Pascendi.
«Es entristecedor leer, bajo ciertas plumas, que San Liberio hubiera sido arriano. Él tuvo el inmenso mérito de salvar, él solo, el universo católico entero. Que se había ensombrecido durante el arrianismo, cuando centenas de obispos reunidos en el conciliábulo de Rimini firmaron los textos susceptibles de una interpretación arriana. Él anima a los obispos de Rimini a retractarse. Cuando estos obispos lo hicieron, San Liberio informa a los obispos de Macedonia. Su carta merece ser citada, pues, leyéndola, no se ve cómo este papa canonizado podría ser tachado de arriano. Bien por el contrario, es de una santidad intransigente, lo que es todo a su honor y al honor del papado«.
«A manera de conclusión, una cita del antiguo historiador Teodoreto (Historia eclesiástica, libro II, c. 37): San Liberio fue verdaderamente “el ilustre y victorioso atleta de la VERDAD”.
Ahora bien por si le quedan a Ud. dudas ¿Puede afirmarse que esa carta que Ud. cita constituye un verdadero magisterio Universal, es decir dado a toda la Iglesia o más bien se trataría – posiblemente calumniosamente porque puede no ser verdad- de una contemporización con la herejía o una excomunión-una más de las tantas que han existido inválidas e injustas- pero que no afectan al magisterio ordinario universal de los papas?- Al parecer Ud. da a esa carta el valor de infalible como si ella dirimiera los estudios de los historiadores de los que arriba le he dado un ejemplo.
Amigo Sofronio yo tengo claro lo que se tiene que pensar del gran papa Liberio, como también tengo claro lo que hay que pensar del modernista Hünerman encargado de hacer la versión vaticanosegundista del Denzinger, comentando los textos con apreciaciones subjetivas que denotan a las claras su calaña. Igualmente me entristece que los de la FSSP no pierden comba en alinearse con herejes del pasado con tal de defender su inestable posición. Pregúnteles Ud. qué hay que pensar sobre el dogma «Extra Ecclesia nulla salus» y verá que sostienen doctrinas absolutamente ajenas al Magisterio infalible (ordinario y solemne) de los papas, como ya lo hiciera su fundador que llegó a decir que los que se salvan fuera de la Iglesia se salvan por ella aunque no estén en ella. O sea se salva todo quisque con tal de que sea bueno. Esto no es la doctrina y si se mira bien va contra todo el Magisterio y los doctores Santo Tomás y Belarmino y San Alfonso. Revise el libro que he puesto en la barra lateral que trata de este tema (en algunas cosas no estoy de acuerdo, como lo que dice del bautismo de deseo porque va contra el magisterio ordinario de los papas)
Me atrevo a sugerirle que vaya en mejores compañías y que no se alinee con los heréticos habidos desde los portestantes que intentaropn colar tesis como las suyas. El Concilio Vaticano I que Ud. cita deja bien claro en Dei Filius y Pastor Aeternus que los papas no han fallado nunca en la Fe y que su magisterio es infalible más allá de las cuatro notas que Ud.requiere explícitas en los textos, sin aceptar que los papas al enseñar a toda la Iglesia en materias de Fe y costumbres, las cumplen puesto que enseñan siempre desde la Cátedra de Pedro, aunque no revistan su enseñanza de solemnidad ni declaren explícitamente las dichas notas.
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Estimado Moimunan:
Excelente comentario, ¡lo ha bordado!
Ahí es donde se ve que la FSSPX, por haber planteado mal las cosas desde un principio, ha cometido los mismos errores que los fautores del cisma ortodoxo, utilizando los mismos argumentos, tomados de las mismas fuentes históricas contaminadas. ¿Cómo nos extrañará que los responsables del Patriarcado de Moscú hayan entrado en contacto con la misma Fraternidad, enviándoles uno de su obispos como emisario, proponiéndoles una integración en sus filas como metropolía independiente, afirmando rotundamente que tenían exactamente la misma postura que ellos, pero con un retraso de 900 años?(Sic).
El mismo error cometido por no pocos doctores a partir del S. XIV, que bajo la excusa de corregir algunos reales o supuestos errores de los príncipes eclesiásticos o seculares, redujeron de tal modo los derechos de esas potestades, que engendraron herejías tan pestilentes como el derecho de rebelión contra una autoridad legítima, el conciliarismo, la soberanía popular, y cincuenta movimientos de rebeldía como el de los Hussitas, los protestantes, los puritanos, que nos han llevado al mundo anticrístico actual. Precisamente para restaurar en las mentes el concepto tradicional de autoridad de derecho divino, tanto en el Pontificado como en los tronos reales, mando Cristo a santa Juana de Arco, a la que acabaron quemando esos eclesiásticos indignos como bruja, lo mismo que harían con los que ellos llaman sedevacantistas, si pudieran.
La ignorancia de la mayor parte de los adherentes a la FSSPX los excusa, pero si tuvieran que juzgar ante un tribunal del Santo Oficio a los clérigos de la misma, saldrían condenados por cisma o herejía sin lugar a dudas.
Ojalá los tres obispos firmantes de la carta anti-acuerdo tengan la valentía de revisar sus posiciones, y aún más, de explicarles esas cosas a los fieles, porque si no, se van a quedar perseguidos y en la calle, sin analizar los errores que los han llevado a ese fracaso, y condenados a repetirlos, para mayor utilidad de la falsa roma apóstata.
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Estimados ‘moimunan’ y Fray Eusebio:
Decirles, en primer lugar, que sigo su interesante blog y todos los días le doy una miradita. Sin embargo, hay muchos días-la mayoría- que no tengo ni un minuto más para responderlos, ya que como saben tengo que nutrir mi web, escribir otros artículos de apostolado, y por supuesto lo primero la vida de oración, y el trabajo de cada día, gracias a Dios.
Sobre este asunto de hoy, ya con solera, es evidente que tenemos un desacuerdo que me parece insuperable. Bueno, las cartas están echadas y ninguno parece convencer al otro. En muchas cosas sin embargo hay coincidencia. Créame que he estudiado su posición de sede vacante con detenimiento, pero con sinceridad no me convence. Lo que no quita para que no respete su tesis, y desde luego no la considero desde mi punto de vista cismática, ni muchos menos la trato con desprecio, ya que considero que con ardor buscan la verdad, en medio de esta crisis terrible.
Con Fray Eusebio tengo otro asunto más de divergencia: su tesis del origen cántabro del pueblo hebreo, vieja y voluminosa tesis escrita, claro está, por un cantabro, eso sí , con bastante erudición. De Galilea puede venir Cristo a pesar de la duda del apóstol, pero de Cantabria no me creo que surja el Pueblo Elegido. Lo digo por soy cántabro (jaja). Pero en fin, tal aserto, el mío o el suyo, sobre este asunto de los orígenes nada aporta, según mi modesta opinión.
Sigan escribiendo, que a todos nos alimenta, aunque en algunos aspectos no estemos de acuerdo, porque ayuda a tomar conciencia a muchos de la dimensión de la crisis. Ya que sin conciencia, difícil resulta la inquietud por secundar la gracia de la reforma verdadera o contrareforma.
Por cierto, no pertenezco a los fieles de la FSSPX, aunque conozco a algún sacerdote de entre ellos. Mi posición práctica es muy personal, de manera que ni yo mismo me puedo encasillar en nada.
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Mi muy estimado Sofronio:
El convencimiento en los seres humanos, siempre es resultado de una multitud de factores, bastantes de los cuales son incontrolables hasta para el que los sufre, por lo que entiendo perfectamente las dificultades que tiene en admitir la postura que aquí proponemos. Lo importante es que somos todos católicos, queremos someternos lo mejor posible a una Verdad que no depende de nosotros. Por uno u otro camino, creo que al final, llegamos al mismo resultado práctico, así que no sufre ni la Iglesia, ni la santa Caridad.
La tesis del origen cántabro, la he conocido a través del Prof. Ribero-Meneses, natural de Valladolid, creo, y sin que sostenga ni mucho menos todas sus conclusiones.
Aunque me parece que más que de origen del pueblo hebreo como tal, cabría hablar del origen de la primitiva humanidad, antes del Diluvio.Después del diluvio, uno de los hijos de Japhet, Túbal, fue el encargado de repoblar Iberia, mientras que Sem estuvo en el origen de lo que más tarde sería el Pueblo Elegido.
Si tiene la bondad, ya me dirá cual es el autor cántabro que sostiene ese origen cántabro de los hebreos, podría aportar alguna luz interesante, aunque sea con mezcla de error.
De lo que no cabe duda, es de la estrechísima relación que los antiguos hebreos mantuvieron con Sefarad, así como el ser solar de las casas reales más antiguas de la humanidad, entre ellas, lugar de refugio de la casa de Judá, tanto en la línea de Zara, (Zaragoza), como Farés (Brigantium), sobreviviendo en casas reales como la de Inglaterra, o nobiliarias, como la casa de Velasco.
Seguiremos comentando para utilidad de los que quieran asomarse a estos humildes instrumentos, con perfecta unión de almas y corazones, que es lo que deben procurar los católicos en tiempos tan negros, y a la vez, tan prometedores como los actuales.
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Estimado Fray Eusebio
Es cierto que el juicio de un autor no deja de ser verdadero porque los otros 99, sobre 100 suyos, sean locuras. En el caso del Prof. Ribero-Meneses la mayoría de sus teorías son alucinaciones, no parecen tener ningún fundamento científico y son de muy dudosa ortodoxia católica, cuando heréticos; por ejemplo, cuando asegura el autor en una entrevista concedida a ETB-2, que «Nuestros parientes más cercanos son los castores; ni monos ni puñetas» Esto está contra el dogma de la creación católico.
Respecto al nombre del autor cántabro, no lo recuerdo, porque hace muchos años que leí sobre el asunto, cuando esa tesis hacía furor entre algunos de mi terruño, allá por la época en que se requería definirse a toda prisa como una autonomía. El asunto sirvió a los intereses políticos para reforzar una identidad inventada como pueblo, que en realidad no había, salvo el de pertenecer a la nación española, siendo las montañas cántabras y astures el refugio natural último donde los mozarabes se refugiaron y desde donde empezó la reconquista católica contra los secuaces seguidores del Islam y del falso, y es posible hasta que inventado según recientes investigaciones, profeta Mohamed.
Tal vez fuera Rogelio Pérez Bustamante y González de la Vega, que aunque es nacido en León, su ascendencia vía materna es cántabra (Bustamante y de la Vega), o José Ramón Saiz, sedicente historiador y político cántabro, muy interesado en señalar una identidad cántabra en las nuevas taifas, que desgarraban a España en la transición o incluso el mismo Ribero Meneses, al que yo haya confundido con un cántabro.
Quien sin duda no ha escrito jamás sobre el asunto ni se ha sumado a él en comentarios es González Echegaray, bastante más serio y católico. Ni mucho menos habló nunca el que presidiera durante muchos años la Biblioteca Nacional, el más erudito del siglo XIX y principios del XX, el católico cántabro, éste sí, orgullo de nuestra tierra, D. Marcelino Menéndez Pelayo, que este año se commemora en centenario de su muerte, y cuya Historia de los heterodoxos Españoles, recomiendo leer y consultar: un monumento histórico en defensa de la catolicidad.
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Estimado Sr. Sofronio:
Sobre la tesis de marras («la Sede Vacante» (o urupada)) y dado lo que comenta Fr. Eusebio (acerca del convencimiento), me parece que es visible que se llega el momento de la definicion de posturas…
En ultima instancia, y llevando o llegando a las ultimas consecuencias, nos toparemos unicamente con esta disyuntiva:
«El que no esta conmigo, esta CONTRA Mi, y el que no recoge conmigo, desparrama»
De que sirve el tiempo?
El tiempo, es el ingrediente que hace pasar las cosas de la POTENCIA al ACTO… Luego entonces, la semilla que nos es desconocida, con EL TIEMPO, deja de ser tal y desconocida, para convertirse en ESPECIE DESARROLLADA que da FRUTOS…
Y si bien la semlla puede hacer dudar a alguno sobre su bondad o naturaleza, esta excusa desaparece CUANDO LLEGA EL TIEMPO… ya no hay entonces, excusa para la IGNORANCIA…
He ahi los frutos, he ahi el conocimiento… HE AHI LA RESPONSABILIDAD
Hubo ocasion de desarrollar este tema con otro webmaster… Quien, por cierto, TAMPOCO adquiere (o quiere adquirir) la conviccion de nuestra realidad actual…
http://clamareneldesierto.blogspot.mx/2012/05/inminente-regularizacion-canonica-de-la.html
Recordemos que son los apegos, los temores (cosas ‘ad intra’, que no son objetivias, ni pertenecen a la realidad objetiva) las que hacen que los hombres desprecien la Verdad por sus propias ideas o percepciones…
Ante la evidencia palpable («los muertos andan, los ciegos ven…») hubo quienes NO SE CONVENCIERON… por buenas «razones internas»… Pero, llegado el momento de lo IRREFUTABLE («Lazaro, sal fuera!»), ya no hubo para donde hacerse: o estar Con El o estar contra El
Y ya sabemos lo que paso…
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