Con ser Pío XII un pontífice extraordinario, que yo considero ejemplar y Santo, y cuya doctrina dada en innumerables ocasiones sobre los más diversos aspectos de la vida humana y que tocaba puntos concretos del dogma católico; sin embargo he oído en diferentes ocasiones un juicio nada benévolo sobre su gobierno de la Iglesia.
Este es el caso de la entrada que ahora subimos y que seguramente hará a muchos reconocer su opurtunidad. Nuestro comentarista Fray Eusebio de Lugo O.S.H, obsequia al blog con este comentario que traslado a continuación, que yo califico de importante y con el que, adelanto, estoy de acuerdo.
Por Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
Lo que me asombra, en el caso de Pío XII, es que siendo como era conocedor de todas estas cosas, y del terrible peligro en el que se encontraba la Iglesia de su tiempo, no fuera mucho más enérgico a la hora de tomar medidas de gobierno concretas , prácticas y eficaces contra todos esos prelados felones que infectaban todos los escalones de la Jerarquía eclesiástica, tomando el ejemplo de lo realizado por un san Gregorio VII, o un san Pío X, sin importarle los aspavientos hipócritas del mundo defendiendo a los suyos.
Precisamente el caso Montini es paradigmático: En 1954, Pío XII tuvo confirmación, a través del arzobispo luterano de Uppsala, de que Montini estaba siendo reo de un delito de alta traición, porque se dedicaba a pasarle a los soviéticos las identidades de los sacerdotes católicos infiltrados en Rusia.
Al saber la noticia, Pío XII casi se muere del susto, permaneciendo largos meses recluido, tanto que muchos temieron por su vida, y que los patrocinadores de Roncalli le avisaron de que tenía que prepararse a ser el Papa siguiente.
Un gobernante con redaños habría mandado al milanés a una celda de la Gran Cartuja con orden de no dejarlo salir en el resto de su vida, pero en vez de eso, lo mandó nada menos que a la venerable Sede de Ambrosio y Carlos Borromeo, donde no hizo sino intrigar a placer y destruir la obra de su antecesor, el santo Cardenal benedictino Ildefonso Schuster.
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