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OBLATIO MUNDA EN COMPOSTELA


En la antigua y entrañable ciudad de Santiago de Compostela hemos vivido algunos de los lectores de este blog unos acontecimientos que llenaron nuestra alma de fervor, y gratitud para con Nuestro Señor Jesucristo y Nuestro Señor Santiago. Fueron dos días verdaderamente indescriptibles, que seguramente dejarán en nuestra alma un recuerdo indeleble.

Nuestra querida amiga María Luz,  de quien aquí testimoniamos sus servicios a la causa de la Iglesia, nos invitó a reunirnos con ella y su esposo.

El motivo de la reunión es que la visitaba y se hospedaba en su casa, Monseñor Martín Dávila y Gándara. Venía de las entrañables tierras mejicanas donde la Tradición tiene un desarrollo muy aceptable. Sobretodo si lo comparamos con  el de España, que casi puede llamarse nulo. Son los frutos de la semilla dejada por  Mons. Carmona,  que tuvo una  vida llena de sacrificios, incomprensiones y persecución, incluso con peligro de su propia vida. Como se sabe Mons. Carmona, fue consagrado obispo por Mons.  Ngo Dhin Thuc. Quería el anciano obispo vietnamita que no se perdiera en el mundo la Sucesión Apostólica. Esto pasaría en el mundo si la herejía vaticanosegundista junto con la invalidez de las órdenes episcopales, después de haber sido el triste final del concilio junto con la alteración de los ritos conciliares, acaecidos en el año 1968, hubiera llegado a su humanamente previsible colofón.

Afortunadamente, Dios Nuestro Señor, cuya palabra nos aseguró la perennidad e indefectibilidad de la Iglesia, de manera que permaneciera hasta el fin del mundo, no solamente en una existencia llena de vida y plenitud, sino en el buen ser- sine macula et sine ruga– frente a los asaltos de la puertas del infierno, que como se sabe son las herejías que no han dejado de asaltarla en todas las épocas, pero particularmente en los años del concilio y posconcilio, cuando lograron la toma de la ciudadela, inficionándola en su interior y alterando e invalidando sus ritos; el providentísimo Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, puso los medios para que no sucediera la desaparición de la misma, que a los ojos de sus enemigos era una cosa cierta y segura.

Fue así como Dios dispuso que Mons. Pivaruna llegara a ser consagrado obispo por Mons. Carmona. Finalmente fue Mons. Pivaruna quien consagró obispo a Mons. Dávila. Ahora éste es el superior de la Sociedad Sacerdotal Trento,  compuesta de sacerdotes y fieles dedicados a preservar el Santo Sacrificio de la Misa y la Fe tradicional de la Iglesia. Él se define como obispo en misiones.  Aunque su  apostolado transcurre en Méjico, también atiende a células católicas, principalmente en Alemania y Checoeslovaquia. Quizás su ilusión fuera que también hubiera católicos, en la antigua acepción de la palabra, en nuestra querida España.  Pues aquí estamos nosotros para hacer sus sueños realidad.

Es evidente que Nuestro Señor Santiago, que plantó la Fe en nuestra patria, nos ayudará en el intento.

Paso a narrar brevemente los dos días que pasamos disfrutando de la conversación y unción de Monseñor.

El día 31, llegamos holgadamente a tiempo para asistir a la Misa celebrada por Monseñor.  Nos costó algo descubrir la casa de María Luz, en las afueras de Santiago, escondida en una densa floresta, a orillas de unos de los dos ríos compostelanos que abrazan  la ciudad, el río Sarela.  En ella nos dispusimos a asistir al Santo Sacrificio de la Misa, la Oblatio Munda,  fiel a los ritos que estableciera San Pío V y sin la mención que la ensucie del Una cum, quizás la única que en ese día se celebrara en España, desde hace mucho tiempo. Un aparador con la altura idónea, servía de altar. Presidía el crucifijo,   y por encima de él, un hermoso cuadro de aceptables dimensiones con el bajorelieve plateado de la Última Cena. La Misa codificada por San Pío V,  transcurrió en medio  de los presentes inundados de fervor, y solemnizada con las melodías gregorianas cantadas impecablemente por Fray Eusebio de Lugo, comentarista y autor de muchos posts del blog. Los cánticos gregorianos fueron los de la misa «De Angelis».

Un poco más tarde pasamos al comedor, donde María Luz nos obsequió con una espléndida comida, con platos típicos de estas tierras. La conversación fluyó espontánea y cordial, aleccionados de vez en cuando con las palabras humildes y sabias de Monseñor. Llegó la hora de la despedida pero con la certeza de vernos al día siguiente, día 1 de Noviembre festividad de Todos los Santos.

En ese día. muy solemne en España, llegamos a la ciudad, protegiéndonos de la lluvia que tantas veces está presente en Compostela. No dejamos de visitar al Apóstol cuyos restos guarda la Catedral románica desde el siglo XII,  y a quien dimos el tradicional abrazo. Por debajo del altar en la cripta, oramos un buen rato arrodillados ante la urna de plata con los restos del Apóstol.

Nos presentamos poco antes de la hora convenida para la segunda celebración de la Santa Misa. La Misa fue cantada enteramente. El altar estaba esplendoroso ornado con un enorme ramo de crisantemos amarillos y morados. Mons. Dávila tuvo una sentida plática en la que aludió a la fiesta del día, y también a Mons. Carmona, de quien se conmemoraba el aniversario de su muerte, hace ya 21 años. Es este hermoso día de todos los Santos, a las 8 de la mañana dejaba este mundo, el aguerrido apóstol y servidor de Jesucristo, gracias al cual Méjico cuenta con la floración de las semillas que él sembró. El momento de la comunión inundó nuestra alma de felicidad. ¡Cuánto tiempo hacía que nuestras comuniones fueron de deseo como lo prescribe el Concilio de Trento en caso de necesidad! Nosotros no despreciamos o minusvaloramos la comunión espiritual. Es una práctica que recomienda ardientemente San Alfonso María de Ligorio. De ella cuenta el santo en su libro «Visitas al Santísimo» lo siguiente:

» Manifestó el Señor a su sierva Paula Maresca, fundadora del Monasterio de Santa Catalina, en Nápoles, lo mucho que le agradan las Comuniones espirituales y los favores que en ellas concede, mostrándole dos vasos, el uno de oro y el otro de plata, y diciéndole que en el primero guardaba las Comuniones sacramentales y en el segundo, las espirituales».

Pero esta vez disfrutamos del oro purísimo de la Comunión «in re»  y no meramente «in voto» como hacemos diariamente. Si ésta nos procura las gracias llamadas «Ex opere operantis» o sea dadas según las disposiciones del comulgante, en la comunión sacramental se nos dan las gracias llamadas «Ex opere operato», o sea en virtud del propio sacramento.

Después de la misa, soberbiamente cantada-Misa «Fons Bonitatis«- por Fray Eusebio, el señor obispo procedió a impartir a uno de nosotros el sacramento de la confirmación, por el antiguo rito. Yo mismo hice de padrino. Fue emocionante apoyar mi mano sobre el hombro del confirmando mientras el señor obispo imponía sus manos sobre su cabeza y le ungía con los óleos santos. A mí me sirvió para rememorar la ceremonia habida en mi infancia y para revivir las gracias de aquel día, en que Cristo me añadió al número de sus combatientes, dotándome de fortaleza y de las gracias necesarias para  la firmeza en la confesión de la Fe.

Se repitió la comida fraternal presidida por el señor obispo. Me gustaría, si no excediera de los límites del post, explayarme en la conversaciones de los comensales, que inundaron el alma de  alegría y gozo. ¡Qué placentero es ver a los hermanos unidos en el amor! Yo traje a la consideración de todos la memoria de aquel santo enterrado en la ciudad mejicana de Puebla, incorrupto, que salió de tierras gallegas curado misteriosamente de la peste. Había sido dejado en el monte por su madre, para evitar el contagio, en espera de la muerte en una choza, adónde diariamente llevaba al joven la comida. Una vez en que por olvido quedó la portezuela abierta, penetró una loba. Ella lamió las bubas supurantes del joven y con ello quedó curado. Otro lazo del santoral que une a España y Méjico es el haber tenido dos santos crucificados en Japón. Ambos franciscanos y ambos portadores de la Fe. Fueron San Francisco Blanco y San Felipe de Jesús.

Por último, inmediatamente después de la comida, rezamos el rosario de María Santísima, ante la imagen de la Milagrosa. El señor obispo dirigió el rezo de rodillas, acompañado por nuestras respuestas a sus invocaciones a la Reina de los cielos. Monseñor Dávila une a su apostolado el hecho de ser un fervoroso propagandista del Santo Rosario. Léase para comprobarlo su escrito sobre el rosario, en el post que él mismo ha puesto en el blog mejicano  Tradición Católica «Excelencias del Santo rosario por las oraciones que contiene.

Por fin llegó la ceremonia de los adioses, todos conscientes, de que habíamos vivido uno de los más hermosos días de nuestra existencia. ¡Gracias sean dadas a Dios magnánimo y todopoderoso!

Seguro que Monseñor, habrá formado sus planes en orden a sembrar en nuestra España- de donde seguro se lleva alguna promesa para el ministerio- las semillas de la Tradición Católica, para que algún día florezca ininterrumpida la Oblatio Munda, junto con la restauración de la Iglesia.

Después  de la despedida todavía nos dio tiempo para hacer una visita a la Iglesia de los franciscanos. Fue un lugar bendecido por la presencia del mismo poverello de Asís.  Allí ocupó tierras del vecino monasterio de San Martín Pinario a cuyo Abad se comprometió a donar  anualmente unos peces del vecino río Sarela y algunos frutos del huerto.

En la magnífica Iglesia franciscana, de corte neoclásico pueden verse los altares dedicados a santos franciscanos: San Antonio, San Pascual Bailón, San Diego de Alcalá, el doctor subtilis Duns Scoto… En uno de los altares está el santo gallego San Francisco Blanco mártir en Japón con otros 27 compañeros, todo muertos crucificados.  Ese fue el final de nuestra visita compostelana.

4 respuestas »

  1. Tks por tan descriptivo post!…

    Da material para mas de una reflexion…

    Y si, estas tierras Mexicanas, han sido señaladas por el Cielo en multiples ocasiones…

    Grande es nuestra responsabilidad, ante Dios y ante aquellos a los que hay que heredar estos tesoros recibidos de lo Alto…

    Solo para comenzar, y como fundamento, pilar y soporte de lo que habria de venir, hizo JNS lo que «no hizo con nacion alguna»… el Retrato y la Presencia de su Madre (tal cual lo atestigua la temperatura constante de 38c en la imagen de la Guadalupana)…

    Estamos seguros que esa presencia, es parte de un misterio que aun no se ha desvelado del todo… Y por algo sera que el Occidente del Pais, los Altos de Jalisco, han sido cuna y semillero de martires que al grito de «Viva Cristo Rey» (http://eccechristianus.wordpress.com/2012/11/03/enciclica-iniquis-afflictisque-sobre-la-durisima-situacion-del-catolicismo-en-mejico/) se defendio la Reyecia, el Imperio de Cristo Rey sobre esta y toda nacion. Por algo Mexico fue el Reino de la Nueva España, y el occidente, la Nueva Galicia… Porque es bien sabido que fue gracias a los Reyes Españoles, a la Inquisicion Española, a las Casa Real que tantas glorias dio a la Cristiandad, que se continuio esa herencia espiritual en las tierras ultramar.

    Mexicano es uno de los primeros (si no es que fue el primero) sacerdotes en dar la voz de alarma sobre la ursupacion de la Petrina Sede: El Teologo de Hierro, el Doctor Saens y Arreaga, quien fue un confesor en toda la extension de la palabra. Este valeroso sacerdote Jesuita lucho, batallo y fue incansable hasta el final, en dar la voz de alerta y pregonar el Ortodoxo antidoto. Aunque hoy hay quien pregona que al final se «arrepintio» y que se «reconcilio con la iglesia oficial»… lo han dicho, pero, no lo prueban…

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  2. (O sea: me congratulo con Vds. por tan buena ocasion, y me uno a su festejo espiritual… Tks por la cita de Sn Alfonso Ma. Ligorio, que yo desconocia… y lo que tengan y publiquen de ese tipo de cosas, de conocimientos, de mensajes que nos transmiten los Doctores de la Iglesia (no los dudosos y erraticos mensajes de las vassulas, picarretas, valtortas, etc:) sera bienvenido y agradecido)

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  3. Hermoso relato,refleja la amistad que hermana en Cristo Jesús a los verdaderos Católicos.Pidamos a Dios todopoderoso que las nuevas generaciones conozcan la verdadera Fe, y se unan a ella.El Señor lo prometió.Misteriosamente y como El lo sabe hacer, se encargará de reunir y sacar de las catacumbas a su Esposa la Santa Madre Iglesia Católica.Amén.

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