IMPORTANTÍSIMO TEXTO SOBRE LA JUDAIZACIÓN DE LA MISA EN EL RITO CONCILIAR Y JUDAIZACIÓN DE LA ENTERA RELIGIÓN CONCILIAR
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Elocuente símbolo de la sacrílega judaización de la Misa cuyo logro más acabado es la misa delCamino Neocatecumenal
Nuestra querida lectora del blog y amiga, Filomena nos envía un correo con el siguiente texto esclarecedor e importantísimo de la obra que se cita. Extraigo de su correo lo siguiente: (Resaltados propios e imágenes propios))
..Sobre el contenido del tomo segundo de «La judaización del Cristianismo y la ruina de la civilización» de Federico Rivanera Carlés, lectura tan clarificadora y necesaria como dolorosa, por más que sepamos que el intento vano de destruir la obra Redentora de Cristo Nuestro Señor ha sido siempre el objetivo número uno de la Sinagoga de Satanás.
Este segundo tomo tiene 668 páginas. Hablando de la Santa Misa católica dice Rivanera Carlés :
«La única forma en que el sacrificio de la Cruz se reproduce nuevamente, de manera incruenta, es en la transubstanciación. Ésta no depende de la fe de los feligreses sino que es un milagro de Dios. La Misa católica, pues, no es un misterio : es un milagro sacrificial donde Cristo se hace visible en las especies transubstanciadas, (el pan y el vino). A la inversa, Dios Hijo está ausente de la misa post-conciliar, que de este modo es un rito no divino. Y como ha dejado de ser la renovación no cruenta del sacrificio de la Crucifixión, NO ES VERDADERA MISA SINO UNA CEREMONIA HERÉTICA Y JUDAIZANTE.
«Haberse atrevido a suplantar uno de los dogmas esenciales del catolicismo por una conmemoración judaica, ES UN SACRILEGIO que se opone al mandato de Cristo Dios en la Última Cena. El sacrificio expiatorio es rechazado en el post-conciliarismo como crueldad impropia de Dios (!) La Comisión Teológica Internacional, cuya presidencia ejercía el entonces cardenal Ratzinger, declaró, (se atrevió a declarar), que «la muerte de Jesús no es el acto de un Dios cruel que exige el sacrificio supremo» ; no es una re-compra de un poder alienante que ha hecho esclavos. Es el tiempo y el lugar en que Dios, que es amor y que nos ama, se hace visible. Jesús crucificado, continúa Ratzinger, proclama lo mucho que Dios nos ama, y afirma que, en este gesto de amor «UN SER HUMANO» ha dado un consentimiento incondicional a los caminos de Dios. (Al cristiano, dice Rivanera Carlés, siempre se le enseñó que Dios se hizo visible mediante la Encarnación del Verbo, pero ahora resulta que ello ocurrió a través de «un ser humano». Es decir, Catalina, que lisa, llana y desvergonzadamente, niega la divinidad de Cristo al sostener que era un simple hombre.»
«Hans Küng dice que es menester evitar la expresión «Sacrificio de la Misa» debido a que la Cena es en primer término una comida, no una repetición del sacrificio de la cruz. El abandono del carácter sacrificial explica que el sacerdote celebre la pretendida misa de cara al pueblo y de espaldas a Dios. En efecto, ya no se vuelve, junto con la congregación, hacia Oriente, donde murió Cristo, a lo que se agrega que el crucifijo se halla detrás del celebrante. La supresión del altar es también consecuencia de lo dicho. El hecho es mucho más grave todavía si se recuerda que EL ALTAR SIMBOLIZA NADA MENOS QUE CRISTO CRUCIFICADO Y TAMBIÉN EL SITIO DONDE ÉL DESCANSA SU CABEZA. Es decir, que Cristo Dios ha sido teológica y simbolicamente eliminado.
El nuevo altar, que sólo busca dar la impresión de que la idea del sacrificio persiste, no tiene Cruz, la representación sacrificial por excelencia, y se llama ahora «mesa del Señor«. En efecto, una mesa para la Eucaristía, la denominación post-conciliar, resulta claro que se origina en el ritual de la comida judía, ya que tal nombre coincide con la noción talmúdica de que, luego del año 70, la mesa familiar reemplazó al altar del Templo. «La mesa en la que se come representa el altar» sobre el que se ofrecían los sacrificios cuando el Templo estaba en pié. De ahí que el código legal judío afirma que «la mesa representa el altar«. Estos cambios, dice Rivanera Carlés, revelan la magnitud de la judaización de la misa llevada a cabo por los neo-judíos postconciliares.
El «dies dominica» representa, como se ve, la más absoluta oposición al judaísmo. Esto explica que el séptimo día fue convertido por la Iglesia de Roma en un día de ayuno y luto, así como de «execración de los judíos» por disposición de los Papas San Calixto (217-222), San Silvestre I (314-335) y San Inocencio I (401-417). El famoso decretal de San Silvestre ha sido norma de los Pontífices que le sucedieron :
» Si todo domingo debe ser celebrado con alegría por los cristianos en razón de la resurrección, TODO SÁBADO HA DE CONSIDERARSE COMO DÍA DE SEPULTURA PARA EXECRACIÓN DE LOS JUDÍOS. Porque todos los discípulos del Señor lloraron en sábado, gimiendo por el entierro del Señor, mientras que los judíos estaban exultantes de alegría. La tristeza se había hecho presa de los descorazonados Apóstoles. Por ende, contristémonos con quienes se contristaron por la sepultura del Señor, si es que deseamos alegrarnos con ellos mismos por la resurrección del Señor «.
Otro tanto ocurrió con el de San Inocencio I, fechado el 19-III-415, dirigido a Decencio, obispo de Gubio, en cuyo punto IV : «Que se ayune solemnemente los sábados» , (Quod rite omni sabbato jejunetur), recuerda que la Tradición de la Iglesia prohíbe celebrar los sacramentos ese día.
La historia de la salvación convirtió a Cristo en «el Señor de la historia«, título que la iglesia post-conciliar repite hasta el cansancio desde el Vaticano II, ha sido tomado de los judíos : » En el judaísmo, Dios es visto como el Señor de la historia». Tal pseudoseñorío es adopcionista, arriano y nestoriano. La historicidad de Cristo no es parte de una pretendida historia salvífica, sino que Él es el Verbo Encarnado que descenció a la tierra para redimir al mundo. El Dios de la historia de la salvación es el Dios de los judíos, continua Rivanera Carlés, es decir, un falso Dios que éstos utilizan como justificación de su pretendida elección para dominar el mundo. Semejante Dios sólo tiene miras terrenas, hasta el punto de que…. !estudia la ley judía! Esto es comprensible porque «debe acatar sus decisiones»….. , lo que adquiere rango de Ley. Y compromete no sólo al hombre, «sino también al propio Dios, lo somete a un orden objetivo, lo ata con las cuerdas que él mismo proporcionó. Dios exige del hombre respetar la Ley : !que Él dé el ejemplo de su propia obediencia! Dios concedió la Torá al hombre para que la estudie, la interprete y la aplique. Pero «el propio Dios aprende de la Torá» (!) en la Metivta dirkia, la Academia celeste, como dicen el Talmud, el Zohar y el Midrash. «La interpreta según las reglas fijadas por los sabios» (!) Cita las opiniones de sus comentadores terrestres y… , «está obligado a observar sus decisiones» . El sumum de la soberbia es esta frase verdaderamente satánica : «Es por eso que el Zohar afirma que el justo, es decir, el estudioso de la ley, gobierna sobre Dios«.
El judaísmo, dice un autor citado en nota a pie de página, es de este mundo. En lugar de llevar al mundo hacia Dios, «hay que traer a Dios al mundo»….. No hay otro lugar para Dios si no es aquí, entre nosotros. El Zohar afirma : «Puesto que el orden del universo se funda en el orden de la Torá, el dueño y maestro de la Torá queda así convertido en dueño y maestro del universo : lo conoce, dispone de él, realiza milagros en él y le conduce al destino que el Creador prescribió para él en el momento de los primeros acontecimientos» . Por eso los grandes rabinos reciben el título asaz significativo de «padres del mundo«. Y ciertamente que actúan como tales. El rabí Simeón ben Yohái dijo : «He visto personas superiores y son pocos. Si hay mil, yo y mi hijo (rabí Eleazar) somos de ellos ; si hay cien, yo y mi hijo somos de ellos ; si hay dos, esos somos mi hijo y yo….. Yo podría absolver al mundo entero desde el día en que nací ; y si mi hijo Eleazar está conmigo, «yo podría absolverlo desde el día en que fue creado». A su vez, el afamado rabí Hillel, cuya humildad ha entrado en la leyenda (!) , sostuvo nada menos que «si yo estoy aquí, todo está aquí» .
La historia de la salvación judaica tiene como eje la grave heterodoxia de que Cristo no ha completado aún su obra redentora, lo que acontecerá con la resurrección general y el Juicio Final. «Llegamos a la conclusión de que, en el anuncio de Jesús, el presente que se extiende más allá de su muerte, es ya el fin, pero esto no nos autoriza en absoluto a afirmar que Jesús es el fin de toda la Historia de la Salvación».
Afirmar que la redención de Cristo está inconclusa y que vivimos un «tiempo intermedio» hasta su culminación, es, lisa y llanamente, negar el Cristianismo. La espera subsiste, pues, dice Cullmann como en el judaísmo. Continuamos esperando del futuro lo que los israelitas esperaban de él. Los cristianos no esperan, dice Rivanera, y ésta es una de las diferencias radicales con el judaísmo, ya que el Ungido ha venido y llevó a cabo enteramente la Redención, la cual, por otro lado, nada tiene que ver con el mesianismo judío. La iglesia post-conciliar, basada en la doctrina de la salvación (judía), «espera la llegada del Mesías junto con los judíos«.

…padre del movmiento post-conciliar y ecuménico Ratzinger hace caso omiso de Cristo y del divino Magisterio..
Uno de los padres del movimiento post-conciliar y del ecumenismo, Ratzinger, hace caso omiso de Cristo y del divino Magisterio y afirma que «el verdadero éxito del ecumenismo….. consiste en la disponibilidad de «aprender del otro y dejar que el otro nos corrija….. quizá es deber nuestro convertirnos en la espina del otro y dejarnos purificar y enriquecer por otro». !Los herejes, judíos, ateos, etc. deben enseñar, corregir, purificar y enriquecer a los católicos. Häring llega a afirmar que la ortodoxia no sólo carece de importancia sino que es….. impía. El empecinamiento confesional, aunque se deba a una mala entendida lealtad a la propia Iglesia, se reconocerá más fácilmente como algo impío y trivial.
!Ya no es impía la heterodoxia sino la ortodoxia!
De cosas como estas está llena la obra de Rivanera Carlés. Muchas de ellas me recuerdan lo que se cuenta en la parábola de los viñadores homicidas, (versión de Mons. Straubinger), el Señor les pregunta a sus enemigos, (que son los mismos de hoy y de siempre), qué hará el dueño de la viña con los servidores que asesinan a su hijo muy amado, que esperaba que respetasen, el mismo Señor responde : «Vendrá y hará perecer a esos labradores, y entregará la viña a otros». Ellos, dice el Evangelio de S. Lucas a continuación, al oir esto, ( revolviéndose como tigres) dijeron : «!Jamás tal cosa!» .
Mi más afectuoso saludo en Cristo.
Categorías:ALL POSTS, Eucaristía, Judíos, Misa
Esto es una verdadera barbaridad lo que se escribie aqui. Recomiendo buscar fuentes dignas. La foto, por ejemplo que aparece ahi de un «rabino» como celebrando la eucaristia y que se la quieren adjudicar al camino neocatecumenal es absolutamente falsa. El cmino no celebra la eucaristia de esa rdicula manera. Falso detoda falsedad, por ejemplo. Recuerdo que la profundiad de los sacramentos, finalmente no esta tanto en los dignos sino en las palabras, so bre todo. Los signos vienen en nuestra ayuda, nada mas, pero lo importante es la profundiad de los conceptos. Les recomiendo pensar que no esta prohibido. Ademas, es un atrevimiento muy grave llamar papas herejes a quien aparece a qui, por eejmplo, S. S Benedikto XVI, como si fuera bruto. Ignorantes ustedes que no saben lo que dicen.
Peeeeeeeeennnnnnnnnnnsssssssssaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrrr.
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Mi pueblo perece por falta de conocimiento. dice el Señor.
NO TIENES QUE PENSAR SINO ESTUDIAR. Para que los lobos con piel de oveja no te engañen y te extravien perdiendo la vida eterna.
NO olvides que quienes mandaron matar a Nuestro Señor Jesucristo fueron El sumo sacerdote Caifas y todo el Sanedrin, de cuyo lado estarías si hubieras vivido en esos tiempos.
No juzgues a la ligera lo que aqui se dice estudia debátelo con el magisterio de la Iglesia bimilenaria, no con fantochadas de pensar que tu intelecto no da para tanto
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PUES EN REALIDAD, ESTAN BASTANTE ERRADOS. LA MISA NO SE JUDAIZA, SINO, MUY POR EL CONTRARIO, SE HA DESJUDAIZADO A TRAVEZ DE LOS MILEÑOS. HABRIAN DE SABER QUE LA MISA ES UNA CELEBRACION LITURGICA NETAMENTE JUDIA, NACIDA EN ESA MISMA MATRIZ, DESDE DONDE JESUS QUISO DAR NUEVO SIGNIFICADO SACRAMENTAL A LO QUE LOS JUDIOS VENIAN HACIENDO HACE MILES DE AÑOS. ES EVIDENTE QUE JESUS NO «LES ENSEÑO» A LOS DISCIPULOS A REALIZAR LA LITURGIA DE LA EUCARISTIA ¡PORQUE ELLOS YA LA CONOCIAN! ¿CUAL ES EL RITO DE LA EUCARISTIA? ES LA LITURGIA DEL SEDER DE PESAJ, QUE UNIDA AL RITO SACRIFICIAL OFICIADO POR LOS SACERDOTES EN EL TEMPLO DE JERUSALEM, CON TODAS SUS FORMAS, NOS DAN COMO RESULTADO: LA MISA TRADICIONAL TRIDENTINA.
ES LAMENTABLE EL EJERCITO ANTISEMITA QUE SUBSISTE AUN DENTRO DE LA IGLESIA CATOLICA, OBRANDO SIGLO TRAS SIGLO, CONTRA EL MISMO CRISTO, EN SUS PALABRAS, QUE SON PROFECIA Y MANDATO: «QUE SEAN UNO, COMO TU Y YO SOMOS UNO».
ESOS QUE DEBEN SER «UNO», ES LA IGLESIA + EL PUEBLO JUDIO.
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RECOMIENDO ESTA CLARA EXPOSICION DEL APOLOGISTA FRANK MORERA.
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Cara Signora Gallanti:
Tal vez sea útil recordar la distinción que siempre observó la Iglesia entre el antiguo pueblo de Israel, o hebreos, herederos legítimos de la Promesa, el Culto y la Enseñanza, que era sombra, prefiguración de la Iglesia, que es el cumplimiento de todo lo prometido y prefigurado en el antiguo Israel. Y por otra, los judíos, propiamente dichos, es decir, los hijos ingratos y degenerados de Israel, que a pesar de haber reconocido la Venida de su Señor, no quisieron darle gloria, sino que lo asesinaron.
Cuando hablamos de judaización de la Misa, no nos estamos refiriendo a la influencia recibida del antiguo Israel, puesto que nosotros somos ese Israel, su herencia es la nuestra, y sigue viviendo, infinitamente mejorada y florecida, en todas las instituciones tradicionales de la Iglesia.
Mientras que los que desde los inicios de la era cristiana se llaman judíos, aunque guarden materialmente una parte de la herencia de sus padres, la han traicionado y la siguen traicionando todos los días, porque han modificado totalmente la interpretación de los antiguos ritos y fórmulas, para que ya no les recuerde constantemente al Mesías que ya ha venido y ellos mataron y siguen queriendo matar, sino para esperar todavía a otro mesías, que será nada menos que el último Anticristo.
Es de la influencia de éstos últimos, que muchas veces, ni siquiera son descendientes de las XII Tribus, de lo que nos quejamos.
Uno de los mayores males que sufren los cristianos está en haber reducido el significado de todo el culto divino, y sobre todo de su parte principal, la Santa Misa, a ser repetición o rememoración de la Última Cena, malísimamente entendida, al modo protestante y modernista.
Sin embargo, el culto instituido por Dios en el Antiguo Testamento tenía como centro absoluto el que se celebraba solemnísimamente en el santo Templo de Jerusalén, principalmente sacrificial, pero siempre acompañada por una extensa y muy rica alabanza musical en las varias horas del día y la noche.
Como en círculos concéntricos, estaba, primero el culto del Cielo, luego, como su traducción en formas sensibles, el del Templo, centrado en los sacrificios, y la alabanza divina, luego el culto sinagogal, y por fin, el culto doméstico que empezaba en el Templo, seguía en la Sinagoga, y acababa en torno a la mesa familiar.
De todo ésto, el judaísmo anticristiano,rabínico, talmúdico, cabalístico sólo conservará parte del culto sinagogal, callando su significado mesiánico, o deformándolo, y el culto familiar, objeto de la misma mutación.
Los ritos y palabras que revelaban y anunciaban a Cristo, y por ello eran portadores de vida, se convertirán en las manos de los rabinos en negadores de la Venida de Cristo, y en anunciadores del Otro, del Anticristo, a quién sí acogerán los judíos. A esta primera monstruosidad, fueron añadiendo muchas otras los judíos, dando un significado oculto y cabalístico a cada rito o palabra de la Cena, entre anticrístico y luciferiano, que la convierte en auténtica profesión de fe luciferiana, acompañada de toda una serie de las más horrísonas blasfemias contra Nuestro Señor y Su Santa Madre, y de maldiciones contra los akkum, es decir, los cristianos.
No es de extrañar que en todo tiempo, la Iglesia haya prohibido con rigurosas penas a sus hijos el tomar parte en estas liturgias invertidas y nefandas, y que su celebración, en el caso de los marranos que tan bien hemos conocido aquí en España, fuera tenida por herejía profesada públicamente, y pasible de hoguera.
Comete el error de pensar que el seder actual, tal como modificado por los rabinos, es el mismo, en rito y sobre todo, en significado, que el celebrado por Nuestro Señor. Aun en el caso de que el rito externo hubiese sido el mismo, el significado era bien diferente del que le dan los judíos. Empujar a los cristianos a frecuentar los judíos actuales supone exponerlos a los peores abusos y engaños, y hacer que pierdan la Fe católica y judaicen de la peor manera. Significa hacerlos entrar en comunión in sacris con la negación y los negadores palmarios de Cristo, y exponerlos al efecto terrible de las maldiciones que trufan toda esa liturgia, y que ellos no advierten, porque se creen que aún tienen esos ritos el significado del Antiguo Testamento.
El mero hecho de que utilice el arsenal dialéctico del adversario, acusándonos de antisemitas, ya indica que le han vendido la mercancía averiada de que los judíos carnales actuales son «nuestros hermanos mayores en la Fe», de quienes tendríamos que aprender a ser cristianos y a entender nuestro culto, y que son intocables, porque para ellos, aún regiría la Primera Alianza.
Más horroroso todavía es que pretenda que Nuestro Señor JesuCristo rezaba y mandaba obrar en favor de la unión o reunión del pueblo cristiano con su negación, los judíos infieles y perversos. NO EXISTE PUEBLO JUDÍO. No existe genealógicamente, porque las diez tribus «perdidas» se fundieron con los pueblos del mundo, y se hicieron cristianos al tiempo que lucía la luz del Evangelio para ellos, y porque la mayoría de los que se llaman judíos en realidad son kázaros convertidos en el S X.
Tampoco son pueblo ni religiosamente, puesto que se puede ser judío y ateo, ni culturalmente, ni nacionalmente, por mucho que se empeñen los sionistas, ni de ninguna otra manera. Volverán a ser pueblo, para su desgracia, cuando se manifieste el Anticristo.
Pretender unir aquello con la Iglesia es blasfemo, pero perfectamente cabalístico, en que Dios es a la vez luz y tinieblas, bien y mal, hombre y mujer, etc…
El vídeo que nos propone es un buen ejemplo del arte con que los «católicos» conciliares saben mezclar maravillosamente el error con la verdad, muy útiles recordatorios con graves errores teológicos, y aplicar lo que sólo pertenece a la Liturgia Católica tradicional celebrada en toda su solemnidad, integridad, esplendor y belleza, tal como la del Templo, o la de nuestras catedrales en otros tiempos, y aplicarlo a la liturgia deformada por el Concilio y posterior revolución litúrgica, y que se parece a cualquier liturgia apostólica como un huevo a una castaña.
Sin ánimo de ser exhaustivo, simplemente a modo de ejemplo:
Nos empieza a explicar la Eucaristía, enseñándonos una mesa, supónese que sacrificial, sospechosamente parecida a la mesas posconciliares sobre las que se celebra el no-sacrificio bugniniano. Olvidando decirnos que el altar cristiano es también el cumplimiento del altar de los sacrificios, del altar de los perfumes, y del Sancta Sanctorum, es decir, los sagrarios, sagrarios-manifestadores, capillas eucarísticas en el trasaltar o Transparentes, tan odiadas por toda laya de modernistas, kikos incluidos.
Nos dice entre otras lindezas, y más de una vez, que Nuestro Señor se convierte en pan y vino!!!, justo lo contrario de lo que realmente ocurre.
Y como por supuesto, se niega a explicar, en la medida en que nos es dado, el misterio eucarístico, para no tener que hablar de transustanciación, se quedarán los fieles sin tener ni idea de lo que ocurre en el altar.
Luego nos dice la monstruosidad, ya refutada en este post
http://moimunanblog.wordpress.com/2011/06/16/la-ultima-cena-fue-la-primera-misa/, que no hubo cordero en la Última Cena, cuando lo cierto es que esa Cena es precisamente la última parte (manducación-comunión), del sacrificio que venía preparado desde la noche anterior, con una vigilia de oración en la Sinagoga, muy semejante a los Maitines y Laudes del antiguo Oficio Romano, o a las agripnias del Athos, seguía con la ida procesional al Templo, culminaba con el sacrificio del incienso y los corderos, y se consumaba en casa con la cena vesperal.
Precisamente como Completas definitivas que cierran la Antigua Alianza, y abren su cumplimiento con el sacrificio de la Primera Misa, las antiguas figuras que ese vídeo parece querer resuscitar pasan, y el culto cristiano empieza.
La interpretación que da de la palabra presbítero es aberrante, y muestra de vergonzosa ignorancia histórica.
Por supuesto, pasa por completo de puntillas sobre el problema del ofertorio de la Misa Nueva, completamente subvertido en su sentido, recitando, como si las hubiera recitado Nuestro Señor, las muy cabalísticas palabras que el marrano Montini-Alghisi introdujo, alterando sustancialmente el significado esencial de lo que se va a realizar en el canon, e invalidando el sacrificio.
Pasemos sobre su afirmación de que nunca como ahora hubo un laicado tan entregado…
Entre las cosas más graves, la afirmación de que en la Misa sólo se renueva, rememora, o representa el sacrificio de Cristo en la cruz una vez cumplido, y que Éste sigue celebrando en el Cielo, PERO NO EN LA TIERRA. Aquí nos encontramos en el corazón misma de la subversión litúrgica del S. XX, la llamada teoría del Misterio Pascual, del monje benedictino alemán Odo Casel, que se proponía «superar» las definiciones tridentinas de la Misa como sacrificio afirmando que se trataba de hacer anámnesis, recuerdo mistérico semejante a los cultos paganos, en que el sacrificio de la cruz se hace presente en el altar, por la fe de los fieles, (se re-presenta), PERO SIN QUE SE OFREZCA POR MINISTERIO DEL SACERDOTE OFICIANTE UN VERDADERO Y PROPIO SACRIFICIO NUMÉRICAMENTE DISTINTO DEL DE LA CENA Y DE LA CRUZ.
Así se entiende que cuando se pregunta hoy día a fieles Y sacerdotes qué están haciendo, dirán: Una celebración de la Cena. Y si le empieza a explicar que la Misa es el ofrecimiento actual de un verdadero y actual sacrificio dependiente del de la Cruz, (no del de la Cena), pero numéricamente distinto, la cara de sorpresa y horror es como para asustar. Una vez perdido el sentido de la necesidad absoluta del sacrificio de la Cruz, y su aplicación, el de la Misa, ya no se entiende nada ni de la liturgia hebraica, ni de la apostólica.
¡Vaya a decirle eso al santo Cura de Ars, o al P. Pío de Pietrelcina, que sufría en sus carnes cada uno de los pasos de la Pasión a medida que los re-actualizaba mediante los misteriosos ritos y ceremonias de la Misa, y os dirían que ni con varias vidas se agotarían los significados, misterios, y eficaces operaciones causadas por la menor de las ceremonias de la Santa Madre Iglesia, razón por la cual una santa Teresa se declaraba dispuesta a morir por cualquiera de ellas!
Muchas de las cosas que recuerda, puestas en el contexto de la liturgia tradicional solemne, oriental u occidental, se entenderían muy bien, y de hecho, muchos judíos buscadores sinceros de la verdad se convirtieron porque se dieron cuenta de que todo el culto del Templo y la Sinagoga sobrevivía en el culto de nuestras catedrales, (por ejemplo, las de España o Inglaterra) cuando éstas todavía no habían sido arrasadas por los bárbaros pre o postconciliares.
Se daban cuenta de que la disposición de sus altares, rejas, vía sacra, sillerías de coro cerradas en medio de la nave, presididas por su facistol y dominadas por las tribunas de órganos y cantores, con sus claustros y demás, eran la exacta realización del Templo celeste, visto por Ezequiel, y del Templo de Jerusalén, y que la liturgia que en ellos se celebraba, era realmente el cumplimiento de su prefiguración.
Pero en la especie de salón-¿iglesia? en que se desarrolla la charla, ¿Quién podrá reconocer un heredero del Templo, o de la sinagoga?
Por haber perdido el sentido de todo ese organismo de tradiciones litúrgicas formadas y desarrolladas por el Espíritu Santo en el seno de la Iglesia del Antiguo y Nuevo Testamento, y que realmente unía el Cielo y la tierra, al antiguo y al Nuevo Israel, ha sido posible ir a mendigar agua a las cisternas agujereadas y envenenadas de los rabinos, cuando teníamos océanos de agua viva en nuestros libros litúrgicos y sus expositores.
Así como los cristianos, una vez que pierden la fe en la infalibilidad activa de la Iglesia en su enseñanza de la doctrina, acaban en la duda sistemática o la apostasía, igualmente, perdiendo la fe en la providencia especialísima e infalible de Dios en los menores detalles de la liturgia aprobada por la Sede Romana, van a judaizar miserablemente, y a servir de esclavos a los preparadores del reinado del Anticristo.
http://www.voyagevirtuel.net/espana/ecard/toledo-catedral-capilla-y-retablo-mayor-6308.php
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Apreciable Fr. Eusebio…
Ya entrados en gastos… fuera posible que explicara algo de la substitucion que hicieron los conciliares de la palabra «TESTAMENTO» por «ALIANZA»?
Segun mi leal saber y entender, la alianza implica necesariamente que sea «entre iguales»… sobre todo en la «oracion eucaristica» actual (que no Canon!) donde dicen «sangre de la nueva y eterna alianza»
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Y «testamento» implica la muerte del testador (para entrar en posesion)
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Muy interesante cuestión la que nos propone.
Originariamente, se usaba para referirse al pacto de Dios con algunos personajes bíblicos como Noé o Abrahán la palabra Berith, relación contractual que no precisa si es de igualdad o superioridad. Esta palabra se traduce en griego como Diatheké, y en latín, como Testamentum.
Y ello es así porque los LXX traductores, asistidos por el Espíritu Santo, se dieron cuenta de que en griego, sí diferencian entre Syntheké, (Pacto entre iguales, alianza), y Diatheké, (Testamento, o voluntad, entendida no como última voluntad del moribundo, sino como la imposición del soberano sobre su pueblo de una obligación, sin que se pueda hablar de igualdad de partes o contrato sinalagmático, como si el pueblo pudiese exigir, como jurídicamente, una contraparte por su obediencia, en vez de confesar humildemente, «Somos siervos inútiles, sólo hicimos lo que debíamos»).
Esa es también la razón por la que san Jerónimo, especialmente asistido por el Espíritu Santo, traduce por Testamentum, que la Iglesia Romana ha guardado religiosamente, hasta que los orcos conciliares han entrado a saco.
Esta cuestión tiene más importancia de la que podría parecer, porque la actitud de muchos de nuestros contemporáneos, (en la que también somos susceptibles de caer nosotros alguna que otra vez), parece dictada por una comprensión de su relación con Dios como una especie de contrato bilateral en que a cambio de una asistencia mínima al culto, y una cierta observancia moral, Dios vendría obligado a asegurarnos nuestro bienestar temporal, así como el de los nuestros.
Así que cuando nos golpea alguna tragedia, o las cosas no nos van tan bien como desearíamos, la reacción automática es ir a reclamar a nuestro agente de seguros divino, amenazando denunciarlo por incumplimiento de contrato, publicidad engañosa y uso de letra pequeña…
Encontramos gentes que «se enfadan con Dios», curas, como el famoso Padre Rossi, que animan a sus «fieles» a «perdonar» a Dios¡!, o peor, gentes que ni siquiera buscan a Dios, lo ridiculizan, y ridiculizan a los que todavía desean honrarlo y adorarlo como tal, pero que tienen la inmensa caradura de reclamar responsabilidades por desgracias de los que ellos mismos tienen la culpa!
Tiene también implicaciones eclesiológicas y políticas.
Por ejemplo, la llamada «teoría ascendente sobre el poder soberano»(tanto eclesiástico como temporal).
Que sostiene que el poder soberano viene de Dios, pero que éste lo entrega al «pueblo», que es quien decide a quién y en qué condiciones lo va a entregar, estableciendo un contrato entre iguales, que puede ser roto si el susodicho (y nunca bien definido) «pueblo» estima que el soberano ha infringido alguna cláusula del contrato, hecho que haría lícito la desobediencia sistemática, el irrespeto de la persona e institución del soberano, e incluso el regicidio o tiranicidio.
No sólo eso, sino que en su gobierno y administración ordinaria, ese soberano también vendría obligado, a través de ese mismo contrato, a obtener el consenso del «pueblo», so pena de perder la legitimidad de ejercicio.
Contra esa comprensión pactista, constitucional, parlamentaria, democrática, etc…suscitó Nuestro Señor a santa Juana de Arco, renovadora del Pacto que Dios hizo no directamente con los franceses, sino con Clodoveo y su descendencia, que viene luego impuesto, soberanamente, sobre las cabezas de ese Reino, constituyéndolo jurídica y políticamente, como corpus mystico-politicum.
No tuvimos esa suerte en España, donde los pactistas dominaron hasta el punto de defender abiertamente el regicidio, como el infame Mariana, error teológico político que sigue afectando a los carlistas actuales, que lo identifican directamente con la sana tradición católica¡!
Lo mismo ocurre con la autoridad soberana espiritual, la del Papa, que los herederos espirituales de los cátaros han convertido en cabeza ministerial de un Colegio Episcopal soberano, susceptible de perder su cargo por voluntad de ese mismo Colegio, representante de la voluntad del «Pueblo de Dios», infalible no por sí mismo, sino por recibir esa facultad de la Iglesia, que no proviene, tanto en lo que respecta al poder de Orden, como al poder de jurisdicción, de esa Roca soberana, sino que es el Papa el que de algún modo recibe su autoridad del consenso de los fieles.
Así se entiende que un P. Méramo haya soltado hace poco la barbaridad de que si el Papa provoca que una parte de los católicos no le obedezcan, ha perdido la legitimidad de ejercicio, (se ve que en contra de Paulo IV, le reconoce la de origen), por lo que los fieles no tendrían obligación de obedecerle.
(El sueño de muchos, no sólo se quitan de en medio una autoridad que les mande, sino que además, impiden eficazmente que pueda elegirse alguna vez un Papa verdadero, puesto que el puesto ya estaría ocupada por una persona designada, «materialiter».)
Lo que puede dar de sí cambiar una palabra por la otra…
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http://es.scribd.com/doc/117963739/La-oracion-del-Papa-Leon-XIII-a-San-Miguel-una-Profecia-sobre-la-futura-Apostasia-en-Roma
La Oración a San Miguel Arcángel del Papa León XIII es profética. Compuesta hace más de 100 años, después fue suprimida. La Oración a San Miguel, la original del Papa León XIII es una oración muy interesante y controversial relacionada a la situación actual en la que se encuentra la verdadera Iglesia Católica.
El Papa León XIII parecía prever y profetizar la gran apostasía; y parecía señalar que esta apostasía sería dirigida desde Roma – la única Roma que es «en este lugar sagrado, donde fue establecida la Sede de Pedro y la cátedra de la Verdad que debe iluminar al mundo». El Papa León previó que este lugar (la Ciudad del Vaticano en Roma), donde fue establecida la Sede de San Pedro por el primer Papa, San Pedro mismo, se convertiría en el trono de la abominación de la impiedad de satanás
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La kipá o también conocida, como el yarmulke, eso, que se ponen en la cabeza, es un signo exterior de rechazo a nuestro Salvador, Jesucristo.
Inclusive han aparecido imagenes, donde le colocan a san José, una abominable, kipa.
Y cuando iniciaron el culto de la paz y seguridad, y como fruto, de su Nostra Aetate, impusieron el dogma del diálogo, porque necesitan unir a los que rechazaron al Señor su salvador, y además fueron los deicidas, con las logias francmasonicas, donde ruegan por la llegada del hijo de perdición, y necesitan que esas sectas, se encuentren unidas a la Iglesia del Señor , los que aguardamos la Parusía. Dos acontecimientos totalmente diferentes cuyo único fin, es desarmar a la Iglesia. Inclusive el amigo de Ratzinger, que tan amablemente se saludan, en su visita a New York, del año: 2008, es del culto de la new age, como varios de ellos, donde muchos son cabalistas, y además pertenecen a la francmasonería, cuyo único objetivo es intentar hacer un culto mundial, diseñado por demonios del averno, o como le dicen los iniciados, los maestros, y para engañar aun más, los extraterrestres.
Todos los padres apostólicos, los santos y justos del Señor, siempre advirtieron que practicar judaísmo, con sus variantes de gnostisismos y sus hechicerías, como ser parte de una logia masónica, es pecado. Y eso no se llama, antisemitismo, lo que es pecado, es pecado.
Gracias a la Iglesia fiel al Señor, y a su Madre María santísima.
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la Gabriela y sus judíos son uno con el demonio, no con Cristo, la única identidad judía hoy en día es la negación de Cristo, del único Mesías, porque no hay otro
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