Por supuesto, lo que aquí se dice no es obligado creerlo, por fe divina, aunque sí humana, y muchos sin duda se reirán, incluso antes de haber leído.
Pero vistos los infinitos aciertos, comprobados por muchos descubrimientos desde entonces, me merecen infinitamente más confianza las visiones de mi querida Ana Catalina, favorecida del Señor, que todas las oscuras y neblinosas elucubraciones de los doctores afectados de morbus germanicus teológico y espiritual, y que del Rhin, han contaminado el Tíber. (Fray Eusebio)
Posteado por: Alejandro Villarreal En Biblia y Tradición
«La vida de Jesucristo y de su Madre Santísima» por la Ven. Ana Catalina Emmerick
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INTRODUCCIÓN
Toda ponderación, toda alabanza resulta mísera voz al lado de la solemne grandeza que emana de las contemplaciones de la vida de María, la excepcional doncella predestinada desde la eternidad a ser la Madre de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Es tal la riqueza de pormenores de sus antepasados, de su natividad, de su mística relación con el Altísimo, que el ánimo se suspende.
La vida de Nuestro Señor Jesucristo supera, sin embargo, esta maravilla que Dios se ha dignado revelarnos a través del espíritu de Ana Catalina. Los preludios y la conmoción universal que rodeó el nacimiento de Jesús, su infancia, su juventud; los actos, los milagros y las enseñanzas del Redentor; su adorable Pasión y los hechos que antecedieron y sucedieron a su Resurrección, inclusive numerosos viajes y prodigios no consignados en los Evangelios, no pueden ser imaginados ni por espíritus angélicos: sólo Dios pudo revelarlos a los hombres.
El abad de Solesmes, Dom Próspero Gueranguer, al aparecer la versión francesa de estas visiones, publicó un artículo en Le Monde, en 1860, donde expresaba: “He dicho que la vida de Jesús me ha parecido aún más extraordinaria que la amarga Pasión y la vida de la Virgen, y no dudo que esta idea sea compartida por todos aquellos que piensan en la imposibilidad en que se encontraría cualquier escritor, si tuviera que narrar, día por día, con igual interés y con la más grande verosimilitud, la vida de una persona, aún concedido que le fuera sumamente amada y grandemente estimada.
¿Y qué fuera si al mismo tiempo cuidara de ese escrito la más exacta topografía de todos los pueblos y lugares que su Héroe recorre, si descubre todas las costumbres, usos y la vestimenta en todos sus detalles, narrando los episodios pequeños y los grandes de tantos caracteres, ricos y variados, de las personas en escena, durante tres años completos y sin notarse en todo ello ni un rastro, no digo de invención, pero ni siquiera de esfuerzo en la narración de los hechos?… ¿Y qué diremos si el ordenador de semejante drama es una sencilla campesina del corazón de Europa, sin ninguna idea de las costumbres del Oriente, las cuales, sin apartarse un ápice, describe y pinta, superando el pincel de un artista y la ciencia de un arqueólogo?… Y qué pensar, finalmente, si el Héroe de esta admirable odisea no es otro que el mismo Hijo de Dios, del cual son conocidos los hechos principales por los Evangelios, quien, sin embargo, nos es mostrado aquí en los menores detalles de su vida escondida, sin que se pueda descubrir ni una sola discordancia que pudiera provenir de una débil, humilde y mortal narradora…”.
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Não nos olvidemos de Madre María de Jesús de Ágreda, com seu admirável livro «Mística Ciudade de Dios»
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