En esta extraordinaria entrada que transcribo de TIA, la autora desvela una de las claves de la renuncia papal como también hace emerger una de las figuras más importantes de la iglesia actual-Romano Guardini- como nexo de unión entre el modernismo de antaño y el progresismo de nuestros días. También fue uno de los principales inspiradores de la nueva liturgia posconciliar, que en su acostumbrada capilla, en Burh Rothenfels, acogió los primeros pasos de la actual liturgia.
BENEDICTO XVI EN SU RENUNCIA AL PAPADO CITA A GUARDINI
En su último acto como Papa, en el que oficialmente Benedicto XVI renunció al papado y se despidió del Colegio de Cardenales en la Sala Clementina del Vaticano, el 11 de febrero de 2013, citó a Romano Guardini en el breve discurso que pronunció. (1) A mí me pareció digno de notarse el teólogo citado en su discurso final como también el párrafo en que lo hace, puesto que indican el pensamiento del retirado Pontífice. La decisión de citar a Romano Guardini (1885-1968), uno de sus teólogos favoritos, no debería ser una sorpresa para nadie. Lo ha hecho en casi todos sus escritos. Además, el Papa había llamado a Guardini «una gran figura, un intérprete cristiano del mundo y de su propio tiempo«. (2)
Guardini representa un vínculo entre el Modernismo y el Progresismo
Lo que me sorprende es cómo la imagen de Guardini, modernista puesto bajo

El P.Guardini que allanó el camino al Concilio Vaticano II, usó el traje seglar mucho antes del Vaticano II
sospecha de herejía antes del Concilio Vaticano II, ha sido lavada en los círculos conservadores / tradicionalistas de los Estados Unidos. Después del Concilio, Guardini encontró una cálida recepción en la Iglesia – Pablo VI le ofreció incluso la capa cardenalicia, que él rehusó.
La editorial Sophia que comenzó a publicar obras devocionales de Guardini ( El arte de la oración, Mditación para antes de la misa , etc) y sus críticas de los aspectos secundarios de la modernidad (El Fin del Mundo Moderno ), transmitió la imagen de Guardini como teólogo conservador. Se trata de una tergiversación importante de la verdad. Desde el principio, Guardini colaboró con importantes representantes del pensamiento moderno como los del existencialista Martin Buber, del fenomenologista Martin Heidegger, y del personalista Max Scheler. Su pensamiento fue , a su vez, fuertemente influenciado por progresistas como Hans Urs von Balthasar, Giovanni Montini (Pablo VI), Karl Rahner y Joseph Ratzinger. Se convirtió así en un enlace entre el modernismo y el progresismo. Hoy en día se reconoce generalmente que Guardini ha jugado un papel clave en los movimientos teológicos y litúrgicos de los años 30 y 40 que condujeron al Concilio Vaticano II. Los temas principales de su teología – la revelación divina como auto-revelación de Dios, la Iglesia como comunidad cristiana, la liturgia como «acción» ante la presencia de Dios, sus nociones de sujeto, de existencia y de conciencia, la aceptación cristiana de la modernidad, allanaron el camino para la adaptación de la Iglesia al mundo moderno, tal como se nos presenta en la Constitución conciliar Gaudium et spes.

La capilla de Guardini en Burg Rochenfeels, todavía utilizada, se considera que acogió los primeros pasos modélicos de la reforma litúrgica.
En el ámbito litúrgico, también fue un continuador del modernismo y un declarado progresista. Ya en 1927, Guardini decía la Misa versus populum y en alemán en la capilla por él diseñada en Burg Rothenfels Descartando los altares góticos y una decoración elaborada, desnudó la iglesia, pintó las paredes de blanco e instaló un altar movible al que rodeaban en los tres bordes simples taburetes. La atención de la congregación se centraba por completo en el sacerdote, con el que constituía una comunidad reunida para el culto, sin separación entre ellos. Vemos que era un digno precursor de la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium y la reforma litúrgica de Pablo VI.
Tanto Karl Rahner como Joseph Ratzinger admiraban y consideraban como su mentor al modernista-progresista Guardini. Por tanto, a esta luz debe considerarse la última cita teológica del Papa Ratzinger.
Una Iglesia en transformación constante.
En el discurso de despedida del Papa en la Sala Clementina, Benedicto XVI afirmó que quería decir adiós a los 144 cardenales presentes con un simple pensamiento sobre el misterio de la Iglesia. « Viene en mi ayuda, dijo, la cita de Romano Guardini escrita en el año en que los Padres del Concilio Vaticano II aprobaron la Constitución Lumen gentium , que aparece escrita en su último libro que me dedicó especialmente, por lo que las palabras de este libro son especialmente queridas por mí «.

Benedicto XVI citando a Guardini: «La Iglesia está siempre en estado de continua transformación»
Citando La Iglesia del Señor , continuó, «Guardini dice que la Iglesia no es una institución diseñada y construida sobre una mesa de trabajo , sino una realidad viva. Ella vive a lo largo del tiempo, en evolución, como cualquier ser vivo, transformándose a sí misma. Sin embargo, su naturaleza sigue siendo la misma «. (3) Ahora bien, aunque es cierto que un ser vivo continuamente se está transformando a través del tiempo, como dice Guardini, una pregunta surge necesariamente: ¿Esta transformación es siempre buena o saludable? Pongamos el ejemplo de un hombre sano que al sufrir golpe en la cabeza, padece de parálisis en el lado derecho de su cuerpo, con problemas de habla y pérdida de memoria. A pesar de estas deficiencias, su naturaleza sigue siendo la misma. Sin embargo, los accidentes ocasionados por el derrame cerebral han transformado su vida en algo completamente diferente, peor de lo que era antes. Este cambio, o «reforma» en la vida de este hombre también se incluiría en la «transformación de que habla Guardini.» Así que el término que debe discutirse es el de «transformación«.
¿Qué debemos entender cuando Benedicto XVI dice que la Iglesia está en estado de constante transformación? En la lógica del pensamiento progresista, la Iglesia tiene una necesidad constante de reformarse. La reforma sería una ley básica de su constitución. Éste es el concepto que vemos en la expresión Ecclesia semper reformanda . (4) De ahí la necesidad que ella tiene para adaptar su dogma, moral y sus instituciones a las necesidades del momento. En este sentido, debe entenderse el fragmento que explica tanto como justifica la decisión de Benedicto XVI de retirarse del Papado. Simplemente es un acto de adaptación de la institución del papado a las necesidades de la época, lo que llevaría a tener una estructura menos monárquico y más democrático.
La iniciativa del Papa Ratzinger radicalmente revolucionaria, «transforma» la

Cardenal Pell: La renuncia del Papa, desestabiliza la Iglesia e introduce un peligroso precedente
estructura monárquica de la Iglesia como si fuera un tipo de accidente cerebrovascular que afectase a la Iglesia con resultados perjudiciales para el organismo. Cambiando las notas accidentales del Papado, debilita su estructura, socava su salud y la deja susceptible de sufrir un colapso. Este efecto desestabilizador fue señalado, en efecto, por el Card.George Pell de Australia, uno de los prelados que ha criticado la renuncia de Benedicto XVI. En la víspera de su partida de Sidney hacia el Vaticano para el Cónclave, señaló que Benedicto era «muy conscientes de que esto era una ruptura con la tradición«, y agregó que su renuncia sentaba un precedente preocupante. «Quienes, por ejemplo, estuviese en desacuerdo con un futuro papa, podrían iniciar una campaña para conseguir su renuncia «, señaló.(5) Es decir, el cargo papal podría convertirse en algo parecido a cualquier cargo de elección popular, sometiendo al Papa a todo tipo de presiones, incluyendo un juicio político, que expulsara al papa de su cargo, forzado por el pueblo.
En tal caso, debemos preguntarnos si el cambio traído por Benedicto XVI en el cargo papal, en última instancia no estaría dirigido a la transformación del papado no sólo en sus notas accidentales sino en su misma naturaleza.
Último acto oficial del Papa en la Sala Clementina ante el Colegio Cardenalicio el 28 de febrero 2013
- » Benedicto XVI: Discurso de despedida al Colegio de Cardenales, » El Vaticano Hoy, 28 de febrero 2012
- » Benedetto XVI habla del P. Romano Guardini : » Chiesa en línea, 01 de octubre 2008
- «La Chiesa si risveglia nelle anime,» L’Osservatore Romano, 01 de marzo 2012
- Atila S Guimarães, Ecclesia , Cap. IV, pp 193-194.
- Pell critica la decisión del Papa de retirarse, » World News Australia en línea, 28 de febrero 2013
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«En tal caso, debemos preguntarnos si el cambio traído por Benedicto XVI en el cargo papal, en última instancia no estaría dirigido a la transformación del papado no sólo en sus notas accidentales sino en su misma naturaleza.»
Muchos parecen no entender la relación estrecha que existe entre las notas accidentales y las notas esenciales. Las notas accidentales no son arbitrarias, sino que proceden directamente de las esencias. Por eso cambiarlas no es indiferente. Ahora, cuando se tacha de fariseos a los defensores de la tradición, como valedores de unas formas, hay, en primer lugar, que aferrarse con más fuerza a ellas, porque son la expresión de unas esencias y su más eficaz defensa. Y en segundo lugar, hay que denunciar como falsos e hipócritas a los mismos acusadores. Pues si según ellos el apego a las formas es farisaico, superficial, no se entiende que arremetieran con la furia demoníaca con la que arremetieron contra las formas antiguas. No se entiende tanto corrillo de comisiones y subcomisiones, cartas, consultas y respuestas, camarillas e intrigas sólo para cambiar unas formas que ahora dicen que no son importantes.
La realidad es que las formas son muy, muy importantes, y por eso las atacaron con esa furia: representaban unas esencias que quisieron pervertir. Y sabían que lo conseguirían cambiando gestos, palabras, actitudes, instrumentos de culto, la misma arquitectura de las iglesias. Y también leyes canónicas. ¿Habrá algo más irrelevante que el número de cardenales electores? Y sin embargo no han cesado de alterar ese número a conveniencia desde hace cincuenta años, habiendo leyes de la Iglesia que lo prohibían. Todo esto deriva de una incapacidad para vivir en un orden. Ni siquiera el falso orden que levantan los modernistas llega a satisfacerlos, y al poco tiempo se remueven incómodos, dan un manotazo a lo que habían hecho y vuelven a levantar otra cosa, igual de deleznable que la anterior. ¿Fueron sólo gestos el abandono de la tiara? ¿El abandono de los anillos cardenalicios? Ellos dirán, ¿qué importancia podía tener? Para no tener importancia, se molestaron mucho.
Con Ratzinger ha ocurrido lo mismo. Modernista hasta la médula ha atacado una y otra vez las formas pretendiendo mantener la sustancia, y la consecuencia es que la sustancia cada vez se hace más pobre y más vil. Lo que le faltaba era el ataque al mismo papado, para vaciarlo de su sustancia sobrenatural y rellenarlo de ese repugnante democratismo que todo lo corrompe. Su último golpe ha sido abrir la puerta para la eliminación de la constitución divina de la Iglesia, tal y como fue instituida por Cristo: como una monarquía. Véase cómo aquí ya no quieren restituir las formas a su estado originario, prístino, como decían que era preciso hacer con la liturgia (*). No, aquí ha querido alejarse cuanto más mejor de la primitiva monarquía católica. Lo que pone de manifiesto la brutal eficacia de esas fuerzas demoníacas que destruyen (han destruido ya), a la Iglesia de Cristo: no les importa la autocontradicción, sino sólo la eficacia. Una actitud típicamente marxista, que niega el Logos en favor de la voluntad y la acción. Siempre me viene a la imaginación aquella escena terrible del encuentro entre el Papa León Magno y Atila, o, tres años después, cuando los vándalos de Genserico aún respetaron las iglesias y a los que se refugiaron en ellas. Por muy bárbaros que fuesen Atila y Genserico, no lo fueron tanto como para no reconocer la intangibilidad de los Sagrado. Un montini o un woytila desde luego no resisten la comparación con los bárbaros: ya habían perdido la conciencia de lo que es Santo y no puede tocarse. Ni en sus notas accidentales.
Sólo me queda una duda, un resquicio que no quiero matar porque faltaría totalmente a la caridad. A saber: si estos «papas» postconciliares han guardo en sus corazones algo de piedad y temor de Dios o si, por el contrario, son malignos sin mezcla alguna de bien.
(*) Creo que era ese corruptor de la doctrina llamado Rahner (y si no fue él, alguien me corregirá) quien decía que la tradición era como un río que hay que dragar constantemente para que llegue hasta nosotros la corriente. Obsérvese la sutileza de la metáfora que asocia en la mente del lector a la tradición con las aguas estancadas y por tanto insalubres. Obsérvese el vicio modernista del movilismo que niega el mandato mismo de Cristo y los Apóstoles de guardar incontaminada la doctrina y transmitirla a las generaciones futuras. Obsérvese cuánta soberbia en esas generaciones perversas que habiendo sido alcanzadas por un tesoro inconmensurable conservado para ellas durante generaciones y generaciones, estimaron que no era lo bastante bueno para sus altísimas expectativas, y que tendrían que corregirlo y aparejarlo para que cuadrase bien a sus modernas inteligencias, tan alejadas de la ignorancia y superficialidad de los doctores y santos que han adornado la Historia.
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El ocaso de la Edad Moderna no crítica aspectos secundarios de la modernidad hace una crítica a casi todo , lo que ocurre es que Guardini no es un teólogo simplista y no va a condenar un tiempo histórico. Pues de la edad moderna con todos sus males , (y el señala muchos y en absoluto secundarios) surge una posibilidad concreta para la labor cristiana con la que hay que ser inteligente.
Sobre la cuestión de vestir de seglar, he de señalar que también lo hacía Ratzinger. No obstante Guardini vestía de seglar cuando le obligaban , igual que Ratzinger , es decir en la Universidad alemana dominada por los luteranos y en la que estaban bastante solos ante el peligro. Sabrán ustedes que la persecución en Alemania al catolicismo desde antes de Bismarck , durante y después fue persistente y muy dura.
Pero claro lo importante es que conserven la sotana aun a pesar de dejar de estar presentes en la universidad. Vestian conforme a la formas que se exigían.
A Heideger , Weber y demás les tenía un enorme respeto por su trabajo como filósofos aunque no compartiera casi nada. Respetaba su esfuerzo y trabajo riguroso. Ustedes lo habrían condenado, fariseos.
Es muy fácil mirar todo dicotomicamente. Los buenos-los malos. Y por supuesto ustedes son los buenos y los puros. Suena a paletismo.
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ay por favor, acto desestabilizador fue el golpe de Estado que el comunista roncalli y su camarilla progre le hicieron al cardenal Siri cuando fue electo como Gregorio XVII.
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El benenito tampoco es verdadero papa.
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Que puros ni nada, el dato objetivo es que tanto Guardini como Ratzinger fueron modernistas. Bueno el primero ya murió y el segundo aún lo es pues todavía no se ha retractado de sus herejías.
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