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PAPAS HEREJES SEGÚN LUIGI VILLA


Visión del Padre Luigi Villa sobre un Papa Hereje
Por el P.Méramo

APÉNDICE

“Si un Papa cae en herejía o cisma”

(Tomado del libro “VATICANO II DIETRO FRONT” Editrice Civiltá. Brescia 2011, p.197-201, Sac. Dott. Luigi Villa)

-Traducción no oficial-

“Hoy en día, también se podría decir que la jerarquía de la Iglesia está demoliendo la doctrina católica de siempre, al dar una ‘nueva religión’. Pero, ¿cómo es posible esto?

¿Cómo es posible que aquellos que siguen las nuevas líneas doctrinales, a menudo en contradicción con la doctrina católica, estén fuera de la Fe anterior al Concilio Vaticano II?

Pudiéramos anotar toda la documentación conciliar y todos los actos de Pablo VI y Juan Pablo II, si la limitación del espacio de este escrito fuera suficiente para manifestar ‘hechos’ y ‘palabras’ que harían resultar evidente el contraste con la doctrina y la práctica de la Iglesia tradicional.

Ciertamente, no se puede pensar que Pablo VI y Juan Pablo II no conocían la doctrina católica, ostentando títulos en teología, y después de haber sido advertidos por muchos sobre su falso proceder con el nuevo curso de su nueva Iglesia’, demostrando un conflicto irreconciliable entre su nueva doctrina y los dogmas tradicionales de la fe católica, turbando a los fieles con tanta diversidad de opiniones teológicas.

Y entonces, ¿qué? ¿Cómo olvidar que la Iglesia de Cristo siempre ha sido esencialmente tradicional, basada en el ‘Depositum fidei’, transmitido desde los Apóstoles hasta ahora? Cómo no tienen en cuenta lo que la Iglesia ha dicho y hecho lo largo de los siglos?

Por esta razón, muchos teólogos se han planteado la cuestión de un Papa, que deviniese hereje o cismático, como sucedió con los Papas Liberio, Honorio, Pascual II, Juan XXII.

Vamos a escuchar a algunos:

Uguaccione escribió: ‘Cuando el Papa cae en la herejía, puede ser juzgado por los súbditos. De hecho, cuando el Papa cae en herejía se convierte, no en mayor, sino en inferior que cualquier Católico’.

Juan el Teutónico, un gran decretalista, se plantea la cuestión de si es lícito acusar ‘al Papa’ en caso de que caiga en herejía, y responde que sí, porque de lo contrario ‘socavaría el bien de toda la Iglesia, lo cual no es lícito’ y también ‘A causa de la herejía, el Papa, dejaría de ser el Jefe de la Iglesia, siempre que el crimen es conocido por confessionem vel pro facti evidentia (por confesión o por evidencia de hechos)’.

El Cardenal Juan de Torquemada (no el inquisidor) comentando el ‘Corpus iuris canonici’, afirma: ‘Respondo con esta conclusión, diciendo que el Papa no tiene juez superior en la tierra, excepto en el caso de herejía’. Y afirma además: ‘Desviado de la fe, significa, cuando se aleja de la fe pertinazmente y cae de la piedra de la fe, de la piedra sobre la cual ha estado fundada
(cf. Mt. XVI).’

(El Papa) se vuelve menor e inferior que cualquiera de los fieles, y por lo tanto, puede ser juzgado por la Iglesia, o más bien puede ser declarado ya condenado, según cuanto está escrito, que quien no cree ya está juzgado, y el Papa no puede establecer una ley para que nadie no pueda acusarlo de herejía, porque se vería puesta en peligro toda la Iglesia y sería confuso el estado general de la misma.

Inocencio III, en tres sermones declaró expresamente que en el caso en que él mismo cayese en la herejía, se haría culpable de un delito contra la fe.

San Roberto Belarmino, en su ‘De Romano Pontífice’, escribe que en el caso (el Papa) tuviera errores doctrinales, debe decirse que el Papa no habría sido válidamente elegido; y si este cae en la herejía, cesaría de ser Papa, ya que ‘quien está fuera de la Iglesia no puede ser su cabeza.’

En nuestros tiempos, el asunto viene equiparado al de la época medieval. De hecho, el Cardenal Journet, en 1969, declaró: ‘Los teólogos medievales, decían que el Concilio no debía ni siquiera deponerlo, sino que solamente basta con verificar el hecho de la herejía y significar a la Iglesia que el que fue Papa ha decaído de su función principal. ¿Quién lo ha quitado? Ninguno, fuera de él mismo. Cómo él (el Papa) puede abdicar por un acto de voluntad, del mismo modo, puede decretar voluntariamente, por sí mismo, su propia decadencia, por un acto de herejía. El motivo es que renegando de la fe, aquel que fue el Papa ha dejado de ser parte de la Iglesia, de ser su miembro. Desde el momento en que el hecho es declarado públicamente, él no podría por lo tanto, continuar siendo su cabeza. En un caso tal, una eventual sentencia del Concilio es solamente declarativa, y no proclama, en modo alguno, la supremacía del Concilio sobre el Papa‘.

En el ‘Enchiridium Iuris Canonici’, redactado por Stefano Sipos, tal sentencia es resumida en diversos modos.

Un documento de importancia teológica es la Constitución Apostólica ‘Cum ex Apostolatus officio’ del Papa Pablo IV, en el que empeña la plenitud de sus poderes:

‘Con esta Nuestra Constitución, que es válida a perpetuidad, en odio a tan gran crimen (herejía), en relación con el cual nada puede ser más grave y pernicioso para la Iglesia de Dios, con la plenitud de nuestro poder apostólico, establecemos,

decretamos y definimos’ abiertamente que ‘el mismo Romano Pontífice, quien, antes de su ascenso a cardenal, o su elevación al Sumo Pontífice, se había desviado de la Fe católica o caído en una herejía, o fuese incurso en un cisma, o haya suscitado esto, sea nula, inválida y de ningún valor, la promoción o elevación, aunque sea ésta avenida con la concordancia y el consenso unánime de todos los cardenales’.

La misma argumentación se lee en la Bula ‘Inter multiplices’ de San Pío V.

En este punto, cabe preguntarse si Juan Pablo II pronunció herejías ‘ex Cathedra’, o si él, privada o personalmente fuese un hereje o no.

Después de todo aquello que habíamos denunciado sobre su actuar, ¿cómo puede haber habido un ‘Papa’ Juan Pablo II? Si el ‘agere secuitur esse’, podemos ver que sus acciones no se corresponden con los que deberían ser.

En efecto, ¿cómo podría recibir en la frente, como ‘Papa’, el signo de los adoradores de Shiva? ¿cómo podría decir a los adoradores del ‘dios-pitón’, de su fe en un Dios único y Bueno? ¿cómo podría presidir las reuniones, como las de Asís y otras similares?

Pío XI en su encíclica ‘Mortalium animos’ dice:

‘(… ) Tales tentativas no pueden, de ninguna manera, obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio. Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo’.

Ahora bien, es un dogma de fe que la Iglesia es santa, por lo que la santa Iglesia no nos puede darse unos Sacramentos, una Fe, unas leyes que no sean santas.

Así ahora, ¿cómo es posible que el ‘Nuevo Código’ de Derecho Canónico, el ‘Novus Ordo Missae’, contienen ‘errores’? La única respuesta podría ser la siguiente: si el Papa promulga leyes universales contrarias a la Fe tradicional y contraria a la santidad de la Iglesia, su autoridad no sería legítima.

Reflexionando sobre los discursos y los ‘hechos’ de Juan Pablo II, debemos decir que Karol Wojtyla es sin duda un hereje, y esto confirma la ausencia de autoridad, desde el principio, en su persona. Preguntémonos, entonces, ¿dónde está la verdadera Iglesia?

Si aceptamos la profecía de Nuestra Señora de La Salette,
la Iglesia verdadera es visible en aquellos que huyen de la herejía, conservando todavía la Fe.

Sin embargo, esto plantea el problema de que la Iglesia, mañana, deberá aclarar este período oscuro de su historia y deberá, por lo tanto, constatar la invalidez de los documentos del Vaticano II, de la falsa reforma litúrgica, del vacuo Derecho Canónico, del catecismo herético y de las veinte encíclicas.

¡Que Jesucristo, Dios, fundador de su Iglesia, ilumine y dirija esta solución de Su Iglesia!”.

(Y tiene también el Padre Villa, esta cita al final del libro)

“Siento a mi alrededor innovadores que quieren desmantelar el Santuario, destruir la llama universal de la Iglesia, rechazar sus ornamentos, inducir remordimiento por su pasado heroico. Bien, Mi querido amigo, estoy convencido de que la Iglesia de Pedro debe apropiarse del propio pasado, de lo contrario cavará su misma tumba… Llegará un día en que la mundo civilizado negará a su Dios, cuando la Iglesia dudará como dudó Pedro.

Se verá tentada a creer que el hombre se ha convertido en Dios, que Su Hijo no es más que un símbolo, una filosofía como muchos otras y, en las iglesias, los cristianos buscarán en vano la luz roja en donde Dios les espera, como la pecadora que gritaba frente a la tumba vacía: ¿dónde lo pusieron? “. (De: “Pío XII Devant l’histoire”).

Los tres últimos Papas: Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, sin contar a Juan Pablo I que solo duró 33 días, lo cual lo deja sin mayor relevancia histórica, fueron judíos y masones según el mismo Padre Luigi Villa.

Paulo VI judío, masón y hasta homosexual: “En noviembre del 2000, publiqué el libro ‘Un monumento masónico a Paulo VI’, donde mostré que, en esa escultura, la Francmasonería habría elogiado a su ‘hombre’ Paulo VI, como ‘Jefe Supremo’ de la Francmasonería y como ‘Papa Judío’, y lo habría glorificado por sus ’3 actos de justicia masónica’, esto es: la traición a Cristo, a la Iglesia y a la Historia de las naciones cristianas”. (¿Quién es el Padre Luigi Villa?, por el Dr. Franco Adessa. p.38-40).

“El Padre Luigi Villa estaba al corriente del hecho que el Card. Pietro Palazzini había enviado una carta al Postulador de la ‘causa de beatificación’ de Paulo VI, que contenía 3 nombres de los últimos amantes homosexuales de Paulo VI. El Cardenal Pietro Palazzini era una autoridad en ese campo, porque el Cardenal guardaba 2 carpetas de documentos que mostraban inequívocamente el vicio impuro y antinatural de Paulo VI“. (Ibídem, p. 33, 34.).

“El testimonio de Robin Bryans, escritor irlandés, declaradamente homosexual, en su autobiografía de 1992, ‘The Dust Never Settles” (El polvo nunca se asienta), afirma que su amigo Hugh Montgomery le dijo que él y el joven Montini, habían sido amantes, cuando él fue nombrado diplomático en el Vaticano. El escritor francés y ex Embajador Roger Peyrefitte, homosexual confeso y defensor de los ‘derehos gay’, en 1976, en una entrevista de D.W. Gunn y J. Murat, representante de la ‘Gay Sunshine Press’, habló de la homosexualidad de Paulo VI quien, cuando era arzobispo de Milán, iba a una casa apartada para reunirse con muchachos ad hoc” (Chiesa Viva n° 441, Setiembre 2011, p. 55).

“En ‘O Vatican, a Slightly Wiched View of the Holy See’ (El Vaticano, una visión un poco maliciosa de la Santa Sede), el ex corresponsal de la oficina romana del ‘New York Times’, dio también el nombre de un famoso actor italiano, Paolo Carlini, que se habría convertido en un visitante frecuente de Paulo VI, en sus apartamentos privados en el Vaticano”. (Ibídem, p. 56).

“Siempre Bellegrandi, escribe que Montini, apenas asumió el cargo de Pontífice, fue sometido al chantaje por parte de la Masonería italiana. A cambio de su silencio por las furtivas permanencias del Arzobispo Montini en un Hotel de Suiza, para sus encuentros con su actor-amante, los masones pidieron que el Papa eliminara la tradicional prohibición de la Iglesia de la cremación después de la muerte.(… ) El escritor escribió que él consideraba que los Británicos (MIS) y los Americanos (OSS) sabían de la homosexualidad de Montini y la usaban para obtener su cooperación para hacer fusionar las redes Vaticano-Aliados, después de la guerra. Las informaciones sobre chantajes a Montini, por parte de la KGB y de la GRU Soviéticos, luego de la guerra, vinieron a su vez de otra fuente. Un anciano gentilhombre de París, que trabajó como intérprete oficial para el Clero de alto nivel del Vaticano, le dijo que los soviéticos chantajeaban a Montini para saber el nombre de los Sacerdotes que el Vaticano mandaba clandestinamente al otro lado de la cortina de Hierro, para proveer a los fieles católicos, en la Unión Soviética, durante la guerra fría. La Policía Secreta Soviética, por lo tanto, estaba siempre pronta y, apenas los sacerdotes clandestinos atravesaban el confín ruso, eran tomados presos y fusilados o mandados al Gulag”. (Ibídem, p, 58). Queda claro así, el lema de Paulo VI “Flos florum”; se ve ya, de qué florcita se trata.

Sobre Juan Pablo II, el P. Luigi Villa dice: “Para Wojtyla, también la religión judía es una parte de sí mismo, esto cuando ya era Arzobispo de Cracovia, como lo será también cuando se convierta en Papa. Esta relación con el judaísmo plantea un problema: pero, ¿Wojtyla era Judío?, bien, que, que Juan Pablo II fuese Judío, lo testimonia Yaskov Wise, estudioso de la genealogía judaica. Wise pesquisó la ascendencia del lado femenino de la familia Wojtyla. Se sabe que, por decreto rabínico solo la madre, no el padre, transmite el linaje hebreo. Ahora, la madre de Karol se casó con un católico, pero su nombre, Emilia Kaczorowski, es una adaptación polaca de un nombre judaico muy común en el mundo idish: Katz. (Chiesa Viva n° 430, Setiembre 2010, p. 22).

“De cualquier modo, es un hecho conocido que, por intermedio de Juan Pablo II y de masones de la Alta Masonería B’nai B’rith, se realizaron contactos regulares, intensos y constantes. Esto no puede sorprender, si se sabe que, antes de él, Paulo VI, debía su elección al pontificado, a la intervención de dos miembros de la alta masonería de la B’nai B’rith, que presentes en la sala vaticana, después de haber oído la elección del Papa del Cardenal Giuseppe Siri, amenazaron de persecución a los católicos de todo el mundo (… ) Ciertamente puede decirse que Juan Pablo II era masón… ”. (Ibídem, p.30).

Juan Pablo II, cuya divisa era “De labore solis” (que en el latín ciceroniano, es el eclipse del sol), hizo gala de ella, pues con sus múltiples viajes por todo el mundo, lo que hizo fue esparcir el error y las tinieblas, oscureciendo la luz de la verdad y de la fe.

“Zbigniew Brzezinski, ideólogo de la Comisión Trilateral y miembro de diferentes instituciones globalistas. De acuerdo a declaraciones hechas por W. Jaruselski y por el mismo Brzezinski, el habría sido el hombre que eligió a Karol Wojtyla como nuevo Papa”. (Ibídem, p.33).

De Benedicto XVI, cuyo nombre, Benedictos, curiosamente en griego, lengua en la que fue escrito el Apocalipsis, equivale a los números que sumados da igual a 666 que es el número del Anticristo.

El Padre Luigi Villa, quien como sabemos fue discípulo del Padre Pío y encargado por éste de estudiar la masonería y en especial la masonería eclesiástica, dos meses antes de su muerte el 18 de Noviembre del 2012, con 94 años de edad, publica en su revista Chiesa Viva n°452, del mes de Septiembre, con el sugestivo título ¿El Anticristo en la Iglesia de Cristo?: “Los Tauber: una de las ramas cabalísticas más importantes de la sinagoga. Es importante advertir que Joseph Alois Ratzinger (Tauber-Paintener), hoy Benedicto XVI, desciende de una de las ramas cabalísticas más importantes de la sinagoga (el Gran Rabinato de Praga). Además, hay que destacar el esfuerzo de las tribus hebreas, (particularmente la de Neftalí), desde hace al menos 500 años, por usurpar la sede de Pedro, como afirmó John Retcliffe en el capítulo ‘El cementerio hebreo de Praga y el Consejo de Representantes de las 12 Tribus de Israel, en su libro ‘Biarritz’( … ) Entre sus antepasados el hebreo Joseph Alois Ratzinger Paintener (en realidad Tauber), proviene de una sucesión de 9 rabinos de Austria-Hungría y Germania, pero del modo particular del Maharal (Yeudah Loew ben Bezalel), considerado como uno se los sabios ocultistas más sabios de la historia. El Marahal, conocido entre los cabalistas satanistas, adquirió su gran fama como líder espiritual de la comunidad hebraica de Praga”. (Ibídem. p. 30).

Y así, como por casualidad, “De gloria olivae”, que es la divisa de Benedicto XVI según San Malaquías, se revela como el triunfo o gloria de la sinagoga dentro de la Iglesia. Y que aún después de su renuncia sigue llamándose Su Santidad, como Papa Emérito.

Es por todo lo anterior que son interesantes las reflexiones que el Padre Luigi Villa hace en su libro “VATICANO II DIETRO FRONT”, como un apéndice al final del mismo.

Padre Basilio Méramo

Bogotá, 21 de Marzo de 201

Fuente:    Radio Cristiandad

8 respuestas »

  1. Me encuentro con una conexión mas bien aleatoria, pero no puedo dejar de expresar mi indignación por la reincidencia del P. Meramo en sus heréticas afirmaciones de que un verdadero Papa puede caer en herejía, o que la iglesia conciliar que manda y perpetra tales abominaciones es la Esposa de Cristo.

    Creo que ya hemos insistido suficientemente en esta bitácora sobre lo imposible de esa tesis, y sobre lo calumnioso de seguir acusando a ciertos Papas de herejía, cuando los trabajos históricos encargados por los Padres del Concilio Vaticano I no dejan resquicio a la duda, y el mismo Concilio, en sus Actas, afirma solemnemente que la Fe de Pedro no fallo nunca, y hasta el final, no fallara.

    Y todo ello, por encabezo ares en que la iglesia de Bergoglio es la Iglesia Católica.

    Se atreve hasta a querer alistar en su blasfemia hasta a Paulo IV, que precisamente, supone sabido que un verdadero Papa está inmunizado contra la herejía, por lo que proferir tantas herejías como las que llevamos viendo, es señal infalible de ilegitimidad de origen.

    A pesar de todos sus histéricos sermones, Méramo no vale más que Williamson, los dos juegan a favor de la falsa iglesia conciliar, y en contra de la verdadera Iglesia de Cristo, a la que ellos tan vilmente calumnian…

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  2. Estimado Fray Eusebio. según entendí el Padre Méramo esta citando un escrito del Padre Villa Que en Paz descanse.
    Y las citas puestas en su revistas son de Santos de teólogos y no personales del Padre Villa o del Padre Méramo.
    Yo no me precio de teóloga, pero al ver que personas como el Padre Villa, el Padre Méramo a quien si considero honestos aunque arriben a la posición sedevacante por una vía diferente «cayeron en herejía» es contemplada también por San Roberto Belarmino y todos los anteriormente citados por el Padre Villa. y nótese que el Padre Luigi Villa se hace eco de la usurpación pontificia en que eligieron al Cardenal Siri.
    Pero también están Atila S. de Tradition in Action, o el Abbe de Nantes que en paz descanse o el Hermano Bruno a quienes leemos con respeto aunque se mantienen en sus 5 y les consideran Papas aunque defienden la fe con el mismo ahínco, creo que en este caso también se encuentra Romano Amerio.
    Si fuera tan fácil no habría tanta confusión, ¿si fuera tan claro porque no se dan cuenta teólogos de ese calibre?
    Yo creo que debemos guardar nuestra espada contra nuestros verdaderos enemigos., los que hoy usurpan las sedes y apoyar a los que defienden la fe aunque discrepemos en el como se llegó a la conclusión SEDEVACANTE, o como se defiende la fe desde esas trincheras, (Tradition in Action o Radio Cristiandad, o Virgo María) estamos en el mismo barco defendiendo LA FE y LA Tradición bimilenaria de la Una Santa Católica y Apostólica Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo.
    Perdón por mi atrevimiento pero me duele de veras como vamos descalificando aquí y allá a los que discrepan no en la fe sino en como interpretan la situación actual de la Iglesia.

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  3. Salve Maria

    Ouvi, ontem – 20 de março de 2013, na Radio Cristiandad, Padre Ceriani afirmar a ambiguidade de tratamento da FSSPX frente aos papas conciliares. Ele mesmo nas missas dominicais nomeou sempre «una cum» Bento XVI.

    Mas, a partir de agora, ele não nomeará Bergoglo, pois nem papa, nem arcebispo, nem bispo, e nem sacerdote ele é. Mas, a evidência é tão clara e brilhante que cega a muitos.

    O diretor na Radio mencionou que eles sempre apontaram o erro do sedevacantismo, ao que Ceriani disse tratar-se de ¡católicos! até mais que os da fraternidade. Jajajajajajajajaja ¿É mesmo?

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  4. Mi muy estimada Adri:

    No está muy claro si el P. Villa o el P. Méramo realmente han llegado a sostener de modo consistente que los Papas conciliares no son verdaderos Papas.

    Pero suponiendo que así sea, deberían haberlo hecho basados en las verdaderas razones, y no en otras desviadas que minan toda la labor que sobre ello construyan, lo mismo que la FSSPX, que tiene razón en resistir a los conciliares, pero pierde toda autoridad moral, cuando basa su acción en una anticatólica doctrina del Reconocer ( a las falsas autoridades como legítimas) y Resistir ( a quién se reconoce autoridad legítima), como decimos en español, sopas y sorber…

    Los tales padres, falibilistas, por una parte, citan a su favor a Papas como Inocencio III , Paulo IV o san Pío V, que se habrían horrorizado al ver cómo se abusa de sus palabras, sacándolas de contexto, para hacerlas decir exactamente lo contrario de lo que querían decir. Ésto no es serio en absoluto.

    Y digo que son herejes, porque los teólogos o canonistas que ellos citan, aparte uno, son anteriores a la celebración del Concilio Vaticano I, en el que se fijó la doctrina sobre la indefectibilidad e infalibilidad del Papa.

    Las controversias que en siglos anteriores habían tenido lugar entre teólogos, (una vez oscurecido lo que todo el orbe cristiano había creído siempre, gracias a los concilios cismáticos de Constanza y Basilea), siempre habían acabado con la inmensa mayoría de ellos concluyendo que la hipótesis del papa hereje era un imposible, como lo apunta el mismo san Roberto Belarmino, o san Alfonso María de Ligorio.

    Pero ya se sabe que Roma locuta, causa finita. Una vez que Roma habla para dirimir una controversia, en este caso, con el Concilio Vaticano I, ya no es lícito a nadie hacer oídos sordos, como si esa decisión no se hubiera producido, y seguir removiendo las mismas cuestiones.

    Las Actas del Concilio afirman con suficiente claridad que la Fe de Pedro viviente en sus sucesores es indefectible, y que tanto el Magisterio Ordinario como el extraordinario del Papa es igualmente infalible. No queda resquicio alguno para la duda.

    Así como los teólogos que ponían en duda la doctrina de la Inmaculada Concepción en el S. XV no eran herejes, porque la autoridad aún no había sellado la cuestión, mientras que los posteriores a la definición de 1854 lo hubieran sido con toda seguridad si se hubiesen atrevido a poner en duda esa Inmaculada Concepción; lo mismo, un Torquemada o un Suárez no hubieran sido herejes, mientras que un Journet, hablando en los años ’50-’60 sí lo es, lo mismo que los que en él intentan apoyarse.

    Cuando digo que son herejes, lo digo refiriéndome al fuero externo, que es de lo que puedo juzgar a partir de sus palabras. El Señor conocerá la situación de su alma, y el grado de responsabilidad que hayan podido tener.

    Lo cierto es que esa herejía externa los sitúa fuera de los límites de la Iglesia Visible, por muchos méritos que por otra parte puedan atesorar.

    Entiendo que me pregunte con suma extrañeza: ¿Si todo está tan claro, cómo es posible tanta disensión y discusiones?

    Y contestaré: Porque una de las tretas de los herejes, una vez que ya no podían rebelarse abiertamente contra la sana doctrina, siempre ha consistido en negar alcance y validez a las decisiones que los condenaban.

    Pondré dos ejemplos.

    Cuando el Papa Paulo IV promulgó su Bula Cum ex Apostolatus Officio, en que paraba en seco cualquier promoción y permanencia de un cismático o hereje en cualquier puesto de responsabilidad eclesiástica o temporal, los herejes esperaron a que se muriera, para pretender que ese documento valía únicamente mientras su promulgador estuviera vivo. Una vez muerto el Papa, según ellos, quedaba automáticamente abrogado.

    Y así se rebelaban los herejes, hasta que el heredero de Paulo IV, san Pío V, llegó al Trono petrino, y no sólo reafirmó la Bula con un documento propio, sino que condenó a los herejes que afirmaran que un documento papal caducaba con la muerte de su promulgador.

    ¿Creerán que con ello quedaba claro?

    Pues se equivocarán: Primero escondieron la Bula, y la silenciaron por lo medios más rastreros (aún no existían las bases de datos en Internet).

    Y luego, los herejes seudo tradis pretendieron que había quedado abrogada por el Código de Derecho Canónico de 1917, o por la legislación electoral de Pío XII.

    Sus argumentos harían sonrojarse a cualquier seminarista, sobre todo teniendo en cuenta que estamos ante la definición solemne de un punto de Ley Divina tanto natural como positiva, que nadie, ni siquiera un papa, puede abrogar.

    Pues ahí los tiene, en Radio Cerianidad o en otras partes, desarrollando su argumentario como si todo lo que se ha escrito en estos decenios no hubiera existido nunca.

    Ytem más:

    Una de las Bulas más controvertidas de la historia fue sin duda alguna la Unigenitus, de Clemente XI, en 1713, que condenaba las herejías presentes en la obra de Jansenio y Quesnel, sobre los que se apoyaban los llamados jansenistas, temible secta subversora tanto de la monarquía como del papado de Derecho Divino, que acabaría provocando la Revolución Francesa.

    Una vez claramente desenmascarados, ¿Creerán ustedes que se sometieron? No Señor. Empezaron a pretender que las herejías condenadas por el Papa no estaban en las obras de Jansenio y Quesnel, por lo que ellos se libraban de la condenación. Y siguieron hablando de la especiosa distinción entre el Hecho, y el Derecho, apelando a un Papa o a un Concilio futuro, cuando sucesivas Bulas los habían archicondenado.

    Es increíble el derroche de estos protervos para enmarañar lo simple, y pretender que no estaba claro lo que todo el mundo tenía muy claro en cuanto leían la Bula una sola vez.

    Por eso espero que se entienda que mi vehemencia no va dirigida tanto a las personas, sin duda de muchos más méritos que yo, cuanto a esa actitud consistente en negar la verdad conocida, y afirmar que lo claro es todavía oscuro, para a continuación añadir todavía más confusión si cabe, especulando sin fin sobre el Apocalipsis, por ejemplo.

    Si ésto fuera todavía materia de simple opinión, tendría razón en sorprenderse, pero siendo esta cuestión el punto central divisivo de toda la crisis, y la razón por la cual, más de 50 años después del inicio de la Revolución Conciliar, aún no hemos empezado a verle la punta del principio del fin, no me queda más remedio que ser muy severo con aquellos que por no reconocer su error, dejan a tantos fieles expuestos a la más negra de las desesperaciones.

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  5. Transcribo el mensaje del P. Méramo a propósito de este comentario con el ruego de su publicación. Consta de un archivo adjunto y el mensaje en sí. Publico ambos. El archivo adjunto había sido en viado a fray Eusebio, a su correo, puesto que la respuesta no se mandó para que constara entre los comentarios del post. Ahora se publica también aquí.

    Estimado [señor]: Le reenvio nuevamente la siguiente respuesta al escrito de Fray Eusebio con una pequeña corrección para que la publique, confiando en su honestidad intelectual y en el derecho de replica. Que Dios lo bendiga. Padre Basilio Méramo. Bogotá 22 de marzo de 2013.
    En respuesta a un histérico ataque de un tal Fray Eusebio de Lugo, que pareciera ser más que un Fray, una Sor.
    Con mucho gusto si tiene la altura doctrinal y teológica que el tema requiere, podré contestar al argumento de fondo que debe ser tratado con ciencia y sapiencia, como exige la Teología o Ciencia Sagrada de Dios.
    Pero no sin antes saber con quién tengo el gusto, conociendo su verdadera identidad y persona, pues no acostumbro a debatirme con fantasmas ni fantoches que desde el anonimato, hacen como el pájaro milano, que tiran la piedra y escoden la mano.
    Hasta pronto y Santa Cuaresma.
    Padre Basilio Pedro Méramo Chaljub
    Bogotá, 22 de marzo de 2013

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  6. Leyendo lo apuntado por el apreciado P. Méramo, me doy cuenta de que las prisas y el calor del momento me han hecho actuar inapropriadamente. Y como de sabios es rectificar, retiro toda calificación negativa, pidiendo las oportunas disculpas a los aludidos.

    He conocido personalmente, hace años al estimado Padre, y le reitero el respeto que desde entonces le tengo.

    Es muy posible que no llegue a la altura doctrinal y teológica a la que hace referencia, pero aun así, con todas mis insuficiencias, creo que no es cosa excusada discutir civilizadamente de un tema central como lo es la adecuada comprensión de la infalibilidad de los Papas.

    Tal vez hemos empezado con mal pie. pero espero que podamos reconducir el asunto por unos derroteros más productivos y aprovechables para nuestros lectores.

    En lo que toca a mi identidad, puede estar seguro de que tengo motivos muy justificados para seguirla protegiendo bajo un seudónimo que no miente, porque fuí efectivamente religioso durante unos cuantos años, y estoy en posesión de una licenciatura en Teología, que si bien no me convierte en ningún doctor infalible, algún conocimiento que otro me ha dado…

    Aconseja la Imitación de Cristo: «No mires quién lo dice, sino lo que dice».

    Tenga la seguridad de que procuraré estudiar con favorable atención sus argumentos, procurando darle la debida razón en todo aquello que honestamente lo exija.

    Pacem et veritatem diligite, ait Dominus Omnipotens. Deo Gratias.

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  7. Muy estimado Fray Eusebio, una vez más haciendo gala de su nobleza y su Amor por la Verdad. Dios lo bendiga.
    Y para todo el foro si no se tomaron la molestia de leerlo los dos escritos del Padre Méramo que puse arriba, son de los que podríamos calificar de imperdibles, arrojan tanta luz sobre la lectura del Apocalipsis y los tiempos que vivimos que hasta un cristiano de a pie como yo, puede entenderlos.
    y darse cuenta del tiempo que nos ha tocado vivir.
    aquí una probadita para quienes no se tomaron la molestia de leer.
    » El anticristo en su versión religiosa, bestia de la tierra es un mitrado un obispo de la jerarquía de la Iglesia, está suficientemente señalado para identificarlo, pues tiene cuernos como de cordero o sea la mitra, los dos cuernos de Moisés que simbolizan el Antiguo y Nuevo Testamento.

    Un obispo que tenga o pueda tener un poder universal para arrastrar a todos tras la religión falsificada, no puede ser sino la obra del único obispo con poder universal en la Iglesia, y este es el obispo de Roma, el Papa. De aquí lo terrible, pues Satanás se valdrá del Papado para prostituir como la Gran Ramera la Iglesia Santa de Dios. De aquí que necesariamente tiene que ser un falso Papa, un impostor un antipapa, pues un Papa verdadero no puede ejercer y llevar a cabo tan tremenda acción.»

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