Juan Pablo II

¿CANONIZARÁ FRANCISCO A WOJTILA?


Casi se da por sentado que seguirå también en esto la agenda de Ratzinger.Pues vamos a refrescar la memoria.

Este post es en realidad un comentario a un exaltado Raúl, típico ejemplar de juanpablista, que desconoce en absoluto el catecismo católico aunque probablemente no el de WOJTILA, promulgado «ex Cathedra», si lo coozcerå.
He aquí un texto que los lectores del blog conocerán y y que pueden hallar al margen en «Misteriode Iniquidad«.

«Cuando Wojtyla arriba a Nancy, el alcalde, que era francmasón, lo recibió distinguiendo en él la cualidad de francmasón (testimonio del padre Mouraux, que vivía en Nancy). El joven Wojtyla fue influenciado por la teosofía. En Wadowice, conoce a Mieczyslav Kotlarczyk, escenógrafo y teórico de teatro, y fue iniciado en una dramaturgia esotérica. Kotlarczyk era un apasionado del ocultismo. “Sobre la relación entre las palabras y las cosas, Kotlarczyk lee y medita los textos de la tradición teosófica (de Helena Petrovna Blavatsky), de fonética y lingüística (Otto Jespersen), de la tradición hebraica (Ismar Elbogen), fundiendo el todo en una síntesis totalmente personal. Annie Bessant y Rudolf Steiner fueron los sucesores de Madame Blavatsky a la cabeza de la sociedad de teosofía. El cristianismo de este último era un cristianismo “cósmico”, adogmático y, claramente, evolucionista. Implica una iniciación a una magia ocultista que pone a sus adherentes en ligazón con “fuerzas” que permiten el ejercicio del “pensamiento fuera del cuerpo”. Los medios de difusión del teosofismo steineriano eran y son todavía, el teatro, la danza, etc.” (Le Roux: Pierre m’aimes-tu?, p. 63)(3) Wojtyla prologa un libro de Kotlarczyk y predica también en sus funerales.
Wojtyla mismo describía así la atmósfera en la que había trabajado como actor: “Era una misión, una vocación; era el sacerdocio del arte. Los actores, como “padres del arte”, dotados de una fuerza ilimitada para renovar el mundo, para rehacer la humanidad entera, para sanar la moral a través de la belleza predicada, transmitían los más altos valores metafísicos. Tales eran las ideas cantadas por el “Arcipreste” Kotlarczyk” (in: ibídem, p- 64).El vocabulario empleado _ “fuerza ilimitada, padres del arte, renovar el mundo, sanar la moral” – no es demasiado católico…

Al momento de Vaticano II, Wojtyla se hizo apóstol de la ideología de las logias, lo que le valió ser aplaudido por la francmasonería. “Es necesario aceptar el peligro del error. No se adopta la verdad sin tener una cierta experiencia del error. Es necesario hablar del derecho de buscar y de errar. Reclamo la libertad para conquistar la verdad” (tercera sesión del conciliábulo Vaticano II, en : Bulletin du Grand Orient de France, nº 48; noviembre/diciembre de 1964).
Cuando estaba encargado del arzobispado de Cracovia, Wojtyla reside por un tiempo dos veces en Taizé. Invita al hermano Roger a predicar ante 200.000 trabajadores de las minas (Le Monde, octubre 7 de 1986). En Kroscienko, al pie de los Cárpatos, da testimonio de su benevolencia por el movimiento “Oasis”, el “Taizé polaco” (Témoignage Chretien, mayo 28 de 1979).
Devenido pseudo-papa, se dirigió a

(3) Nota al pie de página : La expresión utilizada por Le Roux es inexacta, pues Steiner deja la teosofía y funda su propia secta, que bautiza “antroposofía”. El centro de los antropósofos se encuentra en Dornach (Suiza), donde Steiner había hecho construir un edificio de madera llamado “Goetheanum” que se destruyó en un incendio y que fue reemplazado por un edificio de piedra. La “euritmia” (danza teatral esotérica) es una componente esencial de la antroposofía

Taizé a comienzos de octubre de de 1986: “Se pasa por Taizé como se pasa cerca de un manantial”4 Durante el retiro que Wojtyla predica ante Montini y sus colaboradores en 1976, bajo el título de El signo de contradicción. Definía así la “función real” que Jesús reivindica ante Pilatos: “La función real – munus regale – no es en principio el derecho de ejercer la autoridad sobre los otros, sino de revelar la realeza del hombre. Esta realeza está inscripta en la naturaleza humana, en la estructura de la persona” (Karol Wojtyla: El signo de contradicción, París 1979, p. 176). En resumen, todos los hombres son reyes – ¡salvo Jesús!

* * En 1969. Karol Wojtyla publica en polaco un libro herético, que fue en seguida traducido al francés: Personne y acte.

Para Wojtyla, “el hombre se completa como persona” y es “cada acto que representa un cumplimiento de la persona”. La norma para realizar un acto es la “norma de su subjetividad personal”. Luego, poco importa el acto, las nociones de bien y de mal son iguales. Todo acto es bueno, desde el momento en que se ha cumplido.

Wojtyla va más lejos: la trascendencia, la libertad y la verdad no son exteriores al hombre: son los actos del hombre que hacen que haya trascendencia y libertad y que dan la norma de la verdad. “La persona es trascendente por su acción propia, porque ella es libre”. La elección del acto marca la libertad. Y la verdad consiste en realizarse a sí mismo, luego a existir realizando los actos según sus propios valores. “El poder normativo de la verdad encuentra su explicación en el deber”, que “consiste en realizarse a sí mismo”.

Así, para Wojtyla, el fin sobre la tierra y la felicidad consisten en la realización de sí mismo: “completarse, realizarse a sí mismo y ser feliz, es casi la misma cosa”.

Dios está casi ausente de esta obra, o solamente al margen. El paraíso nada le interesa al autor. El hombre puede pasarse sin Dios su creador, porque él se entiende como un creador, pues “el hombre se crea por el acto”

Esta concepción wojtyliana del hombre se inscribe perfectamente en una corriente filosófica moderna que tiene por nombre: “existencialismo”. El existencialismo fue condenado notablemente por Pío XII (encíclica Humani generis, agosto 12 de 1950).

(4)N. del T.: Wikipedia: “…La Comunidad de Taizé se ha ido desarrollando a lo largo de los años. Actualmente, se compone de un centenar de hermanos originarios de una treintena de países y que son cristianos procedentes de diversas confesiones. La Comunidad es un signo visible y palpable de la reconciliación y unidad de los cristianos… …Representantes de las Iglesias peregrinan a Taizé para . Hasta Taizé peregrinaron el Papa Juan Pablo II , el Papa Juan XXIII cuando entonces era nuncio apostólico en París (ambos grandes amigos del Hermano Roger), tres Arzobispos de Canterbury, metropolitas ortodoxos, catorce obispos luteranos de Suecia y numerosos pastores, sacerdotes y Obispos del mundo entero. La Madre Teresa de Calcuta también peregrinó a Taizé y mantenía una estrecha amistad con el hermano Roger

En 1972, Wojtyla publica un vademecum de Vaticano II a la intención de los fieles polacos (traducido al francés en 1981: Aux sources du renouveau). El autor niega allí un artículo de la fe católica.

Wojtyla es así “tomado con las manos en la masa” (cf. la bula de Pulo IV) por haber desviado de la fe antes de su elección.

Wojtyla ha negado un artículo del Credo antes de su elección, el de la unidad de la Iglesia. Veamos antes la sana doctrina: “La Iglesia está constituida en la unidad por su misma naturaleza Ella es UNA, aunque las herejías intenten desgarrarla en muchas sectas” (San Clemente de Alejandría: Stromates VII, 17). La unidad existe en la Iglesia católica. Los herejes y cismáticos deben regresar a la unidad existente, convirtiéndose al catolicismo.

Según Wojtyla, por el contrario, la unidad de la Iglesia ha sido perdida. Católicos, “hermanos separados” (= herejes protestantes) y “ortodoxos” (=cismáticos y herejes griegos) deben reconstruir juntos una unidad que no existe más. “La Iglesia (está actualmente) dividida por los hombres”, pero “los hombres, con el socorro de la gracia y a pesar de las divisiones y las antiguas, conseguirán un día esta unidad que es la de la Iglesia en el pensamiento y en la voluntad de Cristo: “Por una humilde plegaria, debemos pues pedir perdón a Dios y a los hermanos separados, tal como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido” (Vaticano II: Unitatis redintegratio, § 7)” (Karol Wojtyla Aux sources du renouveau, París, 1981, p. 261). Los católicos serían igualmente culpables de cisma, porque deberían pedir perdón a Dios por haber pecado contra la unidad.

Igual cantinela después de su elección (inválida): “Nos encaminamos hacia la unidad que caracterizaba a la Iglesia apostólica en sus comienzos y que nosotros buscamos” (encíclica Ut unum sint, mayo 25 de 1995). “La división de los cristianos está en contradicción con la verdad que ellos tienen la misión de defender” (ibídem). “No es dudoso que el Espíritu Santo actúa en esta obra” de “recomposición de la unidad de los cristianos” (ibídem).

El 12 de marzo de 2000, ante el mundo entero, Wojtyla pide perdón por todos los pecados de la Iglesia católica, entre los cuales el de ser responsable de la pérdida de la unidad. Etchegaray, presidente del comité del pseudo jubileo del año 2000, ora así: “Oremos para que el reconocimiento de los pecados que han roto la unidad del Cuerpo de Cristo y herido la caridad fraterna allane la ruta hacia la reconciliación y la comunión de todos los cristianos”. Wojtyla encadena enseguida: “Padre Misericordioso, en la víspera de su Pasión, tu Hijo ha rogado por la unidad de los que creen en Él, pero, contra su voluntad, ellos están opuestos y divididos, se condenan mutuamente y han combatido los unos contra los otros. Invocamos con fuerza tu perdón y te rogamos darnos un corazón arrepentido, a fin de que todos los cristianos, reconciliados contigo y entre ellos, no formando más que un solo cuerpo y un espíritu, puedan revivir la gozosa experiencia de la plena comunión” (in: La Croix, marzo 13 de 2000)

El día de su ordenación, Karol Wojtyla (tanto como Roncalli, Montini y Luciani) pronunció este juramento antimodernista (impuesto por San Pío X a todos los sacerdotes): “La fe no es un sentimiento religioso ciego, que surge de las profundidades tenebrosas de la subconciencia moralmente informada bajo la presión del corazón y la impulsión de la voluntad”. Por su juramento antimodernista, Wojtyla se comprometió a no substituir al depósito de la fe por un “una creación de la conciencia humana, la cual se forma poco a poco por el esfuerzo de los hombres”.

Ahora bien, este juramento fue un perjurio, pues en verdad, Wojtyla tenía una concepción diametralmente opuesta de la fe, que confía a su amigo Frossard: “ No he considerado jamás a mi fe como “tradicional” (…) Considerando con toda objetividad mi propia fe, siempre he constatado que ella no tenía nada que ver con cualquier conformismo, que ella había nacido en las profundidades de mi propio “yo”, que ella era también el fruto de los esfuerzos de mi espíritu que buscaba una respuesta a los misterios del hombre y del mundo” (in: André Frossard: N’ayez pas peur, París 1982, p. 40-41).

La fe es un don de Dios, gracias a la cual nos adherimos firmemente a las verdades del catecismo. Ahora bien, Wojtyla, como buen francmasón, rehúsa lo que llama desdeñosamente las “verdades hechas”. Dice a su amigo Frossard: “La fe no constriñe a la inteligencia, no la sujeta a un sistema de verdades todas hechas” (in: Frossard, p. 63). Esto es la exacta oposición del juramento antimodernista, según el cual la fe “es un verdadero asentimiento de la inteligencia a la verdad recibida extrínsecamente por la enseñanza recibida…” * * *

Dime a quién admiras y te diré quién eres.

“Teólogos tan eminentes como Henri de Lubac, Y. Danielou, Y. Congar, H. Küng, R. Lombardi, Karl Rahner y otros han jugado un rol extraordinario en los trabajos preparatorios” del conciliábulo Vaticano II (Wojtyla: entrevista en 1963 con el padre Malinski: Mon ami Karol Wojtyla, París 1980, p. 189). Todos los teólogos más escandalosos son no solamente colmados de elogios por Wojtyla, sino a veces elevados al (pseudo) cardenalato por él. Resumamos brevemente las tesis de todos estos teólogos, que Wojtyla aprecia tanto.
. BALTHASAR pretende que el infierno está vacío.
Hans Urs von Balthasar, que Le Monde del 20 de octubre de 1981 calificó de “maestro del pensamiento de Juan Pablo II”, fue creado cardenal el 28 de junio de 1988.

CÁMARA estima que el marxismo es legítimo. El evangelio es un fermento revolucionario. “Bien lejos de refunfuñar por la socialización, sepamos adherirnos a ella con alegría como a una forma de vida social mejor adaptada a nuestro tiempo y más conforme al Evangelio.”. Marx tiene razón en criticar a la religión como “el opio de lospueblos”, pues “la Iglesia presenta a los parias un cristianismo pasivo, alienado y alienante, verdaderamente un opio para las masas” (1968).

El 15 de agosto de 1981, Wojtyla felicitó a dom Helder Cámara: “Tu alma de pastor contribuye a nuestra santificación. (…) Nosotros tenemos por ti un amor especial”.

CONGAR, muchas veces exiliado por Pío XII en razón de su herejía, se entusiasma: “He sido colmado. Las grandes causas que yo había servido han llegado a buen término con el concilio: renovación eclesiológica… reformismo, ecumenismo, laicado”. “La reforma tiene sobre nosotros un adelanto de cuatro siglos con respecto a los requerimientos del espíritu moderno”.

“Teólogo eminente” según Wojtyla (in: Malinski: Mon ami Karol Wojtyla, p. 189).

KÜNG niega todos los dogmas. Es tristemente célebre por sus ataques contra la divinidad de Jesús y la infalibilidad papal. ¡“Teólogo eminente” según Wojtyla!

LUBAC hace una confusión entre natural y sobrenatural. Cada hombre es Dios: “Revelando al Padre y siendo revelado por Él, Cristo acaba de revelar el hombre a él mismo” (1938). Lubac fue creado cardenal por Wojtyla el 2 de febrero de 1983. “Yo inclino la cabeza ante el padre Henri de Lubac, teólogo jesuita que se mantenía en los primeros rangos, al costado del padre Congar, habiendo tenido el uno y el otro, antes del período conciliar, dificultades con Roma” (Wojtyla en Francia, Le Monde del 3 de junio de 1980).

MARITAIN preconiza la separación de la Iglesia y el Estado: “A la ciudad medieval de tipo sacro y teocrática debe suceder hoy una nueva cristiandad, caracterizada por la emancipación recíproca de lo temporal y lo espiritual, y por el pluralismo religioso y cultural de la ciudad”.
Maritain cree en una amnistía final obtenida por Satán. Maritain fue el amigo y el maestro del pensamiento de Montini y Wojtyla. Maritain “sostenía que una justa concepción de la persona humana era la base necesaria para todo edificio social y político digno del hombre” (Wojtyla para el centenario del nacimiento de Maritain, 1983).

RAHNER cree que cada hombre es Dios: “En mi esencia, está Dios”. Niega el privilegio de la Inmaculada Concepción, pues niega el pecado original. Este dogma “no significa de ninguna manera que el nacimiento de un ser esté acompañado de alguna cosa contaminante, de una mancha y que para evitarla, María haya debido tener un privilegio” (1968). Negación de la transubstanciación y del infiernopueblos”, pues “la Iglesia presenta a los parias un cristianismo pasivo, alienado y alienante, verdaderamente un opio para las masas” (1968).
El 15 de agosto de 1981, Wojtyla felicitó a dom Helder Cámara: “Tu alma de pastor contribuye a nuestra santificación. (…) Nosotros tenemos por ti un amor especial”.
CONGAR, muchas veces exiliado por Pío XII en razón de su herejía, se entusiasma: “He sido colmado. Las grandes causas que yo había servido han llegado a buen término con el concilio: renovación eclesiológica… reformismo, ecumenismo, laicado”. “La reforma tiene sobre nosotros un adelanto de cuatro siglos con respecto a los requerimientos del espíritu moderno”. “Teólogo eminente” según Wojtyla (in: Malinski: Mon ami Karol Wojtyla, p. 189).

KÜNG niega todos los dogmas. Es tristemente célebre por sus ataques contra la divinidad de Jesús y la infalibilidad papal. ¡“Teólogo eminente” según Wojtyla!

LUBAC hace una confusión entre natural y sobrenatural. Cada hombre es Dios: “Revelando al Padre y siendo revelado por Él, Cristo acaba de revelar el hombre a él mismo” (1938). Lubac fue creado cardenal por Wojtyla el 2 de febrero de 1983. “Yo inclino la cabeza ante el padre Henri de Lubac, teólogo jesuita que se mantenía en los primeros rangos, al costado del padre Congar, habiendo tenido el uno y el otro, antes del período conciliar, dificultades con Roma” (Wojtyla en Francia, Le Monde del 3 de junio de 1980).

MARITAIN preconiza la separación de la Iglesia y el Estado: “A la ciudad medieval de tipo sacro y teocrática debe suceder hoy una nueva cristiandad, caracterizada por la emancipación recíproca de lo temporal y lo espiritual, y por el pluralismo religioso y cultural de la ciudad”.

Maritain cree en una amnistía final obtenida por Satán. Maritain fue el amigo y el maestro del pensamiento de Montini y Wojtyla. Maritain “sostenía que una justa concepción de la persona humana era la base necesaria para todo edificio social y político digno del hombre” (Wojtyla para el centenario del nacimiento de Maritain, 1983).

RAHNER cree que cada hombre es Dios: “En mi esencia, está Dios”. Niega el privilegio de la Inmaculada Concepción, pues niega el pecado original. Este dogma “no significa de ninguna manera que el nacimiento de un ser esté acompañado de alguna cosa contaminante, de una mancha y que para evitarla, María haya debido tener un privilegio” (1968). Negación de la transubstanciación y del infiernoKarl Rahner se extinguió a la edad de 80 años. Entre las pruebas de estima, Rahner venía de recibir los votos personales de Juan Pablo II” (Témoignage Chretien, abril 9 de 1984).

KIERKEGAARD, HUSSERL Y SCHELER han bautizado a su filosofía “existencialismo”. Según estos filósofos, los Evangelios no son históricos, sino un testimonio de la Iglesia. Los dogmas devienen relativos y cambiantes. La Redención no es más que la victoria sobre la injusticia, el racismo, el fascismo. Cristo no es más que un hombre ejemplar. Los sacramentos no son más que símbolos, etc. Wojtyla (bien que su tesis doctoral sobre La posibilidad de fundar una ética cristiana sobre la base filosófica de Max Scheler haya sido criticada por sus examinadores) se refiere constantemente a los filósofos Kierkegaard, Husserl y Scheler. * * * Cuando Wojtyla fue elegido, un cardenal realizó una visita a Jean Guitton, amigo de Montini y… francmasón. Jean Guitton se inquietaba: ¿El sucesor de Montini pondría en cuestión los avances masónicos de su predecesor? El cardenal le aseguró: “¡Las gentes son tan tontas que creen que es suficiente ser polaco para tener la fe! ” (Testimonio de Michèle Reboul, secretaria de Jean Guitton que asistió a la entrevista).

Conclusión

Visto que Roncalli, Montini, Luciani y Wojtyla han desviado de la fe antes del cónclave, su elección es inválida en virtud del derecho divino y en virtud del derecho eclesiástico. La Iglesia ha zanjado con anticipación: “En virtud de una renuncia tácita admitida por el derecho mismo, no importa qué oficio es vacante por el hecho mismo y sin ninguna declaración, si el clérigo (…) 4º se separa públicamente de la fe católica” (canon 188). Y un canonista bien conocido por comentar la noción de “renuncia tácita” del canon 188: “Se sabe que ella es el efecto de una presunción legal, y no el objeto de un juicio declarativo” (Raoul Naz: Dictionnaire de droit canonique, París 1957, artículo “offices ecclésiastiques”). La Iglesia ya ha zanjado, porque ha dictado una ley dicha “írrita”. ¿Qué quiere decir “ley írrita”? La palabra viene del latín in-ratus, que significa no ratificado, sin valor, nulo. Según el canon 11, las leyes írritas deciden que un acto es nulo. “Las leyes írritas o inhabilitantes son las que deciden expresamente o en términos equivalentes que un acto es nulo o que una persona es inhábil”. La Iglesia ya ha zanjado la “cuestión del papa”, pues ha establecido una ley írrita, según la cual la elección de un no católico es automáticamente golpeada de nulidad, porque el § 6 de la ley eclesiástica Cum ex apostolatus hace inválidas “por el hecho mismo, sin que haga falta ninguna otra declaración ulterior” las elecciones de Roncalli, Montini, Luciani y Wojtyla

Se trata de lo que los canonistas llaman una “nullitas latae sententiae plenísima”, es decir de un acto electivo nulo de pleno derecho, sin ninguna intervención posterior de parte de cualquier tribunal eclesiástico. Según el Diccionario de derecho canónico (artículo “nulidades”) “la nullitas latae sententiae plenísima lleva al acto a la nulidad, tanto en fuero interno como en fuero externo, en la ausencia de toda sentencia judicial”. Este diccionario precisa que no importa cuál simple particular, (aun un laico) está habilitado a constatar esta nulidad y a actuar en consecuencia. Las elecciones de Roncalli, Montini, Luciani y Wojtyla SON nulas inmediatamente; cualquier católico está habilitado a hacer conocer este hecho.

Es aun un deber proclamar la invalidez de esas elecciones. Pues el papa Paulo IV ha redactado una “constitución” a la que todo católico debe obedecer bajo pena de pecado.
Según Santo Tomás de Aquino, en efecto, “la ignorancia del derecho no excusa absolutamente. Ahora bien, la constitución del papa hace el derecho. Luego aquél que hace alguna cosa contra la constitución del papa por ignorancia es inexcusable. (…) La ignorancia es un pecado, cuando se ignora alguna cosa que se puede y debe saber; todos son tenidos por conocer la constitución del papa. Luego, si alguno la ignora por negligencia, no está exento de falta si actúa contra la constitución” (Santo Tomás de Aquino: Quaestiones quodlibetales, nº I, q. 9, a. 3).

La constitución de Paulo IV es indudablemente un “acto de la Santa Sede”.
Ahora bien, según el canon 2333, la oposición directa para impedir la ejecución de los actos de la Santa Sede es un delito golpeado de excomunión. Quienes se oponen a la constitución de Paulo IV incurren ipso facto en una maldición divina (Cum ex apostolatus, § 10).

RESUMIDO: visto que Roncalli, Montini, Luciani y Wojtyla han desviado de la fe antes del cónclave, su elección es inválida en virtud de la ley divina y de la legislación eclesiástica en vigor

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2 respuestas »

  1. Después de un resumen de la cuestión como el presente, creo que debería quedar clarísimo el asunto.

    1.No cabe duda de que la negación palmaria de la unidad de la Iglesia por parte de Wojtila antes de su elección es una herejía perfectamente tipificada y condenada, cuyo sentido no es ambiguo o dudoso en absoluto.

    2. No cabe duda de que la Bula de Paulo IV estatuye que cualquiera que fuera sorprendido «in fraganti», como en este caso, está inhabilitado para recibir el Pontificado, de manera aún más radical que si fuera mujer, niño, loco, o no bautizado.

    3. No cabe duda de que la norma anterior se aplica a Wojtila sin atenuante alguno.

    4. Por si quedara alguna duda, los actos, palabras y omisiones de Wojtila han confirmado amplísimamente lo que ya estaba patente antes de su elección.

    ¿Qué oponen los cualificados enemigos de la Iglesia designados y condenados en la Bula, y que pretenden evitar que los católicos reconozcan una verdad tan evidente, a saber, que es imposible que los electos tras la muerte de Pío XII sean verdaderos Papas?

    Pretenden, o bien que lo reseñado más arriba como proferido por el card. Wojtila no es herejía, estilo del P Iraburu, sistemática y voluntariamente ciego a las herejías de los mismos Pontífices conciliares, al tiempo que reacciona inmediatamente cuando se le oculta la procedencia del texto, y se le hace creer que procede de otra fuente, como así lo experimentó algún comentarista.

    O bien, si no les queda más remedio, reconocen que sí es herética la afirmación, pero que para surtir efecto jurídico, es necesaria una declaración por parte de una u otra instancia eclesiástica, lo cual niegan claramente los doctores en derecho, como Naz, apuntado más arriba.
    Posibilidad además negada por la Bula, que autoriza a cualquier fiel a separarse del usurpador hereje, sin esperar una sentencia tan inútil como improbable.

    Así que todos los fautores de herejes que siguen hablando de los usurpadores conciliares como de verdaderos Papas son inexcusables, están en estado de pecado mortal público, han incurrido en excomunión lata sententia, se han situado fuera de la Iglesia visible, y no pueden reclamar para sí mismos el título de católicos.

    Como en algún otro foro se apuntó, deberían saber que el día en que volvamos a tener un Papa, se encontrarán en una situación parecida a la del coronel Escobar, que a pesar de proclamarse católico, puso su espada al servicio de los demoledores conscientes de la Iglesia y la Patria, en una situación de peligro extremo no sólo para España, sino para el resto de los países europeos, que de haber triunfado Stalin, habrían caído bajo el efecto tenaza perseguido por ese predecesor del Anticristo.

    Y cuando por fin se le puso en frente de sus responsabilidades, aún se sorprendía de que no lo condecoraran por sus «eminentes servicios»…

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