
Pasados los primeros 45 días del pontificado del Papa Francisco, podemos preguntarnos si se adivina el programa en su gobierno. Creo que muchas de sus directrices están sobre la mesa. Permítanme redactar una primera lista:El P. Raniero Cantalamessa fue elegido por Benedicto XVI para ser el predicador papal oficial. Por tanto, en teoría, él se encargaba de predicar al Papa y a la Curia romana sobre lo que

Cantalamessa hace lo que Benedicto le dice
deberían hacer para ser mejores católicos y alcanzar la santidad. En la práctica, si el P. Cantalamessa fuera independiente y verdaderamente hablase en nombre propio, su función sería similar a la de un profeta que orientase al Papa y a sus Cardenales por los senderos del progresismo. Pero si él no fuera independiente, entonces sería un emisario que habría recibido instrucciones de Benedicto para lanzar sus mensajes en ocasiones solemnes. Cantalamessa dio una plática al Papa Francisco y a su Curia durante la ceremonia del Viernes Santo 29 de marzo de 2013 en la Basílica de San Pedro . Su puesto de predicador terminará cuando Francisco elija su propio predicador y lo reemplace. Yo pienso que el mensaje dado por el predicador en sa plática, fue sugerido por el Papa Benedicto XVI, como una especie de misión transmitida al nuevo Papa en el comienzo de su desempeño en el cargo. Estos son los puntos importantes que el predicador ofreció en su plática:
- « La Evangelización no es una conquista, ni tampoco es propaganda«;
- «Debemos hacer todo lo posible para que la Iglesia no se asemeje a un castillo complicado.»
- «Su mensaje debe fluir libremente y con alegría»
- Hay obstáculos que se interponen en el camino del Papa: son los muros que separan a las «iglesias cristianas entre sí, con un exceso de burocracia, reliquias de un ceremonial obsoleto, leyes y disputas históricas, que en la actualidad son únicamente escombros»
- Para adaptarse a las «necesidades de los tiempos» el edificio de la Iglesia a través de los siglos «se llenó de muros, escaleras, habitaciones y armarios. Ha llegado el momento en que nos demos cuenta de que todos estos ajustes ya no responden a las necesidades actuales, sino que son obstáculos; «
Cantalamessa como lo hiciera Bergoglio recibió la bendición de un protestante
- «Así pues, hemos de tener el coraje de derribarlos y hacer que el edificio recobre su simplicidad y aspecto original».
- «Esta fue la misión que recibió un día, el hombre que oraba ante el Cristo de San Damián:«: Ve, Francisco, y restaura mi Iglesia «
En estas pocas líneas el P. Cantalamessa nos ofrece la agenda de trabajo como si el Papa Ratzinger hablara así al Papa Bergoglio: «Yo sé que yo debería haber hecho esto, pero no podía hacerlo todo. Ahora usted debe proseguir la tarea contando con mi apoyo. Yo estaré en un segundo plano apoyando su labor «.¿Cual es este programa?
Eliminación del exceso de burocracia: Esta acusación – que la Iglesia tiene un exceso de burocracia – incluye la organización de la Curia Romana. Pero su eliminación puede tener consecuencias nefastas para la identidad de la Iglesia. Les daré dos ejemplos:
- Bajo el pretexto de evitar un «exceso de burocracia» los procesos de nulidad matrimonial se transfirieron de la Sacra Rota Romanaa a los tribunales diocesanos. El resultado final es
Hay que echar abajo una Iglesia jerarquizada y hacerla horizontal y simple
innegable: una explosión en el número de anulaciones, las cuales se hicieron tan fáciles de alcanzar que suponen de hecho el divorcio entre los católicos. Con este cambio, la Sacra Rota perdió su importante función, abriendo así el camino para su abolición; la moral de los católicos se deterioró, el divorcio se admitió de facto, y la Iglesia conciliar se hizo semejante al protestantismo.
- Con el pretexto de la colegialidad y la eliminación de la burocracia en el Vaticano, los procesos de beatificación y canonización están siendo transferidos a tribunales diocesanos. En la última fase de Benedicto XVI y ahora con Francisco, estamos viendo beatificaciones y canonizaciones que ya no son proclamadas en Roma, sino en Francia, España, Argentina y Brasil.
Si esto continúa tal como estaba previsto, la » fábricación de santos «instaurada por JP2 y continuada por B16 que produce un número cada vez mayor de santos y beatos – más de los proclamados por los restantes Papas juntos – promete explosionar en proporciones inimaginables. Esta explosión representaría tal depreciación del honor de los altares que se reduciría a casi nada. Una vez más, esto haría que la Iglesia conciliar fuera más afín al protestantismo, que niega el culto a los santos. Así, el pretexto de eliminar el exceso de burocracia ya se ha utilizado, en primer lugar, para destruir la centralización monárquica de la Iglesia, segundo, para destruir la identidad de la Iglesia en su moral y en su culto, y tercero, para protestantizar la Iglesia.
La eliminación de lo que queda del ceremonial del pasado convertido en escombros: Este vago objetivo abarca las tradiciones y los símbolos católicos. Nosotros hemos visto el desprecio que ha mostrado el Papa Francisco a los símbolos de la monarquía papal – según se informó, llegó a decir « se acabó el carnaval » minutos después de su elección cuando se le pidió que se pusiera la muceta roja, rechazando usar el anillo de oro y la cruz papal, los zapatos rojos, el trono papal, los apartamentos papales y la limusina, etc, etcEste objetivo de acabar con «las ceremonias del pasado que ahora ya son sólo basura» es tan genérico que me hace preguntarme qué cosa no comprenderá. Cualquier ceremonia o costumbre

Símbolos igualitarios de un pontificado: La cruz de hierro, el anillo de latón, y el reloj de plástico en la muñeca
pueden ser abolidas con este pretexto. Una pregunta surge: ¿quién va a juzgar si un acto se ha convertido en «basura«? ¿Será el Papa Bergoglio con sus criterios patentemente igualitarios? ¿Será el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Müller, partidario de la Teología de la Liberación? ¿Serán los «Ocho grandes» que Francisco ha elegido para dirigir la Iglesia junto a él? Nadie lo sabe.
Superación de las leyes y disputas históricas que ahora son escombros: Una vez más nos preguntamos, ¿qué no está incluido en esta generalización? ¿A qué leyes se refiere? Menciono sólo dos tipos de leyes, unas que afectan al Papado y otras que afectan al sacerdocio:
- ¿Por qué no habría un límite de edad para los papas en el gobierno de la Iglesia, como la que se establece para los cardenales? ¿Por qué no habría un límite temporal en el gobierno papal como el que tienen los presidentes de las repúblicas? ¿Por qué no acabar con el secreto del cónclave en la elección papal para asemejarse a los procedimientos democráticos? ¿Por qué no incluir en el cónclave para la elección del Papa, a Presidentes de las Conferencias Episcopales, a superiores de órdenes religiosas y a representantes de algunas asociaciones laicales?
- ¿Por qué no acabar con el celibato del clero? ¿No podría el celibato también ser considerado «basura»? ¿Por qué no admitir a mujeres al sacerdocio?¿Por qué no admitir que los laicos pueden consagrar la eucaristía?
Después de pensar en leyes que podrían ser meros escombros, permítanme ahora contemplar dos ejemplos de cuestiones que surgen en las disputas históricas.
- ¿Podría considerarse la doctrina de la justificación que separa a católicos y protestantes una más de los residuos que hay que eliminar?
- ¿Podría aceptarse que el dogma de Fe de que el Señor Jesús es Dios – que separa a católicos de judios y musulmanes – es una disputa-basura que impide que la ansiada Pan-religión sea una realidad?
Eliminación de los obstáculos institucionales: . Cantalamessa utiliza muchas metáforas para decir que casi todos los aspectos jerárquicos de la institución de la Iglesia ya no satisfacen las necesidades actuales y se han convertido en un obstáculo
Hay que tener el valor de destruir: Entonces, llegamos al final . En referencia a las partes de la Iglesia, que se han convertido en obstáculos, el predicador papal da al papa Francisco

Para completar su programa de destrucción, Francisco goza del apoyo de los progresistas, de la masonería y del judaísmo
este consejo: «Debemos tener el coraje para derribarlos y devolver el edificio a la horizontalidad y simplicidad de sus orígenes.»
Con lo dicho tenemos la misión que el Papa Ratzinger, a través de las palabras de su predicador, transmite al papa Bergoglio. Si quedara alguna duda, la metáfora de San Francisco ante el Cristo de San Damián, la disiparía por completo. En efecto, la misión le fue claramente enunciada: «Ve, Francisco, y reconstruye mi Iglesia.»Esta plática me parece una completa carta blanca dada al Papa Francisco por el Papa Benedicto XVI para hacer lo que sea necesario para tratar de destruir todo aquello que en la Iglesia impide que la utopía del Concilio Vaticano II se convierta en realidad. Así pues, el programa está sobre la mesa. Para llevarlo a cabo, el Papa Bergoglio cuenta con el apoyo evidente del Papa Ratzinger, de todos los cardenales que lo eligieron con plena deliberación, de la totalidad de los obispos, de la inmensa mayoría de los católicos progresistas de la Iglesia, de una gran parte de la minoría conservadora siempre presta a dejarse engañar, más los medios de comunicación y la totalidad de la masonería y del judaísmo. Todo ello constituye el poder apocalíptico capaz de realizar que parece imposible, la infernal tarea de destruir por completo a la Iglesia Católica. Si este escenario es objetivo, ¿Cuánto falta para que vivamos el tiempo del Anticristo?
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