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LO DE SUOR CRISTINA VIENE DE LEJOS


carnevale liturgico
No surgió el fenómeno de Suor Cristina de repente, sino que fue flor nacida en una tierra preparada y abonada a conciencia. La desacralización del hábito y de la Regla religiosa viene dándose desde hace tiempo, al influjo de las consignas vaticano- segundistas. Los excesos litúrgicos, las extravagancias de curas roqueros y pop, las pláticas ambiguas o alejadas de la fe católica, monjas y frailes andariegos que aparecen en concentraciones, peregrinaciones, festivales católicos etc..o en la pequeña pantalla,  son las noticias con que nos desayunamos todos los días.

¿Pero qué hay de común en todo ello? A mi modo de ver hay algo más profundo: la adulteración de lo sobrenatural sustituido por fenómenos naturales. La Religión se ha vuelto «natural» y nada «sobrenatural». La Fe sobrenatural, ha sido sustituida por la «experiencia» y el sentimiento. Los datos objetivos de la Fe, han dejado paso al subjetivismo religioso y al desbordamiento de lo personal, por ejemplo, en confesiones impúdicas en público.

Ahora, no se comprende la religión sino a través de las emociones, a veces desbordadas. El gozo espiritual se ha vuelto alegría ruidosa y mundana. Ahora lo que cuenta es el número, bien sea de asistentes a un sonoro acontecimiento, bien sea en las cuentas económicas de beneficios.  Hemos visto nuevos movimientos de crecimiento meteórico, que levantan impresionantes edificios y lugares de «culto» y «meditación» o «retiro».

 el abad Nortker Wolf, de Baviera,. En estas fotos se le ve en una de sus diversiones favoritas, la música rock.

el abad Nortker Wolf, de Baviera,. En estas fotos se le ve en una de sus diversiones favoritas, la música rock.

El sobrio gregoriano ya no se escucha en las «iglesias». en su lugar la música del líder, o canciones mundanas adaptadas; en sus ámbitos resuenan marchas adolescentes al son de las guitarras o instrumentos electrónicos, que ocupan el lugar de órganos y armonios. find fight follow / findfightfollowA veces se ven globos junto a los «altares» o mejor «mesas para la sinaxis». Ha llegado a haber luces psicodélicas discotequeras, en lo que se tiene por templo de Dios. Ya no se necesitan los simpáticos monaguillos de antaño vestidos de rojo talar. En un exceso sacrílego han llegado a ser  sustituidos por perros monaguillos. Estas pinceladas se podrían alargar hasta el infinito.

Pero ahora en esta entrada nos referimos al mundillo de los religiosos de donde procede Suor Cristina. Sus actuaciones y «performances» quizás hayan inspirado a la monja cabaretera  a dar el salto a la fama en un concurso público. Ella alega que es un paso adelante en la «nueva evangelización» e invoca al «Papa Francisco» de quien espera una llamada complaciente. Su caso hay que verlo como un lógico desarrollo de las actuaciones de religiosos en ámbitos reducidos, a veces en festivas celebraciones.

Véase cómo celebraban la fiesta de fin de año en Loreto, en 2010, los franciscanos. No faltaba un obispo con su solideo morado, que no desdeñó hacer, literalmente, el payaso. Es un obispo «conciliar»; quizás más tarde asistente del coro obispal de Río de Janeiro:

Ya habíamos visto en el blog una actuación de frailes dominicos que ahora reproduzco:

O el famoso ding dong.

Para no cansar me paro aquí. Youtube está lleno de cosas parecidas.

La pregunta es . ¿Puede extrañar con estos precedentes a los que nadie ha puesto coto, la deriva de suor Cristina en su particular manera de evangelizar? Ella quiso hacer lo mismo pero a lo grande. Su actuación inundó los medios en todo el mundo y fue celebrada por los más, hasta fue alentada por todo un «cardenal», Ravasi, para «compartir sus dones».

Pero una minoría de católicos conscientes [católicos avinagrados, Francisco dixit] que en gran parte han conocido el catolicismo de antaño, o que aún conocen hoy día, la Fe católica, la moral, l ascética cristiana, las Escrituras Santas… rechazan esta adulteración del verdadero catolicismo, esta caricatura del espíritu religioso, esta deriva «litúrgica» y «evangelizadora».

Quizás venga a propósito la profecía de soeur Nativité de Bretaña:

En los últimos tiempos se levantará una falsa religión …  Tendrán altares y templos donde sus sacerdotes tratarán de imitar los ministerios, las ceremonias y el sacerdocio de la religión, en las cuales mezclarán una cantidad de circunstancias extravagantes y supersticiosas, invocando, o más bien, profanando el santo nombre de Dios. Estando su religión fundamentada sobre los placeres de los sentidos, despreciarán interiormente la vida crucificada, la mortificación, el sufrimiento… El ridículo que ellos tratarán de lanzar sobre los cristianos que todavía habrá, hará caer y apostatar un gran número. Se escuchará hablar de prodigios y de milagros[¡¡¡¡] de los ministros del error que no harán menos esfuerzos para ilusionar al pueblo con cosas sorprendentes, donde el demonio entrará muchísimo; hasta después de su muerte…También se pintarán sus imágenes en los templos, y se dirá muy alto que una Iglesia que produce semejantes milagros es mucho más santa que la anterior” (Soeur de la Nativité)

 

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16 respuestas »

  1. Evangelización o mundanización .
    Veo normal que Sor Cristina participe en un canal católico como es el de La Conferencia Episcopal Italiana ya que es religiosa , y se supone que es » un canal católico » . Lo que no veo normal es que una persona consagrada a Cristo y con un hábito negro cuyo significado es ´´ muerte al mundo ´´ participe en un programa mundano vulgar , con un jurado vulgar , con una canción vulgar y un baile vulgar no propio de una persona consagrada. Está bien evangelizar , pero evangelizar con lo que es católico , no con lo mundano y mucho menos de ponernos a nivel de lo mundano . Este acto lejos de evangelizar puede producir el efecto contrario que es el de mundanizar cuya palabra no se sí es la adecuada . La secularización , hoy por desgracia ya arraigada incluso dentro de la Iglesia , digamos que es una mundanizacion que va envolviendo lo sacro , aunque este no sea su significado literal . Después de el Concilio Vaticano II se adoptó una postura aperturista al mundo que tuvo un efecto contrario , en vez de sacralizar el mundo , fue el mundo quien envolvió lo sacro . Esto ha pasado por haber hecho esa apertura o esa evangelización incorrectamente . En vez de evangelizar con lo que es sagrado se quiso adoptar una postura de evangelizar con lo mundano y de ponernos al nivel del mundo . Una persona que va a evangelizar no se puede poner al nivel del mundo porque es una contraposición , ya que el mundo es uno de los enemigos de el alma . Todo el que ha querido conciliar con el mundo con metodos mundanos ha fracasado . No es de extrañar con esto el abandono de sacerdotes de la Iglesia o la falta actual de vocaciones , pues esta gente se empeña en agarrarse al enemigo del alma , repito que es el mundo junto con el demonio y la carne . Todos los santos tuvieron esta renuncia al mundo , incluso Jesucristo la tuvo .Esta hermana lejos de evangelizar puede ser un mal ejemplo para muchos católicos que puedan ver normal un acto que está fuera de lo normal. Puede que su intención sea buena , pero no cuentan las intenciones ya que el infierno está lleno de buenas intenciones , lo que cuenta es la ACCIÓN , y en este caso que nos ataña , no es ni mucho menos la correcta al igual que no es correcto el modo de evangelización que se está adoptando en la Iglesia , cuyo resultado ya hemos visto y estamos viendo que es la secularización en estado sumo .

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  2. » LA CONCILIACIÓN CON EL ESPÍRITU DEL MUNDO , NO SÓLO DEBILITA LA FE , LLEVA A SU PERDIDA TOTAL…¡OH ,CUANTOS NAVEGANTES , CUANTOS CAPITANES, QUE POR HABER QUERIDO CONCILIAR CON EL MUNDO , HAN NAUFRAGADO.»
    ( San Pío X )

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  3. Julio Olaf:
    El engendro abominable que surgió desde el «concilio vaticano II» no es otra cosa que la FALSA IGLESIA, que despues de los intentos externos de destrucción a la Iglesia de Cristo, la Unica y verdadera, lograron OCUPAR TODOS LOS LUGARES Y CARGOS, produciendo un «eclipse» de la Visibilidad de la Iglesia Católica, al punto de hacer creer que sigue siendo la misma que fundó Jesucristo. Y en este error -involuntario por ignorancia en muchos casos- en el que ha sucumbido la mayoría de los católicos, llamando «papa» a los herejes ocupantes de la Sede Apostólica, obispos y sacerdotes a una jerarquía sumida en la apostasía, e «iglesia católica» a la Ramera apocalíptica.
    Jesucristo siempre y sin abandonarla ni un instante permanece con la ESPOSA, no con la Ramera. Donde está Jesucristo está SU Iglesia adherida a El y predestinada desde antes de los siglos, en la Mente Divina, para que a través de Ella, como en una barca inconmovible y segura, llegaran los hombres a la eternidad. Jesucristo es Dios hecho Hombre, muerto y resucitado para estar con la Iglesia siempre: «Quien no honra al Hijo, no honra al Padre que lo ha enviado», Jesucristo reveló que Dios es Trino y no hay otro Dios que el Uno en esencia y Trino en Personas. El engendro que tenemos delante desde hace más de cincuenta años NO ES la Iglesia Católica. La «secularización» y la mundanización» no existen en la Iglesia Católica, son frutos del árbol malo. TODA FALSA IGLESIA que ha eclipsado -OCUPANDO- a la Iglesia Católica se nutre de esos frutos podridos. La verdadera Iglesia NO ESTA AHI, por tanto tampoco Jesucristo que permanece fortaleciendo a los que no han «negado Su Nombre» y que como rebaños se hallan dispersos por todo el mundo «conservando Su Palabra» y a la espera de ser regida por un verdadero y legítimo Pastor, Vicario de Cristo.
    Es blasfemo seguir creyendo que la Ramera es la Esposa y es ultrajar a Jesucristo creer que Su Iglesia pueda dejar de ser «sociedad perfecta» «sin mancha ni arruga».
    La herejía, el cisma y la apostasía nunca están dentro de Ella. Ella los declara, los combate y los aplasta, pues «qué conciliación puede haber entre la luz y las tinieblas», son opuestos irreconciliables tanto como la Esposa y la Ramera.

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  4. Simon del Temple,me gustaría preguntarle ¿porqué dice la Bíblia que el trigo y la mala hierba crecerían JUNTOS hasta la siega ?

    Digo esto ,porque aunque la Iglesia esté contaminada por el Concilio Vaticano II , o si fueron o no algunos papas herejes,(algo que siempre ha existido en la Iglesia ), incluso rencillas entre dos santos ( como en el caso de san Vicente y santa Catalina ) todo ello ocurrió sin que la Eucarístía se viera afectada ,,, Debemos pensar si realmente toda la Iglesia conciliar es la mísma o no ,,, hay restos de católicos que aún creemos que la Eucaristía sigue siendo válida en las misas conciliares y que aún son decentes, pues no se ven esos sacrilegios como se ve en las fotos arriba, esto indica que no todos somos iguales y que como dice la Bíblia el trigo y la mala hierba estarían juntos hasta que llegue el momento de la siga .
    Supongo habrá un momento en que reconoceremos que tendremos que «salirnos de ella» para no hacernos cómplices de sus errores y pecados, que ese momento está muy próximo,pero pienso que no es justo hacerlo antes de tiempo.( desde hace 50 años )

    Este «papa» no se comporta como tal y el císma debe estar muy próximo,no habría císma si toda la Iglesia opinara igual ,pues no habría ninguna intención de dividirse , el resultado de ello es lo que dará lugar a»salirse de ella Pueblo mío «.

    Dios nos guíe y que en Su Infinita Misericordia tenga piedad de nosotros.

    -Lucia-

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  5. No se debe confundir la Moral católica con el Dogma católico. Bien pueden convivir los pecadores con los santos, pero no los cristianos -aunque seamos pecadores- con los herejes. Hay obligación grave de apartarse del hereje, no así del pecador. Jesucristo no tuvo el mismo trato con la Samaritana, o con la adúltera que eran pecadores pero que al ver la Luz, vieron; que con los recalcitrantes fariseos o el sacerdocio judío que viendo los milagros que hacía decidieron su muerte mucho antes que se los entregara Pilatos. Vea por ejemplo la narración de la resurrección de Lázaro, que en lugar de convertirse deciden darle muerte.
    TODA -repito TODA- la FALSA IGLESIA aunque no hagan en sus ritos, aberraciones ,o se muestren conservadores, no significa que PUBLICAMENTE sean católicos, porque militan DENTRO de la FALSA IGLESIA con su «misa» que NO ES la renovación incruenta del Verdadero y Unico Sacrificio de Jesucristo, sino -aunque lo hagan con toda seriedad- es un rito abominable a los ojos de Dios que no produce Gracia (mucho ya se ha hablado sobre el tema).
    Si usted va a una capilla ocupada por la falsa iglesia, ha sido profanada por los nuevos ritos y se ha sumado a la apostasía, por tanto no encontrará usted ahí al verdadero Dios, aunque no se pongan narices de payasos ni dancen en torno a la mesa. Usted debe conservar la Fe apartándose de los que están en unión con los herejes, sea sacerdote, obispo o «papa».
    En la Iglesia Católica siempre habrá pecadores, por eso existe el Sacramento de la Confesión, pero dentro del gremio de la Iglesia jamás habrá herejes. Lo que usted ve y muchos católicos creen ver NO ES la Iglesia católica, sino la Ramera que ocupa todos los puestos, cargos y lugares para impedir la salvación de las almas. Es un engendro pensado en el Infierno y ejecutado por servidores de Satanás, con toda la apariencia de católico, pero con todo el veneno mortal de la Serpiente antigua.
    SALGA DE ELLA!

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  6. Voy a comentar brevemente, aunque el tema es muy largo, el origen satánico de la música y cultura moderna que no emergió de forma espontánea como un desarrollo de la música clásica sino que fue un plan bien proyectado para destruir las raíces cristianas occidentales y evitar que dichas raíces se extendieran por el mundo. Otro día con más tiempo, demostraremos como detrás de este mega-plan para extirpar cualquier rastro de civilización cristiana sobre la tierra no tiene su origen en la propia intelectualidad de los hombres sino que sus verdaderos perpetradores son demonios que engañan a gente perversa y malvada con ansias de poder y dominación y como valiéndose de ellos están atrapando con esta cultura a millones de almas para su condenación. El satanista y ocultista A. Crowley, uno de los ideólogos esotéricos del imperio británico y quien a su vez se hizo llamar la Bestia, decía que él todas sus enseñanzas las recibía y les eran reveladas por su mensajero o espíritu guía (un demonio).

    Como ya comenté en mi comentario de arriba, el único objetivo de toda esta conspiración (muchos la han llamado la Conspiración Acuario como contraposición a la Era de Picis como denominan a la era dominada por el cristianismo) no es más que erradicar cualquier rastro de catolicismo (descristianizar) de Occidente y en realidad del mundo entero al aniquilar la fuente de donde brotaba.

    Su gestación principalmente se empieza a desarrollar a finales de siglo XIX y principios del XX por agentes británicos para tratar de conservar el dominio mundial del imperio británico durante los próximos mil años una vez analizados el alza y caída de las grandes civilizaciones. Los grandes ideólogos de la revolución contracultural desde 1950 fueron Toynbee, Huxley, Russell y Wells entre otros, apoyados por un conglomerados de organizaciones e institutos, y en el campo de la música en concreto fue Adorno.

    Arnold Toynbee fue miembro del consejo del Real Instituto de Asuntos Internacionales (RIIA) en su “teoría” de la historia, expuesta en sus veinte volúmenes de historia de la civilización occidental, planteaba que el rasgo característico de ésta ha sido siempre el auge y la decadencia de las grandes dinastías imperiales. En el momento mismo en que estas dinastías —el “Reich de mil años” de los faraones egipcios, el Imperio Romano y el Imperio Británico— logran imponer su dominio sobre la faz de la Tierra, tienden a declinar. Toynbee arguyó que semejante tendencia se vencería si la oligarquía imperante (como la de la Mesa Redonda británica) se dedicara a reclutar y forjar un sacerdocio siempre creciente, consagrado a los principios del dominio imperial.

    El modelo escogido fue el antiguo culto pagano egipcio de Isis (Isis-Horus-Osiris) y las ceremonias paganas y satánicas del decadente imperio romano. La siguiente descripción de las ceremonias paganas del sacerdocio egipcio de Isis del tercer milenio AC, igualmente pudiera ser la crónica periodística de una reunión de hippies por el año 1969 DC:

    “Los actos o gestos que acompañan el encantamiento constituyen el rito (de Isis). En estas danzas, el batir de los tambores y el ritmo de la música y los movimientos repetitivos se complementaban con sustancias alucinógenas como el hachis o el mescal: éstos se consumían para ayudar a crear el trance y la alucinación que se tenían por visita del dios. Las drogas eran sagradas, y su conocimiento se limitaba a los iniciados…

    Posiblemente porque daban la ilusión de deseos satisfechos, y daban salida a los más profundos sentimientos, estos ritos adquirían durante su ejecución un carácter frenético, conspicuo en ciertas fórmulas de encantamiento: “¡Retroceded! ¡Ra os perfora la cabeza, os corta la cara, os divide la cabeza, la aplasta entre sus manos; están rotos vuestros huesos, cortadas en pedazos vuestras extremidades!”.

    Ciñéndonos al ámbito de la música, la teoría social del rock (y en definitiva de la música moderna) la elaboró el musicólogo y agente británico Theodor Adorno, quien fue a los Estados Unidos en 1939 para dirigir el proyecto de investigación radiofónica de la Universidad de Princeton. Escribe Adorno:

    “En un ambiente imaginario, pero cargado de emociones, el oyente que recuerda un éxito musical se convertirá en el sujeto ideal de la canción, en la persona por quien habla idealmente esa canción. Al mismo tiempo, en tanto uno de muchos que se identifican con ese sujeto ficticio, con ese yo musical, sentirá la mitigación de su aislamiento a medida que se integra a la comunidad de los fanáticos. Al silbar la canción, se somete a un ritual de socialización, aunque más allá de ese momentáneo palpitar subjetivo e inarticulado, su aislamiento continúa inalterado.

    Es ineludible la comparación con la adicción. El comportamiento del adicto tiene generalmente un componente social: es una reacción posible a la atomización que, como lo han observado los sociólogos, acompaña a la compresión del entramado social. La adicción a la música por parte de un número de oyentes podría ser un fenómeno similar.”

    Adorno creó una lista con “los 40 principales éxitos”. El “desfile de éxitos” se conforma precisamente a los principios utilizados por los sacerdotes egipcios de Isis, y tenía el mismo propósito: el reclutar jóvenes en ese submundo de la contracultura dionisíaca como un nuevo proceso de resocialización y reeducación.

    En un informe preparado para el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, Paul Hirsch describe los resultados del proyecto de investigación radial de Adorno. Según Hirsch, la invención del “desfile de éxitos” en la pos-guerra “transformó la radio en agencia de la programación subcultural”. Las cadenas de radio se convirtieron en máquinas que repiten las horas del día los cuarenta «éxitos de actualidad”. Hirsch documenta que toda la cultura popular —las películas, la música, los libros y la moda— sufre la misma preselección. La cultura de masas de la época funciona igual que el tráfico de opio: la oferta determina la demanda.

    http://sobreelrockandroll.blogspot.com.es/2013/09/los-origenes-britanicos-de-la.html

    En el artículo Hijos de Satanás: EL CONGRESO A FAVOR DE LA LIBERTAD CULTURAL, Steinberg y Meyer, en el apartado referente a ESQUIZOFRENIA Y NECROFILIA nos relatan el trasfondo ideológico y el objetivo de la obra de Adorno en el campo de la revolución musical.

    Adorno en su obra La filosofía de la música, nos da su visión de lo que debe ser la música:

    “…el lenguaje musical se polariza conforme su extremo, hacia gestos de choque que semejan convulsiones del cuerpo por un lado y, por el otro, hacia una estática cristalina de un ser humano cuya ansiedad lo congela en su trayecto. . . La música moderna reconoce como su objetivo el olvido absoluto. Es el mensaje de desesperación que sobrevive al naufragio”

    “No es que la esquizofrenia esté expresada directamente en eso, pero la música imprime sobre sí una actitud parecida a la del que tiene una mente enferma. El individuo acarrea su propia desintegración. . . Imagina el cumplimiento de la promesa a través de la magia, pero, no obstante, en el reino de la actualidad inmediata. . . Le atañe dominar rasgos esquizofrénicos a través de la conciencia estética. Al hacerlo, esperaría reivindicar la demencia como salud auténtica”. Esta última frase es de especial significancia ya que fue la misma estratagema y argumentación que se utilizó para reinvindicar el arte de los enfermos mentales como verdaderas obras de arte constituyendo los pilares sobre los que se construiría el arte moderno.

    Insistía que debía purgarse toda forma de belleza para acarrear la desintegración total de la sociedad europea y estadounidense de la posguerra, lo cual, decía, era la condición para derrotar el impulso autoritario. En cambio, abogaba por una dieta cultural constante de “las cuarenta mejores canciones” de la música pop y otras formas degeneradas de “cultura de masas” que, argumentaba, con el tiempo desencadenaría diversas formas de colapso nervioso a una escala generalizada.

    Adorno especificó las siguientes: 1) la despersonalización, la pérdida de la conexión con el cuerpo de uno; 2) la hebefrenia, que él definía como “la indiferencia del individuo enfermo hacia lo externo”; 3) la catatonia (“un comportamiento similar al que es común en pacientes trastornados por una conmoción”); y, 4) la necrofilia. Adorno afirmaba que “la necrofilia universal es la última perversidad con estilo”.

    Adorno resumió su planteamiento a favor de la explotación de la música de las “cuarenta mejores” (les suena de algo el famoso programa Los Cuarenta Principales, aquí tienen a su creador): “En último análisis, esta música tiende a convertirse en el estilo de todos, porque coincide con el estilo del hombre común”.

    Para tal propósito contó con un gran ramillete de compositores y maestros Schönberg, Alban Berg y los principales atonalistas, Paul Hindemeith, y Claude Debussy. Otros fueron Gustav Mahler, Béla Bartók, Samuel Barber, Erik Satie, Francis Poulenc y Aaron Copland, por nombrar algunos. Mahler por ejemplo, en una carta a un amigo suyo le comentaba, creo que refiriéndose a la Sinfonía nº 9 (y un poco mofándose de la incultura musical del público) que iba a convertir el auditorio en una auténtica cámara de tortura para los tímpanos de los oyentes aunque ellos pensasen que están escuchando una bella obra armoniosa.

    Por tanto, no debe sorprender a nadie que muchos cantantes de la peor ralea hayan sido nombrados Sir por la propia reina de Inglaterra (Sir Elton John, Sir Mick Jagger, Sir Paul McCartney, etc.) por su contribución a la propagación de esta revolución contracultural desde los 60.

    http://spanish.larouchepac.com/spanish/otros_articulos_arch/2004/hsatan_libcultural.htm

    En definitiva, el propósito no era otro que convertir a la sociedad occidental fundada sobre principios cristianos (con sus mayores o menos defectos) en una sociedad de individuos aislados, enfermos mentales, de zombis sin esperanza, sin fe, sin caridad, sin belleza, sin esperanza ni fe en un Dios Salvador y Redentor, sin orden, bestializada, paganizada, tribalizada, frustrada, desesperada y cuya única vía de escape y liberación es el disfrute de las pasiones e instintos más bajos, los desenfrenos, el placer, los espectáculos decadentes y que le servirían como única forma de interacción, socialización y relación con el resto de individuos en un mundo que se ha tornado oscuro, triste, desesperanzador y amenazante.

    Este proyecto de creación de una sociedad bestializada, neurótica, frustrada y mentalmente enferma se puede rastrear también en el origen de lo que se conoce como arte moderno o abstracto que hunde sus raíces en las producciones artísticas de los enfermos mentales.

    Como bien analiza Allan Beveridge en su artículo A disquieting feeling of strangeness: the art of the mentally ill (Una inquietante sensación de extrañeza: el arte de los enfermos mentales) publicado en Journal of Royal Society of Medicine, el interés por el arte de los enfermos mentales nace en el XIX debido por un lado al auge del Romanticismo que empezó a identificar la locura como un estado exaltado que permitía el acceso a los reinos ocultos donde se encontraban las verdades más profundas al no estar constreñido el intelecto por la razón ni por los convencionalismos sociales y el surgimiento y auge de los asilos, psiquiátricos o manicomios. Los Románticos empezaron a identificar al loco como un genio

    Fue a mediados del siglo XX cuando a pesar de que muchos psiquiatras habían ya habían sentenciado que las obras de los enfermos mentales no eran verdaderas obras de arte sino más bien representaciones de una regresión hacia la degeneración, la obscenidad, la esquizofrenia, el primitivismo, la excentricidad y la absurdidad, se empezaron a considerar como una expresión de un nuevo tipo de arte más elevado y a sus creadores como artistas que habían ensanchado o expandido los límites de la libertad hasta ahora constreñidos por el modelo de civilización occidental anclada en los valores y cánones tradicionales heredados del cristianismo (belleza, armonía, proporción, concordancia, piedad, caridad, sacralidad, etc.). Así fue como las obras de los enfermos mentales (dementes, locos, esquizofrénicos,…) pasaron de ser una herramienta para el estudio y análisis de las enfermedades mentales a ser consideradas como verdaderas obras de arte y para muchos como auténticas obras de genios que desvelaban verdades mucho más profundas que las que hasta ahora nos representaban el arte tradicional dedicado a representar la realidad (paisajes naturales de los cuales se resaltaba algunas características y aspectos, estados de vida cotidianos de los que se quería mostrar algo, etc.), elevar la dignidad del hombre y obras sagradas o religiosas. Demente y genio definitivamente pasaban a ser sinónimos. La separación entre las obras de los enfermos mentales y las de un artista inspirados por los valores del arte tradicional había sido derribada, incluso se podría decir que las primeras superaban en calidad, valor y significación a las del arte tradicional al descubrir nuevos horizontes.

    http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1282252/

    Después fue cuestión de tiempo que la equivalencia de genio con excéntrico, demente, esquizofrénico, etc. se aplicara a cualquier disciplina artística o científica (música, literatura, matemáticas, físicas, etc.). Así, este arte abstracto moderno surgido de la demencia forjó el arte abstracto moderno, postmoderno y contemporáneo con sus distintas tipologías (surrealismo, cubismo, expresionismo, etc.).

    Al principio el rechazo al arte moderno fue muy fuerte, no sólo en los ambientes sociales y conservadores que los artistas modernos buscaban epatar (escandalizar), sino entre intelectuales que se ocuparon muy seriamente de su análisis, como fueron los casos, en España, de Eugenio d’Ors, autor de la lapidaria frase: Todo lo que no es tradición, es plagio; o José Ortega y Gasset, que tituló una de sus obras: La deshumanización del arte.

    http://www.udc.es/tempo/cuestions20/docs_27_03.html

    Esté desarraigo del arte de sus raíces tradicionales empezó a dar lugar a que se exhibieran objetos cotidianos descontextualizados provocativamente como obras de arte: un urinario puesto al revés y otras representaciones de lo más absurdas que uno se pueda imaginar. La provocación estética, que provenía del malditismo, el dandismo y el decadentismo del siglo XIX (que pretendían épater le bourgeois -escandalizar al burgués-), pasó a ser un lugar común en el periodo de entreguerras (dadaísmo y surrealismo), y se prolongó a mediados de siglo XX con los happenings, el teatro del absurdo y otras provocaciones estéticas del entorno cultural existencialista, los beatniks y posteriormente la psicodelia y el pop art.

    Una vez que el arte moderno se había desvinculado de la realidad objeto de representación del arte tradicional, se dedicó a descontextualizar, desvirtuar y deformar la realidad amparándose en lo metafórico. Así se convirtió en un mero subproducto salido de la mente del artista, y lo que es peor, de un artista que era un fiel reflejo de una sociedad enferma, neurótica, bestializada, que rendía culto a la fealdad y en caída libre en su decadencia y degeneración. El arte moderno se empezaba así a retroalimentar de las peores tendencias e ideologías que imperaba en la sociedad como una forma de reaccionar contra los valores tradicionales que hasta ahora habían imperado en la sociedad. Y ya a partir de los 60, empezó a representar lo macabro, lo diabólico y lo obsceno como negación y odio a lo sagrado propio de la sociedad actual en la que vivimos.

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  7. En una Iglesia sacudida por los escándalos de pedofilia, con pocas vocaciones, con bases teológicas hechas en la patrística llenas de fanatismo, que alguien haga un cambio y que muestre una Iglesia que no este podrida en la amargura y la hipocresía, me parece lo mejor, que bueno que por fin se vean religiosas alegres, bonitas y talentosas, nada de malo tiene cantar, nada de malo tiene mostrarse al mundo, el pecado esta en ustedes que juzgan un acto lleno de alegría y solo ven la maldad, que dijo Jesús que ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el de ustedes.

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  8. Estimado Sissi .El problema es que sor Cristina se supone que es una persona consagrada a Cristo , y que con esa consagración hace una renuncia a lo mundano . Su canción es mundana , sus movimientos no corresponden al de una persona consagrada , el programa concurso es mundano y pecaminoso me atrevo a decir , no tienes más que oír las letras de las canciones que ahí se cantan incitando al pecado , al falso amor , a la promiscuidad etc..el jurado de ese programa han pervertido con sus canciones a la sociedad , y encima la monja se va con el más joya que es el rapero Jax. Me parece bien que sor Cristina quiera ser la reina del pop …pero que no se meta a monja . Me parece bien que un sacerdote quiera ser rockero o incluso homosexual ( allá cada uno con su libertad y pecado ) pero que no se meta sacerdote . O tienes vocación de monja , o tienes vocación de artista . No se puede servir a dos señores . La evangelización que quiere dar Sor Cristina es nula pues por el contrario su mal ejemplo ya empieza a dar su fruto , pues gente como tu ya está viendo normal lo que no es normal . También vemos en la tele a monjas entrevistadas a favor del aborto y de la homosexualidad y no por ello lo tenemos que ver normal . Es una trampa del demonio disfrazada de buena intención .

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  9. Muy bien planteado,Julio Olaf, más claro imposible.

    «Porque ¿busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo.» Gálatas 1:10

    -Lucía-

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  10. La Iglesia no está sacudida por otra cosa que por su mundanidad, desde que se apartó de la teología patrística y se dedicó a humanizar en vez de a divinizar su acción, su tensión hacia lo alto decayó, persiguiendo al hombre y sus vanidades, volcó todos sus esfuerzos para fabricarse un paraíso terrenal, a su gusto y según sus pasiones, como si se fuera a quedar aquí eternamente.
    A partir de ahí se hizo cismática, olvidando su propósito, Glorificar a Dios, salvando el mayor número de almas posible, para granjearles el Cielo eternamente y evitarles el infierno, predicando el Evangelio y todo lo que Cristo nos había enseñado.
    «Nos hiciste Señor para Tí, y nuestra alma no encuentra reposo, hasta que descansa en Ti» San Agustín
    Eso es inconcebible para la humanidad de hoy. Ni quiere reposo, ni sabe lo que es eso, no tiende a Dios ni lo quiere si no es a la medida de sus deseos, quiere darle rienda suelta a sus pasiones para REALIZARSE aquí ser feliz aquí, no tiene idea del «negarse a si mismo» , «cargar la cruz y seguir a Cristo»
    Para «evangelizar», quiere subirse a un escenario y contemporizar con todos para ser aplaudida por la multitud sin importarle más que su sentir, su mensaje no es inocente: puedes encender una vela en la iglesia y ser discípulo de satán (los cuernos) que no pasa nada… solo hay que amarnos así como somos, con lo que creemos cada quien según su conciencia, solo los intransigentes integristas retrógradas creen en conversiones y salir del mundo y volverse a Cristo para alcanzar el Cielo, hoy ya no va más, hay que ser del mundo, vivir como el mundo y dar testimonio de lo mundanos que somos siguiendo a Cristo… aunque no sepamos a ciencia cierta a donde vamos a parar…
    No se puede servir a dos amos. A Dios y al mundo…
    Pues mientras mas amigos del mundo, más enemigos de Dios…

    Esta falsa iglesia, Abandonando la teología y se inventó una antropocéntrica, humanista, terrena, y es por ello que vemos semejantes escándalos en la supuesta iglesia (que usurpa todo, el nombre los sacramentos, pero todo lo trastorna, todo lo pervierte) también se ha fabricado el nuevo cristiano ecuménico y con un dios de mil caras, puede ser budista, taoista, mahometano, dadaista, ateo, o demoníaco, el único mandamiento es pasarla bien con todos sin cometer el pecado de soberbia que es creer que el cristianismo es la única Religión verdadera, porque eso es TRIUNFALISMO, pecado imperdonable porque evita la comunión con el otro, el de fuera…. (puaf) hay que ver la bondad de todo en todos, y comulgar con todos, que eso es lo que la nueva iglesia enseña ahora, dando la espalda a Dios, se fabricó uno a Su Medida, porque le era sumamente molesto, eso de negarse a si mismo, cargar la cruz, amar la pobreza, el silencio, el recato, imitar a Cristo, a sus Santos, y por esos los relegó al cesto de lo aburrido, anacrónico, absurdo y no solo eso, ahora proclaman soberbios que fue la disciplina y no su relajación lo que ha dado pábulo a todo esto, siendo por el contrario que precisamente a causa de su aggiornamiento o alineamiento con el mundo de hoy es que se ha permitido a toda clase de alimañas arribar a los conventos y seminarios expulsando por supuesto a los TRIUNFALISTAS SOBERBIOS QUE CREEMOS QUE SOLO HAY UN DIOS VERDADERO Y SOLO SE OBTIENE LA REDENCIÓN Y LA SALVACIÓN ETERNA A TRAVÉS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y SUS ENSEÑANZAS.

    Así que los escándalos que algunos mencionan, (pedofilia, homsexualismo, hipocrecía) surgen de la misma fuente que hace, que una monja se sienta estrella de Rock y se engañe a si misma pretendiendo Evangelizar, con agua bendita en una mano, y los cuernos de satán en la otra.
    Eligiéndo al que le dice yo soy el diablo y tú el agua bendita, NO INVENTEN, si eso no les escandaliza, es que ya su razón ha sido fragmentada por el absurdo que se vive a cada paso de esta era que ha dado sistematicamente las espaldas al UNICO DIOS verdadero, haciendo dios de cualquiera cosa que le venga en gana.

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  11. Simón del Temple , gracias por su respuesta, aunque yo aún tenga alguna que otra desconfianza.

    Dios tenga Misericordia de nosotros y nos ayude a decidir sin equivocarnos .

    -Lucía-

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  12. Que gran comentario y que bien expresado con lenguaje sencillo como le gusta a Berg-ugly, Adri. Dios te bendiga.

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  13. Dejo aquí puesta otra visión de la Iglesia mundanizada . Es una visión profética de Escrivá de Balaguer sobre la Iglesia después del concilio que dejó en tres cartas a los fieles de la prelatura y que han pasado a denominarse estas tres cartas que dejó , como las tres campanadas . Cabe destacar que al final Escribá acaba dando la razón a S.Pío X. Me parece unas cartas proféticas y esclarecedoras a la par que interesantes de la actual Iglesia . Sé que habrá gente en este blog no partidaria con el Opus Dei , pero ahí dejo caer estas cartas . Si no les parece importante pueden quitar el comentario .

    LAS CARTAS PROFÉTICAS de Las TRES CAMPANADAS de San Josemaría Escrivá. Antes de morir el Fundador del Opus Dei envió tres cartas – entre 1972 y 1974 – a los fieles de la Prelatura y que son de gran importancia para el propio Fundador

    Antes de morir el Fundador del Opus Dei envió tres cartas – entre 1972 y 1974 – a los fieles de la Prelatura que, por la importancia que el propio Fundador les dio, son conocidas en la Obra como las Tres Campanadas.
    Estas cartas no han sido publicadas, quedando restringidas a algunos de los fieles numerarios de la Prelatura. Solamente se han filtrado dos de ellas, cuyos algunos párrafos se transcriben más abajo y con negrilla algunas frases que corren por nuestra cuenta. Una de ellas -según se comenta, mucho más dura que las otras dos- permanece inaccesible, incluso para la mayoría de los miembros numerarios de la Prelatura.

    Más allá de lo que dicen las cartas, que tampoco sorprende, lo relevante de ellas pasa por el hecho de que fueron tenidas a la vista para el proceso de canonización del Fundador -que se centra en los últimos años de la vida de Escrivá de Balaguer – y ninguna objeción doctrinal o eclesial fue realizada por las autoridades vaticanas sobre estos escritos. Es decir, existe una aceptación por parte de la Autoridad Máxima de la Iglesia de estas opiniones del Fundador del Opus Dei como legítimas -más allá de ser opiniones- sobre el post-concilio y la situación interna de la Iglesia. Como se verá, algunos de los conceptos del Fundador van un poco más allá de la alegoría de SS Pablo VI -precisa y contundente pero limitada en su explicitación- sobre el «humo de Satanás» que se ha colado dentro de la Iglesia de Dios. Sólo se hace hincapié en el hecho de que estas cartas fueron escritas hace ¡35 años! ¡Lo que diría ahora!
    En el 36 aniversario de su llegada al Cielo las publicamos.

    Tiempo de prueba son siempre los días que el cristiano ha de pasar en esta tierra. Tiempo destinado, por la misericordia de Dios, para acrisolar nuestra fe y preparar nuestra alma para la vida eterna.

    Tiempo de dura prueba es el que atravesamos nosotros ahora, cuando la Iglesia misma parece como si estuviese influida por las cosas malas del mundo, por ese deslizamiento que todo lo subvierte, que todo lo cuartea, sofocando el sentido sobrenatural de la vida cristiana.
    Llevo años advirtiéndoos de los síntomas y de las causas de esta fiebre contagiosa que se ha introducido en la Iglesia, y que está poniendo en peligro la salvación de tantas almas…

    Convenceos, y suscitad en los demás el convencimiento, de que los cristianos hemos de navegar contra corriente. No os dejéis llevar por falsas ilusiones. Pensadlo bien: contra corriente anduvo Jesús, contra corriente fueron Pedro y los otros primeros, y cuantos —a lo largo de los siglos— han querido ser constantes discípulos del Maestro. Tened, pues, la firme persuasión de que no es la doctrina de Jesús la que se debe adaptar a los tiempos, sino que son los tiempos los que han de abrirse a la luz del Salvador. Hoy, en la Iglesia, parece imperar el criterio contrario: y son fácilmente verificables los frutos ácidos de ese deslizamiento. Desde dentro y desde arriba se permite el acceso del diablo a la viña del Señor, por las, puertas que le abren, con increíble ligereza, quienes deberían ser los custodios celosos…

    Es hora, pues, de rezar mucho y con amor, y de pedir al Señor que quiera poner fin al tiempo de la prueba.

    No podemos dejar de insistir. No buscamos nada para cada uno de nosotros, por interés personal; buscamos la santidad, que es buscar a Dios. Y Él espera que se lo recordemos con insistencia. Se están causando voluntariamente heridas en su Cuerpo, que va a ser muy difícil restañar. Nos dirigimos a la Trinidad Beatísima, Dios Uno y Trino, para que se digne acortar cuanto antes esta época de prueba. Lo suplicamos por la mediación del Corazón Dulcísimo de María; por la intercesión de San José, nuestro Padre y Señor, Patrono de la Iglesia universal, a quien tanto amamos y veneramos; por la intercesión de todos los Ángeles y Santos, cuyo culto algunos intentan extirpar de la Iglesia Santa…

    Resulta muy penoso observar que —cuando más urge al mundo una clara predicación— abunden eclesiásticos que ceden, ante los ídolos que fabrica el paganismo, y abandonan la lucha interior, tratando de justificar la propia infidelidad con falsos y engañosos motivos. Lo malo es que se quedan dentro de la Iglesia oficialmente, provocando la agitación. Por eso, es muy necesario que aumente el número de discípulos de Jesucristo que sientan la importancia de entregar la vida, día a día, por la salvación de las almas, decididos a no retroceder ante las exigencias de su vocación a la santidad…

    La lucha interior —en lo poco de cada día— es asiento firme que nos prepara para esta otra vertiente del combate cristiano, que implica el cumplimiento en la tierra del mandato divino de ir y enseñar su verdad a todas las gentes y bautizarlas (cfr. Matth. XXVIII, 19), con el único bautismo en el que se nos confiere la nueva vida de hijos de Dios por la gracia.

    Mi dolor es que esta lucha en estos años se hace más dura, precisamente por la confusión y por el deslizamiento que se tolera dentro de la Iglesia, al haberse cedido ante planteamientos y actitudes incompatibles con la enseñanza que ha predicado Jesucristo, y que la Iglesia ha custodiado durante siglos. Éste, hijos míos, es el gran dolor de vuestro Padre. Éste, el peso del que yo deseo que todos participéis, como hijos de Dios que sois. Resulta muy cómodo —y muy cobarde— ausentarse, callarse, diluidos en una ambigua actitud, alimentada por silencios culpables, para no complicarse la vida. Estos momentos son ocasión de urgente santidad, llamada al humilde heroísmo para perseverar en la buena doctrina, conscientes de nuestra responsabilidad de ser sal y luz.

    Hemos de resistir a la disgregación, cuidando sobrenaturalmente nuestra propia entrega y sembrando sin desmayos, con decisión, con serenidad y con fortaleza, la doctrina y el espíritu de Jesucristo.

    Considerad que hay muy pocas voces que se alcen con valentía, para frenar esta disgregación. Se habla de unidad y se deja que los lobos dispersen el rebaño; se habla de paz, y se introducen en la Iglesia —aun desde organismos centrales— las categorías marxistas de la lucha de clases o el análisis materialista de los fenómenos sociales; se habla de emancipar a la Iglesia de todo poder temporal, y no se regatean los gestos de condescendencia con los poderosos que oprimen las conciencias; se habla de espiritualizar la vida cristiana y se permite desacralizar el culto y la administración de los Sacramentos, sin que ninguna autoridad corte firmemente los abusos —a veces auténticos sacrilegios— en materia litúrgica; se habla de respetar la dignidad de la persona humana, y se discrimina a los fieles, con criterios utilizados para las divisiones políticas.

    Toda esa ambigüedad es camino abierto, para que el diablo cause fácilmente sus estragos, más cuando se ve que es corriente —en todas las categorías del clero— que muchos no prediquen a Jesucristo y, en cambio, parlotean siempre de asuntos políticos, sociales —dicen—, etc., ajenos a su vocación y a su misión sacerdotal, convirtiéndose en instrumentos de parte y logrando que no pocos abandonen la Iglesia…

    No se puede imponer por la fuerza la verdad de Cristo, pero tampoco podemos permitir que, con la violencia de los hechos, nos dominen como ciertos y justos, criterios que son una patente deserción del mensaje de Jesucristo: esta violencia se comete por algunos, impunemente, dentro de la Iglesia. Sería una deslealtad y una falta de fraternidad con el pueblo fiel, no resistir al presuntuoso orgullo de unos pocos que han maleado ya a tantos, sobre todo en el ambiente eclesiástico y religioso.

    Comprended que no exagero. Pensad en la violencia que sufren los niños: desde negarles o retrasarles el bautismo arbitrariamente, hasta ofrecerles como pan del alma catecismos llenos de herejías o de diabólicas omisiones; o en la que se actúa con la juventud, cuando —¡para atraerla!— se presentan principios morales equivocados, que destrozan las conciencias y pudren las costumbres. Violencia se hace, también diabólica, cuando se manipulan los textos de la Sagrada Escritura y se llevan al altar en ediciones equívocas, que cuentan con aprobaciones oficiales. Y no podemos dejar de ver el brutal atropello que se impone a los fieles, y en los fieles al mismo Jesucristo, cuando se oculta el carácter de sacrificio de la Santa Misa o cuando el dinero de las colectas se malgasta en propagar ideas ajenas al enseñamiento de Jesucristo. Hijos, míos, nunca se ha hablado tanto de justicia en la Iglesia y, a la vez, nunca se ha empleado tanta injusta opresión con las conciencias…

    Nos sentimos obligados a resistir a estos nuevos modernistas —progresistas se llaman ellos mismos, cuando de hecho son retrógrados, porque tratan de resucitar las herejías de los tiempos pasados—, que ponen todo en discusión, desde el punto de vista exegético, histórico, dogmático, defendiendo opiniones erróneas que tocan las verdades fundamentales de la fe, sin que nadie con autoridad pública pare y condene reciamente sus propagandas. Y si algún pastor habla decididamente, se encuentra con la sorpresa —amarga sorpresa— de no ser suficientemente apoyado por quienes deberían sostenerlo: y esto provoca la indecisión, la tendencia a no comprometerse con determinaciones claras y sin equívocos.

    Parece como si algunos se empeñaran en no recordar que, a lo largo de toda la historia, los que guían el rebaño han tenido que asumir la defensa de la fe con entereza, pensando en el juicio de Dios y en el bien de las almas, y no en el halago de los hombres. No faltaría hoy quien tachara a San Pablo de extremista cuando decía a Tito cómo debería tratar a los que pervertían la verdad cristiana con falsa! doctrinas: increpa illos dure, ut sani sint in fide (Tit. I, 13); repréndelos con dureza —le escribía el Apóstol—, para que se mantengan sanos en la fe. Es de justicia y de caridad, obrar así.

    Ahora, sin embargo, se facilita la agitación con un silencio que clama al cielo, cuando no se coloca a los saboteadores de la fe en puntos neurálgicos, desde los que pueden sembrar la confusión «con aprobación eclesiástica». Ahí están tantos nuevos catecismos y programas de «enseñanza religiosa» testimoniando la verdad de lo que afirmo.

    Hijos de mi alma, pidamos a Nuestro Señor que ponga término a esta dura prueba…

    No podemos dormirnos, ni tomarnos vacaciones, porque el diablo no tiene vacaciones nunca y ahora se demuestra bien activo. Satanás sigue su triste labor, incansable, induciendo al mal e invadiendo el mundo de indiferencia: de manera que muchas gentes que hubieran reaccionado, ya no reaccionan, se encogen de hombros o ni siquiera perciben la gravedad de la situación; poco a poco, se han ido acostumbrando.

    Esta carta es como una tercera invitación, en menos de un año, para urgir vuestras almas con las exigencias de la vocación nuestra, en medio de la dura prueba que soporta la Iglesia…

    Os escribo para que estéis prevenidos ante los asaltos del diablo, que ataca a la hora undécima quizá, casi al fin de este caminar de aquí abajo…

    No olvidéis el particular empeño que pone en estos tiempos el demonio, para lograr que los fieles se separen de la fe y de las buenas costumbres cristianas, procurando que pierdan hasta el sentido del pecado con un falso ecumenismo como excusa. Deseamos, tanto como el que más lo desee, la unión de los cristianos: y aun la de todos los que, de alguna manera, buscan a Dios. Pero la realidad demuestra que en esos conciliábulos, unos afirman que sí y —sobre el mismo tema— otros lo contrario. Cuando —a pesar de esto— aseguran que van de acuerdo, lo único cierto es que todos se equivocan. Y de esa comedia, con la que mutuamente se engañan, lo menos malo que suele producirse es la indiferencia: un triste estado de ánimo, en el que no se nota inclinación por la verdad, ni repugnancia por la mentira. Se ha llegado así al confusionismo: y se aniquila el celo apostólico, que nos mueve a salvar la propia alma y las de los demás, defendiendo con decisión la doctrina sin atacar a las personas…

    Se escucha como un colosal non serviam! (Ierem. 11, 20) en la vida personal, en la vida familiar, en los ambientes de trabajo y en la vida pública. Las tres concupiscencias (cfr. 1 Ioann. 11, 16) son como tres fuerzas gigantescas que han desencadenado un vértigo imponente de lujuria, de engreimiento orgulloso de la criatura en sus propias fuerzas, y de afán de riquezas. Toda una civilización se tambalea, impotente y sin recursos morales…

    En una palabra: el mal viene, en general, de aquellos medios eclesiásticos que constituyen como una fortaleza de clérigos mundanizados. Son individuos que han perdido, con la fe, la esperanza: sacerdotes que apenas rezan, teólogos —así se denominan ellos, pero contradicen hasta las verdades más elementales de la revelación— descreídos y arrogantes, profesores de religión que explican porquerías, pastores mudos, agitadores de sacristías y de conventos, que contagian las conciencias con sus tendencias patológicas, escritores de catecismos heréticos, activistas políticos.

    Hay, por desgracia, toda una fauna inquieta, que ha crecido en esta época a la sombra de la falta de autoridad y de la falta de convicciones, y al amparo de algunos gobernantes, que no se han atrevido a frenar públicamente a quienes causaban tantos destrozos en la viña del Señor.

    Hemos tenido que soportar —y cómo me duele el alma al recoger esto— toda una lamentable cabalgata de tipos que, bajo la máscara de profetas de tiempos nuevos, procuraban ocultar, aunque no lo consiguieran del todo, el rostro del hereje, del fanático, del hombre carnal o del resentido orgulloso…

    El cinismo intenta con desfachatez justificar —e incluso alabar— como manifestación de autenticidad, la apostasía y las defecciones. No ha sido raro, además, que después de clamorosos abandonos, tales desaprensivos desleales continuaran con encargos de enseñanza de religión en centros católicos o pontificando desde organismos para-eclesiásticos, que tanto han proliferado recientemente.

    Me sobran datos bien concretos, para documentar que no exagero: desdichadamente no me refiero a casos aislados. Más aún, de algunas de esas organizaciones salen ideas nocivas, errores, que se propagan entre el pueblo, y se imponen después a la autoridad eclesiástica como si fueran movimientos de opinión de la base…

    Por desgracia, se observan también en la Iglesia sitios —cátedras de teología, catequesis, predicación— que deberían alumbrar como focos de luz, y se aprovechan —en cambio— para despachar una visión de la Iglesia y de sus fines totalmente adulterados. Hijos míos, es un grave pecado contra el Espíritu Santo, porque precisamente el Paráclito vivifica con su gracia y sus dones a la Iglesia (Catecismo Mayor de San Pío X, n. 143), establece allí el reinado de la verdad y del amor, y la asiste para que lleve con seguridad a sus hijos por el camino del cielo (ibid.).

    Confundir a la Iglesia con una asamblea de fines más o menos humanitarios, ¿no significa ir contra el Espíritu Santo? Ir contra el Espíritu Santo es hacer circular, o permitir que circulen sin denunciar sus falsedades, catecismos heréticos o textos de religión que corrompen las conciencias de los niños, con enseñanzas dañosas y graves omisiones…

    Errores y desviaciones, debilidades y dejaciones he dicho ya: y ahora —como siempre— el mal se envuelve diabólicamente en paños de virtud y de autoridad: y así resulta más fácil que se fortalezca y que produzca más daño. Porque aparecen gentes con una falsa religiosidad, saturada de fanatismo, que se oponen desde dentro a la Iglesia de Jesucristo, dogmática y jurídica, haciendo resaltar —con increíble desorden, cambiando por los del Estado los fines de la Iglesia— lo político antes que lo religioso.

    Todo coopera al desprestigio general de la autoridad eclesiástica y a que no se corrijan con oportunidad y energía los desórdenes: los desatinos heréticos, la inestabilidad, la confusión, la anarquía en asuntos de fe y de moral, de liturgia y de disciplina. A esta situación la llaman algunos —defendiéndola— aggiornamento, cuando es relajación y menoscabo del espíritu cristiano, que trae como consecuencia inmediata —entre otros efectos— la desaparición de la piedad, la carencia de vocaciones sacerdotales o religiosas, el apartar a los fieles en general — ya lo dije— de las prácticas espirituales. Y, por tanto, menos trabajo en servicio de las almas, al paso que los eclesiásticos —al verse ineficaces— se muestran desgraciados y abandonan el proselitismo, porque piensan que procurarán también la infelicidad a otros…

    No se relee sin gran dolor lo que San Pío X describió en su encíclica Pascendi, cuando exponía las características del modernismo, que en ese documento definía como compendio de todas las herejías. Todo aquello que entonces el Magisterio universal de la Iglesia intentó atajar con penetrante visión y energía sobrenatural, aparecía ya con su enorme gravedad, pero era todavía un mal relativamente limitado a algunos sectores. En nuestros días ese mismo mal —idéntico en su inspiración de raíz y con frecuencia en sus formulaciones— ha resurgido violento y agresivo, con el nombre de neomodernismo, y en proporciones prácticamente universales. Aquella enfermedad mortal, antes localizada en unos pocos ambientes malsanos, y contenida dentro de esas fronteras por prudentes medidas de la Santa Sede, ha alcanzado aspectos de epidemia generalizada. Su extensión ha facilitado su virulencia y la manifestación de efectos monstruosos en cantidad y en calidad, que quizá ni siquiera hubiésemos podido imaginar ante los primeros brotes del modernismo.

    Lo que inicialmente se mostraba sólo, aunque ya fuese muy grave, como la reducción de las Verdades dogmáticas a la simple experiencia subjetiva, conservando algún matiz espiritual, se ha degradado aún más: las hondas exigencias del alma —y aun las de la misma gracia divina— quedan disueltas en la horizontalidad sin relieve de lo mundano: identificando el amor de Dios con las aspiraciones o deseos más inmediatos del hombre-masa, sometido a los determinismos de la planificación materialista y atea, y a la de los instintos animales.

    La soberbia de la vida (I Ioann. II, 16) presenta su vanidad total en la exteriorización de la concupiscencia de los ojos, ambición de poder y de bienes terrenos, sin mesura; y de la concupiscencia de la carne, sensualidad sin freno y degradación libertina. Es como la descomposición entera de un cuerpo, después de haber perdido el alma…

    Si, para combatir eficazmente los males del modernismo, San Pío X —como de modo análogo había hecho antes León XIII— señalaba, entre los más importantes remedios que urgía poner, el fiel seguimiento de la filosofía y de la teología de Santo Tomás, es patente que ahora se impone como nunca el estricto cumplimiento de esa disposición. Con el Motu proprio Doctoris Angelici, San Pío X traducía, en normas disciplinares concretas, lo que había sido una constante recomendación de sus antecesores en la Sede de Pedro, desde el año 1325.

    No me parece ocioso transcribir aquí algunas de las afirmaciones de ese documento pontificio: se deben conservar santa e inviolablemente los principios filosóficos establecidos por Santo Tomás, a partir de los cuales se aprende la ciencia de las cosas creadas de manera congruente con la Fe, se refutan los errores de cualquier época, se puede distinguir con certeza lo que sólo a Dios pertenece y no se puede atribuir a nadie más, se ilustra con toda claridad la diversidad y la analogía existente entre Dios y sus obras.

    Y añade: por lo demás, hablando en general, estos principios de Santo Tomás no encierran otra cosa más que lo que ya habían descubierto los más importantes filósofos y Doctores de la Iglesia, meditando y argumentando sobre el conocimiento humano, sobre la naturaleza de Dios y de las cosas, sobre el orden moral y la consecución del fin último. Con un ingenio casi angélico, desarrolló y acrecentó toda esta cantidad de sabiduría recibida de los que le habían precedido, la empleó para presentar la doctrina sagrada a la mente humana, para ilustrarla y para darle firmeza.

    Los puntos más importantes de la filosofía de Santo Tomás no deben ser considerados como algo opinable, que se pueda discutir, sino que son como los fundamentos en los que se asienta toda la ciencia de lo natural y lo divino. Si se rechazan estos fundamentos o se los pervierte, se seguirá necesariamente que quienes estudian las ciencias sagradas ni siquiera podrán captar el significado de las palabras, con las que el Magisterio de la Iglesia expone los dogmas revelados por Dios. Por eso quisimos advertir a quienes se dedican a enseñar la filosofía y la sagrada teología, que si se apartan de las huellas de Santo Tomás, principalmente en cuestiones de metafísica, será con gran detrimento.
    Así, entre otras determinaciones, San Pío X exhortaba: pondrán en esto un particular empeño los profesores de filosofía cristiana y de sagrada teología, que deben tener siempre presente que no se les ha dado facultad de enseñar, para que expongan a sus alumnos las opiniones personales que tengan acerca de su asignatura, sino para que expongan las doctrinas plenamente aprobadas por la Iglesia. Concretamente, en lo que se refiere a la sagrada teología, es Nuestro deseo que su estudio se lleve a cabo siempre a la luz de la filosofía que hemos citado.

    ¡Cuánto dolor se hubiese ahorrado a la Iglesia y cuánto daño se hubiese evitado a las almas, con la fiel obediencia a esos mandatos de San Pío X! Pido ahora a mis hijas y a mis hijos, precisamente en este año en el que se conmemora el VII centenario de la muerte del Doctor Angélico, que sigan delicadamente esas indicaciones de la Iglesia en el estudio y en la enseñanza de la doctrina filosófica y teológica, seguros de que también así contribuiremos a que, por la misericordia divina, las aguas vuelvan a su cauce…

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  14. Después de medio siglo ha pasado «mucha agua bajo el puente», y hoy estamos más capacitados para distinguir lo que los clérigos en general y -menos- los fieles, no se daban cuenta del engendro apostático que estaba naciendo delante de sus narices, y entonces uno descubre en sus escritos injurias – ¿involuntarias por desconocimiento?- a la Iglesia Católica que no puede esencialmente ser «adúltera» ni «adulterar» la Doctrina, ni está «agrietada» -como decía el impío y hereje Montini- «por donde se filtre el humo de Satanás». La Iglesia como INSTITUCION DIVINA siempre es la MISMA hasta el fin de los siglos, fue y seguirá siendo «sociedad perfecta» sin «mancha ni arruga», por tanto no se le puede atribuir a la «Iglesia» lo que esos clérigos, sacerdotes y obispos, lo que no han podido distinguir y para peor , han contribuído a la confusión del rebaño fiel y lo han llevado -Dios sabrá y juzgará- por ignorancia culpable a creer que la Ramera sea la Esposa.
    Uno descubre en todos ellos que han sido «profetoides» aclamados por sus admiradores -Balaguer, Lefevbre, y por el estilo- que NO HAN ENSEÑADO a distinguir el bien del mal, se han tragado la iniquidad como el agua. Hay que decirlo -aunque a algunos les duela- pero han dejado huérfano al rebaño, porque se lo han atraído hacia sus personas, no hacia Jesucristo. Hoy no alcanza con ser «conservadores» o «tradicionalistas» y permanecer en la Ramera. ¡Ese es el engaño! Hay que reconocer la orfandad en la que han dejado al rebaño de Cristo, sin pastores, que se han disgregado en múltiples rebañitos sin el PRINCIPIO de UNIDAD Y DE GOBIERNO, porque erróneamente le han atribuído «autoridad» y «jerarquía» a la herejía púbica, cuando la Doctrina Católica enseña que los herejes se APARTAN de la Iglesia y por lo mismo pierden toda autoridad y cargo sin necesidad de declaración.
    No han sabido gritar a tiempo, han sido centinelas dormidos que no han visto venir al Lobo…

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