TRES REGLAS PARA DELATAR A UN HEREJE

Un video explosivo de dos minutos explica cómo hacerlo.

por el Rev. Anthony Cekada

¿Cómo se puede distinguir a un hereje de un católico de verdad? La respuesta a la pregunta siempre ha sido de suma importancia para los fieles católicos enfrentados a los errores de la era post-Vaticano II.

Y en los últimos tiempos, la respuesta se ha vuelto aún más urgente en la época de Francisco, el «Papa estrella de los medios» cuyas declaraciones han causado malestar entre cardenales y funcionarios del Vaticano, hasta el punto que uno de estos últimos, haya hablado de las ideas de Francisco sobre la administración de sacramentos a los divorciados casados ​​de nuevo como que «han traspasado la línea de la herejía.»

El pequeño video de Epicheia Media Productions presenta aquí un resumen de tres reglas útiles para discernir a un hereje, tomado de P.. De Pietro Scavini teología moral según la enseñanza de San Alfonso de Liguori. Da a los que lo vean un breve y claro resumen de los principios morales, aplicables a Francisco y a otros como él.

[1. Amor a las novedades

 2. Libertad e imprudencias al hablar de cosas de la Fe

3. Animadversión, burlas o  insultos contra las personas tradicionales de Fe íntegra]

El concilio Vaticano II ha tenido desastrosos efectos en la Iglesia Católica. La disminución del ‘sensus fidei’, el sentido de la Fe, en la mayoría de los católicos es quizás el más desastroso de todos ellos. La capacidad de los fieles para reaccionar contra la herejía gradualmente se ha hecho cada vez más débil. Algunos quedan apegados a las formas tradicionales del culto, pero fallan  en comprender  el problema más importante: El Vaticano II es una defección de la verdadera FE y no se dan cuenta de que  la Jerarquía  que profesa el Vaticano II no es católica. De aquí se sigue que quienes deseen permanecer siendo católicos deben rechazar tanto las herejía como la jerarquía herética del Vaticano II.

Le animamos a pasar este enlace a amigos atentos al programa de Francisco para la liquidación de la Iglesia y que se pregunten qué se puede hacer por ella.

De Quidlibet