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SAN LEÓN II, PAPA


San León IX (1049 – 1054), después de haber dicho que la Iglesia construida sobre Pedro no podía absolutamente “ser dominada por las puertas del infierno, es decir por las disputas heréticas” (cf Mateo XVI, 18) y luego haber citado la promesa de Cristo a Pedro (Lucas XXII, 32), amonesta a los cismáticos griegos Miguel Cerulario y León de Acrida en su carta In terra pax de 2 de septiembre de 1053:
“¿Alguien será lo bastante loco para osar pensar que la plegaria de aquél para quien querer es poder pueda ser sin efecto sobre un punto? La Sede del príncipe de los apóstoles, la Iglesia romana, ¿no ha, sea por Pedro mismo, sea por sus sucesores, condenado, refutado y vencido todos los errores de los herejes? ¿No ha confirmado los corazones de los hermanos en la fe de Pedro, que hasta ahora no ha fallado y que hasta el fin no fallará?”

3 de julio. SAN LEÓN II, PAPA 

Vidas de los Santos de A. Butler
 
SAN LEÓN II, PAPA - Vidas de los Santos de A. Butler

San León, que era originario de Sicilia, fue elegido para suceder al papa san Agatón a principios del año 681. Su breve pontificado ha pasado a la historia sobre todo porque fue él quien confirmó las actas del sexto Concilio ecuménico (Constantinopla III), que había condenado a los monotelitas y censurado al papa Honorio I por no haberse mostrado suficientemente firme respecto de esos herejes. Los monotelitas afirmaban que hay en Cristo una sola voluntad, en vez de distinguir la voluntad divina y la humana, «…sin división, sin conmutación, sin separación, sin confusión, según la enseñanza de los Santos Padres; y dos voluntades, no contrarias -¡Dios nos libre!-, como dijeron los impíos herejes, sino que su voluntad humana sigue a su voluntad divina y omnipotente, sin oponérsele ni combatirla, antes bien, enteramente sometida a ella» (Constantinopla III, Dz. 291).

San León mandó trasladar las reliquias de numerosos mártires de las catacumbas a la capilla que había construido con ese fin. Mons. Duchesne ha demostrado que san León construyó también la iglesia de «San Jorge in Velabro», que fue la iglesia titular del cardenal Newman. El Liber Pontificalis alaba el celo que San León demostró como maestro y predicador, así como su caridad con los necesitados. Era un predicador elocuente y un músico muy hábil. El Liber Pontificalis hace notar que el santo Pontífice conocía a la perfección el griego y el latín; pero eso era algo normal entre los sicilicianos del siglo VII.

Casi todos los datos que poseemos sobre san León II proceden del Liber Pontificalis (ed. Duchesne, vol. I, pp. 359-362).

El texto de A.Butler esta tomado de Católicos Alerta

1 respuesta »

  1. Conviene recordar que como han comprobado numerosos trabajos históricos realizados en los últimos tres siglos, cuyas conclusiones implícitamente recoge el Concilio Vaticano I, el Papa Honorio jamás mereció ni condena ni reproche por haberse mostrado remiso en condenar la herejía monotelita y a los taimados herejes que la propalaban, siendo su mención en las Actas del III Concilio de Constantinopla una deshonesta interpolación, contra la que protestaron siempre los sucesores de Honorio, y en concreto, el santo Papa León II.

    Es entre otros por ese motivo que el Concilio Vaticano I afirma en su Constitución «Pastor Aeternus» que los Pontífices Romanos tienen una Fe siempre indeficiente, y que además, siempre hicieron frente a las herejías según lo pedían la naturaleza de las diferentes amenazas, siempre muy especialmente guiados por el Espíritu Santo para aprovechar los medios que la Providencia en cada momento les sugería.

    Es por esa razón que incluso un Concilio Ecuménico es totalmente inhábil para juzgar, y mucho menos condenar, la gestión de un Pontífice Romano, y desde luego, en modo alguno se habría atrevido a condenar a un Papa tan ilustre por su doctrina como Honorio, que actuó conforme lo pedía la prudencia sobrenatural divinamente iluminada por la asistencia que sólo a los Papas de Roma ha sido prometida, y a nadie más, incluso a todos los obispos de un Concilio Ecuménico, cuando éstos se meten a juzgar a su superior y Cabeza, sin el cual nada pueden, y nada son.

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