[De Santo Tomás se ha escrito en el apartado Profundos Conocimientos de Teología (Fenómenos cognoscitivos místicos): « La figura más representativa en este sentido es, sin duda alguna Santo Tomás de Aquino. Esta figura colosal, en la que parece haberse personificado la Teología cristiana, recibió de Dios una inteligencia portentosa capaz de penetrar en lo más hondo de la naturaleza íntima de las cosas. Sin embargo cuando se considera la brevedad de su vida, el número prodigioso de sus obras escritas en poco más de veinte años, su perfección y profundidad admirables, la manera con que las compuso: orando, llorando, ayunando para encontrar la solución de las dificultades, dictando a veces a tres o cuatro amanuenses sobre materias diferentes sin ninguna vacilación ni equivocación, continuando su dictado sobre el mismo asunto al despertar después de haberse dormido rendido por la fatiga, etc.,. etc., es imposible no ver en la ciencia del Doctor Angélico, al lado de su talento genial y sin perjuicio de él, un verdadero milagro de infusión divina. Fray Reginaldo, su secretario y compañero íntimo, estaba plenamente convencido de ello. ( P. Royo Marín en Teología de la perfección cristiana, 10 impr. p. 924)
Contradecir a Santo Tomas es una gran temeridad. Conocidas son las loas a este Santo Doctor en sesión solemne de los Padres del Concilio de Trento hasta el punto de ser el santo reconocido como el alma de ese concilio, como lo fue del Concilio Vaticano, el Santo Doctor Roberto Belarmino. Todas las escuelas de teología católica se reclaman ser seguidores de Santo Tomás sin que ninguna se atreva a discrepar de él. Las diferencias entre ellas se sustancian en alegar que el suyo es el verdadero pensamiento de Santo Tomás. Algunos han pretendido discrepar del doctor en algún punto alegando que si erró en la doctrina de la Inmaculada Concepción, pues proclaman de él que era contrario a esta doctrina que más tarde sería elevada a la categoría de dogma, bien pueden ellos corregirle en algún punto concreto. Sin embargo es más que dudoso que el Santo no guardara esta doctrina, por otra parte común en todo el magisterio ordinario de los papas y en el ordinario y universal de la Iglesia. Puede consultarse el post de este blog, que reproduce el precioso escrito de San Juan de Eudes, en donde demuestra el verdadero pensamiento del santo cuyas obras fueron falsificadas para defender el pensamiento de la propia escuela (Véase el post «La doctrina de la Inmaculada Concepción en Santo Tomás»).
Muchos no caen en la cuenta de las falsificaciones habidas en la antigüedad para denigrar la de otros o favorecer la propia posición. Estas alcanzaron a la Santa Escritura, por no hablar de las demostradas falsificaciones de las Actas de los Concilios a cargo, por ejemplo, de los griegos en su pertinaz lucha contra el primado romano y la infalibilidad pontificia.
De todo ello hay mucho escrito en el blog, particularmente sobre las calumnias habidas, en unión de herejes de todo pelaje, sobre el «divino papa Honorio».
Me recuerda la anterior objeción la descalificación hecha de San Roberto Belarmino, a cuenta de la doctrina secular tradicional del geocentrismo, de la que era fervoroso defensor el Santo Doctor. Como si este hecho comprobado descalificara sus obras o permitiera alegremente disentir de él en materias teológicas. Tanto más que la doctrina heliocéntrica nunca ha sido probada (Hay un premio de 10000 $ para quién lo haga, hasta la fecha sin otorgar. Anímense pues los disidentes); y que además se declara herejía en el documento de condenación de Galileo, del Santo Oficio, y fue declarada doctrina herética por la Congregación del Índice para la inclusión en él, de las obras de Galileo.
Por otra parte son decisivas las declaraciones de los principales científicos de nuestros días afirmando la falta de pruebas concluyentes de la doctrina heliocéntrica, a la que tan sospechosamente se adscriben los católicos incluso tradicionalistas comprendidos los sedevacantistas, confirmando la verosimilitud o reconociendo los indicios de la doctrina geocéntrica. (Véase el post «Una posición favorecida de la tierra es algo intolerable»).
Por todo ello recomendamos la lectura del post a los que niegan la salvación a los que no han tenido, en circunstancias extraordinarias, el favor del bautismo de agua, sin negligencia o desprecio de él, («in re» porque «in voto» sí lo han disfrutado). Al afirmar que sólo hay UN bautismo/sacramento, lo cual es cierto porque nadie afirma que el llamado «bautismo de deseo» sea un verdadero bautismo o sacramento en el sentido propio del término, sino que es llamado así usando el término bautismo análogamente -como ha sido hecho por muchos incluso por N.S, Jesucristo- pretenden descalificar la doctrina de la salvación sin el bautismo de agua, «in re» pero no «in voto». Pero sí puede considerarse bautismo análogamente, en cuanto abre las puertas del cielo a quienes con las debidas condiciones (excluidos el desprecio del Sacramento y la negligencia, así como estando presente el acto de caridad perfecta y el conocimiento de los datos esenciales de la Fe, con su confesión y aceptación a lo menos virtual) les procura la salvación, sin penas que purgar en el martirio, y «como a través del fuego» en el caso del «bautismo» de deseo.
No está de más exponer,pues, el pensamiento de Santo Tomás sobre la salvación por el bautismo de deseo y de sangre, doctrina que ha sido refrendada solemnemente por el Concilio de Trento (aceptado sin triquiñuelas semánticas), expuesta en el Catecismo Romano (compuesto en parte por los padres del Concilio y que goza de diferentes aprobaciones pontificias, como también de la infalibilidad del Magisterio Ordinario y Universal durante más de cuatro centurias), predicada por el infalible Magisterio Ordinario y Universal de la Iglesia durante centurias, expuesta por cuatro santos doctores y en el magisterio ordinario, también infalible, de los papas. Un ejemplo de ello es el acta de condenación en 1949 del extraviado jesuita Feney, que pasó a engrosar la Actae Apostolicae Sedis, en 1952, gozando con ello, pues, de la firma de Pío XII.
LA SALVACIÓN SIN EL BAUTISMO DE AGUA
Santo Tomás S. T. 3, 68, 2 Por Dr. Homero Johas Dice san Agustín: «Ocurrió a algunas almas la santificación invisible, sin los sacramentos visibles; pero una santificación visible, por el sacramento visible, puede existir sin la santificación invisible, pero no es útil» El Sacramento del bautismo puede no existir de dos modos: Primero: De hecho o por la voluntad, en los que no son bautizados y no quieren ser bautizados. Esto, para los que tienen el libre arbitrio, es despreciar el Sacramento. No pueden salvarse porque no se incorporan a Cristo, ni sacramentalmente, ni por el deseo, y solo por Cristo existe la salvación. Segundo, el Bautismo puede faltar de hecho a alguien, pero no por el deseo de él; como cuando alguien desea ser bautizado, pero antes muere. Esta persona puede conseguir la salvación sin el Bautismo actual, por su deseo de ser bautizado: que procede de la fe operante por la caridad, por la cual Dios santifica interiormente al hombre, pues su poder no está ligado a los Sacramentos visibles. Por lo tanto dice San Ambrosio sobre Valentiniano que murió como catecúmeno: «Perdí a aquel a quien debería de regenerar, pero no perdió él la gracia que pidió». OBJECIONES 1.
Dice el Señor: «A no ser que sea alguien renacido por el agua y por el Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de los Cielos». Pero solo se salvan los que entran al reino de de los cielos. Luego sin el Bautismo ninguno puede salvarse.
Respuesta: Fue dicho: «Los hombres ven el exterior, pero Dios ve el corazón» (1 Reg. XVI, 7). Así quien desea ser regenerado por el Bautismo, por el agua y por el Espíritu santo, sin embargo no está regenerado por el cuerpo, está regenerado por el corazón. Así también dice San Pablo: «La circuncisión del corazón existe en el espíritu, no en la letra; cuya alabanza es de Dios, no de los hombres» (Rom II, 29). 2. En el libro «Sobre los dogmas», está escrito: «No creemos que un catecúmeno, aunque haya muerto con buenas obras, tenga la vida eterna; a no ser por el martirio, donde todo el sacramento del Bautismo está completo». Pero si alguien puede salvarse sin el Bautismo, son los catecúmenos que con sus buenas obras, reflejan tener «la fe operante por la Caridad» (Gal. V, 6). Luego, parece que nadie puede salvarse sin el bautismo.
Respuesta:
Nadie llega a la vida eterna sino es absuelto de toda culpa y pena. Tal absolución universal se realiza por la recepción del Bautismo y por el martirio. Así se dice que en el martirio se completa el Bautismo, con el pleno perdón de la culpa y de la pena. Por lo tanto un catecúmeno que tiene deseo del Bautismo (Pues de otro modo no moriría con buenas obras, que sin la fe operante por la Caridad no pueden existir) muriendo, no va luego a la vida eterna, sino que sufre la pena del fuego por los pecados pasados, mas se salvará como dice San Pablo (1 Cor. III, 15).
3.
El Bautismo es de necesidad para salvarse. Pero lo necesario es aquello que sin él no puede existir. Por lo tanto sin Bautismo nadie se salva.
Respuesta: Se dice que el Bautismo es necesario para la salvación porque el hombre no puede salvarse sin que por lo menos, tenga en la voluntad el deseo; ante Dios es juzgado por este acto.
COMENTARIOS
El Bautismo de deseo es Bautismo porque la persona tiene el deseo explícito del objeto de la fe que debe querer: esto es tener conocimiento explícito de los principales artículos de la Fe, sobre Cristo, sobre la Santísima Trinidad, sobre Dios remunerador. «Quien no ama a Cristo sea anatema». «No existe otro nombre por el cual debamos ser salvados». No basta un deseo vago de un Dios no Trinitario, sin los principales misterios del Cáliz de la sangre de Cristo, profesados de modo público (Rom X, 10)
Traducción: R. P. Manuel Martínez Hernández F.S.V.F.
Tomado de Fundación San Vicente Ferrer
Categorías:ALL POSTS, Bautismo de deseo
«Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.(Jn. III:5).
Estas palabras de Nuestro Señor Jesucristo nos dicen que hay UN solo Bautismo, el administrado en agua: Papa Paulo III, Concilio de Trento, sesión 6, cap. 4: “Por las cuales palabras se insinúa la descripción de la justificación del impío, de suerte que sea el paso de aquel estado en que el hombre nace hijo del primer Adán, al estado de gracia y de adopción de hijos de Dios (Rom. 8, 15) por el segundo Adán, Jesucristo Salvador nuestro; paso, ciertamente que, después de la promulgación del Evangelio, NO PUEDE OCURRIR SIN el lavatorio de la regeneración o su deseo, SEGÚN ESTÁ ESCRITO: ‘Quien no renaciere del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios’ (Juan 3, 5)”
«Si la sesión 6, cap. 4 de Trento enseñara lo que afirman los defensores del ‘bautismo de deseo’ (cosa que no lo es), entonces significaría que todo hombre debe recibir el bautismo o por lo menos tener el real deseo/voto de recibir el bautismo para salvarse. Esto significaría que sería una HEREJÍA decir que todo aquel que no estuviere bautizado podría salvarse si por lo menos no tuviese el deseo/voto por el bautismo de agua. Pero el 99% de las personas que citan este pasaje a favor del ‘bautismo de deseo’ ni siquiera creen que alguien deba desear el bautismo para salvarse. Ellos creen que los judíos, budistas, hindúes, musulmanes, etc., que no desean el bautismo de agua se pueden salvar. Por lo tanto, el 99% de los que citan este pasaje rechazan incluso lo que ellos afirman que Trento enseña. Francamente, este sólo hecho demuestra la deshonestidad y la mala voluntad de la mayoría de los defensores del ‘bautismo de deseo’ en su intento de citar este pasaje como si ellos fueran fieles a su enseñanza cuando, en realidad, ellos no creen en absoluto en ella y están en herejía al enseñar que los no católicos se pueden salvar sin siquiera desear el bautismo de agua]». Hno.Pedro Dimond, Monasterio de la Sagrada Familia.
En base a estas declaraciones y con la intención de que se retire del pensamiento la herejía del «bautismo de deseo», les comparto un artículo (de tres) que espero ilumine los corazones de quien se considere verdaderamente católico.
[Suprimido el enlace aportado]
¡Alabado sea Jesucristo!
Arturo
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El elemento esencial para el Bautismo es el agua, cito: «Papa Paulo III, Concilio de Trento, cánones sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, canon 2, ex cathedra: “Si alguno dijere que el agua verdadera y natural no es necesaria en el bautismo y, por tanto, desviare a una especie de metáfora las palabras de nuestro Señor Jesucristo: ‘Quien no renaciere del agua y del Espíritu Santo’ (Juan 3, 5), sea anatema”.
El pensamiento de San Agustín respecto al bautismo de deseo y bautismo de sangre:
[suprimido el enlace ]
¡Alabado sea Jesucristo!
Arturo
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Ud repite como un disco rayado el argumentario de los Dimond. ¿Piensa Ud. que esos textos los desconocía Santo Tomás y la Iglesia entera durante siglos. La Iglesia ha zanjado la cuestión en su magisterio, cuestión que es considerada «de fide» por San Alfonso, y por muchos teólogos posteriorres, como próxima a la Fe. Ud. debería ser consciente de que se separa de la Iglesia Católica al mantener su posición y cae de lleno en la condenación descrita por San Alfonso y después lanzada con excomunión a Feney. Ud puede, si quiere, adscribirse a una posición que no es la sostenida por la Iglesia. Pero su posición constituye por sí sola una secta. Ella no puede sostenerse dentro de la Iglesia. Ahora bien, como ya le dije en otras ocasiones, posiciones sectarias no son admitidas en el blog.
¡Qué duro de espíritu hay que ser para no comprender que los textos que Ud. aporta, bien de la Escritura, bien de las declaraciones del Magisterio han de entenderse como la misma Iglesia los entiende!, es decir como dichos del bautismo de agua, bien » in re» bien «in voto».
También Ud. debe ser consciente de que si hay textos de N.S. JESUCRISTO sobre el bautismo de agua, también los hay sobre la caridad perfecta y el amor a Dios, que justifican a quien los tiene, y que determinan el alcance exacto de los textos alegados por Ud.
Le recuerdo que la Escritura debe entenderse en el sentido aceptado por la Iglesia. Lo contrario será caer en los excesos del juicio privado. La Santa Escritura no es propiedad suya sino que es de la Iglesia, y debe leerse y entenderse en su seno, y sin salirse del entendimiento del Magisterio, de los Padres y de los santos, y no puede retorcerse para sacar un sentido y negar otros textos, ya interpretados por la misma Iglesia, a la que Uds. impúdicamente denuncian como sosteniendo herejías materiales, eso sí no formales hasta que los DIMOND y Ud. mismo han llegado para aclararle sus errores y herejías, sostenidas según Uds. por doctores, papas e innumerables santos y fieles sencillos a los que Uds. pretenden pervertir.
No debe sorprenderse si le comunico que este tema ya está zanjado desde hace mucho tiempo en el blog y ya no caben disidencias. Por ello no se admitirán a partir de ahora comentarios que pretendan corregir la posición del blog que es la de la infalible Santa Iglesia.
Alabado sea JESUCRISTO cuyo Espíritu vive y rige la Santa Iglesia católica y Romana.
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Catecismo del Concilio de Trento, Del Bautismo – Disposiciones para el bautismo, p. 117: “En primer lugar es necesario que quieran y DESEEN recibir el bautismo…”.
Papa Paulo III, Concilio de Trento, sesión 6, cap. 7, las causas de la justificación: “Las causas de esta justificación son: la final, la gloria de Dios y de Cristo… la eficiente, Dios misericordioso… la meritoria, su Unigénito muy amado… la instrumental, el sacramento del bautismo, que es el ‘sacramento de la fe’, sin la cual a nadie se le concedió la justificación… Esta fe, por tradición apostólica, la piden los catecúmenos a la Iglesia antes del sacramento del bautismo al pedir la fe y la vida eterna…”
La opinión falible de Santo Tomás respecto al bautismo de deseo:
[Suprimido el enlace aportado]
¡Alabado sea Jesucristo!
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Estimado bigtigger59, al parecer no ha entendido bien; las escrituras, el magisterio de la iglesia, etc., no lo puede leer y explicar cualquier persona (como los testigos de Jehová pretenden), para eso están los sacerdotes, entienda que todas las cosas que se escribieron acerca de la obligación del bautizo en agua, es para las personas que pudiendo hacerlo no lo hacen, negando a Dios con esto y viviendo fuera de la religión católica, con lo cual no tienen salvación, eso está muy claro.
Pero la misericordia de Dios es tan grande que da oportunidad a aquellas otras personas que por alguna razón muy espéciale no lo habrían podido hacer.
Por ejemplo, tal vez un chico adolecente, hijo de familia judía o masona o comunista o musulmana, no ha sido bautizado por avías razones, pero de alguna manera ha oído hablar de Nuestro Señor Jesucristo y de su iglesia y tiene amiguitos católicos, tal vez este chico por la MISERICORDIA de DIOS anhela ser como ellos, católico; él solo no puede ir a bautizarse, por temor a sus padres o por simple obediencia o por su corta edad no saber qué hacer; pero por el amor de Dios, él ama también la cruz de NSJ; y a los 11 o 12 años sufre un accidente mortal, y él, antes de morir le pide a Dios perdón por sus pecados (que no creo fueran muchos si acaso los tuviera) y le pide perdón por no haberse bautizado (aunque la culpa no es de él) y le pide en su agonía a NSJ que lo reciba en sus brazos, y muere en contrición, le aseguro bigtigger59, que él estará en el cielo por ESE DECEO y su amor a Dios.
Es mas fácil que una persona así valla al cielo que uno como nosotros bautizados en agua y conocedores de la fe católica y aun así despreciando a NSJ con nuestros pecados, y peor aun atacando su iglesia y queriendo confundir a la gente como los hermanos Dimond.
No es tan difícil de entenderlo, solo teniendo fe en Dios y confiando en su misericordia, además de algunos escritos como el catecismo de SS Pio X, pero ha como hay gente que quiere desacreditarlo, yo creo más en San Pio X que en los Dimond, y usted?
Queden con Dios.
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Una clarísima explicación sobre la salvación, dada por nuestro Señor a Santa Brígida.
La explicación de Cristo a la novia sobre el misterio inefable de la Trinidad y sobre cómo los pecadores diabólicos obtienen la misericordia de Dios a través de la contrición y la voluntad para mejorar, y Su respuesta en cuanto a cómo Él le tiene misericordia a todos, tanto a judíos como a los demás, y sobre el juicio doble, es decir, la sentencia para aquellos que han de ser condenados y para aquellos que han de ser salvados.
Capítulo 26
El Hijo habla: ―Yo soy el Creador del cielo y de la tierra, uno con el Padre y el
Espíritu Santo, el verdadero Dios. El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios, no tres dioses sino un solo Dios. Ahora, te podrás preguntar, si hay tres Personas, ¿por qué no hay tres dioses? Mi respuesta es que Dios no es nada más que el poder en sí, la sabiduría en sí, la bondad en sí, de donde proviene todo el poder por debajo o por arriba de los cielos, toda la sabiduría y la bondad concebibles.
Así, Dios es trino y uno, trino en Personas, uno en naturaleza. El poder y la sabiduría es el Padre, de quien provienen todas las cosas y quien es anterior a todo, derivando su poder de ningún lado más que de Sí mismo por toda la eternidad.
El poder y la sabiduría también son el Hijo, igual al Padre, derivando Su poder no de
sí mismo sino engendrado inefablemente del Padre, el principio del principio, nunca
separado del Padre. El poder y la sabiduría también son el Espíritu Santo, quien procede del Padre y del Hijo, eterno con el Padre y el Hijo, igual en majestad y en poder. Así, un Dios y tres Personas. Las tres personas tienen la misma naturaleza, la misma operación y voluntad, la misma gloria y poder.
Así, Dios es una esencia, pero las Personas son distintas en la calidad apropiada de
cada una. El Padre está totalmente en el Hijo y en el Espíritu, y el Hijo está totalmente
en el Padre y en el Espíritu, y el Espíritu está totalmente en ambos, en una naturaleza
divina, no como previo y posterior sino de una manera inefable.
En Dios no hay anterior ni posterior, nada mayor o menor que el otro, pero la Trinidad es total e inefablemente igual. Bien se ha escrito que Dios es grande y ha de alabarse grandemente.
233
Sin embargo, ahora puedo quejarme que soy poco alabado y soy desconocido por
muchas personas, porque todos hacen su propia voluntad pero pocos siguen la Mía.
Sed constante y humilde y no te exaltes en tu mente si te muestro las pruebas de otras
personas, y no traiciones sus nombres a menos que se te instruya hacerlo. Sus pruebas no se te muestran para que los avergüences sino para que puedan convertirse y llegar a conocer la justicia y la misericordia de Dios. Tampoco deberías esquivarlos como condenados, porque aunque dijera hoy que cierta persona es malvada, si me llamase el día de mañana con una contrición y la voluntad de mejorar, estoy preparado para perdonarlo. Y esa persona a quien ayer llamé malvada, hoy, debido a su contrición, lo declaro ser un amigo Mío tan querido que, si su contrición permanece constante, le perdono no solo su pecado sino que remito el castigo del pecado.
Quizá entiendas esto con una metáfora. Es como si hubiesen dos gotas de mercurio y ambas se dirigiesen una a la otra en forma apresurada. Si nada excepto un único átomo quedara para evitar que se unan, aún así Dios sería suficientemente poderoso para prevenir que se junten. Así mismo, si cualquier pecador estuviese tan enraizado en actos diabólicos que estuviese parado al borde de la destrucción, todavía podría obtener perdón y misericordia, si llamase a Dios con contrición y la voluntad para mejorar. Ahora, dado que Soy tan misericordioso, podrías preguntarte por qué no soy misericordioso hacia los paganos y los judíos, algunos de los cuales, si fuesen instruidos en la verdadera fe, estarían prestos para dar su vida por Dios.
Mi respuesta es que tengo misericordia por todos, por los paganos y por los judíos también, y ninguna criatura está más allá de mi misericordia.
Con indulgencia y misericordia juzgaré a aquellas personas que, aprendiendo que
su fe no es la verdadera, ansían fervientemente por la verdadera fe, así como a aquellas personas que creen que la fe que profesan es la mejor, porque ninguna otra fe les ha sido predicada y quienes de todo corazón hacen lo que pueden.
Ves, existe un juicio doble, es decir, aquel para aquellos que han de ser condenados y aquel para aquellos que han de salvarse.
Las sentencias de condenación para los cristianos no tendrán misericordia. A ellos les pertenecerá el castigo eterno y sombras eternas, así como una voluntad endurecida en contra de Dios.
La sentencia para aquellos cristianos que han de salvarse será la visión de Dios y la glorificación en Dios y la buena voluntad hacia Dios.
Excluidos de estas recompensas están los paganos y los judíos, así como los malos y falsos cristianos. A pesar que no tenían la fe correcta, sí tenían conciencia como su juez y creyeron que aquel a quien adoraban y ofendían era Dios.
Pero aquellos cuya intención y acciones fueron por la justicia y son por la justicia y
en contra del pecado, junto con los cristianos menos malos, compartirán un castigo de
misericordia entre los sufrimientos, debido a su amor por la justicia y su odio por el
pecado. Sin embargo, no tendrán el consuelo en el servicio de gloria y en la visión de
Dios. No lo contemplarán debido a su falta de bautismo, ya que alguna circunstancia
temporal o alguna decisión oculta de Dios los hizo retraerse de buscar y obtener
beneficiosamente la salvación.
Si no hubo nada que los retuviera de buscar al verdadero Dios y ser bautizados, ni el temor ni el esfuerzo requerido, ni la pérdida de bienes o privilegios, sino solo algún impedimento que superó su debilidad humana, entonces Yo, quien vio a Cornelio y al centurión mientras aún no se habían bautizado, se cómo darles una recompensa más alta y más perfecta de acuerdo a su fe.
Una cosa es la ignorancia de los pecadores y otra aquella de quienes son piadosos
pero son impedidos. Así mismo, también, una cosa es el bautismo de agua y otra el de
sangre; otra cosa es del deseo de todo corazón. Dios, quien conoce los corazones de todas las personas, sabe cómo tomar en cuenta todas estas circunstancias.
Yo soy engendrado sin principio, engendrado eternamente desde el principio. Nací en el tiempo al final de los tiempos. Desde el inicio he sabido cómo darle a las personas individuales las recompensas que se merecen y darle a cada uno de acuerdo a lo que merece.
Ni el bien más pequeño realizado para la gloria de Dios quedará sin su recompensa. Es por esto que debes darle muchísimas gracias a Dios que naciste de padres cristianos en la época de la salvación, porque muchas personas han ansiado obtener y ver lo que se les ofrece a los cristianos y, sin embargo, no lo han obtenido.‖
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¿llegaremos a considerar mortalmente pecaminoso el bautismo de agua? porque justificar el bautismo de deseo, con toda la excepcionalidad que se quiera, con el desprecio de san Pablo hacia la circuncisión de la carne, podría indicar que se va por ese camino, seamos honestos: los que postulen el bautismo de deseo, si han de ser consecuentes, deberán interpretar y completar las palabras de Trento, las palabras del mismo Jesús, diciendo: «Quien no renaciere del agua o del Espíritu Santo…», y no sé, pero su búsqueda de ‘amorosas’ sutilezas para cohonestar su fe me recuerda las que se buscan los abortistas para justificar que no están matando un ser humano, y por cierto, viendo su respuesta Moimunan sí que demuestra un espíritu sectario al suprimir esos enlaces que traía el comentarista para rematar y fundamentar su opinión, es intolerable que este artículo se titule ‘el bautismo de deseo y sangre en Sto. Tomás’ y le borre al ‘disco rayado’ su exposición sobre «La opinión falible de Santo Tomás respecto al bautismo de deseo», y eso que también le ha suprimido a este bigtigger59 «El pensamiento de San Agustín respecto al bautismo de deseo y bautismo de sangre», que supuestamente, siendo como es el administrador, según creo, hijo del de Hipona, vendría a abonar su opinión, ¿o quizá no, cuando lo aduce este su vapuleado contrario? quizá es que el célebre e influyente obispo africano igual sirve para un roto que para un descosido y es de peligroso manejo y mejor dejarlo aparte, según lo menciona el Dr. Homero Johas por ahí arriba: «Ocurrió a algunas almas la santificación invisible, sin los sacramentos visibles; pero una santificación visible, por el sacramento visible, puede existir sin la santificación invisible, pero no es útil», la razón de la sinrazón que a mi razón se face… ja ja, ¿qué abstrusa estupidez es esta? la santificación es o no es, y siempre es útil o no es tal santificación, visible o invisible, la misma es, ¿una santificación sin santificación? aviados estamos con la solidez del agustiniano magisterio
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Miguel, para justificar su postura vd debe probar que haya habido alguien que queriendo de veras ser bautizado muere de hecho sin conseguirlo
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cuidado con ciertas ‘revelaciones’, cuando mucho le importa el diablo es capaz de inmiscuirse en las almas más santas
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