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EL RITO DE LA SODOMÍA


[Republicación del post de 8/22/2012 por su evidente actualidad en nuestros días en los que aistimos al Sínodo de 2015. También por los últimos acontecimientos que han saltado a la publicidad con el «coming out» [salida del armario] de un monseñor, Charamsa,  teólogo de la Comisión Teológica Internacional. Añado al post un escandaloso vídeo de la Televisión italiana, intitulado «Sesso in Vaticano». Estos eventos eran fácilmente deducibles de la lectura del libro de la Dra. Engel «El rito de la Sodomía», cuya versión original es de 2006, del que aportamos en esta entrada el capítulo 19]

[youtube:https://youtu.be/Fg77RkT9QwY%5D

Post publicado en 8/22/2012

Esta es la traducción al castellano hecha a partir de una rigurosa traducción del inglés al francés, tomada de Virgo-María del capítulo 19 del libro cuyo título encabeza esta entrada. En ella reúno las otras entradas del mismo título (2,3,4) que habían sido publicas en este blog, (y ya retiradas) para facilitar su  lectura, reuniéndolas en esta única entrada.

El capítulo en cuestión es interesantísimo no sólo a los propósitos del libro de Randy Engel, que describe la penetración de la sodomía y la pederastia, en las estructuras de la Iglesia Católica, sino que ilustra maravillosamente los intríngulis de los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI, así como la preparación y desarrollo del Concilio Vaticano II. Muchas cosas ya son sabidas  pero el capítulo que traduzco tiene el mérito de dejarlas establecidas con profusión de pruebas y con notas, que deben leerse en la parte inferior. Respecto de los juicios de valor de la autora, naturalmente, yo, sin negarlos, no los respaldo necesariamente.

La ocasión de hacer la entrada ha sido el anuncio de la próxima beatificación de Pablo VI. Pues bien frente a esto, este capítulo deja en claro, la personalidad, métodos, pensamiento e incidentes biográficos del futuro beato, así como, en parte menor) de su antecesor en la Sede, Juan XXIII.

Es posible que algunos se escandalicen de lo que aquí se expone. Pero deben reconocer que está escrito con extraordinario rigor, y con citas que avalan sus extremos (que pueden verse  en las notas puestas al final del post; pulsando los números que jalonan la entera traducción, se obtienen las notas, en francés, del original de la traducción)

He conservado en el título de la entrada, la traducción obvia del inglés del título  del libro, por ser muy conocido. Pero el significado debería traducirse por La Sacralización o Consagración de la sodomía,  como hace la traducción francesa.

Hay que advertir que la autora no hace afirmaciones absolutas, sino da referencias documentadas con las opiniones concurrentes de muchos. En realidad la negación de todo ello pudiera ser aceptable. Lo que sí es cierto es que la política de ocultación y silencio sobre estas materias, en otros ámbitos, ha dado pésimos resultados, como señala la autora.
El autor del blog no respalda ni acepta a priori,  todo lo dicho por testigos y autores de libros y en las declaraciones  de instituciones y entidades, pero coincide con la autora en sus apreciaciones al final del capítulo. Sí cree que no es acertado el silencio sobre todo ello. En realidad la discusión está abierta y se accede a publicar TODOS los comentarios que puedan suscitarse, contrarios a lo dicho en esta entrega.

Fotografías (con sus leyendas) y subrayados,  propios.

Antes  de la traducción,  traigo una presentación del libro que cito, el índice de la obra y algunas apreciaciones  del editor del sitio de donde hago la traducción.

La sacralización de la sodomía y de la homosexualidad en la Iglesia Católica Romana

Randy Engel, julio de 2006 – 1282 páginas

Presentación del libro en el sitio New Engel Publishing

Esta es la historia de la homosexualidad intergeneracional dentro de la jerarquía de la Iglesia Católica estadounidense con consecuencias que superan la imaginación ..
Un «secreto a voces» es un secreto oculto y sin embargo, puesto a la vista de todos. La vida homosexual de los  Cardenales William O’Connell de Boston y Francis Spellman de Nueva York fue precisamente ese «secreto» que se mantuvo incluso después de su muerte. Hay al menos dos razones para este estado de cosas. En primer lugar, porque vivían en una época en la que la mayoría de los estadounidenses no tenía un punto de referencia por el cual pudieran reconocer, discernir e identificar el comportamiento homosexual en la vida de cualquier persona, y mucho menos en la vida de los dos prelados católicos situados en puestos tan altos. La segunda es que – salvo raras excepciones -los cardenales O’Connell y Spellman estaban rodeados de gente que no tenía ningún deseo de saber . Medios de comunicación, así como la Policía, permanecieron en silencio. El único grupo que evocó abiertamente las hazañas sexuales de Spellman y O’Connell con hombres jóvenes del clero, así como con laicos, era el de sus contemporáneos homosexuales, y ninguno de ellos – mientras vivieron estos prelados – denunciaron fuera del grupo, la homosexualidad de ambos.
El legado homosexual de los cardenales William O’Connell Francis Spellman nos ha perseguido hasta las puertas del siglo XXI. Ahora estamos en la tercera generación de sacerdotes homosexuales y pederastas que pueden conectarse directamente con  Spellman y  O’Connell  y otros prelados homosexuales del siglo XX … y habrá otras generaciones de clérigos homosexuales y pederastas que seguirán existiendoa menos que Roma se  decida a actuar para privar a estos herederos, de la perversión del sacerdocio y la vida religiosa católica.
ïndice »  La sacralización de la sodomía  «por la Sra. Engel (julio de 2006)

Perspectivas históricas
1 Antigüedad
2. Iglesia Primitiva.

3. Renacimiento

4. La homosexualidad y el surgimiento del Estado moderno ….
5. Los » Homintern» y los espías de Cambridge

 II.
La homosexualidad masculina

6.La homosexualidad masculina – Su naturaleza y las causas …
7.Comportamiento homosexual masculino
8. La pedofilia, pederastia y relaciones intergeneracionales homosexual
9.La comunidad gay
III.
La «AmChurch  «(American Catholic Church) y la revolución homosexual
10.La AmChurch – El contexto histórico

11.Burocracia episcopal y revolución homosexual
12.El legado del Cardenal O’Connell y del cardenal Spellman ..

La homosexualización de la Am Church
La red homosexual dentro de la Iglesia

14. Obispos  homosexuales y la red  homosexual diocesana
Caso especial del cardenal Joseph Bernardin
16. La homosexualidad en las órdenes religiosas
El »  New Ways Ministry  «(Ministerio de nuevas costumbres) – Estudio de una subversión …
El Vaticano y las últimas piezas del rompecabezas

Las señales en el siglo XX
19.El Papa Pablo VI y el cambio de paradigma de la Iglesia sobre la homosexualidad…………………………..
 Epílogo
 
Se objetará que a veces es necesario ser prudente, para no escandalizar a los débiles.
«Si el escándalo es de la verdad, hay que soportar el escándalo antes que abandonar la verdad » (Sermón sobre Ezequías VII).

Extracto de la reflexión del P. Schoonbroodt sobre el siguiente texto  correspondiente a la traducción del francés (traducida a su vez del original inglés) del capítulo 19 del libro.

Sólo podemos espantarnos de las cosas  dichas aquí  en la investigación sobre la realidad actual de la colonización homosexual en los círculos eclesiásticos contemporáneos.

Ahora bien, las  supuestas  denuncias y las publicaciones más impresionante circulan ampliamente en los medios de comunicación, principalmente extranjeros..
Ante la gravedad de los archivos, documentos y artículos ampliamente publicados, con  hechos  establecidos, y porque nos negamos categóricamente a cubrir con el «manto de Noé [B] «estas prácticas atroces y  escándalos, – sobre la base de  razones espurias de »  piedad y de no querer escandalizar a los fieles «-   que durante tanto tiempo han sido ocultados y sus autores a menudo  se han beneficiado de la cobertura de la laxitud y de la indulgencia culpable de las autoridades religiosas,   conducta que ha  arruinado por completo a  la iglesia conciliar; es  por esto  por lo que hemos decidido a toda costa  alertar a nuestros lectores…
Nunca hubiéramos sido capaces de superar nuestra repugnancia natural a mostrar ahora a nuestros lectores la puerta  de este auténtico pozo negro que parece llegar ahora a la parte superior de la jerarquía conciliar apóstata romana, si no  fuera por la urgencia  en despertar  la increíble ceguera y obstinación de los dirigentes… que, en palabras del propio arzobispo Lefebvre, » van  cayendo a pedazos «cada año un poco más».

 

» La sacralización de la Sodomía: La homosexualidad y la Iglesia Católica Romana «, publicado en julio de 2006 con los documentos de la historia de la penetración de los grupos de homosexuales en la Iglesia Católica en el siglo XX hace un balance de la terrible situación de la «Iglesia conciliar a este respecto

http://www.riteofsodomy.com
La sacralización de la sodomía
La homosexualidad y la Iglesia Católica de Roma
Randy Engel (julio de 2006) (1282 páginas)

Capítulo 19

El Papa Pablo VI y el cambio de paradigma de la Iglesia sobre la homosexualidad

Juan XXIII – el Papa interino

Angelo Giuseppe Roncalli, conocido en el mundo bajo el nombre de Papa Juan XXIII, había sido el lazo de unión entre los dos grandes forjadores y directores de la Revolución en la Iglesia católica, el Papa Pío XII (Eugenio Pacelli) y el Papa Pablo VI (Giovanni Battista Montini). El poderoso patrocinio de la camarilla de Rampolla  de que Roncalli era deudor, sus inclinaciones «progresistas» y su edad, habrían sido suficientes, para tenerlo como un aprendiz de papa, pero no como la cabeza de la Revolución.

Lombardo, como  Battista Montini, Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, en la diócesis de Bérgamo (Italia). Fue el cuarto de catorce hijos. Esta numerosa familia encabezada por su abuelo Zaverio, era pobre, pues eran aparceros que dependían en gran medida de la buena voluntad del propietario. La vida les era difícil [1] .

Roncalli se sintió atraído por el sacerdocio a una edad muy temprana. En sus memorias, escribió que él no recordaba haber querido otro destino que el de sacerdote. Comenzó a estudiar a la edad de nueve años como externo en el colegio episcopal de  Celana , pero después de un año de prueba, volvió a su casa, donde tuvo como profesor a su párroco, don Francesco Rebuzzini [2] . Entró en el seminario menor de Bérgamo, a la edad de once años, en noviembre de 1893.

Su formación sacerdotal avanzó con normalidad hasta que se encontró, por casualidad, el 17 de septiembre de 1899, con Mons.Giacomo Maria Radini-Tedeschi.

Mons. Radini-Tedeschi, canónigo de San Pedro en Roma, donde mantenía importantes relaciones con la Curia, se convertiría más tarde, hasta el final de su vida, en el patrocinador y protector de Roncalli. A los  cuarenta y dos años, invitó al joven aspirantes al sacerdocio a ir a estudiar a Roma, pero Roncalli no aceptó la invitación sino después de haber sido galardonado con una beca en  el Seminario Pontificio en Roma [3] .

Desde enero de 1901 a 1905, con un paréntesis de un año, debido al servicio militar obligatorio, Roncalli estuvo en el Colegio Romano. Después de su ordenación como sacerdote en la diócesis de Bérgamo, el 10 de agosto 1904, permaneció en Roma con el fin de lograr la licenciatura en derecho canónico. Y la Providencia tuvo que intervenir de nuevo.

En 1905, el Papa Pío X emprendió un programa para desarmar a los aliados modernistas de Rampolla. El  consagró obispo a  Radini-Tedeschi y lo ascendió rápidamente. Mons. Radini-Tedeschi quiso que Roncalli lo acompañara como secretario en la diócesis de Bérgamo.

Como miembro de la comitiva oficial de Radini-Tedeschi, Roncalli comenzó a empaparse del espíritu «progresista» de su jefe e influyente mentor. Otros miembros del restringido círculo eran el cardenal Rampolla y su secretario Eugenio Pacelli (futuro papa Pío XII), Giacomo della Chiesa (futuro Benedicto XV), que trabajó en el Departamento de Estado del Vaticano, y el cardenal Andrea Carlo Ferrari, arzobispo de Milán. Además de sus funciones en la diócesis, Roncalli en 1906 aceptó un puesto en el seminario diocesano, donde enseñó historia y apologética. Los rumores de que sus clases tenían gérmenes de modernismo le preocupaban poco. Él continuó disfrutando de aquélla  buena protección hasta la muerte de Radini-Tedschi en 1914, pero con la venida del nuevo ordinario, Mons. Luis María Marelli, que tenía  reputación de ortodoxia e intolerancia a las novedades – teológicas o de otro tipo – sus posibilidades de avanzar en la jerarquía eclesiástica parecían bastante sombrías.

En mayo de 1915, Roncalli fue movilizado como capellán durante la Primera Guerra Mundial. Después de haber vivido la terrible experiencia en las trincheras bélicas, que proporcionaba abundante materia de reflexión, su superior, el obispo Marelli, le nombró director de la Casa de Estudios de Bérgamo, y  director espiritual del seminario diocesano. También fue nombrado capellán de la Unión de Mujeres Católicas (UFC). Según Mary Martínez, con motivo de una huelga de trabajadores de la UFC,  Roncalli conoció a su alma gemela en la persona de Giuditta Montini, muñidora de la tregua alcanzada y activista política de la Democracia Cristiana, madre del futuro Papa Pablo VI [4] .

El año 1921 le trajo un repentino cambio de suerte. Aunque Pío X  había obligado a los modernistas  a esconderse,  ahora, con Giacomo della Chiesa sentado en el trono papal con el nombre de Benedicto XV, emergieron con más virulencia que nunca.

El Papa Benedicto XV, llamó a  Roncalli a Roma y lo nombró presidente del Consejo Central para la Propagación de la Fe en Italia, con un cargo en la Curia.

Por desgracia para Roncalli, un año más tarde, el Papa Benedicto XV murió. Su sucesor fue Achille Ratti,  el Papa Pío XI. Para los visionarios de la Nueva Iglesia, esta elección fue un revés temporal.

Mientras trabajaba para la Propaganda , Monseñor Roncalli estableció  importantes contactos políticos con Giorgio Montini, editor de El Cittadino de Brescia y activista  del Partita Popolare Italiana (PPI),  partido antifascita  liderado por Don Luigi Sturzo. En esta época conoció al hijo mayor de Montini, el muy prometedor arzobispo Giovanni Battista,  que volvía de  Polonia. Los dos hombres entablaron una estrecha amistad que duraría toda la vida [5] .

En 1924, Monseñor Roncalli obtuvo el puesto de profesor de  teología y de historia de la Iglesia en la Pontificia Universidad Lateranense. Mary Martínez señala que  fue en este tiempo de profesor del Laterano, cuando Roncalli comenzó a «salpimentar»  sus clases con los escritos del  antropósofo  Rudolf Steiner, un ex seguidor de la secta ocultista Ordo Templi Orientis , que tenía al fallecido cardenal Rampolla como  una lumbrera en el camino a seguir [6] . Martínez recalca que  las imprudentes declaraciones  de Roncalli llegaron a oídos de Pío XI. Este incidente dio lugar a la expulsión inmediata del sospechoso de su puesto en la Universidad Pontificia, pero que por mediación del Secretario de Estado, el cardenal Pietro Gasparri, se ofreció a su amigo Roncalli, un obispado y un puesto diplomático en los Balcanes a la espera de días mejores [7] .

Por otro lado, Peter Hebblethwaite, biógrafo de Roncalli, indica que el destierro de Roma del interesado, fue provocada por comentarios inapropiados – Pro-PPI, pro-democracia  cristiana y anti-fascistas -en un sermón en la Catedral Bérgamo, el 1 º septiembre 1924,  para conmemorar el décimo aniversario de la muerte del obispo Radini-Tedeschi [8] .

Monseñor Roncalli fue visitador apostólico, después  Delegado Apostólico en Bulgaria desde marzo de 1925 a enero 1935. Pío XI lo nombró entonces nuncio apostólico, en Turquía y Grecia, donde el Islam y la Ortodoxia griega – respectivamente – dominaban la escena religiosa [9] .

Durante la Segunda Guerra Mundial, Roncalli pasó la mayor parte de su tiempo ocupándose de  cuestiones humanitarias, en particular  las concernientes a la prueba sufrida entonces por los judios. El Papa Pío XII le ordenó emitir falsos certificados de bautismo a los judios para que pudieran pasar a Palestina, entonces bajo dominio británico. Roncalli se resistió a ello.

Él informó al Papa que era una locura ceder a la reivindicación sionista de una patria en Palestina, ya que esta solicitud no estaba justificada, ni por razones históricas ni por razones políticas. Roncalli se oponía a que los árabes, incluyendo los árabes cristianos garnd, fueran expulsados ​​de sus tierras para hacer sitio a los sionistas. Su opinión era compartida por el cardenal Luigi Maglione, Secretario de Estado del Vaticano, pero Pío XII no se dio por vencido. Roncalli entonces, se comprometió a emitir falsos certificados de bautismo [10] .

En la Navidad de 1944, Roncalli fue enviado a París como Nuncio en tiempos de la Cuarta República. Se las arregló para salvar a los obispos franceses que se habían aliado con el gobierno de Vichy (1940-1944) contra las Fuerzas Francesas Libres. El ganador, el general Charles de Gaulle, entonces , exigió su «ración de carne» [11] .

En mayo de 1952, Roncalli – sesenta y un años – fue informado por monseñor Montini, Substituto en la Secretaría de Estado del Vaticano, que Pío XII lo había nombrado  primer Observador Permanente del Vaticano ante la Organización de las  Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que acababa de crearse  en París. Este golpe diplomático debe atribuirse a Jacques Maritain, Embajador de Francia ante la Santa Sede [12] .

Hay indicios que sugieren  que durante sus años fuera de Roma, Roncalli fue iniciado en la masonería, pese que el Canon 2335 del Código de Derecho Canónico de 1917, prohíbe terminantemente ser miembro de ella..

Según  María Martínez, periodista con experiencia, el periodista Pier Carpi (seudónimo) dijo que tenía una prueba irrefutable de que durante su estancia en Estambul, Roncalli fue iniciado en la masonería Rosacruz, en la que llegaría al grado 18 º [13 ] .

Después de que Roncalli hubiera dejado su puesto en París, miembros de la Guardia Republicana informaron  que asistía  regularmente a las reuniones de los jueves por la noche en la Logia Masónica del Gran Oriente de Francia [14] .

Años después de la muerte de Juan XXIII, fueron publicados obituarios favorables por masones de alto nivel, que aplaudieron a Roncalli como el   hermano que había dado  «su bendición, su comprensión y protección» a la Obra [15] .

El 14 de noviembre de 1952, el arzobispo Roncalli recibió de Montini, quien era entonces Pro-Secretario de Estado, una carta confidencial preguntándole si aceptaría el cargo de Patriarca de Venecia, cuya sede quedaría vacante después de  la muerte inminente del Arzobispo Carlo Agostini [16] . Esta fue una oferta audaz, dado que Roncalli se estaba acercando a la edad de jubilación.

Ansioso por volver a casa, Roncalli se declaró dispuesto a aceptar la oferta de Pío XII. Fue elevado a cardenal el 12 de enero 1953 y nombrado Patriarca de Venecia, tres días después.

El 4 de noviembre de 1958, el cardenal Roncalli accedió a  la Sede de Pedro con el nombre de Juan XXIII [17] . Tenía casi setenta y siete años, pero hay que recordar que se suponía era un Papa de transición. A pesar de que su reinado duró menos de cinco años, se las arregló para cumplir una doble misión, que consistía en levantar el entramado necesario para poner en práctica la Revolución con un concilio general, y preparar el camino a su sucesor, Giovanni Battista Montini.
Los consistorios del Papa Juan XXIII
En el consistorio del 15 de diciembre de 1958, Giovanni Battista Montini, arzobispo de Milán, fue el primer cardenal creado por el Papa Juan XXIII. Durante los siguientes cuatro consistorios, Roncalli superaría con creces en el Colegio de Cardenales el número total de ese cuerpo, que era de setenta miembros [18]. El arzobispo Montini le había proporcionado la lista de candidatos [19] .

La composición de un  Sacro Colegio favorable, fue la tentativa, versión Vaticano II, de la realizada en 1930 por Franklin D. Roosevelt para componer una Corte Suprema que  le fuera favorable, con la  diferencia de que el intento por parte del Presidente de los EE.UU. había llegado al conocimiento público.

Dos factores fueron decisivos para el nombramiento de nuevos cardenales: la necesidad de una mayor internacionalización, es decir, «desromanizacion», de la Curia que ya había sido  emprendida por Pío XII, y la necesidad de asegurar los votos a Montini en el próximo cónclave.

Entre los constructores de la Iglesia conciliar que recibieron  el capelo cardenalicio de manos de Juan XXIII figuran los siguientes:

                    
Agustín Bea, SJ

Leo-Josef Suenens, arzobispo de Malinas-Bruselas (Bélgica)

Amleto Giovanni Cicognani, delegado apostólico en los EE.UU.

Carlo Confalonieri, secretario de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades

Franziskus König, Arzobispo de Viena (Austria)

Paolo Giobbe, Nuncio provisional enlos Países Bajos

Julius Döpfner, obispo de Berlín (Alemania)

Arcadio María Larraona, CMF, secretario de la Sagrada Congregación para los Religiosos

Bernard Jan Alfrink, arzobispo de Utrecht (Países Bajos)

Menos de tres meses después de llegar a ser  Papa, Juan XXIII consagró a Albino Luciani, futuro Papa Juan Pablo 1 º , obispo de Vittorio Veneto (Italia), que más tarde  fue nombrado Patriarca de Venecia por el Papa Pablo VI. El nombre del arzobispo Luciani, encabeza la lista de cardenales nombrados por Pablo VI en el consistorio del 5 de marzo de 1973. El cardenal Luciani tuvo el privilegio de ser uno de los pocos italianos admitidos en el círculo de Montini [20] .

Juan XXIII convoca un concilio general

Históricamente hablando, hay cuatro razones para  que un Papa convoque  un concilio ecuménico («universal») o  general de todos los obispos del mundo: 1.Para poner fin a un cisma; 2. Condenar la herejía 3. Especificar uno o más puntos del dogma, 4. Instituir una reforma en el sentido tradicional del término, es decir, atacar el laxismo en materia moral o eclesial [21] .

Pero el Concilio Ecuménico del Papa Juan XXIII (1962-1965) no fue  convocado por  ninguna de estas razones. Fue convocado con el  ostensible propósito de aggiornamento o «actualización» de la Iglesia, es decir, hacer entrar a la  Iglesia en el «mundo moderno».

El Concilio  se declaró «pastoral», en oposición a un concilio  «dogmático». Esta distinción terminológica sin embargo, ha creado una falsa dicotomía, dado que la verdad revelada no puede oponerse a las verdaderas razones pastorales.

Juan XXIII, no se involucró de ninguna manera en condenas y anatemas que en el pasado, anunciaban  la introducción de legítimas reformas en la vida de la Iglesia. Así se desprende  por demás, claramente, del discurso – redactado por Montini – pronunciado ante más de dos mil padres conciliares reunidos para la apertura solemne del Concilio, en la Basílica de San Pedro, el 11 de octubre 1962 [22] .

Según lo escrito por Amerio en Iota unum , los objetivos del Concilio formulados por Pablo VI son: 1. la toma de conciencia de sí misma de la iglesia. 2.  Una «Reforma» en sentido de auto-corrección, 3. la causa unionis , o sea, la cuestión de la unidad de los cristianos, 4. «El establecimiento de un puente con el mundo moderno»[23] .

Según se cree, la inspiración del Concilio gol cayó a Juan XXIII como «un rayo del cielo.» La realidad está más a ras de tierra.

Pío XI había preguntado a sus cardenales sobre la conveniencia de un concilio general, en un consistorio secreto celebrado el 23 de mayo de 1923, pero ellos le habían desaconsejado organizarlo porque abriría  la puerta a los arquitectos de la Revolución, presentes ya en la Iglesia [24] .

Pío XII, también, tenía previsto convocar un concilio general en el inicio de su pontificado, y encargó al Santo Oficio el establecer el programa preliminar [25] . El primer secretario de la Comisión Preparatoria secreta era un jesuita belga, el padre Pierre Charles [26] . Por desgracia para los revolucionarios, las contingencias de la Segunda Guerra Mundial, seguidas de la Guerra Fría y la falta de financiación, impedirían a la convocatoria de un Concilio Ecuménico [27] .

Como señala Martínez, incluso antes de que Juan XXIII hubiera iniciado su pontificado, el arzobispo Montini – con el grupo del Rin, que incluía notables revolucionarios como el teólogo suizo Hans Küng, Leo Jozef Suenens, Julius Döpfner, König Franziskus, Agustín Bea y Albino Luciani – ya se habían familiarizado con los planes del Papa Pío XII sobre  un concilio general, en una serie de reuniones secretas de alto nivel celebradas sen Munich [28]Roncalli no estuvo presente en estas reuniones.

Mientras que siguiendo la orden de Juan XXIII, la Curia y la Comisión Preparatoria del Concilio trabajaban  febrilmente en la redacción de esquemas ortodoxos  destinados a servir de base para las deliberaciones de los Padres, Montini y compañía se ocupaban en redactar  esquemas paralelos, destinados a ser adoptados  cuando llegara el momento de echar a la papelera los proyectos aprobados por la Curia y recomenzar todo de cero. [29] .

En cuanto a los miembros de la oposición leal, que eran débiles y desorganizados, cometieron el fatal error de subestimar toscamente la capacidad del enemigo. A medio camino  del Concilio, literalmente se derrumbaron. Esto no supone ninguna sorpresa, ya que tenía en contra de ellos, tanto a Pablo VI como a Juan XXIII, que detentaban  el poder supremo dentro de la Iglesia.

El Complot contra la Iglesia por Maurice Pinay, publicado originalmente en italiano, fue lanzado en el otoño de 1962, durante los primeros días del Concilio. Este libro muestra que no todo el mundo ignoraba  la intriga política y teológica urdida por los constructores del Concilio [30] .

La mayoría de los padres sin embargo descartaron las precoces advertencias acerca del golpe maligno que se preparaba, porque estaban intoxicados de la atmósfera de euforia y aturdidos por el bombo mediático con que había sido acogida la apertura del Concilio Vaticano II. Sin embargo,  deberían haberse mostrado preocupados de que los enemigos de la Iglesia, incluyendo a  liberales, comunistas, masones y sionistas en todo el mundo calificaron el evento como un paso gigantesco para la la humanidad.
El cardenal Montini – La Mano oculta

Montini fue la mano coulta del Concilio incluso desde antes de su convocatoria e inauguración

Es ampliamente reconocido hoy en día – tanto por los adversarios como por los partidarios de la Revolución que se desató en la Iglesia – que el cardenal Montini controlaba entre  bambalinas,  desde  Milán, la dirección y la agenda de las primeras jornadas del Concilio. Después de su apertura, Montini  trasladó el centro de operaciones a la suite que ocupaba en el Vaticano y que tradicionalmente se reservaba para cardenales residentes.

Según Amerio, L’Osservatore Romano publicó en la víspera de a apertura del Concilio,  extractos de un libro sobre el futuro del Concilio, escrito por el cardenal Montini y publicadao por la Universidad de Milán. Montini  subrayaba en él,   que la misión del Concilio sería  ajustar la Fe para minimizar en ella los elementos sobrenaturales de manera que fuera más aceptable para el mundo moderno y el hombre moderno. [31] .

En este sentido, Martínez dijo que cuatro días antes del «flash» que  inspiró al Papa Juan, el Concilio, Küng  declaró ante un público estupefacto, en una conferencia en la Hofkirche (Abadía) de Lucerna, Suiza, no sólo que iba a haber un concilio general, sino que también señaló  su orientación y orden del día. [32] .

Cuando publicó,  un año antes de la apertura del Concilio,   Concilio, Reforma y Reunión , Küng  demostró  que él sabía más que el Papa Juan acerca  del concilio próximo a celebrarse [33] .

Traición

Para preparar el Concilio, la Oficina de la Secretaría había escrito a los obispos católicos de todo el mundo con objeto de recabar sus opiniones sobre los temas a estudiar. En respuesta a esta encuesta, encabezaba la lista de temas, el problema del comunismo.

Sin embargo, como se dijo en el capítulo anterior (cap.18) , Juan XXIII – a instigación del cardenal Montini – aprobó, dos meses antes de la apertura del Concilio,  la firma del acuerdo de Metz, cerrado con los enviados de Moscú y en el que los soviéticos permitirían acudir al Concilio a dos representantes de la Iglesia del Estado de Rusia, a cambio de silencio de éste sobre la cuestión del comunismo y el marxismo.

Con la excepción del Cardenal Montini, a quien el Papa Juan había encargado iniciar conversaciones con Moscú, del cardenal Eugene Tisserant, que firmó el acuerdo de Metz, y del Obispo Willebrands, que tuvo el postrer contacto con los representantes de la Iglesia del Estado ruso, los Padres del Concilio ignoraban la existencia y naturaleza del acuerdo de Metz y de la terrible traición que suponía [34] .

El grado de engaño y duplicidad que caracterizan  los términos del acuerdo de Metz se desprende claramente de la lectura del conocido comentario del padre Ralph Wiltgen sobre el Concilio,  en El Rin desemboca en el Tíber, escrito en 1966 y en el que el autor asegura a sus lectores que no había ningún obstáculo para un debate sobre el comunismo en el Concilio.

La cuestión del comunismo no fue  abordada directamente ni en la Reunión de París, ni en la de Moscú. La Iglesia Ortodoxa Rusa no hizo  ninguna solicitud de que esta cuestión no se debatiera en el Concilio, y Willebrands no dio  garantía alguna  de que no se haría. Al exponer el orden del día del Concilio, Willebrands se limitó a decir que el problema sería  tratado de manera positiva en el orden del día del Cocilio. Sin embargo, dejó en claro que una vez que el Concilio se inaugurara, los Padres tendrían  libertad para modificar este orden  e  introducir nuevas cuestiones por iniciativa propia [35] .

Pero no todo fue bien para los soviéticos en el Concilio.

Antes de la llegada de los observadores de la Iglesia Estatal de Rusia, el 12 de octubre de 1962, los obispos ucranianos de la emigración emitieron un comunicado expresando su «amargura» porque  no estaba en el Concilio Mons. Josyf Ivanovycè Slipiy, único  sobreviviente de los once obispos de Ucrania, que había pasado dieciocho años en las cárceles estalinistas,  en los campos de trabajo y en el exilio de Siberia, mientras que la jerarquía de la Iglesia  había logrado que acudieran al Concilio,  los líderes  de la Iglesia del Estado ruso [36] .

En un comunicado de prensa ucraniano, se hizo hincapié en que con la presencia de dos observadores de la Iglesia Estatal de Rusia en el Concilio Vaticano II » se[había] perturbado a los creyentes […] ¿ acaso se hacía así un acto  ecuménico  olvidándose del sufrimiento de la Iglesia de Ucrania? » [37] La declaración subrayaba que la presencia de Rusia en el Concilio «no puede ser vista como un acto religioso y eclesiástico, sino como un acto, contaminado con una intención ajena a la religión, hecho por el régimen soviético para sembrar confusión « [38] .

Ahora sabemos  que en el Concilio Vaticano II, los Padres del Concilio no tenían las manos libres  acerca del tema del comunismo y del marxismo, porque el cardenal Tisserant – como  Presidente Primero del Concilio- había sido encargado de asegurar  que se haría silencio sobre esta cuestión y que nunca habría un debate público.

El  cardenal Tisserant, sin embargo, tropezaría con cierta dificultad, dada la determinación de muchos Padres en  insistir en la adopción de un esquema centrado específicamente en la refutación completa del comunismo. Si él pudo cumplir con el encargo, fue porque Pablo VI tenía el control de la agenda del Concilio. Una vez calmada la situación, se transigió en que la única referencia al comunismo fuese una nota a pie de página con las declaraciones de los Papas anteriores contra el comunismo. La traición fue consumada. Durante el período siguiente, que iba a ser el de la Ostpolitik , la condena del comunismo, finalmente, perdió su lugar prominente en el magisterio romano.

Este cambio de paradigma en la condena histórica del comunismo por la Iglesia no es más que uno de los muchos cambios de rumbo observados  en el relativamente breve pontificado de Juan XXIII.

El Papa Juan también fue responsable de importantes cambios en la liturgia, y la introducción de muchos novedades  litúrgicas.

Estas innovaciones incluyen la promoción de la «Misa dialogada«, inaugurada por el Papa Pío XII, en la que la asamblea de fieles  recita gran parte del Oficio y da las  respuestas a las preces del celebrante. El Papa Juan ordenó la retirada de las oraciones leoninas al final de la Misa, como la Salve Regina y la oración a San Miguel Arcángel. También quitó el último Evangelio (comienzo del Evangelio de  San Juan). En 1960, se eliminó el adjetivo perfidi  de las oraciones solemnes de súplica, en el Viernes Santo, por los Judios [39] . En 1962, ordenó que el nombre de San José se insertara en el canon de la misa, que era simbólicamente inoportuna  en la medida de que  el texto del canon se  juzgaba comúnmente que debía mantenerse sin cambios.
«Juan XXIII no fue lo que los tradicionalistas llaman «un  papa mariano» [40] .
Según el hermano Michel de la Santísima Trinidad, autor de la famosa obra en cuatro volúmenes sobre Fátima titulada Toda la verdad sobre Fátima , 13 de septiembre de 1959, los obispos italianos consagraron solemnemente su nación al Inmaculado Corazón de María. Sin embargo, subraya el hermano Michel, «el Papa Juan XIII,  alentó tan poco la iniciativa que su silencio y reserva no pudieron pasar desapercibidos» [41] .

El 17 de agosto de 1959, el Papa Juan pidió,en Castelgandolfo, el sobre que contenía el Tercer Secreto de Fátima,  revelados ya los dos primeros secretos en 1942 con la aprobación de Pío XII. Años más tarde, el Cardenal Ottaviani, prefecto del Santo Oficio, que estuvo presente en este histórico evento, dijo que Juan XXIII mandó retirar el secreto «a uno de esos archivos,  que son muy profundos y oscuros, donde  caen los  papeles  y ya no vuelven a ser vistos por nadie « [42] . El Papa Juan desestimó el Tercer Secreto, diciendo que «no es cosa de nuestro tiempo» [43] .

En marzo de 1963, sólamente tres meses antes de su muerte, el Papa Juan- con certeza, siguiendo instrucciones del cardenal Montini- creó una comisión de seis miembros encargados de estudiar las cuestiones relativas al control de los nacimientos (ni nacimientos ni control) y a la demografía (la población).  Haciendo el oficio de precursor, esta comosión  puso las bases para la debacle de la «Humanae vitae» (1968) y de la crisis de autoridad que iba a acompañarla.

A la muerte de Juan XXIII,  el 3 de junio de 1963, a la edad de ochenta y un años, el mundo puso sus miradas en su sucesor, el cardenal Giovanni Battista Montini, quien ascendió al trono de Pedro con el nombre de Pablo VI [44] .

El Papa Pablo VI – Los primeros años

Después de haber tratado ciertos aspectos de los primeros años de Giovanni Battista Montini  con anécdotas breves diseminadas a través de este libro, vamos a mencionar aquí, sólo brevemente,  los años de su tierna edad.
Montini fue llevado el 26 de septiembre de 1897 a la casa de campo de su familia, ubicada en la localidad de Concesio, a cinco millas al norte de Brescia, en Lombardía [45] . En el nacimiento del niño, su abuela paterna Francisca Montini Buffali, la matriarca de la familia, decretó que Giuditta, la madre, era demasiado débil para criarlo, y fue enviado a Peretti, donde pasó los primeros catorce meses de su vida a cargo de una nodriza [46].
Después, el joven Battista, mimado, vivió en medio del confort. El niño era «frágil» y «llorón», con dos  hermanos aparentemente sanos, Ludovico, el mayor, y Francisco, el más joven.

Giorgio Montini, padre de Battista,  logró éxito en el periodismo. Fue editor del periódico católico local El Cittadino y miembro de la Cámara de Diputados italiana.  Giorgio y Giuditta Montini compartían la  misma pasión por la izquierda política,  pasión que iba a ser transmitida a todos sus hijos.

A la edad de seis años,  Battista ingresó al Colegio Cesare Arici regido por los jesuitas. Allí permaneció hasta los catorce años de edad, edad en la que sus padres lo retiraron  por razones de salud [47] .

A ejemplo de Pacelli, Bautista continuó su educación secundaria con profesores particulares elegidos por sus padres, entre los cuales los oratorianos  de la vecina iglesia de Santa Maria della Pace. Los padres del Oratorio, eran tenidos como  la vanguardia clerical de la época. Estaban más cerca del antifascismo que profesaba Giorgio y su esposa, que los tradicionalistas jesuitas del Colegio Arici. Permanecieron siendo una de las principales fuentes de influencia  para Montini a lo largo de su vida. Incluso después de que hubiera entrado al servicio de la Santa Sede continuó teniendo un confesor oratoriano.

Al igual que hicieron los padres de Eugenio Pacelli, los de  Montini utilizaron su influencia  con los antinguos compinches del Vaticano – después de la ordenación de su hijo en Brescia  el 29 de mayo 1920 – para librar a  Battista de un desempeño parroquial, y le lanzaron en Roma a la carrera diplomática  al servicio de la Santa Sede. Empleo a propósito la palabra carrera en vez de utilizar el término de «vocación» .

Peter Hebblethwaite, que es, podríamos decir, biógrafo de actualidad de Montini, fue al menos lo suficientemente honesto para admitir este hecho.

Bautista no era particularmente religioso. Su fuerte era la política y el piano, y fuera de la celebración de la misa o el desempeño de los diversos ritos sacramentales, el joven sacerdote no parecía centrado en la vida espiritual. También mostró aversión a la devoción mariana, especialmente al Rosario, ya que, como decía, prefería a todo esto,  «vivir una  mariología más centrada en Cristo» [48] .

El 18 de noviembre de 1921, el Padre Montini entró en la Accademia dei Nobili Eclesiastici para estudiar diplomacia. Su inclusión en este institución le fue facilitada por el cardenal Pietro Gasparri, viejo aliado de Rampolla y ahora Secretario de Estado. Excelente sacerdote político, pero mediocre estudiante, Montini avanzó rápidamente en los  estudios diplomáticos,  pero pasó con dificultad el grado de Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana.

En 1923, Pío XI envió al joven diplomático a Varsovia como agregado del nuncio papal, pero la delicada salud de Mons. Montini no podía soportar los duros inviernos de Polonia,  por lo que regresó a Roma, en donde se le asignó un cargo en la Secretaría de Estado, a cuya cabeza estaba el el cardenal Gasparri.

La vida en la Curia Romana

El superior inmediato de Montini en la Secretaría no era otro que Mons.Francesco Brogongini-Duca, quien pronto se convertiría en arzobispo. Este fue el primer nuncio del Vaticano en Italia después de la firma del  Tratado de Letrán. El lector recordará que este prelado era también el padrino del joven sacerdote Francis Spellman y un estrecho colaborador de Angelo Roncalli. Fue entonces cuando tomó al joven sacerdote Montini  bajo su padrinazgo y se convirtió en su protector y mentor.

Además de su trabajo en la Curia, el padre Montini fue nombrado por el Papa Pío XI para la capellanía de la Federación Universitaria Católica Italiana (FUCI), donde el joven sacerdote podía desahogar sus sentimientos antifascistas. A través de la FUCI, Montini inició una larga amistad personal con Aldo Moro, uno de los fundadores del  anómalo partido político surgido después de la guerra, conocido como el Partido Demócrata Cristiano (PDC), al que Montini y toda su familia  estuvieron  religiosamente vinculados.

Montini también se hizo amigo de Giulio Andreotti, presidente del PDC, que se convertiría en diez y siete ocasiones, en  primer ministro  de Italia. Durante su larga carrera política, Andreotti hizo alianzas partidistas con comunistas, masones y con la mafia siciliana [49] . Es bien sabido que la mafia nunca habría llegado a ser el gigante que es hoy sin la complicidad de ciertos dirigentes demócrata-cristianos y sin el apoyo de los masones [50] . Dormir con alguien es como estar tres en la cama, verdad que Montini  debía comprobar siendo el papa Pablo VI.

Durante los treinta años que pasó en el Santo Oficio, Montini no fue del agrado de los miembros de la Curia o de su personal. El cardenal Nicola Canali pro-fascista, alto funcionario administrativo de la Santa Sede, no ocultó su intensa hostilidad al joven diplomático. En cuanto a Mons. Alfredo Ottaviani (después cardenal), él también  menospreciaba  a Montini.

Durante la guerra de Abisinia, el padre Montini expresó su apoyo a la Liga de Naciones , una posición contraria a la política del Vaticano. Pío XI pensaba que esta nueva organización internacional podría usurpar el papel tradicional de mediador desempeñado por la Santa Sede en los conflictos internacionales, como venía sucediendo, y que la Sociedad de Naciones era un nido de masones y comunistas, lo cual era igualmente cierto [51] .

Algunos miembros de la jerarquía italiana lamentaban  la fobia antifascista  y pro-comunista del Padre Montini, que el joven diplomático nunca se había molestado en ocultar. Algunos obispos italianos se afligían por lo que percibían como una falta total de patriotismo para con su pais natal; Montini, por su parte, nunca  experimentó el menor escrúpulo en traicionar a su país y a sus compatriotas  en sus relaciones con los Británicos, los Soviéticos y los Americanos durante la Segunda Guerra Mundial [52]. Según Roberto Farinacci, héroe fascista, todo el mundo sabía que Montini era  amigo de los enemigos de Italia [53] . No estaba equivocado.

En 1934, Montini gozó de un breve permiso en su cargo en la Secretaría, para visitar Inglaterra y Escocia junto con el siciliano Mariano Rampolla da Tíndaro, sobrino-nieto del cardenal Rampolla [54] .

Tres años más tarde, el cardenal Pacelli, entonces Secretario de Estado, promovió a Montini  al rango de sostituto para  casos ordinarios, y en 1938 él lo invitó a acompañarlo a Bucarest para el Congreso Eucarístico Internacional.

Después de que Pacelli se convirtiera  en el Papa Pío XII , el 12 de marzo de 1939, Montini continuó trabajando en la Secretaría bajo las órdenes del cardenal Luigi Maglione, nuevo secretario de Estado. Sin embargo, su tasa de público reconocimiento subió con la elección de Eugenio Pacelli, que fue, al parecer, un segundo padre para él.
Los años de guerra
Durante la Segunda Guerra Mundial, Pío XII encargó a Montini  contribuir para que Italia pudiera vivir en orden con la vuelta de la paz,  particularmente  trabajando por la formación de un nuevo gobierno italiano inspirado en el Partido Demócrata Cristiano.

Montini fue el encargado de gestionar una red  clandestina que ayudaba a los refugiados políticos, incluidos los judíos, a abandonar el país. Al final de la guerra, las redes de huída del Vaticano fueron utilizados para otros fines, tales como la  «Operación Paperclip«, que implicaba la transferencia de científicos alemanes y austriacos a los Estados Unidos, con objeto de que no cayeran en  manos soviéticas [55] . Montini también ayudó a coordinar los esfuerzos del Vaticano para asistir a los prisioneros de guerra y a sus familias por medio de la Cruz Roja Internacional.

Durante toda la Guerra, el padre Battista Montini, sacerdote- diplomático de día y agente secreto de noche, trabajó en estrecha colaboración con los oficiales y  agentes de inteligencia aliados de los EE.UU. , con la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), y  con la inteligencia británica y soviética contra los fascistas,  los nazis y japoneses.  Montini fue activo en la recogida de información en nombre de los aliados cerca de los jesuitas de Japón, sobre el bombardeo de objetivos estratégicos [56] . A cambio, la OSS  correspondió  llenando las arcas del Vaticano de dólares estadounidenses y de  los tesoros de la mafia siciliana y de los masones italianos (que Mussolini había hecho pasar a la cladestinidad), con objeto de facilitar Invasión aliada de Italia.

Uno de las principales amistades que  Montini había logrado hacer durante la guerra era el soltero empedernido Sir Francis GodlopinD’Arcy Osborne, embajador de Gran Bretaña en el Vaticano, que había asumido su cargo en 1946. Cuando Italia entró en guerra junto a Alemania, Osborne y su séquito de hombres – el secretario, mayordomo y un lacayo – se refugiaron en el Vaticano [57] . Allí fue donde Montini y él  se hicieron amigos íntimos.

Osborne consideraba a  Montini como un excelente diplomático, aunque no tuviera la envergadura de su colaborador en la Secretaría, Mons. Domenico Tardini (después cardenal). Decía que Montini era un adicto al trabajo con control de todo, siempre un caballero. A nivel personal, creía que Montini era amable y persuasivo, pero un tanto indeciso [58] . Después de la guerra, Osborne pasó sus últimos años en Roma, donde apadrinó un club de jóvenes que educaban los Padres Salesianos [59] . Nacido  protestante, y aficionado ocasional del ocultismo, Osborne murió fuera de la Iglesia, a pesar de los esfuerzos que había hecho Montini para convertirlo al catolicismo.

Las negociaciones secretas con los comunistas

En el verano de 1944, cuando la guerra tocaba a su fin, Montini comenzó  negociaciones de alto nivel con los comunistas italianos a fin de determinar qué papel jugaría el Partido Comunista después de la guerra. Su objetivo era entablar una alianza con el Partido Demócrata Cristiano, así como con los socialistas y los comunistas [60] .

Como demuestra Martínez, tuvo lugar una reunión, el 10 de julio 1944, entre Mons. Montini, que actuaba en nombre de Pío XII, y Togliatti, líder indiscutible del Partido Comunista de Italia, que acababa de regresar a Roma después de un exilio de dieciocho años en la Unión Soviética [61] . Este fue el primer contacto directo entre el Vaticano y un líder comunista. Sobre la base de un acuerdo entre los demócratas cristianos, socialistas y comunistas, fue elaborado un plan bajo el cual los tres partidos políticos  compartirían el Gobierno de Italia después de la guerra. Este plan también definió las condiciones para una futura cooperación entre la Iglesia Católica y la Unión Soviética [62] .

Pío XII tenía la intención de recompensar a  Mons.Montini y Mons. Tardini por sus años de dedicación a la Santa Sede, con  la elevación al cardenalato en el consistorio secreto celebrado en 1952, pero los dos hombres declinaron respetuosamente tal honor [63] . Montini pues, no llegó entonces a ser miembro del Colegio de Cardenales y por lo tanto no podía ser papable en el cónclave de 1958, que vio la elección de Roncalli bajo el nombre de Juan XXIII.

El 1 º noviembre de 1954, Pío XII nombró a Montini arzobispo de Milán. Fue consagrado obispo el 12 de diciembre de 1954 por el cardenal Eugene Tisserant. En Milán, Montini pudo ganar la experiencia que tanto necesitaba  aumentando así su popularidad en el  Colegio de Cardenales.

Montini en Milán

«… Y la  primera opinión  que se forma de un príncipe así como de su juicio proviene de la observación de los hombres de su alrededor: Cuando es poderoso y fiel, siempre se lo juzgará prudente, porque ha sabido reconocer a  los hombres con poder y retener su lealtad, pero cuando es de otra manera, no se puede formar una buena opinión de él, porque el error primordial fue el de elegirlos. » [64]

Nicolás Maquiavelo

El Príncipe (1513)

Una vez en Milán, Montini, de cincuenta y siete años,  al cabo de  treinta años se vio libre, por fin, de la vigilancia de la Curia así como de cualquier restricción por parte del Papa. El Arzobispo Montini emprendió entonces una nueva etapa, que le dejaría  una  marca indeleble en su episcopado y futuro pontificado. Reunió a su alrededor un círculo de personajes que eran de su misma longitud de onda:  viajeros, anarquistas, comunistas, socialistas, gángsters, miembros de la vanguardia artística y literaria de Milán. Así como la virtud atrae a los hombres de virtud, el vicio atrae a los hombres viciosos. El rumor corrió entonces en Milán a toda velocidad.

Pronto se hizo claro que Montini no era un papa mariano. En realidad, era un papa «maritanista», que es totalmente diferente [65] .

Desde el día que llegó, o casi, los milaneses, que tienen gran devoción a la Madre de Dios, comenzaron a quejarse de que el arzobispo Montini carecía de  «sensibilidad mariana«, acusación que refuerza su ostensible falta de  presencia durante las fiestas de coronación de mayo y las peregrinaciones a Loreto, y su no participación en la recitación pública del Rosario [66] . Hebblethwaite, su biógrafo, ha tratado de mitigar estas críticas argumentando que Montini estaba a favor de la «mariología centrada en Cristo»,  pero esta concesión verbal no es suficiente para dar cuenta de la realidad.

De hecho, la teología de Battista Montini era antropocéntrica, no teocéntrica. Se centraba en el hombre, no en Dios.

Montini fue el discípulo más importante y más influyente de Jacques Maritain y su «humanismo», descrito  por H. Caron en El Correo de la Roma,  como «… la fraternidad universal de los hombres de buena voluntad, pertenecientes a diferentes religiones, o que no tienen ninguna. Dentro de esta fraternidad  la Iglesia debe actuar como fermento y sin imponerse, sin exigir ser reconocida como la única Iglesia verdadera » [67] .

El  Abbé Georges de Nantes resumía a la perfección el espíritu de «humanismo integral» de Maritain hablando del «Movimiento de animación espiritual de la democracia universal» (MASDU), en el que la Declaración de los Derechos Humanos sustituye al Evangelio de Jesucristo. La democracia global se ha convertido en análoga del Reino de Dios en la tierra, y la función de la religión es ofrecer atención espiritual a la humanidad así  regenerada, con el resultado final de la aniquilación completa de la religión y «de su metamorfosis en un humanismo ateo » [68] .

Se ha dicho que el nuevo arzobispo de Milán escuchaba más  las sirenas  de las fábricas que las campanas de la iglesia.

Por lo tanto, no es de extrañar que durante una de sus visitas a la residencia del arzobispo, Jacques Maritain, que había sido un gran filósofo tomista, hubiera traído con él  a David Saul Alinsky, el apóstol «de la Revolución Permanente «. Montini quedó impresionado por el hombre a quien Maritain llamaba su «querido e íntimo amigo » y «uno de los hombres verdaderamente grandes de este siglo«; lo fue hasta tal punto que invitó a Alinsky a su casa por dos semanas para consultarle sobre las relaciones de la Iglesia con los sindicatos comunistas locales [69] .

Nacido en Chicago en 1909, Saul Alinsky , un judio ateo, había paseado sus diplomas por las calles y en la Universidad de esa ciudad. En 1940 creó la Fundación de las Zonas Industriales (Industrial Areas Foundation) para presentar su estrategia revolucionaria con la que  organizar a las masas para el acceso al poder [70] . Los más cercanos colaboradores de Alinsky se encontraban  dentro de la jerarquía católica y del clero, entre los cuales, el cardenal Mundelein, su protegido, Mons. Bernard Sheil y Mons. John Egan,  activista de  sotana y una de las primeras «locomotoras » de «Call to Action» [71] . Las principales fuentes de financiamiento inicial y  apoyo de Alinsky era la familia Rockefeller, Marshall Fied, tan rico como comunista en secreto, la Conferencia Católica de los Estados Unidos y AmChurch. Alinsky trabajó estrechamente con el Partido Comunista de los Estados Unidos, hasta su ruptura con él después de la firma del pacto de no agresión entre la Unión Soviética y la Alemania nazi. [72] .

En «Jacques Maritain y Saul David Alinsky- Padres de la ‘revolución cristiana’ «, Hamish Fraser, editor de Approaches ,  escribió sobre Alinsky:

»  Alinsky en sí es un producto del naturalismo fracmasón y del marxismo revolucionario que, con estas dos variantes, reconoce la necesidad de contar con las élites para tomar y retener el poder real […] Alinsky era un incrédulo a cuyos ojos incluso la idea de dogma era anatema[…] Teniendo en cuenta el naturalismo de Alinsky, no debería sorprendernos que en su «ética social», no hay espacio para nada que sea intrínsecamente «bueno» o «malo» […] divorciado una vez y  vuelto a casar legalmente tres veces, hablaba despectivamente de la cultura antigua, en la que la «virginidad era una virtud» […] La «Iglesia de hoy y de mañana» de Alinsky no era ni católica ni protestante,  judía, budista, islámica, o animista ,  ya que era  un sincretismo globalizador, y  una amalgama  sinóptica de todas las creencias que alguna vez hayan existido. » [73]

Como señala Fraser,  lo que  Saúl Alinsky tuvo de especial,  no era «su receta de una ‘Iglesia’ sincretista y globalizada, sino el hecho de que él fue el primero que vio sus ideas ampliamente aceptadas en la Iglesia católica » [74] . Pero si Jacques Maritain y su principal discípulo, el Papa Pablo VI , no hubieran sentado las bases para la Revolución en la Iglesia, la alianza y la intimidad de Alinsky con la Iglesia habría sido imposible, dice Fraser [75] .

Durante los dieciocho años que Montini estuvo al frente de la archidiócesis de Milán, su radicalismo político cada vez mayor, le había llevado a un conflicto con otros miembros de la Conferencia Episcopal Italiana, entre ellos el arzobispo Vincenzo Gremigni Gilla, de la diócesis de Novara.

Una vez instalado en su archidiócesis, Mons. Montini tomó un día la decisión de disolver y clausurar Il Popolo d’Italia , un periódico publicado desde hacía mucho tiempo en la diócesis de Novara. El obispo  Gremigni , ordinario de Novara, protestó contra la medida, y con razón, porque el asunto no era competencia de Montini.

En enero de 1963, seis meses después de su ascensión al trono de San Pedro, Montini escribió al arzobispo de Novara  una carta cuyo tenor era tal – al parecer – que Gremigni sufrió un fulminante ataque al corazón después de su lectura.  Mons. Ugo Poletti, obispo auxiliar de Gremigni , halló esta carta y la guardó. Después del  cambio de  Milán por  Roma, el fantasma del obispo Gremigni  siguió a Montini en la persona del obispo Poletti. En 1967, los medios de comunicación italianos recibieron «soplo» según el cual, el Papa estaba involucrado de una u otra manera en la muerte del arzobispo Gremigni. Poco después de esto, el Papa Pablo VI nombró a Poletti al frente de la Diócesis de Spoleto. Esta fue la primera de una serie de promociones espontáneas aparentemente milagrosas para el ambicioso prelado, entre las que se cuentan el puesto de vicario de Roma y su  elevación al cardenalato de marzo 5, 1973 [76] .

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La mafia del arzobispo de Milán
Dos de los más cercanos colaboradores de Montini en Milán fueron Mons. Giovanni Benelli y Mons. Pasquale Macchi.

Montini había reclutado a Benelli  cuando éste contaba veintiséis años, sólo unos pocos años después de su ordenación,  para ser su secretario en la Secretaría de Estado. Cuando Montini fue a Milán, Benelli le siguió. En 1966, el sacerdote, entonces de cuarenta y seis años, desempeñó durante un año el cargo de Nuncio en Senegal. Luego regresó a Roma como representante de Pablo VI en la Curia Romana. Un año antes de su muerte, Pablo VI promocionó  a su fiel servidor y lo nombró cardenal arzobispo de Florencia [77] . Uno de los más famosos protegidos de Benelli fue el sacerdote estadounidense, Justin Rigali (que un día llegaría a ser cardenal).

Rival de Benelli en el favor y cariño de Mons. Montini fue Pasquale Macchi, secretario particular del arzobispo, al que se le dio el apodo  de la  «Madre Pasqualina de Montini.»  [ la Madre Pasqualina fue durante cuarenta años la asistente personal de Pío XII ]. Nacido en Varese, cincuenta y cinco kilómetros al norte de Milán, Macchi fue profesor en el seminario y solía «salir de marcha»  [avait ses petites entrées] por todo Milán y su inframundo. Era aficionado a la filosofía francesa y al arte moderno y presentó a muchos de sus amigos artistas al arzobispo Montini.

Después de la elección de Montini al papado, Macchi siguió a su patrón a Roma, donde se convirtió en asesor del Papa no sólo para todo lo que caía dentro de la estética, sino también guardián de los secretos ocultos [78] . Macchi, que Peter Hebblethwaite presenta  como «bien introducido en el mundo de las altas finanzas «, estaba íntimamente relacionado con cuatro de los principales consejeros del papa Pablo: Michele Sindona,  Mons. Paul Marcinkus, Roberto Calvi y Mons. Donato De Bonis, todos estafadores [escrocs]  [79] .

Aunque eran de diferente personalidad y temperamento, Macchi y Benelli tenían por lo menos una cosa en común: eran masones.

En 1976, sus nombres, sus nombres de código, y las fechas de iniciación de Mons. Pasquale Macchi (después arzobispo) y Mons. Giovanni Benelli  ( futuro cardenal secretario de Estado) aparecieron  en una lista de personalidades de alto nivel  del Vaticano que eran miembros de sociedades secretas. Esta lista fue publicada en el diario Il Borghese . Sin embargo, la acusación de que los dos hombres, íntimos del Santo Padre, eran masones no tuvo ninguna consecuencia para su carrera futura en los pontificados de los papas Pablo VI y Juan PabloII<

El Arzobispo Montini encuentra al «tiburón  «

            Michele Sindona apodado «el tiburón«, era una figura clave en los círculos financieros ocultos de  Milán, mucho antes de que Montini llegara a ser arzobispo [80] .
Nacido en 1917 en Messina, en el sureste de Sicilia, Sindona – educado por los jesuitas – estaba estudiando derecho cuando las tropas británicas y estadounidenses invadieron Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Muy creativo, decidió aprovecharse de un lucrativo mercado negro, y se lanzó al comercio de trigo y  limones. Puesto que la mafia siciliana controlaba el mercado, Sindona cerró un pacto con Vito Genovese, jefe de la mafia siciliana, por el que tendría que pagar un cierto porcentaje de sus ingresos para conseguir del hampa, la protección de su negocio  y de su persona.
En 1948, Sindona dejó el sur de la bota italiana, pobre y devastada por la guerra, para emigrar al norte, a la rica ciudad industrial de Milán, donde se convirtió en un »  asesor financiero »  de ricos milaneses tan poderosos como influyentes. Las credenciales de la Mafia, le había acompañado en su viaje.

En 1954, cuando Sindona se enteró de que Pío XII había nombrado a Mons. Montini para  la sede de Milán, obtuvo del arzobispo de Messina, su diócesis de origen, una carta de presentación para el nuevo prelado. Pronto tuvo un nuevo cliente en la persona de Montini, en otras palabras, de la Iglesia de Milán.

El Arzobispo Montini estaba tan agradecido por los servicios de Sindona que  llevó al siciliano a  Roma y lo presentó al Papa Pío XII y al príncipe Massimo Spada, un alto funcionario del Istituto per le Opere de Religioni, (Instituto para las Obras Religiosas ). El IOR, conocido como  Banco del Vaticano, que actúa como una institución depositaria de los bienes de  la Iglesia destinados a obras de caridad [81] . Sindona llegó a ser el «hombre de confianza» y obtuvo un control casi completo del programa de inversiones extranjeras del IOR.

Los activos brutos del IOR en ese momento suponían más de mil millones de dólares, pero esta suma era algo secundario con respecto a la exención fiscal de que disfruta el IOR y a la capacidad de la institución para lavar el dinero negro, precisamente, el que provenía de los ingresos  de la mafia por el  tráfico de heroína, por la  prostitución y  por contribuciones políticas ilegales de fuentes como la masonería oculta [82] .

En 1960, Sindona, que operaba según el viejo adagio «La mejor manera de robar un banco es ser dueño de él», ofreció su propio banco, la  Banca Privata, en la que recibió muy pronto los depósitos del IOR . Él utilizó estos fondos para especular y aumentar así sus propias inversiones financieras, y comenzó a lavar dinero negro por medio del Banco del Vaticano.

Después de la elección del Papa Pablo VI, Sindona  siguió a Montini a Roma, donde ocupó un lugar destacado dentro del IOR. Sus operaciones y carteras financieras se habían incrementado en proporciones exponenciales. En 1964, fundó una firma de corretaje llamada Moneyrex  que tenía por clientes  a 850 bancos, y levantaba cada año doscientos millones de dólares de beneficio. Muchos miembros del Palazzo [ el Palacio de Letrán], y los ricos y famosos de Roma, hicieron uso de esa empresa para poner su fortuna al abrigo de impuestos, colocando sus cuentas ilegales offshore . Sindona mantenía  las operaciones contables con los clientes  de  Moneyrex en previsión de tiempos difíciles. El Vaticano y el papa Pablo VI,  así como  nombres y números de cuentas secretas de altos cargos del Partido Demócrata Cristiano, del Partido Socialista y del Partido Social Demócrata, figuraban todos ellos en el pequeño libro negro de Sindona.

En los años sesenta, el «Gruppo Sindona» incluía seis de los actuales bancos (entonces nueve) en Italia y en el extranjero, y más de 500 corporaciones y conglomerados gigantes. Uno de estos bancos, el Franklin National Bank, de Nueva York, el  18º mayor banco de los Estados Unidos, con más de cinco mil millones de dólares en activos, fue adquirido, en parte con el dinero que Sindona había tomado de sus bancos italianos [83] . Sindona también obtuvo fondos de sus amos secretos, a saber, de  la mafia siciliana, seguida de, a partir de 1971,de la Propaganda Due (P2), logia masónica de inspiración mafiosa, que trabajaba para la élite del país, dirigido por el Gran Maestre Licio Gelli. Además, fue responsable de transacciones financieras a cuenta de la Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), que durante el período de posguerra, entregó  grandes cantidades de dinero a Italia.  Parte de ese dinero engrosó el Banco del Vaticano [84] . `

Entonces fue cuando, Pablo VI, amigo de Sindona, recibió una mala noticia por parte del Estado. En efecto,  el gobierno italiano amenazaba con revocar a  las propiedades y bienes de la Iglesia,  la exención de impuestos, que la Santa Sede había disfrutado desde los años del régimen fascista de Mussolini. En el marco del código fiscal revisado, el Estado del Vaticano debía pagar  impuestos como cualquier otra entidad. Sindona, implementó entonces medidas para esconder el dinero del Vaticano colocado en las cuentas offshore, a lo cual el Papa dio su aprobación.
Una de los principales protegidos de  Sindona fue un milanés de nacimiento llamado Roberto Calvi.
Calvi era el director central del Banco Ambrosiano, principal  banco católico de Italia, por oposición a  las instituciones bancarias laicas que administraban judíos y masones. Era un personaje de los que gustaban a Sindona, lo cual preconizaba un desastre no sólo para el Banco Ambrosiano, sino también por su  principal depositante, la Santa Sede. Calvi tenía sus propias conexiones con el IOR a través de Mons. Macchi, secretario personal de Montini. También mantuvo excelentes relaciones con un prelado estadounidense de la Secretaría de Estado, el arzobispo Paul Marcinkus.

Pablo VI y el «Gorila  «

Pablo Casimir Marcinkus, inmigrante de origen lituano, humilde pero vivaz, nació el 15 de julio 1922 en Cicero (Illinois), ciudad a la que el gangster Al Capone había dado una mala reputación en la década de 1920ss. Poco después de terminar sus estudios de seminario en Saint Mary of the Lake, en Mundelein, y ser ordenado sacerdote en la Archidiócesis de Chicago, el padre Marcinkus consiguió la protección del cardenal Samuel Stritch. El joven sacerdote ayudó al cardenal Stritch hasta 1952, año en el que fue nombrado para un puesto administrativo en la Secretaría del Vaticano.

En 1958, el cardenal Stritch  se reunió con Marcinkus en Roma, como Pro-Prefecto de la propagación de la fe, pero murió tres meses después de asumir el cargo. Después, apenas se  oía hablar de Mons.Marcinkus en la Curia romana,  pero siguió disfrutando de la  protección de los sucesores de Stritch, el cardenal Albert Meyer y el cardenal Patrick Cody. No pasó mucho tiempo después de la elección de Pablo VI en junio de 1963, para que se viera en alza  la carrera de Marcinkus.

Marcinkus tenía más de un metro noventa, lo que le valió el apodo de «gorila» entre  sus amigos italianos de la Secretaría. Pablo VI comenzó  a llevarlo como escolta y guardia de seguridad, durante sus viajes al extranjero [85] .

En 1968, Pablo VI nombró  a Marcinkus Secretario del IOR, y el 6 de enero de 1969, lo consagró obispo. Luego, Marcinkus se convirtió en presidente del IOR. Para entonces ya había establecido fuertes relaciones con Sindona, y por medio de él, con Calvi, y por medio de ambos con Gelli. En otras palabras, el Banco del Vaticano tenía desde entonces, una cuenta bancaria conjunta con dos enemigos tradicionales de la Iglesia: la mafia siciliana y la masonería internacional.

Los sucesivos escándalos internacionales que se produjeron a raíz de esta unión – quiebras del Franklin National Bank y del Banco Ambrosiano, la denuncia pública de Propaganda Due (P2 Lodge) y la publicación de la lista de sus miembros, los asesinatos de Sindona y Calvi – son tristes recordatorios de un pontificado caracterizado por la corrupción [86] .

El pontificado montiniano

En el espíritu de los cardenales reunidos en Roma, el 19 de junio 1963, para elegir un nuevo Papa, pesaba el hecho de que, Juan XXIII quería que el arzobispo Montini, a su muerte, le sucediera. Y eso es lo que sucedió [87] . Sin embargo, es significativo que, incluso después de que Montini hubiera conseguido los votos necesarios para la elección, entre diez y veinticinco cardenales, principalmente miembros de la Curia, que lo conocían bien – se negaron darle el voto final. [88].

Después de entrar en funciones, el 30 de junio de 1963, el Papa Pablo VI se comprometió a completar la obra del Concilio Vaticano II, inaugurado por el Papa Juan XXIII  con las instrucciones e indicaciones de Montini. Y eso es lo que hizo.

El pontificado de Pablo VI, que duró quince años, estuvo marcado por una serie de crisis y por una traición sin precedentes,  que pocas veces se había visto en la Iglesia Católica en algún  momento, a lo largo de su historia de dos mil años.

Las traiciones asociadas al Concilio Vaticano II se llevaron a cabo por Juan XXIII, quien utilizó su autoridad para facilitar la reestructuración de las diez comisiones conciliares. El Papa Juan echó a la papelera los esquemas originales realizados durante  tres años por la Comisión Preparatoria del Concilio, excepto uno sobre la sagrada liturgia [89] . Luego, bajo Pablo VI, los esquemas originales fueron reemplazados por los nuevos, de acuerdo con la agenda prevista por el arzobispo Montini y el grupo del Rin,  trazada antes de la apertura del Concilio.

Se recordará a  la Iglesia post-conciliar del Papa Pablo VI por  los siguientes hechos:
La violación de la Liturgia
La devastación y el saqueo  financieros de los amigos de Montini, Sindona, Calvi y Marcinkus, no son nada en comparación de la violación de la sagrada liturgia, orquestada por Pablo VI y cometida ante la faz del mundo [90] . De todos los desastres que han afligido a la Iglesia en el período post-conciliar, ninguno ha sido tan grave como la destrucción del rito romano de la Misa, que venía  de los Apóstoles [91] . En efecto, el Santo Sacrificio de la Misa es el fundamento mismo del culto católico. En la misa  se lleva a cabo el acto esencial de la transubstanciación, es decir, el cambio del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La Misa es la fuente de la gracia. En la Misa, el sacerdote  pone en acto su verdadera identidad como Sumo Sacerdote y Mediador entre Dios y el hombre.

Fue con una inexplicable audacia  del Papa Pablo VI cuando reemplazó la Misa del Rito Romano por un servicio bastardo protestantizado, el Novus Ordo Missae (Nuevo Orden de la Misa),  que lo impuso a los sacerdotes y a los fieles [92] .

Las «reformas» litúrgicas de Pablo VI,  no sólo incluyeron  la destrucción completa de la Misa tradicional, sino también alteraron  otras acciones de   la vida litúrgica, como el Oficio Divino (Salterio, las  lecturas de las Escrituras, los himnos, cánticos, intercesiones),  las  la letanía de los santos, los sacramentos (Bautismo, Confirmación, la Santa Comunión, Penitencia, Extremaunción, Orden Sacerdotal y Matrimonio), las bendiciones, el calendario litúrgico, los ritos pontificales, y la música sagrada [93] .Por un milagro de la gracia,  sólo el rezo del Rosario escapó  de la  mutilación.

El ataque a la filosofía tomista

Bajo Pablo VI, la tradición escolástica y tomista acerca de la ley natural, se  abandonó por   una ética, » fundada en las Escrituras» y por nuevas modas del pensamiento científico, teológico y eclesiástico, tales como la fenomenología y el existencialismo .
Se dinamita la vida sacerdotal y religiosa
En total contraste con la imagen del sacerdote preconciliar, masculino, viril, soltero,  advino el nuevo sacerdote de la Iglesia Conciliar decididamente feminoide y,  a menudo con poca casta.

Como  ha señalado por el P. James McLucas en su ensayo «The emasculation of the Priesthood» (La castración del sacerdocio)  la  invasión de laicos [hombres y mujeres]en  muchas de las funciones sagradas, antes reservadas  a los sacerdotes es ontológicamente hostil a una sana masculinidad … » [94] .

El «sacerdote del Vaticano II» proyecta una imamolicie lindura y sentimentalismo. El nuevo sacerdote es encantador y servicial. Es ecuménico. Ni condena el error, ni a los que lo profesan. Es  todo excepto viril. En  palabras del Dr. Conrad Baars, es incapaz de dar la batalla «al mal en nombre del bien, ¡ dispuesto a ser herido, pero también, si fuere necesario, dispuesto a atacar! » [95]

El P. McLucas hace hincapié en que Pablo VI  intentó  debilitar las exigencias del celibato sacerdotal, al crear el diaconado permanente (que era de célibes) abierto a los hombres casados, a pesar del hecho de que «jamás existieron órdenes sagradas para  los no casados ​​desde que se instituyó  el celibato obligatorio  en la Iglesia de Occidente» [96] . La práctica de la admisión al sacerdocio, de los ministros protestantes casados, convertidos, ​​también ayudó a romper la resistencia de la obligación del celibato, dice McLucas [97] .

La Iglesia montiniana eliminó las «órdenes menores», «abriendo la puerta a » los/as ministro/as laicos «, que desempeñan las funciones de lector y acólito, antaño reservadas a hombres que se preparaban para el sacerdocio» [98] . «Esta innovación allanó el camino para el rito de la comunión, presidido por una persona laica«, añade[99] .

«…el acceso de laicos a funciones sagradas, antes dominio exclusivo de sacerdotes desde hacía mil quinientos años, por lo menos, está envenenando el sacerdocio», dijo McLucas [100] . «Esta observación deriva de una premisa simple: si el sacerdocio está reservado a los hombres, como siempre  ha enseñado  la Iglesia, lo que perjudica a  la masculinidad del sacerdote,  debilita al mismo tiempo al sacerdocio,» dice [101 ] .

El Papa Pablo VI ha debilitado también el sacerdocio de otras maneras.

Él ha acepado la secularización (reducción al estado laical) de miles de sacerdotes válidamente ordenados mediante la concesión de exenciones pro gratia [102] . Según Amerio, el efecto de estas dispensas habituales,  ha sido la disminución de la responsabilidad de la deserción y ha  modificado  el carácter moral y jurídico de la ruptura de los votos así como del abandono de la vocación [103] . La minimización, implícita en el Novus Ordo, de la sublime dignidad sacerdotal, inherente a la condición  sacerdotal, y el relajamiento de la disciplina y moral  característico, después del Concilio, de la vida del seminario y de los sacerdotes, ha contribuido al declive juntamente del sacerdocio y de la vida religiosa.
La abolición del juramento anti-modernista
Esta medida habla por sí misma.

La entrega de la tiara, simbolo del triple `poder papal, fue un acto cargado de simbolismo. Quería una Iglesia sin poder alguno, y retraída a una función espiritual, pero sin proyección alguna en los estadosy los pueblos

La destrucción de la Curia Romana
La destrucción de la Curia Romana, que  Montini había despreciado desde sus primeros años en la Secretaría de Estado, ha sido otro «trabajo» del  pontificado montiniano. Pablo VI impuso la jubilación de los obispos a la edad de setenta y cinco y retiró el derecho al voto en el cónclave después de los ochenta años. De este modo, limpió  el Santo Oficio (hoy Congregación para la Doctrina de la Fe) de  «ramas secas», es decir, de  prelados altamente  estimados como hombres de fe, de honor, de carácter,  con  experiencia y  sabiduría. Se los reemplazó con hombres de menos méritos, pero más adaptados a sus idea y que secundaban mejor sus pretensiones. Como señaló Amerio, en la Iglesia montiniana se ha observado un « declive del funcionamiento formal y técnico de la Curia» [104] .  El latín que había permitido a los miembros de la Curia expresarse con «la nobleza, la claridad y precisión del  estilo curial,» cayó todavía más en desuso [105] . El mismo Papa Pablo estaba obsesionado con la falta de erudición y exactitud que apreciaba  en sus propios discursos y escritos, destaca Amerio [106] . El declive de la Curia, vino acompañado de la ascensión en importancia de las conferencias episcopales nacionales, en las que  se acabó decidiendo quién obtendría o no, el episcopado, según la propensión del candidato a cooperar con los dirigentes de la burocracia eclesial.
 La fraternidad sin precedentes en la Iglesia con los herejes, cismáticos y otros enemigos tradicionales de la Iglesia: comunistas, masones, sionistas y  funcionarios del llamado «Nuevo Orden Mundial»
El «espíritu» del Concilio Vaticano II, alabado por todos los enemigos de la Iglesia como un signo seguro de  aprobación divina,  no era otro que el mismo «espíritu» que inspiró la Revolución Francesa y su lema masónico Libertad, Igualdad, Fraternidad .

La proliferación de desventuras ecuménicas
Especialmente  inquietantes para el bien de la Iglesia y de los fieles fueron el creciente  apoyo de  Pablo VI al Consejo Mundial de Iglesias – dominado por la Unión Soviética – y los contactos  trabados con  la organización conocida por financiar a terroristas y a «guerras de liberación» en América Latina y África. Monseñor Lefebvre declaró a este propósito que las actividades interreligiosas de Pablo VI eran portadoras de de una «blasfemia pública» [107] .

Traición al cardenal ucraniano Josyf Ivanovycè Slipiy y al cardenal Jozef Mindszenty, primado de Hungría, así como a los millones de víctimas del comunismo internacional en el mundo, incluyendo Hungría, Checoslovaquia, el sur de Vietnam, Angola, Mozambique y Uganda

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Colapso de la encíclica Humanae Vitae , o la forma de debilitar la doctrina y la moral de la Iglesia sin modificarlas
Como hemos señalado antes, el Papa Juan XXIII, a instancias del arzobispo Montini,  había creado, en el Vaticano, poco antes de su muerte, una comisión especial para estudiar el tema del control de la natalidad y de la demografía, con especial énfasis en la revisión de la prohibición, tradicional en la Iglesia, de los anticonceptivos, habida cuenta de los nuevos métodos científicos para crear en la mujer una esterilidad temporal, mediante el uso de hormonas.
La creación de una comisión responsable únicamente ante el papa, servía elegantemente de cortocircuito  a los guardianes de la fe que son los miembros de la Curia. Una vez  instalado en la Sede, Pablo VI estableció una nueva comisión,  ampliada a tres niveles,  encargada de estudiar la cuestión de «la píldora» y otros problemas relacionados, para que le presentaran sus  recomendaciones. Transcurrieron  seis años, desde la creación de la Comisión en 1963 y la publicación de la encíclica Humanae Vitae en 1968. Fue más que suficiente para establecer la duda de si la Iglesia mantendría o no la prohibición de la anticoncepción. El viejo adagio »  Lex dubia non obligat  « (la ley dudosa no obliga),  adquirió desde entones derecho de ciudadanía en las mentes de muchos católicos, y cuando la Humanae Vitae apareció, ya era  letra muerta a los ojos de muchos . Todo el asunto era en realidad una lección sobre la forma de dinamitar el dogma y la moral sin modificarlos [108] .

La crisis se complicó aún más por el hecho de que Pablo VI no quería imponer la prohibición de la anticoncepción saliendo al paso de la oposición a la Humanae Vitae que los sacerdotes, religiosos y maestros católicos organizaban en las universidades y en  las escuelas católicas. El retraso en la afirmación de la prohibición de la anticoncepción, combinada con la incapacidad para controlar a aquellos que, en altas puestos dentro de la Iglesia, se habían rebelado contra la enseñanza y el enseñante, iba  a proyectar una gran sombra  sobre la capacidad de la Iglesia para hablar infaliblemente en materia de fe y de moral [109] .
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 Todas estas acciones asociadas con el reinado de Pablo VI tuvieron repercusiones catastróficas para la Iglesia.
Igualmente, el colectivo homosexual, organizado rápidamente, dentro y fuera de la Iglesia, después del Concilio, iba aprovecharse de ellas, e iba a desempeñar su papel en el cambio de paradigma de la Iglesia sobre el vicio de la la homosexualidad,  cambio resultante del Concilio VaticanoII.

Sin embargo, queda otro factor a considerar si tenemos en cuenta el extraordinario éxito con que la comunidad homosexual colonizó la Iglesia Católica en los Estados Unidos y en el extranjero: son las acusaciones de que el mismo Papa Pablo VI era presa del vicio de la homosexualidad.

Las alegaciones de  homosexualidad del Papa Pablo VI
          Comenzaremos con las alegaciones que salieron del mismo colectivo homosexual.

El papa Pablo VI ha sido calificado de homosexual en numerosas publicaciones homosexuales, y su nombre aparece en casi todas las listas de personajes eminentes homosexuales publicadas en sitios de internet del colectivo homosexual.

El colectivo homosexual tiene tendencia a caracterizar a las personas como «gay» incluso si se sabe muy poco sobre su vida privada. Se supone que en ausencia de pruebas de que alguien es heterosexual, la persona es ipso facto homosexual. No  hay lugar para ninguna otra posibilidad. Por ejemplo, la persona en cuestión  podría  ser asexual o no centrada en el sexo. Pudiera ser que hubiera sublimado sus normales impulsos sexuales por amor al  arte, a la profesión, o – en el caso de un sacerdote consagrados al celibato – al amor de Dios.

En otros casos, el colectivo pudiera tener razón al decir – con pruebas que lo testifiquen  – que alguien se  había rendido a un particular vicio sexual, con tal de que este vicio, quizás, no fuera el de  la homosexualidad.

A este propósito,  viene a la mente el nombre de Hans Christian Andersen, autor de cuentos de hadas.

Su nombre figura, de hecho, en varias listas de los principales «gays» del pasado. Así, el famoso sexólogo Magnus Hirschfeld ha calificado públicamente  a  Andersen como homosexual, o por lo menos como homosexual «latente» [110] .

Los datos biográficos más recientes, sin embargo, indican, que Andersen tenía un temperamento altamente narcisista y que se entregaba habitualmente y sin poderlo evitar, a la práctica solitaria de la masturbación. Como Elías Bredsdorff, de la Universidad de Cambridge, señala en su biografía del escritor,  hay pruebas suficientes para afirmar  que Andersen era heterosexual por naturaleza, pero que sufría  un complejo de inferioridad tal que hacía imposible que se relacionara con una mujer madura [111] . El autoerotismo le permitía amar a la persona  más querida desde su juventud: él mismo [112] .

Pero en el caso del Papa Pablo VI, no parece que se hayan cometido tales errores de interpretación.

Es significativo, en efecto, que los medios homosexuales hayan descrito al Papa Pablo VI como homosexual desde mucho antes de que el tema de la homosexualidad se convirtiera en parte de la conciencia americana. En otras palabras, el rumor de que Montini era atraído sexualmente por  hombres jóvenes, era frecuente en  los chismes que corrían  en el colectivo, mucho antes de que la acusación de  homosexualidad  hubiera sido hecha pública contra su persona.

En los Estados Unidos, desde  que tuvo lugar,el 2 de diciembre 1978, la asamblea constitutiva de la NAMBLA  ( North American Man/Boy Love Association: Asociación Norteamericana por el amor entre  hombres y muchachos), en la Sede de la Iglesia Unitaria de Boston,  proclamó: «… La Iglesia condena la desviación sexual, pero es hipócrita porque tolera e incluso premia la hipocresía sexual de las personas en los más altos niveles de su jerarquía , siempre que los interesados ​​ observen exteriormente lealtad  al gobierno central: El cardenal Spellman y Pablo sexto [sic] ofrecen ejemplos recientes » [113] .

El testimonio de Bryan Robin

Como se revela en las conclusiones del capítulo sobre los espías de Cambridge en su autobiografía publicada en 1992 bajo el título The Dust has never settled » ( El polvo no se ha posado nunca ) , el escritor irlandés Robin Bryan, homosexual declarado, sostiene que su amigo Hugh Montgomery  le dijo que había sido amante de Montini en la juventud de ambos.

Recuérdese  que Hugh Montgomery era el hermano del muy conocido artista Peter Montgomery, que fue durante mucho tiempo  pareja sexual de Anthony Blunt, uno de los espías de Cambridge. Según Bryan, Hugh Montgomery fue también  amante ocasional de Sir Gilbert Laithwaite, diplomático homosexual también muy conocido [114] .

Alrededor de 1935, Hugh Montgomery había tenido un cargo diplomático en el Vaticano como encargado de negocios, bajo el mando de Sir Alec Randall, representante de Gran Bretaña ante la Santa Sede. Allí conoció a otro joven diplomático con un futuro brillante – el italiano Mons. Battista Montini, quien compartía – a lo que parece – las tendencias sexuales de Hugh, y se dice que los dos hombres  entonces se comprometieron en una relación homosexual.

Según Bryan,  Hugh Montgomerry y su amigo Battista Montini fraternizaron en ese momento con algunos personajes de lo más excéntrico, como el vizconde  Evan  Tredegar, aristócrata convertido al catolicismo, que había servido como  chambelan  [ camarero]  del Papa Benedicto XV, [115] .

El vizconde gustaba de asombrar a sus amigos  contándoles  sus hazañas sexuales y hablándoles  de  ocultismo, incluyendo las misas negras a las que había asistido y en las que se servía  sangre, orina y semen humano [116] . Después de la muerte de Benedicto XV y de la elección de su sucesor, Pío XI, Tredegar perdió automáticamente su honorífica posición de chambelán privado. Él renunció a su sueño de convertirse en sacerdote y regresó a la casa de sus antepasados, en Gales, donde se casó. Según un amigo cercano, Tredegar conservaba una fotografía del joven Montini sentado  en su mesita de noche y abrmejilla ensilla contra mejilla con un «robusto» marinero». Esta fotografía estaba al lado de otras de un miembro de la familia real [117] .

En una entrevista con el escritor británico Dorril Esteban, co-autor de ‘ Honeytrap-The Secret Worlds of Stephen Ward» (La trampa de miel – Los mundos secretos de Stephen Ward), Bryan repite la historia de la aventura entre Hugh Montgomery y Montini. Dorril dijo después, que había encontrado a Bryans  muy preciso en la evocación de  de sus jóvenes años, en  los cuales él era miembro de la «elite» homosexual de Londres.

Hugh Montgomery, después, se convirtió al catolicismo, se matriculó en el Colegio de Beta y fue ordenado sacerdote católico. No sabemos mucho más acerca de este controvertido clérigo.

Si es  verdad o no, que  Montini tuvo una relación homosexual cuando era   joven diplomático en el Vaticano [quizás no es seguro], pero lo que si es casi seguro es que, al menos, algunos miembros de la Curia romana lo  habían oído. Pero en la medida que el interesado, estaba  protegido por su familia – políticamente poderosa – y por otros prelados influyentes, entre ellos Eugenio Pacelli, futuro Pío XII, difícilmente habría sido posible retirarle de sus funciones diplomáticas.

Las alegaciones de Roger Peyrefitte

Roger Peyrefitte, novelista y ex embajador en Francia, nació en 1907. Era un homosexual declarado, conocido por su defensa abierta de los «derechos de los homosexuales«.ue si

En 1976, Peyrefitte concedió una entrevista a D. W.  Gunn y  J. Murat,  representantes de la Gay Sunshine, sobre la presunta homosexualidad del Papa Pablo VI [118] .

Él les dijo que en enero de ese año, el Papa había pronunciado un discurso público en el que condenó la homosexualidad, la masturbación y las relaciones sexuales antes del matrimonio. Agregó que la hipocresía del papa le enojó porque era conocido en algunos círculos que cuando Montini era arzobispo de Milán,  tenía una relación homosexual con un joven actor,  de quien Peyrefitte conocía muy bien el nombre. El escritor francés dice que tenía esta  información «no de comunistas o porteros», sino a través de miembros de la nobleza italiana que conocía bien. Sus fuentes milanesas le habían  informado de que en algunos sectores,  era un secreto político que Montini iba  a una «casa discreta» para reunirse con muchachos  y entre ellos tenía un favorito llamado Paul.

Tras la condena de la homosexualidad por Pablo VI, un periodista francés del diario Lui entrevistó a Peyrefitte. Fue entonces cuando Peyrefitte divulgó el pasado homosexual de Montini en Milán.

La entrevista de Lui    fue publicada tanbién por el semanario italiano Tempo de Roma, el 26 de abril de 1976. Peyrefitte dijo que era como si una bomba de tiempo hubiera explotado.

El vicario de Roma y la Conferencia Episcopal Italiana instituyeron el «Día de la consolación» por  las calumnias contra el Santo Padre. El Domingo de Ramos, el Papa leyó desde el balcón del del Vaticano una declaración sobre «… Delle cose orribili e calumniose … » [119] . Peyrefitte declaró que sus acusaciones contra el Papa circulaban por  todo el mundo [120] .

En ¡O Vatican!  A Slightly Wicked View of the Holy See!  (¡ Oh Vaticano O! Una visión cruel de la Santa Sede), Paul Hofmann, antiguo corresponsal en Roma del New York Times ,  retoma las acusaciones de Peyrefitte contra Montini[121] . Cita nominalmente a Paolo Carlini, el  conocido actor italiano, que habría conocido a Montini en Milán cuando era arzobispo de esa ciudad y luego  haría frecuentes visitas al Papa Pablo VI en los apartamentos privados de este último, en  el Vaticano [ 122] .

Los cargos del abate de Nantes
En el verano de 1993, el Abbé Georges de Nantes, fundador en 1969 de la Liga de la Contrarreforma católica en Troyes, Francia,  habla explícitamente de  las acusaciones de homosexualidad  contra el Papa Pablo VI en el número de junio-julio  de La Contre Reforme Catholique au XXème siècle [123] .

El sacerdote dijo que sus comentarios fueron en respuesta al anuncio hecho por el Papa Juan Pablo II  el 13 de mayo 1993,  fiesta de Nuestra Señora de Fátima, sobre el proceso de canonización del Papa Pablo VI, que avanzaba en  conformidad con el procedimiento preliminar diocesano llevado en Milán en 1992.

«He recibido la noticia de la apertura del proceso de canonización de mi predecesor Pablo VI. Él era un padre para mí, en el sentido personal del término. Por ello  no sabría  expresar mi alegría y mi gratitud «, dijo el Papa Juan Pablo II [124] .

La acusación de la homosexualidad presentada contra el Papa Pablo VI en la Contra-Reforma comenzaba  con el recordatorio del abate de Nantes de las  acusaciones de Pablo Hofmann sobre la mafia milanesa, o sea,  sobre  los vínculos notorios que  el arzobispo Montini  mantenía en Milán con la Mafia y la masonería [125] .

El abate de Nantes, después, cita una obra en su poder, de la que no indica la referencia y en la que se habla de  un cardenal no italiano, » alto, afable y de ojos penetrantes», que el Papa Pablo VI había nombrado para un puesto clave en el Vaticano y que tenía  reputación de  mantener relaciones pederastas con ragazzi ,  niños que viven en el barrio de detrás del Vaticano [126] . Él dijo que se había enterado de que después de la elección de Montini al trono de Pedro, se había producido un increíble aumento en el número de seminaristas y sacerdotes homosexuales en los Estados Unidos así  como en los Países Bajos. Sin embargo, Roma no ha hecho nada, añadió.[127] .

Por último, el Padre recuerda un incidente que ocurrió en la víspera del cónclave de 1963, en el cual Montini fue elegido Papa. Según él, el abad de San Avito, la Basílica de San Pablo Extramuros, le había informado  en la noche de la apertura del cónclave,  que la brigada antivicio de la policía de Milán tenía un dossier sobre Montini. Por ello, el nuevo Papa no podría ser y no sería Montini. Sin embargo  fue  Montini [128] .

El abate de Nantes, se dirige así al Papa Juan Pablo II:

Así  pues, después de que la elección de un homosexual demostrado al Trono de San Pedro ha envenenado a la Iglesia, Vos, Santo Padre, ¿ podríais revivirla y  reforzarla al elevar a los  altares a este mismo miserable,   ofreciendo sus huesos como reliquias para ser besadas por los besos de fieles y devotos y [exponiendo] a sus fervientes  miradas, su rostro atormentado en la gloria de Bernini? ¡Oh, no, eso es imposible. No sucederá! [129]

Revelaciones de Franco Bellegrandi
En su último libro, Vatican II, Homosexuality and pedophilia (Concilio Vaticano II,  homosexualidad y pedofilia) , Atila Sinke Guimarães plantea la cuestión de la homosexualidad de Pablo VI [130] . Guimarães cita a Franco Bellegrandi, ex miembro de la Guardia Noble Pontificia (la guadia papal), que fue testigo de los cambios fatales en el Vaticano después de la entrada en funciones  del Papa Pablo VI.

Bellegrandi reitera la acusación de que cuando fue arzobispo de Milán, Montini fue detenido en ropa civil por la policía local durante una de sus visitas nocturnas a los burdeles de hombres de la ciudad.

El antiguo miembro de la guardia del Vaticano describe el proceso de colonización homosexual, que había comenzado bajo el pontificado de Juan XXIII, pero se  aceleró con  Montini –  proceso con el que el lector ya tendrá que estar familiarizado. Bellegrandi declara que los ex empleados del Vaticano fueron despedidos para ser ocupadas sus plazas por favoritos de Montini, víctimas del mismo vicio que él. Estos, a su vez, hicieron venir a sus  sus efebos – «hombres jóvenes afeminados vestidos con elegantes uniformes  y maquillados para ocultar el pelo de la barba», dijo [131] .

Bellegrandi refiere, además, que de acuerdo a lo que dijo un funcionario del servicio de seguridad del Vaticano, el actor amigo de Montini tenía libre acceso a los apartamentos papales, y se le veía  por la noche  tomar el ascensor del papa [132] .

La cuestión del chantaje
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Uno de las declaraciones de Bellegrandi  que  ha llamado mi atención, es que recién elegido papa, Pablo VI había sido chantajeado por los masones italianos. A cambio de su silencio sobre las estancias furtivas del arzobispo Montini en Suiza, donde se citaba con su amante el actor, que a lo que parece, apenas había ocultado su relación con el prelado, los masones pidieron al papa, el levantamiento de la la prohibición de la cremación de los cadáveres a la que la Iglesia siempre se había opuesto. El Papa cedió a ello [133] .

No era la primera vez que las perversiones sexuales de Montini , le habían hecho blanco de chantagistas.

Con motivo del intercambio de cartas que yo tuve con un escritor británico conocido por estar al corriente de las operaciones del MI6 (servicio de  inteligencia del Reino Unido para el exterior),  mi corresponsal me dijo  que se preguntaba si la homosexualidad Montini  no lo habría  expuesto al chantaje de los agentes secretos soviéticos o  británicos durante la Segunda Guerra Mundial. Él pensaba que los británicos (MI6) y estadounidenses (OSS), conocían  la homosexualidad de Montini y que habían  utilizado sus conocimientos  para asegurarse de la cooperación del  interesado en la gestión, después de la guerra, de las redes de exfiltración [ facilitando a judíos y científicos la salida de Italia] del Vaticano y de los aliados [134] .

Hay otras fuentes de información sobre el chantaje que la KGB y la GRU soviéticas podrían haber ejercido sobre Montini después de la guerra.

Un parisino de edad, que había trabajado en los primeros años cincuenta como intérprete oficial del alto clero del Vaticano, dijo al autor que los soviéticos habían chantajeado Montini para que les revelara los nombres de los sacerdotes que el Vaticano había enviado en secreto a los territorios de detrás del Muro de Hierro durante la Guerra Fría con el fin de ejercer su sacerdocio con los católicos de la Unión Soviética. La policía secreta soviética se infiltró entre los sacerdotes esperando que una vez cruzada la frontera de la Unión Soviética,  fueran fusilados o enviados al Gulag [135] .

Probablemente nunca sabremos con certeza, hasta qué punto el Papa Pablo VI sufrió el chantaje de los enemigos de la Iglesia. Puede ser que para los comunistas y  socialistas, este chantaje fuera completamente innecesario, dada la fascinación que la izquierda siempre había ejercido sobre Montini y la afinidad que tuvo con ella durante toda su vida. Sin embargo, es probable que los masones italianos, el MI6 y la OSS primero, la CIA y la Mafia después, hayan utilizado el chantaje y la extorsión sobre Montini al principio de su carrera como joven diplomático, luego como arzobispo de Milán, y finalmente como Papa.

Se corre la cortina
La homosexualidad del Papa Pablo VI, sin duda, ha facilitado el cambio de paradigma que acompañó al surgimiento de la comunidad homosexual en la Iglesia Católica en los Estados Unidos, en  el Vaticano y en todo el mundo a mediados del siglo XX.
Pablo VI ha jugado un papel decisivo en la selección y promoción de  muchos miembros homosexuales de la jerarquía de América, entre ellos el cardenal Joseph Bernardin, Terence Cooke y John Wright, el arzobispo Rembert Weakland, los obispos y H. George Guifoyle, Francisco Mugavero, Hart José, José Ferrario, James Rausch y sus sucesores.

El conocimiento de que un homosexual ocupaba la Sede de Pedro – conocimiento  extendido como la pólvora en el centro de la chismosa comunidad «gay» – sin duda  ha dado a los  homosexuales el deseo de ser sacerdotes, pretendiendo acceder a lo impensable, o sea, a  una orden religiosa o comunidad religiosa compuesta exclusivamente de sodomitas.Aún hay más, el quasi-secreto  guardado desde ha tiempo, sobre la vida homosexual de Pablo VI ha contribuido  desde hace décadas al silencio y ocultamiento de la jerarquía de EE.UU. en el tema de la homosexualidad,  en general,  y de  las actividades criminales pederastas de sacerdotes en particular.

Pero esto ya no es un secreto.

Porque la última pieza del rompecabezas ya está en su sitio.

«Nuestra Señora de Fátima, rogad por nosotros.

[1] La información biográfica sobre el Papa Juan XXIII se ha tomado de Juan XXIII – El Papa del siglo , por Peter Hebblethwaite (Nueva York: Continnum, 1984).Hebblethwaite, el ex jesuita, dejó el sacerdocio en 1974 para casarse. Desde hace más de dieciséis años, escribE artículos sobre asuntos del Vaticano para el National Catholic Reporter . Murió en Oxford, en su natal Inglaterra, 18 de diciembre de 1994.
[2] Ibid., 7-8.
[3] Ibid., 14.

[4] Véase Hebblethwaite, Juan XXIII , p. 45, y Martínez, El debilitamiento de la Iglesia Católica , p. 116.

[5] Hebblethwaite, p. 53.

[6] Martínez, p. 58.

[7] Ibid., p. 117.

[8] Hebblethwaite, Juan XXIII , p. 53.

[9] Véase Barry Rubin, Intrigas de Estambul – espionaje, sabotaje y traición diplomática en la capital espía de la Segunda Guerra Mundial (Nueva York, Pharos Books, 1991).
[10] Martínez, p. 76 y 77.
[11] Ibíd. pág. 70. – Nota : se refiere a Shakespeare El mercader de Venecia , en la que el judío prestamista Shylock – para vengar  las vicisitudes impuestas a sus correligionarios, y sobre todo a sí mismo – exigió que se le debía pagar una libra de carne de su deudor insolvente, que era un gentil.

[12] La UNESCO es el organismo de la ONU que los soviéticos habían tenido más éxito en la penetración. El KGB y GRU hicieron uso de esta organización para difundir desinformación y  propaganda pro-comunista. En diciembre de 1971, el servicio secreto francés cree que alrededor de un tercio de los funcionarios soviéticos de la UNESCO fueron los agentes de los servicios secretos o los servicios de inteligencia militar de la URSS. Altos funcionarios de la UNESCO eran abiertamente pro-soviético. En ningún momento, la Santa Sede reconoció públicamente que la UNESCO era un centro activo de los agentes soviéticos. Véase Richard Deacon, el servicio secreto francés , p. 229 y 230.

[13] Martínez, p. 117.

[14] Ibíd.

[15] Véase Piers Compton, La Cruz Quebrantada (Cranbrook, Australia Occidental: Editorial Veritas Co., 1984), p. 49 y 50.

[16] Hebblethwaite, Juan XXIII , p. 114.

[17] En el cónclave de octubre de 1958, hubo 51 votantes. El cardenal Roncalli fue papable . Había once rondas. Roncalli fue elegido el tercer día, 28 de octubre de 1958. El arzobispo estaba listo, ya que, según Martínez, el arzobispo Bruno Heim,  secretario de Roncalli, trabajó durante semanas en el escudo de armas papal del futuro papa .

[18] Se pueden encontrar los nombres de los cardenales electos en los consistorios organizadas desde 1903 hasta 2001 en el sitio web siguiente:

http://www.stjohnxxiii.com/Cardinals/The_Cardinals_of_the_Church/consistories-xx.htm .

[19] Martínez, p. 119. Véase también Komonchak, ed., Historia del Concilio Vaticano II , p. 325.

[20] Martínez, p. 131. Los cardenales creados por el Papa Juan XXIII no todos pertenecían al ala «progresista» o «liberal», que era el grupo del Rhin, dominante. Entre las excepciones estaban Antonio Bacci, Secretario de los Breves, que fue elegido en el consistorio del 28 de marzo de 1960. El cardenal Bacci hizo causa común con el cardenal Ottaviani en la lucha contra el Novus Ordo Missae.

[21] Komonchak, p. Del 71 al 22.

[22] El discurso del 11 de octubre 1962 por el Papa Juan XXIII en la apertura del Concilio Vaticano II se puede encontrar en el sitio webhttp://www.papalencyclicals.net/vatican2.htm . Este sitio también contiene todos los documentos del Concilio. Para una excelente crítica del discurso en cuestión el libro de Amerio Iota unum , p. 73-79.

[23] Amerio, p. 62 y 63.

[24] Padre Paul Kramer, La última batalla del Diablo (Nueva York:. Buen Consejo Publications Inc., 2002), p. 45.

[25] Komonchak, p. 15.

[26] Ibid., p. 64.

[27] Ibid., p. 55 a 57. ¿Cuando la Santa Sede, consiguió los fondos necesarios para financiar un concilio general? Es un secreto todavía. No hay presupuesto para la Comisión para administrar los bienes de la Santa Sede (Banco del Vaticano) y nunca se ha hecho público. Las estimaciones del costo de las tres sesiones del Concilio fueron  entre 25 y 75 millones de dólares deEE.UU. Los cambios en San Pedro solo han costado más de $ 950.000. Los Padres del Concilio con medios suficientes podrían haberse  pagados sus necesidades, pero el Vaticano tuvo que pagar los subsidios a los obispos de los países pobres. Las jerarquías de los Estados Unidos y Alemania, al parecer, dieron una generosa ayuda financiera. También es probable que los fondos se hayan pagado por parte de algunos grupos que tenían  interés en que se llevara  a cabo un concilio general diseñado para socavar y debilitar a la Iglesia católica romana: por ejemplo, las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, la masonería internacional y el lobby judío internacional.

[28] Martínez, p. 108. Para una discusión de los líderes y la agenda del grupo del Rin y sus peritos véase el libro de Ralph M. Wiltgen, SVD, El Rin desemboca en el Tíber(Rockville, III. Tan Books, 1966) . Con el apoyo del arzobispo Montini, quien trabajó desde el interior para guiar el Concilio, el grupo del Rin podía controlar el mecanismo del Concilio para proporcionar una composición favorable de las comisiones, en la que se modificaran los  reglamentos y la práctica de la gestión de la prensa.

[29] Komonchak, p. 426.

[30] Maurice Pinay, Complot contra la Iglesia (Palmdale, California: Christian Book Club of America, 1967). Publicado en el otoño de 1962, coincidiendo con la primera sesión del Concilio, este libro de 700 páginas fue tachado de antisemitismo debido a sus alusiones al lobby judío internacional y al sionismo internacional presentado como «la sinagoga de Satanás.» Sin embargo, dada la auto-demolición de la Iglesia que siguió a la clausura del Concilio Vaticano II,  bien vale la pena leerlo. La edición en inglés es una traducción hecha en 1967 de las ediciones en alemán y español. 

31] Amerio, p. 67 y 68.

[32] Martínez, p. 108.

[33] Ibid, véase Hans Küng,. Consejo, la Reforma y de la Reunión , Nueva York: Sheed and Ward, 1961).

[34] El acuerdo de Metz, diseñado por Montini, con la cooperación del Papa Juan XXIII, fue una traición increíble. Pero la traición de la confianza de los Padres de la Iglesia presente en el Consejo no era nada comparada con la de la jerarquía, el clero y los fieles uniatas que languidecía en el gulag soviético, por negarse a integrar en la religión ortodoxa rusa controlado por los soviéticos, así como los millones de cristianos que languidecían detrás de la Cortina de Hierro y el bambú.

[35] Véase Wiltgen, p. 122.

[36] El obispo Josyf Ivanovycè Slipiy nació 17 de febrero 1882 a las Sazdrist, Ternopil, en la archidiócesis de Lviv, Ucrania. Estudió en el colegio de Ternopil y la Universidad de Lvov y fue ordenado 30 de septiembre 1917. Fue consagrado arzobispo de Lvov, 22 de diciembre 1939. Cinco años más tarde fue arrestado y enviado a Siberia durante dieciocho años por el régimen soviético. Fue liberado en 1963 gracias a la intervención del presidente John Kennedy y el Papa Juan XXIII y enviado al exilio en Roma. Tras las protestas de sus compatriotas, el obispo Slipiy pudieran asistir a las tres últimas sesiones del Concilio Vaticano II y fue elevado a cardenal por el Papa Pablo VI, 22 de febrero 1965. Murió 07 de septiembre 1984. Su funeral se retrasó más de diez días para permitir que los fieles de todo el mundo para asistir, y más de un millón de ellos vinieron a rendir homenaje. Visite el sitio web de la Iglesia Ortodoxa Griega Católica: www.papalvisit.org.ua / esp / ugcc_slipiy-php .

[37] Este incidente es reportado por Andrea Riccardi en el Vaticano Esta Mosca de correo (Roma: 1993) . Laterza edición, el capítulo VII, titulado »  Bellas Condanna della, Inizio del Diálogo  «por el Rev. Padre Miguel en Simoulin ¿ Papa Bueno era un buen Papa?, Parte I, The Ángelus , 23 de septiembre de 2000, N º 9, así como la página web www.sspx.ca/Angelus/2000_September/Was_Good_Pope_Good_Pope_Pt1.htm . El libro en tres partes del padre Simoulin  sobre el pontificado del Papa Juan XXIII es bastante notable.

[38] Ibíd.

[39] Komonchak, p. 22.

[40] Ibid., p. 7.

[41] Los comentarios de Hermano Miguel de la Santísima Trinidad se han tomado de su presentación  en la conferencia patrocinada  «El Misterio del Tercer Secreto de Fátima» que hizo el 24 de noviembre en Roma, en una conferencia patrocinada por la Cruzada Internacional Rosario de Fátima, dirigido por el Padre Nicholas Gruner. El texto completo está disponible en el sitio web http://www.shrineofsaintjude.net/home1301.html . La obra en cuatro volúmenes sobre Fátima se encuentra disponible en Publicaciones Inmaculado Corazón, Buffalo, NY.

[42] Ibíd.

[43] Komonchak, p. 71.

[44] Bienaventurados Angelo Giuseppe Roncalli fue beatificado por el Papa Juan Pablo II 03 de septiembre 2000.

[45] Hebblethwaite, Pablo VI , p. 19.

[46] Durante siglos, la Iglesia se opuso decididamente all uso de una enfermera cuando la madre es capaz de amamantar a su propio hijo, pero esta advertencia fue ignorada por las clases altas.

[47] Hebblethwaite, Pablo VI , p. 29.

[48] ​​Ibid., p. 271.

<[49] Véase James Glampe «, Giulio Andreotti,» en la página web http://www.uwgb.edu/galta/333/andreot.htm .

[50] Véase Sterling, PULPO , p. 220. Como se ha señalado por Sterling, no hay evidencia de que los aliados habían conspirado deliberadamente para ayudar a la mafia  siciliana. Simplemente, fue en esta dirección cómo se desarrollaron las cosas. Es probable que los aliados no hayann entrado en un acuerdo único general con la mafia, sino que hubo acuerdos menores  realizados entre los miembros más jóvenes de las dos  partes, dijo Sterling.

[51] Hebblethwaite, Pablo VI , p. 124.

[52] Owen Chadwick, Gran Bretaña y el Vaticano durante la Segunda Guerra Mundial (Londres: Cambridge University Press, 1986), p. 265. De acuerdo con el historiador británico Chadwick, no hay duda de que Montini ha jugado un papel activo en la comunicación a Londres con los detalles del armisticio italiano. Véase también Anthony Rhodes, El Vaticano en la era de los dictadores .

[53] Ibíd. pág. 156.

[54] Hebblethwaite, Pablo VI , p. 126.

[55] Linda Hunt, Secret Agenda: El Gobierno de Estados Unidos, los científicos nazis y el Proyecto Paperclip, 1944-1990 (New York: St. Martin Press, 1991).

[56] Martínez, p. 82.

[57] Chadwick, p. 22 y 23.

[58] Ibid., p. 23 y 24.

[59] Ibid., p. 232 y 234

[60] Ibid., p. 81 y 82.

[61] Ibíd.

[62] Ibíd. Ver el documento JR1022 publicado por la OSS,  Oficina de Washington DC Ver también Piers Compton, La Cruz Quebrada , p. 51 y 52.

[63] El último consistorio del Papa Pío XII tuvo lugar el 12 de enero de 1953.

[64] Nicolás Maquiavelo, Capítulo XXII «En cuanto a la secretaría de los príncipes.» El texto completo del Príncipe se puede encontrar en línea en el sitio webhttp://www.online-literature.com/machiavelli/prince/22 . El Principe es la obra más conocida del hombre de  estado y  filósofo político italiano Nicolás Maquiavelo (1469-1527).

[65] Giovanni Battista Montini fue un protector del filósofo francés Jacques Maritain.

[66] Hebblethwaite, Pablo VI , p. 271.

[67] Véase Hamish Fraser, «Jacques Maritain y Saul David Alinsky,- Padre de la»Revolución» cristiana, Hamish Fraser, Suplemento Approaches , N ° 71.

[68] Véase el ensayo de los Abbe Georges de Nantes en «MASDU» en la página web http://www.crc-internet.org/lib1masdu.htm . El abate de Nantes es el editor de La Contrarreforma católica en el siglo XX , Maison Saint-Joseph, de Saint-Parres-les Vaudes, Francia. 

[69] Fraser, p. 5.

[70] El trabajo más conocido de Alinsky,  Reglas para Radicales (Normas para extremistas) (New York: Random House, 1971) está dedicado al «primer radical,» Lucifer. Véase también Marion K. Sanders, El Profesional Radical – Conversaciones con Saúl Alinsky (Nueva York: Harper & Row, 1965).

[71] Fraser, p. 49 y 50. NdT: »  Call to Action  «(llamada a la acción) es un» católico «, que aboga por la ordenación de mujeres, sacerdotes casados ​​y la laxitud sexual, entre otras grandes causas no solo  modernistas, sino francamente anti-católicas …

[72] Ibid., p. 17.

[73] Ibíd .., p. 44.

[74] Ibíd ..

[75] Ibíd.

[76] Millenari, The Shroud of Secrecy , p. 137-139. Los autores sostienen que Poletti y Montini concluyeron un  pacto secreto de no revelar el contenido de la carta del 3 de enero de 1963. El informe no indica exactamente si Il Popolo d’Italia en los sesenta tenía alguna relación con el periódico socialista del mismo título,  fundado por Mussolini, que  apareció desde 1914 hasta 1943, o bien si se trató de una publicación diocesana o laica  sin relación con él.

[77] Después de la muerte de Pablo VI, el 6 de agosto de 1978, el Cardenal Benelli era considerado el mejor colocado de todos los papables , pero fue el cardenal Albino Luciani de Venecia, el que fue elegido bajo el nombre de Juan Pablo 1 º . Después de la muerte de él, Benelli se encontró de nuevo en una buena posición para ser elegido Papa, pero esta vez fue alcanzado por un cardenal polaco Karol Wojtyla. Benelli se mantuvo como cardenal arzobispo de Florencia hasta 1982, cuando murió de un ataque al corazón.

[78] En 1989, once años después de la muerte de Pablo VI, el Papa Juan Pablo II nombró a  Macchi ( a título personal) de Loreto. El arzobispo Macchi se retiró en 1996 a la edad de setenta y dos años.

[79] El obispo Donato De Bonis es probablemente el menos conocido de estos cuatro hombres. El arzobispo Macchi lo consagró obispo el 25 de abril de 1993, aunque su persona,  fue agente del Banco del Vaticano, y había sido acusado de complicidad en el fraude fiscal. De Bonis fue señalado como  masón, pero es verdad que éste era el caso también de Macchi. En el verano de 1984, De Bonis salió en los titulares de la prensa americana, al hacer  una donación de $ 2,000 a la «March de los Dimes (MOD),  promotor número un del aborto eugenésico en los Estados Unidos. La asistencia  del funcionario vaticano  al  banquete oficial del  MOD organizado en Hartford (Connecticut), fue coordinada por el Obispo James T. McHugh de la Diócesis de Camden (Nueva Jersey). Ver Randy Engel, A March of Dimes – The  A.Z de la matanza eugenésica (Export, Pa.: Coalition for life EE.UU., PA, 1991).

[80] Esta sección sobre las finanzas del Vaticano y de la IOR se basa en información extraída de un gran número de publicaciones y sitios web, incluyendo el trabajo de Conrad Goeringer «La historia de la IOR – Asesinato, Banco, Estrategia- TheVatican «( http://www.voxfux.com/features/vaticanmurder.html .) Véase también David A. Yallop, En ​​el Nombre de Dios – Una investigación sobre el asesinato del Papa Juan Pablo I (New York: Bantam Books, 1984).

[81] El IOR o Banco del Vaticano, se encuentra en la torre de Nicolás V, construido en el palacio papal. Sus operaciones difieren de las de un banco ordinario. No proporciona préstamos y no emite talonarios de cheques. Sus depositantes son las diócesis, parroquias, órdenes religiosas y cofradías. Su historia se remonta al pontificado de León XIII, quien fundó la Administración para obras religiosas. Después de la firma del Pacto de Letrán, en 1929, el Papa Pío XI creó otro organismo, Administración del Patrimonio de la Santa Sede, para la gestión de los honorarios pagados por el Estado italiano como compensación por la pérdida de los Estados Pontificios. En 1942, el Papa Pío XII creó un nuevo organismo financiero, el Instituto para Obras Religiosas (IOR), que colocó bajo la dirección de Bernardino Nogara. Se llevó a cabo la realización de un programa de inversiones diversificada e inversión en propiedades que trajo el Vaticano al mundo moderno de las finanzas internacionales. Por primera vez, la Santa Sede  ha establecido vínculos directos con los imperios financieros de los laicos  JP Morgan, Rothschild y otros. En 1954, cuando se retiró Nogara,  especuló con la reinversión de beneficios, llegando a pasar a cerca de  mil millones de dólares,  los $ 85 millones recibidos en 1929, del gobierno de Mussolini. El Vaticano mantiene  desde entones inversiones en los gigantes farmacéuticos y los conglomerados de la industria química, la industria y la construcción inmobiliaria, y en  acciones de grandes compañías como General Motors, Gulf Oil y IBM. Consulte la sección «Banca Intesa:  tan católico, tan ingrato, L’Espresso N º 25, 18-23 de junio de 2004, en la página web

http://213.92.16.98/ESW_articolo/0% 2C2393% 2C00 2C42171% .

[82] Durante los años ochenta, los activos brutos de la IOR, habían llegado a unos diez mil millones de dólares.

[83] El Banco de Franklin se declaró en quiebra en octubre de 1974. Sindona había obtenido $ 1,7 mil millones de la ayuda de la Reserva Federal, pero no pudo salvar la propiedad. Los agentes federales que interesaron el asunto atribuyeron la responsabilidad de esta quiebra de Sindona y sus socios a la mafia siciliana y al Vaticano.

[84] Véase Thomas Naylor y Naylor RT, Hot Money and the Politics of Debt: Peekaboo Finances  and Politics of Debt política de deuda (New York: Simon & Schuster, 1987). Este libro trata de un caso entre muchos otros en los que el autor pudo determinar la existencia de una relación entre la financiación de la CIA y el Vaticano.

[85] Richard Hammer, The Vatican Connection (Nueva York: Holt, Rinhart y Winston, 1982), p. 207.

[86] el imperio de Sindona comenzó a derrumbarse con el colapso del Franklin National Bank en 1974. En los años sesenta, las actividades financieras irregulares de la persona en cuestión ya habían atraído la atención de la Interpol. Para escapar de la justicia italiana, Sindona fue a Nueva York, donde fue detenido en 1979, juzgado y condenado con noventa y nueve cargos de fraude, perjurio y  apropiación indebida de los préstamos bancarios y luego arrojado a la cárcel. El 2 de agosto de 1979, sus patrones mafiosos – en cooperación con la «familia» Gambino, Nueva Jersey – organizaron  su «secuestro» de la cárcel para enviarlo por mar a Palermo, con total seguridad. En 1980, Sindona fue arrestado por la policía italiana y juzgado en Milán. Después, hizo un llamamiento a sus apoyos italianos (que tenía apuntados en su pequeño libro negro, con sus nombres y sus cuentas bancarias ilegales en el extranjero). Como constatara que  Calvi  omitía la inversión de los activos del Banco Ambrosiano a su disposición, Sindona pasó la información que Calvi  había erosionado el banco. De hecho, el dinero recibido por el  Palazzo como  «gastos judiciales» de Sindona se encontró en los bolsillos de los jefes de la mafia, que sabían que Sindona había perdido miles de millones de su propio dinero en la especulación financiera. Sin embargo, la Mafia no podía y no lo dejaba vivir  como un ladrón deshonesto. Poco después de su condena en 1986 por un tribunal de Milán por ordenar el asesinato de un magistrado italiano influyente, Sindona fue encontrado muerto en su celda, envenenado con estricnina. Calvi tuvo un poco más de suerte. Aunque el Banco Ambrosiano tenía como regla que ningún accionista podía poseer más del 5% de participación en el banco, para evitar que cualquier persona o entidad pudiera  controlar la propia institución, Calvi – con la ayuda de Marcinkus, Sindona, Gelli y otros personajes – había creado empresas offfshore «falsas» para acceder a los activos del banco. Muchas de estas empresas se financiaban con la existencia ilegal del dinero extraído de la IOR. El banco «católico» se convirtió también en un importante centro de la mafia de lavado de dinero en el extranjero. Cuando los crímenes de Calvi y compañía habían sido puestas al descubierto , faltaban en el  banco $ 1,3 billones. En 1981, Calvi fue condenado por fraude dinerario y condenado a cuatro años de prisión y una multa de doce millones de dólares, pero se las arregló para escapar de las garras de la justicia civil italiana. El 19 de julio de 1982, su cuerpo fue encontrado colgado bajo el puente de los Frailes Negros de Londres. A pesar de que este asesinato habría sido calificado de «suicidio» por Scotland Yard, conocido como  masónico.  Estudios posteriores del Ministerio de Justicia italiano revelaron  que la mafia mató a Calv, para garantizar su silencio sobre el papel  interpretado por la mafia, los masones y el Banco del Vaticano en el caso del Ambrosiano y otras cobinaciones financieras ilegales. Posteriormente, el Vaticano acordó pagar US $ 250 millones a los acreedores del Banco Ambrosiano, sin tener que declararse públicamente culpable de cualquier delito. Esta «contribución» se hizo después de la revelación de que  Calvi había obtenido  de Marcinkus»cartas de patrocinio» que garantizaban los préstamos de Calvi. El escándalo de la Logia P2 17 estalló en marzo 1981. La divulgación pública de la relación que la mafia había establecido con la francmasonería italiana constituyó una revelación de proporciones astronómicas. Este fue el caso también en la lista de 962 masones que la policía descubrió en la búsqueda en la casa de  Licio Gelli en Arezzo, con los  los personajes cuyos nombres figuran: diecisiete generales del Ejército, cuatro generales la Fuerza Aérea, nueve oficiales de alto rango de los carabineros, ocho almirantes de la Armada, tres líderes de los servicios secretos italianos, treinta y ocho diputados y senadores italianos, catorce jueces, tres ministros y cinco prefectos del Vaticano y otros altos funcionarios de la Iglesia. El Gran Maestro Gelli fue juzgado y condenado a una pena de prisión corta, lo que daría lugar a una sola detención. Murió de muerte natural. Fue al arzobispo Paul Marcinkus a quien le fue mejor. Después de la muerte de Pablo VI, en 1978, el Papa Juan Pablo II le mantuvo en el cargo hasta 1989 en el IOR. Además, asumió el título de Pro-Presidente de la Comisión Pontificia para la Ciudad del Vaticano y el Estado. Cuando la policía se interesó por Marcinkus en relación con las actividades delictivas de Calvi, Sindona y Gelli , que consistía en estafas en la Moneda,  asesinatos financieros, contrabando de armas y tráfico de billetes falsos, el  Santo Padre le concedió la inmunidad durante siete años. Después, el arzobispo Marcinkus se convirtió en demasiado «caliente» para el Vaticano, y regresó a los Estados Unidos. En la actualidad reside en la Diócesis de Phoenix (Arizona), donde dice su misa, y pasa el tiempo en campos de golf en Sun City. Todavía goza de plena inmunidad diplomática de la Ciudad del Estado Vaticano, por lo que es intocable en virtud de la ley EE.UU. En 2003, el periódico italiano Gazzetta del Sud informó que el nombre del arzobispo había vuelto a aparecer en el testimonio de un informante de la mafia  hecho durante cinco horas a los fiscales italianos, pero es poco probable que la persona sea nunca llevada a juicio en Italia o en otro lugar en la tierra, y menos aún que pase algún tiempo en la cárcel.

[87] Véase Hebblethwaite, Pablo VI , p. 329 a 332. En el cónclave de 1963, el arzobispo Montini contaba con el apoyo del Cardenal Spellman y el resto del contingente de EE.UU., que representa al grupo de los europeos del Rin – Cardenales  Suenens, Döpfner y König – y muchos obispos de América Latina y África. Montini fue elegido en la sexta votación.

[88] Ibid., p. 331.

[89] Véase Amerio, Iota unum , p. Desde 82 a 89.

[90] Millenari, velo de secreto , p. 164.

[91] La Misa tradicional del rito romano fue codificado para todaas las épocas por el Papa San Pío V en su Constitución Apostólica Quo Primum Tempore del 13 de julio de 1570. No fue un nuevo rito en el sentido estricto, sino el desarrollo de la auténtica misa transmitida desde la época de los Apóstoles. El Papa Pío V ordenó con toda claridad en este texto: «… no se canten o reciten fórmulas que no sean de conformidad con el Misal que se publica,  a pesar de que estas mismas iglesias hayan recibido alguna exención , o indulto Apostólico por la Sede, por el hecho de una costumbre, el privilegio, o incluso un juramento o una confirmación apostólica, o cualquier otro permiso, a menos que desde la primera institución aprobada por la Sede Apostólica o de que establecida la costumbre, y que el solicitante o la propia institución no ha dejado de observar en estas iglesias para la celebración de misas desde hace más de doscientos años […]

[92] Para una crítica fundamental del Novus Ordo en el libro del Card. Alfred  Ottaviani yAntonio Bacci Antonio titulado La Intervención Ottaviani (Roma: 1969), reimpresión, Rockville, III. Tan Books, 1992) Véase también «La Nueva Misa » El Angelus , marzo de 2000, 23, No. 3, así como, el reverendo Anthony Cekada, «¿Pablo VI» ilegalmente «promulgar la Nueva Misa? » Trans y Alia , 2, N º 7, mayo de 2001, traducido por Suzanne M. Rini, de Pittsburgh. Los lectores están invitados a comunicarse con la Sra. Rini a buscarla una completa selección de excelentes artículos de la revista francesa Sodalicio de «reforma» de la liturgia.

[93] Véase Bugnini, La Reforma de la Liturgia , para una descripción paso a paso de la destrucción de la sagrada liturgia.

[94] Véase Rev. El P. James McLucas, »  La castración del sacerdocio  , » América la misa , la primavera de 1998 cuestión. El artículo se puede encontrar en el sitio web http://wwwlatinmassmagazine.com/artEmasculation.asp .

[95] Véase Paul Likoudis, «Un psiquiatra Católico hace 30 años […] Se ofrece cura para la Iglesia, los males sexuales sociedad «, Wanderer , 10 de abril de 2003, 1, 10.

[96] McLucas

[97] Ibíd.

[98] Ibíd.

[99] Ibíd.

[100] Ibid.

[101] Ibid.

[102] Amerio, p. 180.

[103] Ibid., p. 181.

[104] Ibid., p. 163.

[105] Ibid.

[106] Ibid., p. 166.

[107] Véase Thomas Reese, SJ, en la página web http://www.americamagazine.org/reese/america/a-lefev.htm .

[108] Una situación similar se presentó a finales de 1800 bajo el pontificado de León XIII, como resultado de un intento de abrir el «diálogo» entre los clérigos romanos de mente «ecuménico» y anglicanos sobre la cuestión de la validez de las ordenaciones anglicanas. El cardenal Herbert Vaughan,  arzobispo de Westminster, informó al Papa León XIII en contra de este tipo de discusión abierta, haciendo hincapié en que las conversiones de  Iglesia Anglicana  al catolicismo se secarían si el público se enterase de «diálogo» en cuestión. De acuerdo con Vaughan, la noticia de que la Iglesia católica había iniciado conversaciones informales sería suficiente  para mantener  la herejía y evitar  la conversión. Leon XIII aceptó la sugerencia de Vaughan y en 1896 publicó la bula Apostolicae Curae , que declaraba las órdenes anglicanas «absolutamente nulas e inútiles por completo.» El Papa Benedicto XV, sin embargo, resultó más  abierto a la idea de un diálogo ecuménico con los anglicanos y autorizó la apertura en 1921 de lo que se conoce como las «Conversaciones de Malinas». Pero -en número total de cinco – fueron interrumpidos, finalmente, por Pío XI en su encíclica de 1928 Animos Mortalium . Véase John Jay Hughes, Nulidad absoluta – La condena papal de las órdenes anglicanas en 1896 (Washington, DC: Libros del Corpus, 1968).

[109] El fracaso de la Humanae Vitae no sólo era una cuestión de retraso, debido a que el documento en sí es un grave error. El autor tiene la intención de rastrear  la historia de un trabajo posterior de la Comisión de control de la natalidad.

[110] Elias Bredsdorff, Hans Christian Andersen – The Story of his Life and Work (New York : Scribner, 1975), p. 280. Bredsdorff cite une étude psychiatrique d’Andersen réalisée par le professeur Hjalmar Helweg. Voir également The Fairy Tale of My Life – An Autobiography, publié en 1975 à l’occasion du centenaire de la mort d’Andersen.

[111] Bredsdorff, p. 280.

[112] Ibid.

[113] Tsang, p. 95.

[114] Voir Summers and Dorril, Honeytrap, p. 38. Les auteurs se trompent en présentant le pape Jean-Paul 1er comme l’amant de Hugh Montgomery, mais la correspondance avec Dorril confirme que le clerc en question était Battista Montini.

[115] La Maison du pape comprend de nombreux chambellans dont les fonctions sont plus ou moins ornementales. On  en distingue plusieurs catégories : les chambellans privés, les chambellans, les chambellans assistants et honoraires. Ces gentilshommes constituent la classe la plus élevée de la Maison. Au sein de la Curie papale, il y a le chambellan apostolique (en latin, camerius), qui occupe une position très importante. Lors d’une vacance du Saint-Siège, c’est le chambellan apostolique (ou camerlingue) qui dirige l’administration de l’Église catholique. Voir le site Internet http://www.catholic-forum.com/saints/eb001844.htm.

[116] Robin Bryans, The Dust Has Never Settled (London : Honeyford Press, 1992).

[117] Ibid., p. 60.

[118] Leyland, éd., Gay Roots, p. 412.

[119] Ibid.

[120] Aux États-Unis, le « blackout » des médias fut incomplet. Le collectif homosexuel connaissait les accusations de Peyrefitte contre Paul VI, et c’était le cas aussi de certains prêtres américains. Dans A Secret World, A.W. Sipe indique qu’en 1976, Paul VI fut accusé dans la presse française comme dans la presse italienne d’avoir eu des relations homosexuelles. Sipe note que le National Catholic Reporter publia la même année, au sujet de ces accusations, un article accompagné des dénégations du pape.

[121] Paul Hofmann, A Slightly Wicked View of the Holy See (New York : Gongdon and Weed, Inc., 1984), p. 151.

[122] Paolo Carlini est né en 1926 (ou 1922 ?) à Sant’ Arcangelo di Romagna, Italie. Il a tenu des petits rôles dans le film américain de 1963 « Vacances Romaines » et dans le film de 1960 « C’est arrivé à Naples ». Il est mort le 7 novembre 1979, un an après le pape Paul VI.

[123] Le 25 août 1966, l’abbé Georges de Nantes fut frappé d’une suspension a divinis pour son opposition au deuxième Concile du Vatican. Il n’en maintint pas moins cette opposition. En juillet 1966, l’abbé, qui dirige la communauté religieuse de Saint-Parres-lès-Vaudes, dans le diocèse de Troyes (France), fut sommé par Mgr Daucourt de ne plus accuser Jean-Paul II d’hérésie et de schisme. Concernant la liste des accusations formées contre le pape Jean-Paul II, voir The Book of Accusation, sur le site Internet www.crc-internet.org/IER2003/Lib2_1.htm.

[124] Discours du pape Jean-Paul II à l’Assemblée générale de la Conférence épiscopale italienne, le 13 mai 1993.

[125] Abbé Georges de Nantes, La Contre-Réforme Catholique au XXème Siècle, n° 259 (juin-juillet 1993) : p. 10.

[126] Ibid., p. 13. Le prélat en question était peut-être l’évêque John Wright, que le pape Paul VI avait fait venir à Rome en avril 1969 et nommé Préfet du clergé. Wright fut élevé au cardinalat le 28 avril 1969.

[127] Ibid., p. 14.

[128] Ibid., p. 15.

[129] Ibid.

[130] Atila Sinke Guimarães, Vatican II, Homosexuality & Pedophilia, éd. Marian Therese Horvat, Ph.D. (Los Angeles : Tradition in Action, 2004), p. 159 à 162. M. Guimarães a accompli un travail exceptionnel en analysant les documents du NCCB/USCC, de l’USCCB et du Vatican relatifs à l’homosexualité. Sa source principale concernant les accusations d’homosexualité portées contre Paul VI est l’ouvrage de Franco Bellegrandi, Nichitaroncalli – Controversia di un Papa (Rome : Ed.Internazionale di Letteratura e Scienza, 1994), p. 85 et 86.

[131] Guimarães, p. 161.

[132] Ibid., p. 159.

[133] Ibid., p. 160.

[134] Deux lettres privées adressées de Londres à l’auteur et datées respectivement du 2 janvier 1992 et du 4 janvier 1993.

 

[135] Lettre privée adressée de Paris al autor (sin fecha)

 

8 respuestas »

  1. Añado un comentario de una entrada ya retirada, por haberse integrado en esta entrada.

    Ale dijo :
    Importantísimos testimonios. Realmente se los agradezco a todos, porque estoy aprendiendo cosas que no tenía ni idea…y que a través de ésta página y de los comentaristas, me entero. Somos engañados -a sabiendas o nó- casi permanentemente..
    Para quien no la conoce, recomiendo también la página» www. chiessaviva,», «fátima.org «y el artículo»¿Quien es el Padre Luigi Villa?» que al igual que ésta, dicen verdades que otros callan.
    Muchas gracias a Moimunan, a Fray Eusebio, y a otras personas que aportan habitualmente con sus provechosos comentarios. Y disculpen que yo no lo haga, pues soy ignorante aún en casi todo…
    Que Dios los bendiga a todos.

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  2. Coincido con Ale y me pregunto donde he estado parado tantos años de mi vida?,,,a quienes he defendido en mi juventud?.Siempre me he preguntado(porque me lo preguntó una persona de otra religión)¿cómo es que la Institución Iglesia nunca sufre problemas económicos, y su economía en el fondo es un misterio?

    JESÚS,Señor de la historia ven pronto.

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  3. ¿Por qué convocar y realizar un concilio (antes del Vat II) abriría las puertas a los revolucionarios y no mejor a lo contrario, serviría para condenarlos y apartarlos de la Santa Iglesia? No parece lógica esa interpretación.

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  4. No me cae bien para nada lo que hizo Montini en la iglesia pero de ahí a que haya sido homosexual es muy difícil de digerir.

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  5. A montini no lo pudieron elegir papa en el ´58 porque no era cardenal, Pío XII no quiso nombrarlo pues descubrió que se comunicaba en secreto con los comunistas de la KGB, pero se ve que el plan era ese, es decir que llegase a okupar el trono de Pedro , y roncalli fue una especie de puente, todo muy bien planeado.

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  6. La paz de Cristo hermanos por favor podrían averiguar si tenemos fotos y mas datos de esta abominación de la misa sacrílega para sodomitas realizada hace poco en la Catedral de Londres escuche el minuto 6:34 https://youtu.be/VVgZqf1_rBU

    Espero podamos investigar al respecto para desenmascarar el abominable rito de sodomía que es la causa de la actual abominación de la desolación, Gracias Dios les pague.

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