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EL PALACIO DE CASTELGANDOLFO COVERTIDO EN MUSEO


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Por Penthos

A todas las tropelías y ofensas a Dios descritas arriba súmenle una nueva, con motivo de la conversión del Palacio de Gastelgandolfo en Museo:
Los bienes de la Iglesia no son patrimonio de nadie, de la misma manera que el párroco de una parroquia no es el dueño de ella, ni incluso el obispo de la diócesis. Los bienes de la iglesia son patrimonio de Dios, para cuya alabanza se han donado o construido. Y después de Dios, está el pueblo cristiano que es el que ha donado tales bienes. La jerarquia como tal no tiene nada, sino que todo es heredado, con el fin pasarlo a las siguientes generaciones de cristianos. La gestión que la Jerarquia haga de esos bienes tendrá que hacerse con mucho cuidado y delicadeza y siempre mirando a la gloria de Dios y no a la crematística. Nuestro Señor Jesucristo solo utilizó la violencia cuando vio que comerciaban en el Templo, trocando el culto sagrado por actividades crematísticas. Por eso el clero tendrá que dar cuenta ante Dios, del uso que hagan de los bienes sagrados.
Por ejemplo en Andalucia, hace ya algunos años, los obispos han escrito una pastoral para el uso “no sagrado” de los templos. En ellos se harán charlas, conferencias, conciertos, proyecciones audiovisuales, etc.
Quien históricamente han desacralizado la Iglesia han sido los enemigos de Dios, los revolucionarios. Los más consecuentes han sido los regimenes marxistas, convirtiendo las iglesias en museos, justo lo mismo que está haciendo quien se sienta en la sede de Pedro. Que esa desacralización la haga el propio clero, es algo que clama al cielo.
Es bien sabido que Bergoglio ya ha cedido la Capilla Sixtina para reuniones y comidas de ejecutivos de primer nivel internacional por sumas ingentes.
Los que conocían bien de cerca a Bergoglio cuando gobernaba en Buenos Aires, sabían bien, lo que le gustaban los negocios y el poder.
La desacralización y falta de respeto a Dios, llegó al punto de promoverse todo un recital de tangos para celebrar su cumpleaños en plena Plaza de San Pedro, celebración preferida de los ateos y recomendada por la Biblia de Satanás de Antón Lavey en sustitución del dia del santo de cada uno.
Lo de convertir el Palacio Sagrado de Castel Gandolfo en museo es una maniobra de talante marxista. Pero como Judas dirá que el peculio resultante será para el bien de los pobres. Para el mal y para el fariseismo, siempre hubo buenas razones.
Penthos- 21-10-2016