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SAN ALBINO, OBISPO Y CONFESOR


San Albino asistiendo al Concilio de Orleans, III. Ilustración de un códice del S. XI

San Albino asistiendo al Concilio de Orleans, III.
Ilustración de un códice del S. XI

1 de marzo. San Albino, obispo de Angers, confesor de una brillante reputación de santidad. 550.

Papas: San Simplicio , Vigilio . Reyes de Francia: Childerico I , Childeberto I .

«Legis aeternae lumen salusque
Temporis morum, Vindex scelerumque,
Quae subió gentem cruciant dolore
Vulnera curat. »

«El mundo gimió bajo el peso de sus crímenes,
el vicio reinaba en los palacios de los grandes,pero él con coraje lo rescató a sus víctimas,sanó y salvó a sus hijos «.( Mazelin. Vida de San Albino)

San Albino exorcizando a una mujer

San Albino exorcizando a una mujer

San Albino nació en la diócesis de Vannes, de una familia muy noble e ilustre establecida en  Languedoc cerca de Hennebont (entre Auray y Lorient). En su niñez, fue prevenido con las gracias del Señor, lo que predecía su futura santidad, no tuvo en  la edad joven la ligereza propia y ya entonces se mostraba  que el piadoso Albino no estaba destinado al mundo, con gran disgusto de su  noble familia. Un día salió de su casa y  se dirigió al monasterio. Se instaló en Nantilly, cerca de Saumur, bajo la regla de San Agustín. Allí, sus vigilias, ayunos, sus oraciones pronto le hicieron llegar a tal perfección, que superaba con creces a la más antiguos y fervientes religiosos..

Saint Aubin présentant et recommandant un moine à Notre Dame et à son divin Fils. Décrétales de Grégoire VIII commentées par Bernard Parmens. XIVe.

0 Sain Albino presentando y recomendando a un monjes Nuestra Señora y su divino Hijo. De retales de Gregorio VIII, comentadas por Bernard Parmens. S. XIV.

Fotos de Hodiemecum

[Sigue el texto de la «vida de los Santos] de A. Butler.]

san albino

La gran popularidad de san Albino se debe menos a su vida, sin ningún hecho notable, que a los múltiples milagros que se le atribuyeron, sobre todo después de su muerte. Su culto se propagó por Francia, Italia, España y Alemania y llegó hasta Polonia. El santo es titular de numerosas parroquias en Francia.

Nació en la diócesis de Vannes en Bretaña, de una familia originaria de Inglaterra o de Irlanda, según se dice. Muy joven, entró en el monasterio de Tincillac, del que sabemos muy poco, y llevó ahí una vida de gran santidad. Hacia los treinta y cinco años de edad, fue elegido abad; bajo su gobierno floreció extraordinariamente el monasterio y se convirtió en un verdadero jardín de virtudes. Nada tiene, pues, de extraño que las miradas del clero y el pueblo de Angers se hayan vuelto hacia san Albino cuando la sede quedó vacante, el año 529. Para gran pena suya y contento de san Melanio, obispo de Rennes, san Albino fue elegido obispo de Angers y demostró ser un hábil e inteligente pastor.

El santo predicaba todos los días, era muy generoso con los pobres y menesterosos, pero especialmente con las viudas que tenían muchos hijos. Otra de sus obras predilectas era el rescate de esclavos y gastó enormes sumas de dinero en rescatar a los prisioneros que los bárbaros habían hecho en sus numerosas invasiones. Según la tradición, san Albino rescató a un cautivo, no de los bárbaros, sino del propio rey Childeberto. Se trataba de una hermosa muchacha en quien Childeberto había puesto los ojos y a la que había mandado raptar y encerrar en una fortaleza. Tan pronto como la noticia llegó a oídos de san Albino, fue éste personalmente al castillo a exigir la libertad de la joven. La figura del obispo inspiró tal respeto a los guardias, que pusieron inmediatamente en libertad a la muchacha. La leyenda añade que uno de los soldados intentó detener a la joven, usando de amenazas y violencia; pero el obispo sopló sobre él y el soldado cayó muerto. El rey no trató de apoderarse de nuevo de la joven, llamada Eteria; pero cometió la villanía de exigir que el obispo pagase el rescate. Prescindiendo de la verdad dudosa de esta leyenda, lo cierto es que el rey Childeberto profesaba gran veneración a san Albino; en cambio la popularidad del obispo era menor entre algunos de sus súbditos, porque había puesto en ejecución los decretos de los dos Concilios de Orléans (538 y 541) contra los matrimonios incestuosos.

Se atribuyeron a san Albino muchos milagros. Además de varias curaciones de enfermos y de ciegos, se cuenta que resucitó a un joven llamado Albaldo. En otra ocasión, después de haber intercedido sin éxito por unos prisioneros, se derrumbó durante la noche una parte del muro de la prisión y éstos pudieron escapar; inmediatamente fueron a ver al santo y le prometieron cambiar de vida.

La principal fuente sobre san Albino es la breve biografía de Venancio Fortunato. La mejor edición crítica de dicho texto es la de Monumenta Germaniae Historica, Auctores antiquissimi, vol. IV, opera pedestria, pp. 27-33. El Hieronymiunum menciona a san Albino, y san Gregorio de Tours habla del culto que se le tributaba. Ver Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, pp. 347-349, 353-354; Dictionnaire d’Histoire et de Géographie ecclésiastiques, vol. V, cc. 254-255; y Acta Sanctorum, marzo, vol. I.

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