ALL POSTS

SAN ROBERTO BELARMINO SOBRE EL PAPA HONORIO I


CONTROVERSIAE. T.II. LIBER. IV. De Summo Pontifice. De potestate spirituali. Cap. XI. De Honorio I. (Pulsa imagen)

[La siguiente es una traducción hecha a partir de la edición inglesa del  célebre  y muy citado libro  de San Roberto Belarmino «De Romano Pontífice «, edición que ha visto la luz recientemente y está comercializada por Amazon. La traducción del inglés está hecha por este blog a la vista del original latino, que forma parte de las «Controversias»  del santo doctor. El original latino completo puede obtenerse pulsando el Widget con la imagen de San Roberto Belarmino, en la parte inferior del blog, y seleccionando el Tomo II, libro IV, capítulo XI. El libro IV que es la segunda parte del libro al que  se ha dado el título de «De Romano Pontifice» (no en el original) lleva el título «De Summo Pontifice. De Potestate spirituali» y el capítulo XI se titula «De Honorio I». Sobre estas líneas puede obtenerse directamente el original latino del capítulo XI, pulsando la imagen del santo autor.

Creemos que no existe en español una traducción del capítulo XI,  dedicado enteramente a Honorio I, por lo que  ésta tiene carácter de primicia. El capítulo XI en la edición inglesa consta de 20 páginas.

Nos proponemos hacer la traducción por entregas, en sucesivos días, que se irán añadiendo al post hasta completarlo lo más brevemente posible. De momento les ofrezco las páginas 1 y 2 de la edición en inglés. Seguirán  las restantes hasta la página 20.

Agradecemos cualquier sugerencia sobre la exactitud de alguna expresión en materia tan ardua]

CAPÍTULO XI : SOBRE HONORIO I

El VEINTE TRES es Honorio I. Nilus pretende, en su libro sobre el primado del Romano Pontífice, que era un hereje  monotelita. Los centuriadores afirman lo mismo y lo sitúan entre los herejes manifiestos. Y no solamente lo afirman los herejes, sino que incluso varios [autores] católicos pretenden que Honorio fue hereje, como Melchor Cano. Hay seis argumentos que ellos traen  para afirmarlo a partir de:

1/ De las epístolas del mismo Honorio, pues hay dos epístolas de Honorio a Servio;  una de ellas consta en el acta 12 del Sexto Concilio, y la otra en el acta 13 del mismo. Además afirman que en cada una de ellas Honorio aprueba la doctrina de Sergio,  cabecilla de los monotelitas que le obliga a decir que Cristo no tenía dos voluntades u operaciones [operationes].

2/ Del  Sexto Concilio, acta 13, en donde Honorio fue condenado como hereje y sus cartas  fueron quemadas, y en las siguientes actas se repitió, por todos, la condena.

3/ Del Séptimo Concilio, última acta,  en la que todo el Concilio declaró anatema a Honorio, Sergio, Cirilo y otros monotelitas, y repitió lo mismo en una epístola que el [concilio] escribió a todos los clérigos.

4/ Del Octavo Concilio, en el que fue leída y aprobada  una carta del Concilio Romano, tenido bajo el Papa Adriano II. En esta carta el Papa  afirma con el Concilio, que Honorio fue juzgado después de su muerte  por el  Sexto Concilio, porque había sido acusado de herejía.

5/ De la epístola del Papa Agatón, que en una carta al Emperador Constancio (que consta en el acta 4 del del Sexto Concilio) declara anatema a Honorio, lo mismo que a los monotelitas.

6/ De León II, que en una epístola al mismo Emperador, que consta al final del Concilio, escribe que Honorio fue condenado como quien había manchado la Sede Apostólica con la herejía.

7/  De varios escritores  giegos y latinos, que testifican que Honorio fue hereje. Thasius,  Obispo de Constantinopla,  afirma lo mismo, en una epístola a los Patriarcas, que consta en el acta 3 del Séptimo Concilio. Igualmente lo hace Epifanio, diácono católico, en una disputa con un hereje llamado Gregorio, que consta en el acta 6 del Séptimo Concilio, volumen 2.  Psellus  lo relata en un poema sobre el Séptimo Concilio, como lo hace  hace Beda, y  está en el Liber Pontificalis ,  relativa a la vida de León II.

[Entrega 2]

Pero varios escritores tomaron la defensa de Honorio, a saber: Alberto Pighio, el cardenal Hosius y Onofrio en una nota hecha a Platina en la Vida de Honorio. Sus razones son mucho más concluyentes que las del otro partido, como aparecerá claro al responder a los argumentos.

Al primero: Respondo de dos maneras. Es posible que las dos epístolas fueran confeccionadas e insertadas en las actas del Concilio General por los herejes. Uno, ciertamente, no debería decir esto a la ligera, aunque respecto de esto es cosa cierta que en el Quinto Concilio los herejes insertaron epístolas ficticias del Papa Romano Vigilio, como también de Menas, Patriarca de Constantinopla. Esto fue descubierto en el Sexto Concilio cuando se volvieron a leer las actas del Quinto Concilio. Se descubrieron tres o cuatro grupos de cosas insertadas en estas epístolas. ¿Qué tendría de extraño que hicieran lo mismo en las actas del Sexto Concilio?

A la segunda objeción digo, que en estas epístolas de Honorio no se contiene ningún error. Honorio, en estas epístolas confiesa  que es pertinente a la materia [hablar] de dos voluntades y operaciones en Cristo, y él solamente prohíbe nombrar una o dos voluntades, cosa entonces inaudita y que él hizo  con gran prudencia. Que él las confesase, parece claro en las siguientes palabras de la  epístola segunda: «Tenemos que confesar la una y la otra naturaleza en un único Cristo, juntas en una unidad natural, ambas operando armoniosamente la una con la otra. Ciertamente la operación divina, hecha por Dios, y la operación humana, hecha también por Dios,  se llevan a cabo no separadamente, ni tampoco confundidas, conociendo una lo que hace la otra pero sin trocar  la naturaleza de Dios en humana ni la naturaleza humana en Dios, sino confesando dos naturalezas completas etc..»  Esta confesión es verdaderamente católica y en conjunto destruye la herejía monotelita.

Sin embargo, ella es prueba de que Honorio actuó con gran prudencia, al prohibir nombrar [los nombres de ] una o dos operaciones. Porque para entonces esta herejía estaba en los comienzos, y nada había sido definido todavía por la Iglesia sobre esos nombres. Ciro  de Alejandría comenzó  entonces a predicar una única operación en Cristo. Por el contrario  Sofronio de Jerusalén se opuso a Ciro predicando que en Cristo había dos operaciones. Ciro  informó de esta controversia a Sergio de Constatinopla y a Honorio de Roma. Por eso, Honorio temiendo lo que más tarde iba a suceder, quiso conciliar ambas opiniones y al mismo tiempo evitar el escándalo y la controversia.  Actuó para evitar  que esta controversia llegara a ser un cisma importante, creyendo al mismo tiempo que la Fe quedaría preservada sin [el uso de] estos nombres. Por eso, en la primera epístola escribió que deberían abstenerse de hablar de  «una operación » para que no pareciera que se hablaba de una única naturaleza en Cristo como hacían los seguidores de Eutiquio, y abstenerse también de hablar de «dos operaciones» para que no pareciera que admitimos  dos personas en Cristo como hacía Nestorio. «Que nadie se ofenda por el término «dos operaciones»  juzgando que estamos de acuerdo con los nestorianos o si sentimos que debe afirmarse «una operación» pensemos que debe confesarse, oyéndolo atónitos,  la estulta necedad de los Monofisitas.

En la segunda epístola, enseñando el modo de hablar que debe usarse e intentado reconciliar las dos opiniones, escribió: Para quitar el escándalo de una nueva opinión, no es conveniente, que al predicar defináis una o dos operaciones; sino que en vez de una operación, como ellos dicen,  es mejor que confesemos un solo operante, Cristo el Señor, que verdaderamente actúa, en cada una de las dos naturalezas; en vez de hablar de dos operaciones, es mejor que, abandonando  las palabras ‘dos operaciones’,  [digamos]dos naturalezas; esto es la de la divinidad y la de carne, asumidas en la única persona del Unigénito Hijo de Dios  Padre, sin confusión de ambas, indivisiblemente e inconvertiblemente y prediquemos  sus obras, con toda propiedad, en nosotros. Este párrafo ciertamente sólo puede alabarse.

Sin embargo, ellos después dicen, que un poco más abajo él [Honorio] claramente predica una sóla voluntad, en las siguientes palabras: «De aquí que confesemos una única voluntad de Nuestro Señor Jesucristo» Respondo: Aquí, Honorio hablaba sólo de la naturaleza humana, y quería decir que en el hombre, Cristo, no había dos  voluntades, contrarias una a la otra, una de la  carne y la otra del espíritu; sino que había una sola, a saber la del espíritu. Porque en Cristo, la carne no deseaba absolutamente nada contra la razón. Por lo tanto, esta es la mente de Honorio, y está acorde con la razón que él mismo dio. Pues él dijo así: «De aquí,  que confesemos una voluntad en Nuestro Señor Jesucristo, porque ciertamente nuestra naturaleza fue asumida por la divinidad, sin culpa ninguna, porque ciertamente fue creada sin el pecado, ni fue viciada después del pecado». Este razonamiento sería inútil, si se pensara que en Cristo, Dios y hombre hay sólo una voluntad, pero es efectivo si de aquí se quiere probar que en Crito, el hombre, no había voluntades contrarias, la de la carne y la del espíritu. Esta oposición nació del pecado, ahora bien,  Cristo tenía una naturaleza sin pecado.

Después, alguno podía haber objetado citando el Evangelio, » He venido no a hacer mi voluntad »  «No lo que yo quiero sino lo que quieres Tú» donde Cristo parece, que en cuanto hombre, tenía voluntades contrarias, es decir una mala, con la que deseaba no sufrir; y la otra buena, con la que no deseaba hacer la primera [mala] voluntad, sino la contraria que era conforme con la voluntad de Dios. Honorio responde un poco más tarde.» Está escrito, «No he venido a hacer mi voluntad, sino la voluntad de Aquél  que me ha enviado» y  «No lo que Yo quiero sino lo que quieres Tú, Padre» y otras cosas parecidas. No se habla de diferentes voluntades, sino [habla] con condescendencia con la humanidad. Esto  fue  dicho a nosotros, a los que Él dio ejemplo, para que siguiéramos sus huellas, como un piadoso maestro que inculca a sus discípulos, que cada uno de nosotros no debe hacer su propia voluntad, sino que más bien debe preferir en todo, la voluntad del Señor.

[Seguirá entrega cuarta]

 

 

 

 

2 respuestas »

  1. Son demasiadas cosas las que «pueden pasar» según los apóstatas. Puede pasar que haya un concilio ecuménico «pastoral» cuyas constituciones no sean dogmáticas a pesar de su título. Puede pasar que luego del concilio apócrifo, las consecuencias catastróficas no provengan del mismo, sino de algo más que pasó concomitantemente pero que «no se vio reflejado en los textos». Puede pasar que los pseudopapas enseñen públicamente cuestiones contrarias a la Fe y estos señores reinterpreten estas cuestiones y digan muy orondos: «esto solamente puede ser interpretado en conformidad con el magisterio previo, que por lo general es el propio magisterio conciliar».

    Ellos van a quedar expuestos y enredados en su propia mentira. Su finalidad no es la Verdad, sino tener un «papa». No importa la catástrofe y la perdición de las almas, no. Importa mantener su papismo. Cuesta creer en la buena voluntad de estos señores- no digo del conciliar de a pie, si puede haber alguno, que está engañado y cree que hay que seguir «a los que saben». Me refiero a los conductores, a los bloggers, a sus «referentes» que siguen dándole vueltas a los textos del gran Confundidor, a los que testifican en favor de Bergoglio cada día, considerándolo horrendo, pero «papa al fin».

    Dios quiera que todo su contubernio quede de manifiesto.

    Me gusta

  2. Sr. Director del blog:
    Visto que ud. ha decidido continuar con las publicaciones relativas a los papas Honorio y Liberio informando exclusivamente la versión histórica ultramontana, voy a leerlo detalladamente, y enviaré mi nuevo comentario cuando concluya.
    Sería bueno, de quererse conocer la verdad, que ud. compulse también a otros autores católicos como por ej. las cartas del Padre Gratry, ver https://books.google.com.ar/books?id=EebM1p6kp-cC&pg=RA3-PA24&dq=lettres+Mgr.+Orleans+Deschamps++P.+Gratry&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiDgNegh93NAhWMXD4KHcZ7CQcQ6AEIKjAC#v=onepage&q&f=false

    Saludos

    Me gusta