[Aunque es aceptable la opinión de aquéllos que creen que el Anticristo se identifica con un colectivo, como podrían serlo los papas conciliares, sin embargo esto no descarta, según el autor del que hacemos ésta introducción, que haya habido un Anticristo personal. El autor del siguiente artículo cree, como lo han creído otros muchos, que el Anticristo personal, ha sido el “papa” Montini. Él reproduce tomándolo de Strojie, el siguiente diálogo ficticio- paráfrasis del habido entre Cristo y quienes le preguntaron si era el Cristo o tendrían que esperar a otro en su lugar- de Strojie que considero impactante y que pudiera ser definitivo en orden a probar su tesis:
«¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?» Montini habría dado la siguiente respuesta, totalmente verídica: «Mirad cómo los obispos predican en las sinagogas y mirad lo que predican los pastores en las iglesias católicas; los conventos se han quedado vacíos; casi todos los obispos y sacerdotes aceptaron mi Nuevo Ordo Missae; las escuelas católicas se han cerrado y el error doctrinal domina en aquellas escuelas que aún no han sido cerradas … Me humillé ante la Asamblea de la ONU; yo entregué la abominable Tiara, así como el anillo [papal], símbolos de la Autoridad papal; yo proclamé el culto del hombre, y lo que es más importante, hice que se predicara a los pequeños un evangelio adulterado. Id y decid esto a los que os han enviado a mí ». Respuesta del autor a la pregunta: ¿Debemos esperar a otro? ¡NO!
El lector debe considerar que si éste es el caso, Montini habría venido para inaugurar el REINADO DEL ANTICRISTO, que sus clérigos, la Bestia Apocalíptica, habrían cumplido hasta el día de hoy, con el “papa” Bergolio como máximo exponente, que esencialmente lo habría llevado y sigue llevando a cabo como su culminación.
Ahora bien, lo que caracteriza este Reinado, según los datos bíblicos (en particular la profecía de Daniel, citada por el mismo Cristo) , es la supresión del Sacrificio Perpetuo, que él mismo autor del presente artículo, estudia en el magnífico artículo en el post enlazado.
Por consiguiente no debería sorprendernos que, si sus razonamientos fueran acertados, tuviéramos una falsa iglesia, como Ia que tenemos, sin Misa y sin sacramentos, particularmente sin el Sacramento de las Órdenes Sagradas.
La iglesia tal como la conocimos habría perdido su “visibilidad” y habría pasado a ser iglesia de las catacumbas. Una Iglesia, no del todo muerta pero sí “no visible” o eclipsada (entiéndase ésta metáfora de cuño lasalettiano, en el sentido de una Iglesia sin contornos distinguibles y aun visibles, como el sol en los eclipses, y que si no definitivamente muerta (lo cual es imposible), sí en estado comatoso incapaz de ejercer su actividad vital, o sea su jurisdicción y vida sacramental y reducida a ámbitos ocultos y domésticos.

Catacumbas de París, cementerio de inocentes cristianos en la primera década del siglo XIX
Aunque por ahora no haya habido una estricta persecución en sentido físico, por lo menos en el Occidente cristiano, sí la hay en cuanto que la impide salir a Ia luz, y hecha al reducido número de los que se obstinan en esconderse de los estragos causados por el Anticristo Montini y de los que continúan su Reinado, negándoles – a estos pocos cristianos- la posibilidad del alimento sacramental [al haber invalidado las órdenes sacramentales- tal como pasó en épocas pasadas por las persecuciones , particularmente en la cristiandad “japónica”(200 años sin sacramentos).
[El siguiente artículo es un capítulo del libro del profesor Tomás Tello Corraliza, “Cercanía de la catástrofe final segun datos de la Biblia”. En el blog tenemos el post extraído del mismo libro ” La Gran Apostasía tomado también del libro ”Cercanía de la catástrofe final… “. Yo estoy muy interesado en adquirir ese libro pero hoy día es prácticamente inencontrable por estar descatologado y ser desconocido en las librerías “de viejo”. Yo estaría dispuesto a llegar a una transacción económica si algún lector pudiera ofrecérmelo.
El artículo que traigo de Pro Roma Mariana trata del tema del Anticristo con una precisión, abundancia de citas y profundidad teológica, admirables. El libro vio la luz en 2004 y por consiguiente, el autor desconocía los días del “Papa” Bergoglio, aunque sí, los del antipapa Juan Pablo II, al que sí convenía, de alguna manera, el título de Anticristo o Falso Profeta. Sin embargo el autor se inclina por endosar el título de “Anticristo personal” al antipapa Montini, Pablo VI, por ser en su opinión el hombre que más daño ha hecho a la humanidad en el aspecto social, pero sobre todo en el religioso, pues desde sus días, ha dejado de existir (fuera de una existencia oculta y reducidísima en la Iglesia Remanente) la Iglesia Católica. Consideremos lo que ha significado para el Cuerpo Social Católico, la introducción de una Falsa Misa, la aprobación del Concilio Vaticano II, la introducción de falsos sacramentos con la invalidez de las Órdenes Sagradas, la proclamación de la “Iglesia del Hombre” con la pérdida casi total de la perspectiva sobrenatural (cielo, infierno, salvación del alma, pérdida de la moral fundada en el Decálogo, disolución de los matrimonios, sodomía en la Iglesia, estampida de las vocaciones sacerdotales y religiosas,etc. tal como todo esto ya se había dado en los infaustos días del anticristo Montini). El artículo habla de todo esto y quizás se pueda completar con ideas que aporten nuestros lectores. El “pontificado” de Bergoglio no haría más que corroborar las intuiciones y deducciones bíblicas del profesor Tello, sólo que concediéndoles su autoría, digámoslo así, al anticristo “colectivo” o “ideología” firmemente implantada ya en los aciagos días de Bergoglio.
Paso a ofrecerles el artículo en cuestión aparecido en 2010 en el sitio web citado. Hay que tener en cuenta que es una traducción de un artículo en portugués del original español. Posiblemente haya alguna diferencia entre esta traducción en español y el artículo original que no está a mi alcance ]
EL ANTICRISTO
Fuente: Thomas Tello Corraliza en su obra: «Cercanía de la catástrofe final, según datos de la Biblia «, ed. Vulcano, Madrid, 2005. Capítulo XI.
Cuidaos de que nadie os seduzca. Muchos vendrán en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo. Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, que harán milagros hasta el punto de seducir, si fuera posible, incluso a los escogidos. (Cf. Mateo 24)_
Esta es la última señal precursora de la segunda venida de Cristo. [Yo distinguiría en esta venida un primer avance en el que Cristo el Justo Juez vendrá para juzgar y castigar durante el Juicio de las Naciones, que podría estar muy próximo y otro segundo momento, de coordenadas temporales desconocidas, que sería el de la Segunda Venida propiamente dicha, que cerraría el intermedio quizás muy breve de una iglesia restaurada en una pequeña porción de la humanidad]. La presencia del Anticristo es siempre problemática. De hecho, el Anticristo pretende ser la réplica de Cristo, por lo que no será reconocido como tal, sino por un pequeño número de católicos. Iniciamos nuestro estudio, siguiendo el esquema marcado en los puntos anteriores.
¿Cuál es el contenido de los vaticinios al respecto? El denominador común es el de atribuir a este personaje un irresistible poder de seducción.
En el Discurso escatológico de Jesús – centro de interés sobre el que gira este estudio, según he manifestado al principio- se dan los siguientes detalles sobre el tema. «Vendrán muchos en mi nombre, diciendo: ‘ Yo soy el Cristo’ , y engañarán a muchos» (Mt. 24: 4-5; Mc 13: 3-4 ;. Lc 21: 8). «Surgirán falsos profetas y harán prodigios y maravillas, hasta el punto de engañar, si fuera posible, incluso a los elegidos. «Ved que os he prevenido de todo ello» (Mt 24,23-24, Mc 13, 21-23). San Pablo lo describe por sus efectos perniciosos; será «el hombre de la iniquidad y el hijo de la perdición, que se opone y se lanza contra todo lo que se dice de Dios y llega a ser adorado, hasta sentarse en el Templo de Dios» (Cf. II Ts. 2, 4) Gran poder de seducción. Así se describe una realidad sin nombre. El nombre aparecerá, mucho más tarde, en las Epístolas de San Juan.
El nombre ya estaba siendo repetido por la Tradición y andaba de boca en boca, cuando este Apóstol hace uso de él en sus cartas. Veamos los textos. _»Hijitos, esta es la última hora, como tenéis oído está para llegar el Anticristo; os lo digo ahora, que muchos han llegado a ser Anticristos … De nosotros salieron , pero no eran de los nuestros. ¿Quién es el mentiroso, sino quien niega que Jesús sea el Cristo? Este es el Anticristo__ . **Todo el que niega al Padre y al Hijo, este es el Anticristo»(Ep. I, 2, 18-23).
En el c. IV de esta misma epístola, se refiere, como en los sinópticos, a los falsos profetas, así : «Amados, no creáis a todo espíritu, sino examinad si es de Dios; porque muchos falsos profetas han surgido en el mundo … todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios, es del Anticristo de quien habéis oído que está para llegar y ahora se encuentra ya en el mundo. _Insiste en la II Ep. (V. 7): «Ahora aparecieron en el mundo muchos seductores que no confiesan que Jesus Cristo vino en la carne. Este es el engañador y el anticristo__ «._
El mismo San Juan describe en el Apocalipsis una doble especie de Anticristo, con el nombre de primera y segunda Bestia. La caracterización de cada una de las Bestias se da en el cap.13. La primera es la que sale del mar, y a la que le fue otorgado hacer guerra a los santos y vencerlos. La segunda emerge de la tierra y tiene dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero cuyo lenguaje es el del Dragón. Su acción consiste en extraviar a los moradores de la tierra e inducirlos a la adoración de la primera Bestia. Los autores suelen aplicar también como vaticinios sobre el Anticristo, el de las cuatro Bestias de Daniel (7), y, en sentido figurado, lo que se dice de Antíoco. A primera vista, de la lectura de los vaticinios, se puede deducir que se trata de varios individuos, simultáneos y sucesivos, así como de un grupo o varios grupos, representados en las imágenes que se dan de las Bestias.
Veamos las opiniones sobre el tema a lo largo de los siglos.
Sobre el Anticristo, su personalidad, características y actividades han corrido ríos de tinta. Fue descrito y pintado con detalles pintorescos, aterrorizantes, monstruosos, ridículos. Nunca, en los otros aspectos escatológicos, encontré tal grado de fantasía en los intérpretes apegados a la exégesis tradicional.
El Anticristo sería un hombre singular y determinado. Según Cornelio A Lapide, Suárez, etc. La Abominación de la Desolación, entronizada donde no debe. En los SS Padre se pueden recoger datos valiosos, que han sido ratificados y aprovechados en la exégesis innovadora.
Es el caso, por ejemplo, de S. Irineo. El P. Orbe ofrece una buena síntesis de la idea del Santo sobre el Anticristo. Veamos:
El antagonismo perpetuo entre el Diablo y Cristo se hará particularmente violento y virulento con la aparición del Anticristo, que será un instrumento de Satanás. Su arma será la seducción. Será un apóstata que pretende suplantar a Cristo. San Ireneo tiene en cuenta el doble significado del prefijo griego ANTI: a) La idea adversativa, «contra»; B) La idea de suplantador o vicario, «en lugar de …».
El Anticristo de Luca Signorelli
Probablemente, según el P. Orbe, esta segunda acepción -es decir, la del émulo de Cristo- fue la originaria. San Ireneo utiliza los dos – «per modum unius» , es decir, que cubre la doble idea «emulador-oponente», iniciándise así una idea equivocada del Anticristo. Por otro lado, San Agustín consideró al Anticristo como un ente colectivo. La exégesis innovadora supo aprovechar las dos ideas.
Empecemos por el pionero, que se adelantó, en ciertos aspectos, en más de un siglo y medio, a las afirmaciones de autores contemporáneos. Se trata de Manuel LACUNZA (pseudónimo Ben Ezra) en su famosa obra. Lacunza dice que, según todos los indicios de las Sagradas Escrituras y los que se ofrecen en el tiempo, que suele ser el mejor intérprete de las profecías, el Anticristo será un Cuerpo moral en el que todos sus miembros estarán animados por una misma intención. «Este cuerpo -dice- será el verdadero y único Anticristo, que luchará contra el Cuerpo Místico de Cristo, que en estos tiempos se encontrará sumamente debilitado. Si no llegará a destruirlo totalmente, será por falta de tiempo, no de empeño »(Mt 24, 22). Aquí tenemos una afirmación taxativa y exclusiva, contra la tesis tradicional que excluía, absolutamente, un Anticristo colectivo, y consideraba, como de fe, la tesis de un Anticristo personal; un individuo concreto.
Excursus . En cuanto a la tesis tradicional, que algunos teólogos, como Belarmino y Suárez, proponen como de fe, de que sería un individuo concreto es necesario decir que el Magisterio de la Iglesia -como se puede comprobar examinando el índice de materias de la obra «Enquiridium de los Símbolos, Definiciones y declaraciones sobre la fe y las costumbres» que los eruditos conocen por Denzinger-Schonmetzer (abreviado como Denz-Sch, o DS) – jamás se pronunció sobre el tema, ni siquiera en una simple declaración. Se debe respetar, inicialmente, la opinión común de los teólogos; Pero lo que no me convence, ni satisface, es la base lingüística, en la que se apoyan, tanto los comentaristas antiguos, como los modernos, arraigados, al pie de la letra, en la exégesis tradicional. Basados en el uso de San Pablo del artículo, en el original griego, que equivale al artículo determinado, «El hombre del pecado», «El hijo de la perdición», «El inicuo» … Consideran algo incuestionable que el artículo determinado se refiere a un Individuo concreto; pero puede, sin embargo, designar también un colectivo, como, por ejemplo, «El hombre de Neandertal», «El hombre renacentista». Lacunza alega una multitud de ejemplos de la misma Sagrada Escritura, en la que el artículo así empleado designa colectivos.
Se basan, además, en una frase del Evangelio de San Juan (5, 43), de la que se da una versión incorrecta:_ «Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recibistéis. Pero vendrá otro en su propio nombre, a éste sí lo recibiréis_ ». Pues bien, con el fin de llevar el agua al molino de su ‘pre-juicio’ «a otro» lo traducen por «el otro», para significar inequívocamente al Anticristo, su adversario. Pero, tanto en latín, como en el original griego, el artículo indefinido empleado no es «alter», ni «heteros», respectivamente, que significa «uno» entre dos, sino «alius» y «alios», que significa uno entre varios; Es decir, simplemente otro distinto. Sin embargo, esto no quiere decir – por mi parte – que se debe negar la opinión de un Anticristo personal, muy concreto; Sin embargo, simplemente digo que la base lingüística alegada, carece de solidez. Seguimos con Lacunza, en este tour. Este cuerpo moral comenzó a formarse en los tiempos apostólicos, iniciando entonces su actividad corrosiva. Lo dice claramente San Pablo, en su II carta a los Tesalonicenses. San Juan hablaba ya de la aparición de una multitud de Anticristos o seductores. Esta multitud de Anticristos son sólo miembros destacados del Anticristo-Cuerpo social, que, en su intención de anular a Cristo y a su Cuerpo Místico, la Iglesia, perdura desde los tiempos apostólicos. Lacunza, basado en que la interpretación que hace de las dos Bestias, descritas en el cap. 13 del Apocalipsis, designa con el nombre de primera Bestia el supracitado Cuerpo social (Anticristo). Esta primera Bestia, para llevar a cabo sus designios, con la mayor perfección posible, ha procurado, desde hace varios siglos, dar lugar, mediante la táctica de la infiltración, a la formación de otro cuerpo social, dentro de la Iglesia, incrustado en ella.
Esta es la designada como la segunda Bestia.
Los miembros de esta bestia «deberían ser » – dijo – los clérigos, en particular, la jerarquía , a diferencia de los miembros de la primera, que son los laicos, o los apóstatas del clero, luchando fuera de la Iglesia. Esta segunda Bestia hará el oficio de Profeta respecto a la Primera. Sus miembros, para los fieles, serían los falsos profetas, de los que se deben guardar, según las advertencias del evangelio. ¿Cuál será la función de esta segunda Bestia, y cómo la desempeñará? Escuchemos a Lacunza.
«La máxima responsabilidad del extravío de los fieles – de la Apostasía general y de la extrema corrupción moral – corresponde a la segunda Bestia». «No faltarán algunos buenos pastores … Ni se puede por menis de creer en la bondad del Sumo Pastor. Pero [el común del clero ] como en los tiempos de Elías, frustrarán su labor.
Para Lacunza, la clave de la seducción está en estas palabras del Apocalipsis aplicadas a la segunda Bestia: «y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como el Dragón» (13,11).
Comentario de Lacunza. «Los dos cuernos denota la fuerza de la potestad espiritual; Una potencia mansa y pacífica que tiene el amor y la confianza de los pueblos; Y, por eso mismo, es infinitamente más poderosa (que la primera Bestia). El pueblo fiel, por el mismo motivo que tendrá como increíble tanta iniquidad en personas tan sagradas, tendrá por buena la iniquidad.
No dañaría tanto al Cuerpo místico de Cristo la muerte, los tormentos (como sucedió en todas las persecuciones violentas) como el mal ejemplo, la persuasión, la mentira, las insinuaciones; Y todo con aire de piedad y máscara de religión; Todo confirmado con falsos milagros, que los fieles en general no son capaces de distinguir de los verdaderos ». Termina diciendo que a la primera bestia-único y verdadero Anticristo- le faltaba una pieza importante, esencial, para la consecución de sus objetivos. La teoría anticrística de Lacunza, a pesar de la feroz oposición de los primeros años inmediatos a la publicación de su obra, debido a su inclusión en el índice, fue ganando terreno en autores posteriores, al contrastarla con los acontecimientos que estamos viviendo.
Benjamin Martín dijo en 1967 que el Anticristo-idea (o colectivo) iba tomando cuerpo en aquellos días. El cardenal Billot, al comentar la descripción que San Pablo hizo del «hombre del pecado» del «hijo de la perdición», dijo: «Este Anticristo representa, por así decirlo, el fruto maduro y la personificación de la Apostasía». Lo sintetiza en una idea abstracta.
En 1947, Mons. Fulton J. Sheen dio un ciclo de conferencias, en una de las cuales trató del tema del Anticristo. La revista alemana Einsicht (XVII Jahr. (3) 1987) publicó un resumen de la misma, bajo el título «Die Zeit des Antichrist» (El tiempo del Anticristo). Observando y analizando la realidad (de entonces) se llega a la conclusión de que había llegado el último capítulo de la Historia. «El conflicto del futuro -se dijo- se concentrará entre el Absoluto del hombre que se hace dios y entre el Absoluto del Dios-hombre; Entre los hermanos en Cristo y los compañeros del Anticristo. Entonces expone su idea del Anticristo. «El Anticristo no será conocido en cuanto tal; (Contra la afirmación de Martínez Sacristán de que «sería reconocido»). De lo contrario, no tendría seguidores ». Critica las descripciones grotescas y ridículas, que se han hecho de él a lo largo de los siglos. «Se debe describirlo, al contrario, como un ser angelical, como un guía de este mundo, cuyo mensaje consiste en decirnos que no hay otro mundo aparte de éste. Se nos ha dicho que incluso engañaría a los elegidos; Con la imagen que se nos presenta como grotesca, seguramente no podría engañar a los elegidos. Se presentará, sin embargo, como un gran amigo de los hombres. Hablará de paz, bienestar y abundancia. Pero hablará de ello no como medios para llegar a Dios, sino como fines en sí mismos. Será tolerante e indiferente en cuanto a lo justo y a lo injusto, la verdad y el error. Apelará a la religión para destruirla. Hablará de Cristo y dirá [sólo] que fue el mayor de los hombres que existieron … Tendrá todas los signos y notas de la Iglesia, pero privadas de su contenido divino y salvífico ». El Abbe Georges de Nantes, en una de sus Cartas a Mes Amis (141, 1963) se ocupa del misterio de la Iglesia y del Anticristo. Pregunta ¿será una persona o una ideología? La respuesta es: 1) Puede ser un hombre (determinado) de Satanás. 2) Pero será necesariamente un movimiento de masas y una ideología de un poder singular, político y espiritual. 3) Se presentará como una réplica de Cristo y de su doctrina será como un Cristianismo renovado, puesto al día, mejorado; Sin embargo, será algo contra el auténtico cristianismo, hasta el punto de que los mismos elegidos se contagiarían si Dios no los preservase. Hablará de la caída-redención-restauración. Pero aplicará esta trilogía meramente a horizontes temporales. Surgirá una Mística y una Teología poética (de la Liberación). Se convertirá en una réplica exacta, pero carnal, de la Doctrina católica. Su Paraíso será el terreno. Nantes afirmó que una mutación prodigiosa de la Fe estaba ya prácticamente hecha. Constata que se amotinarán falsos Mesías y falsos profetas; Y, además, los «Teólogos y Moralistas estarán prestos para justificarlo todo». La cruda realidad de los hechos se impone y está dando razón a la tesis de Lacunza.
El Padre Castellani, también en 1963, lo describió con estas palabras: «El Anticristo se parecerá a Cristo. Por lo tanto, aparecerá como un ser ‘bueno’ , no nefasto o criminal, de acuerdo con las descripciones antiguas, que lo compararon a Nerón. Pero así no sería seguido, si fuera una monstruosidad acumuladora de degeneraciones. Hay, en la Escritura, la mención de otro delito que es la blasfemia (hablará con la lengua del dragón) y el máximo sacrilegio (La Abominación de la Desolación) .
_Roncalli el buen papa, homenajeado por los masones_.
Reducirá la Iglesia a su extrema tribulación … fomentará una iglesia falsa … abolirá completamente la misa y el culto público .»
WJ Strojie . Con este autor, llegamos al punto culminante del multisecular proceso exegético del tema que nos ocupa. Este señor (RIP) católico secular norteamericano, que residía en Lebanon (Oregón), a la luz del terremoto del Vaticano II y la crisis eclesial, sin precedentes, que dejó como secuela, empezó a escribir y distribuir entre sus amigos y conocidos unas Cartas__ _con cierta frecuencia, haciendo reflexiones y sacando sus propias conclusiones sobre estos temas … la más relacionada con el tema que estamos tratando, escrita en 1976, fue publicada en alemán en la revista Einsicht_ VII (2) jun 1978:., bajo el siguiente título: «Falsacher Papst und Anticrist » ‘es decir’ «el falso papa y el Anticristo.» El autor, sin el menor alarde bibliográfico, se vale del raciocinio, basándose en los textos bíblicos, y ayudado por una excelente formación doctrinal católica. Fue, quizás, el primero en tomar el toro por los cuernos, llegando a algunas conclusiones que habrían escandalizado hasta al Padre Lacunza, dado que expresamente las excluye de su teoría. Después de varias consideraciones en algo más que una página y media, empezamos a darnos cuenta de que todas sus conclusiones convergen en señalar a MONTINI como el auténtico Anticristo personal. «Me di cuenta de que no sólo vivimos una vacante de la Santa Sede (esto ya estaba demostrado varios años antes – añado), sino también nos encontramos en presencia de un agente muy activo y corruptor en el trono de Pedro. Se trata de una presencia enemiga de Cristo, que no es otra que la del Anticristo.
En la famosa lista de masones en el Vaticano, hecha por el periodista Mino Pecorelli, asesinado después en Roma, consta como masón el nombre del secretario personal de Pablo VI, Monseñor Pasquale Macchi. __Mons. Pasquale Macchi fue quien hizo construir un monumento masónico a Pablo VI, en el Sacro Monte di Varese
Cita los textos de San Juan, en sus cartas, en las que habla de muchos anticristos … «se previó un momento en que la oposición a Cristo sería el llegar a la perfección dea la imperfección y, desde luego estaría concentrada en un solo hombre.» San Pablo habla de él como «el Hombre del pecado, y el Hijo de la perdición, que surgirá de entre nosotros en el tiempo final.
Después de una breve enumeración de los mayores y más horribles crímenes cometidos en la historia de la humanidad, se pregunta si es posible que un hombre sólo pueda superar los pecados de los mayores criminales del pasado. Su respuesta es afirmativa, y la razona así. «El hombre del pecado, sólo puede merecer esa denominación en virtud de su oficio singular, que le permite la posibilidad de consumar el mayor mal espiritual posible. El orden espiritual es mucho más excelente que el carnal; Por eso, los pecados contra el Espíritu Santo son mucho más graves que los que se cometen contra el cuerpo, contra el derecho natural o contra el orden temporal.
Según la doctrina católica, la ruina de una sola alma es más significativa que la destrucción del universo. «No puede, por lo tanto, tratarse simplemente de un hombre extraordinariamente malvado … Esta persona debe ser única en cuanto al oficio espiritual que desempeña. «La desolación en la ciudad santa. ¿Quién puede, por lo tanto, en su más estricto sentido teológico, ejercer el oficio de un Anticristo? Sólo puede tratarse de alguien que se oponga eficazmente a sus predecesores Vicarios de Cristo … así como en la supresión del verdadero culto de Dios, mediante la supresión del Sacrificio perpetuo. Con otras palabras, sólo puede tratarse de alguien que pueda, jurídicamente, oponerse a Cristo, Cabeza invisible de la Iglesia; De alguien que, en virtud de su oficio usurpado, sea el único apto para llevar a cabo la Desolación en la Ciudad Santa ».
<El sentido espiritual de la Escritura.
¿Quién podría -se pregunta, como persona particular, instalarse en la Ciudad santa y cambiar todas las leyes, como si fuera Dios? Dejemos de lado la letra que mata. Muchos eruditos y un número mayor de idiotas intentaron identificar al Anticristo con algún político, perseguidor o notorio tirano. San Juan lo identifica con la cifra 666, símbolo de la ‘Perfección de la imperfección’. Es conocido que en la Biblia el número 7 significa la perfección, así como el 6 la imperfección … La expresión Perfección de la imperfección es precisa y significa el conjunto de todas las condiciones, que se deben cumplir, para que ese número encuentre su cumplimiento. Y no se puede olvidar que su significado es inequívoco, con el fin de que en toda época pudiera ser entendido.
La descripción o identificación simbólica del Anticristo debe ser precisa y exacta; Porque son numerosos los hombres profundamente perversos que en el transcurso de la historia, fueron reputados falsamente como Anticristos, por no tener en cuenta la unicidad del simbolismo de esa cifra. La máxima iniquidad o maldad. La Perfección de la imperfección, que San Juan profetizó, se realiza en un único hombre … Y esto debe entenderse en el sentido de que la máxima iniquidad se encontrará en un solo hombre, lo que sólo es posible si está situado en lo más alto de la autoridad. Para lograr tal perfección e infectar a todo el mundo es necesario un hombre que esté investido con la más alta dignidad de un oficio espiritual. A continuación, se plantea la siguiente pregunta: ¿Podría alguien imaginar un hombre investido de un cargo, que pudiera causar una ruina espiritual y moral mayor que un Papa? O de otro modo: ¿Podrían las fuerzas y potencias unidas del mundo causar un desastre espiritual tal, como el que hoy vivimos … producido por un solo hombre, poseedor del Poder espiritual supremo?
Duplicidad, mentira, armas de Satanás.
La maldad perfecta debía progresar y expandirse con el engaño, y no con la violencia, que es el medio común para ejecutar la maldad en la esfera mundana. Las logias de nuestros antiguos enemigos se propusieron al objetivo de corromper la masa de los católicos e invalidar toda resistencia. «Dadme sólo el dedo meñique del Papa – como dice la Instrucción de la Alta Venta – y tendremos en nuestras manos a toda la cristiandad.»
La más alta traición.
Es otra condición más, para que se cumpla la Perfección de la Imperfección, privativa del Anticristo. Esta iniquidad consiste en la negación plena y oficial de Cristo, por parte de un hombre, que fue elegido como Vicario suyo en la tierra. Es el más perfecto acto de perversidad de que es capaz un hombre. La negación de Cristo por parte de otro hombre cualquiera, no puede alcanzar esa categoría de perfección de la maldad. Esta traición sólo puede ser cometida por alguien que haya sido elegido justamente como Vicario de Cristo, pero que se rebele contra él con insolencia satánica, actuando como Vicario del Dragón. Jamás, ningún Papa, en el transcurso de la historia, cometió este supremo grado de traición. Jamás se ha dado algo que sea comparable a la revolución completa y total realizada por MONTINI. Los enemigos externos seculares de la Iglesia, jamás pudieron conseguir lo que en tan poco tiempo realizó Montini. Los anti-papas que hubo en la Iglesia, jamás se atrevieron a tocar la Fe, ni la Disciplina.
No hay duda de que la profecía de San Juan se realizó en la persona de Juan B. Montini. El autor se refiere a un libro publicado recientemente bajo el título: ¿Cómo puede conocerse el Anticristo?
En ese libro, se afirma que puede y debe ser reconocido por sus dos pequeños cuernos y por sus ojos ridīculos. Strojie critica como ridículas esas concepciones, propias de la exégesis tradicional, basadas en una interpretación literal de los textos bíblicos, meros símbolos de una realidad futura.
Critica el afán insensato de mostrar signos y maravillas para aceptar una realidad que se impone por sí misma, tal como a Jesús le fue pedido por los escribas y fariseos: «Maestro, danos una señal tuya» (Mt 12, 38). Para convencerse de la realidad de la presencia del antagonista de Cristo, pone como ejemplo que llama una impresionante analogía. Se refiere a la embajada de Juan Bautista, narrada por San Mateo (11, 1-6) y San Lucas (7, 18-23). Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: «¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?» La respuesta de Jesús: «Ve y di las cosas que habéis oído y visto» . (Lean este pasaje hasta el final). Strojie lanza la misma pregunta, dirigida a Montini: «¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?» Montini habría dado la siguiente respuesta, totalmente verídica: «Mirad cómo los obispos predican en las sinagogas y mirad lo que predican los pastores en las iglesias católicas; los conventos se han quedado vacíos; casi todos los obispos y sacerdotes aceptaron mi Nuevo Ordo Missae; las escuelas católicas se han cerrado y el error doctrinal domina en aquellas escuelas que aún no han sido cerradas … Me humillé ante la Asamblea de la ONU; yo entregué la abominable Tiara, así como el anillo [papal], símbolos de la Autoridad papal; yo proclamé el culto del hombre, y lo que es más importante, hice que se predicara a los pequeños un evangelio adulterado. Id y decid esto a los que os han enviado a mí ». Respuesta del autor a la pregunta: ¿Debemos esperar a otro? ¡NO!
Nosotros no queremos dar crédito a sus palabras, sin embargo, prestamos atención a lo que Cristo nos dijo: «Quien no está conmigo, está contra mí» . Es decir, si está «contra Cristo», es el Anticristo.
En _el Vaticano, el Sr. Montini depone la tiara papal, símbolo del poder divino concedido por Dios al miembro de la Iglesia ocupante de la Sede de San Pedro_
» Montini se lanzó sobre Cristo en el Trono de Pedro: ¡Es el anticristo, en el sentido pleno, por excelencia .» El Sr. Strojie refiriéndose a Juan XXIII dice: «Alguien podría argumentar que también Juan XXIII tiene su parte de culpa en la destrucción de la Iglesia, por lo tanto, también fue el Anticristo». Pero el autor no llega a tanto. No lo siento así, a lo menos no totalmente. Para el autor, Roncalli puede ser clasificado como el Profeta de Montini, su precursor, como fue Juan Bautista de Cristo. Roncalli estuvo favor de la revolución con el anunciado Aggiornamento . Roncalli condenó, al iniciar el Vaticano II, a los «profetas de calamidades», que desde hace mucho tiempo lo advertían. Roncalli prometió una renovación espléndida, un rejuvenecimiento de la Iglesia. Resultado : Fue un falso profeta. Nuestro Señor nos mandó que nos guardáramos de los falsos profetas …
En la exposición de la teoría del Sr. Strojie, en primer lugar, se me ofreció una nueva información y, además sorprendente e impactante, sobre el tema de la exégesis anticristiana, como lo fue en su tiempo la teoría del P. Lacunza. Que, ciertamente, no sólo no llegó a pensar en la opinión de Strojie, ya que como, según hemos dicho, la descartó explícitamente. En segundo lugar, para hacer que el lector vea que reflejo, lo más fielmente posible, su pensamiento, les he ofrecido literalmente los textos del autor. Debo añadir que el Sr. Strojie, en su carta 79 (marzo de 1985) «The Operation of Error», también dedica a Wojtyla el título de Anticristo.
En marzo de 84, Wojtyla recibe a representantes de la tienda B’nai B’rith de Nueva York. _«Es un encuentro de hermanos» fue lo que él les dijo_.
Esto no tiene nada extraño, ni implica la menor contradicción; Ya que el Anticristo personal, dada la condición de la naturaleza humana, es mortal, caduco; No como el Anticristo-Cuerpo social, cuya supervivencia, basada en la identidad de un propósito muy concreto, es indefinida. Como cuerpo social actuaba ya según se repetía – desde los tiempos apostólicos y sigue actuando, sin la menor duda, ya que la segunda Bestia – el elemento jerárquico – que está al servicio de la primera Bestia o Cuerpo social, como se afirma taxativamente en el Apocalipsis (13) ). Estoy totalmente convencido de que el 99% del Catolicismo nominal, al que llegue esta información, exclamará: ¡Este Señor es un blasfemo! Y, sin embargo, hay que exclamar con Galileo: «Eppur se muove!». _Los autores posteriores a Strojie -tal vez, sin tener conocimiento de la opinión de éste- se manifiestan en ese sentido e incluso lo amplían. El Sr. Joseph … (RIP), Yukio Nemoto, japonés, también laico católico, no tienen reparos en decir abiertamente: «Los Papas desde Juan XXIII .. son Anticristos – La bestia …»._
Wolfdieter Grossler dio una conferencia, cuyo contenido ha sido publicado en la revista Einsicht bajo el título «Der Antichrist und die Amtskirchem» (El Anticristo y las autoridades eclesiásticas). Trata del tema en el mismo sentido que Strojie y Yukio Nemoto. Se queja del modo perturbador del empleo múltiple, frecuentemente contradictorio, del término anticristo. Se centra en la segunda acepción del prefijo «anti» (ya observado por San Irineo), como «en lugar de», con la idea de sustitución; En este caso concreto, sería lugarteniente de Cristo. La primera acepción (la idea de «adversario») conviene a la primera Bestia; Sin embargo, la segunda acepción designa al clero (la segunda Bestia). Simbólicamente se designa también como la Ramera, que, con sus mentiras y seducción, sentó los presupuestos para facilitar el trabajo de la primera Bestia y su victoria casi total. La segunda Bestia, pues, trabaja en la esfera religiosa. Se presenta bajo el disfraz de aquél que es el Jefe de la Cristiandad al que, justamente, obedecen con total prontitud los fieles. El Papa (se debe añadir el «supuesto»), con la ayuda del clero – alto y bajo – coopera muy eficazmente con la transformación de la Iglesia; sin embargo, paso a paso, de modo imperceptible. A los fieles les van lavando el cerebro, por medio de la propaganda hábil de un pensamiento progresista. «Con todas estas medidas -dice textualmente- se debe conseguir que de la unión con Cristo, de manera gradual y paulatina, se pase al Falso Cristo».
«De este modo, justamente, aquellos que ponen especial empeño en ser fieles a la Iglesia serán llevados, sin percibirlo, por su obediencia y fidelidad incondicional, a la obediencia a los pastores de la Iglesia del Anticristo. Y sobre todo, la firmísima fidelidad, al (supuesto) Supremo Pastor, proviene del grado de irreflexión con que se recibieron los cambios del Vaticano II. Por lo tanto, el Anticristo – la segunda bestia – casi (subrayado en el original) logra así su más alta cota de éxito». Se debe decir que otros autores, tanto anteriores, como posteriores a Gróssler, suprimen el casi y dan como enteramente consumado el triunfo de la Bestia.
Joseph BD SARACENO, otro laivo católico, norteamericano residente en Los Ángeles, que, desde hace algún tiempo, viene escribiendo sobre temas escatológicos, en una serie de breves escritos, o mejor, brevísimos, trata del tema de anticristo. En la Bibliografía se recogen dos de estos escritos. Este autor, breve y conciso en sus argumentos, basado en la Sagrada Escritura y en la cruda realidad, concluye con toda firmeza que los Papas, a partir de la desaparición de Pío XII, son el Anticristo, en su sentido más estricto.
Romano CHAMASTLOJ. Con este autor finalizaré la exposición de la tesis innovadora – ya empírica – pues es suficiente para nuestro propósito y, además, creo que los razonamientos que se exponen, en el mismo sentido, no serán sino variaciones sobre el mismo tema.
Los puntos esenciales están trazados, por los autores presentados, posteriores a Strojie. CHAMASTLOJ (un seudónimo) es mejicano, clérigo. Es el que tiene más trabajos -y los más extensos- en los que escribió sobre la tesis abordada a partir de Lacunza. Son, sin embargo, trabajos inéditos que lleva,como puede, a manos de católicos de diversos países. Me voy a detener un poco más en este intérprete, con el fin de destacar algunos detalles peculiares. Chamastloj, considerando la situación actual, concluye que estamos inmersos en el pleno reinado del Anticristo.
Rechaza completamente la interpretación literal de los tres años y medio de este reinado. La observación empírica rechaza esta interpretación literal. Insiste mucho en el hecho de que será desconocido en cuanto tal. A pesar de que las Sagradas Escrituras ofrecen muchos datos inconfundibles pocos podrán identificarlo, por sus apariencias de santidad (II Cr. 11, 13-15). Por otro lado, «¿cómo reconocerlo, después de la ideas escritas para mitificarlo, haciéndole aparecer como un monstruo deforme desde su nacimiento?» Al contrario, será alabado por su gran humanismo, por su defensa de la vida, convivencia pacífica, (En inglés). No dirá descaradamente que es Dios; Pero lo hará usurpando su potestad … consolidará la herejía total … Suprimirá la Misa. No podía aparecer si existiese la verdadera Misa, ni mucho menos reinar. La lucha contra él por parte de los pocos que lo reconocen y lo odian a muerte, será humanamente un fracaso; Ya que él estará investido de la máxima dignidad, detentando todo el poder y con su apariencia de santidad hará infructuosos los esfuerzos de ese «resto fiel».
Las supuestas apariciones marianas contribuirán al habitual rechazo de todo intento de oponerse. Los mismos que desconocieron a Cristo, salvo el pequeño resto fiel.
Epílogo
Me propuse a demostrar, en este trabajo, la proximidad de la segunda venida de Cristo, por ser ya una realidad el cumplimiento de la gran mayoría de los signos previstos para reconocerla. Creo sinceramente haber podido probarlo, mediante los argumentos comúnmente admitidos por el método científico; Es decir, en fundados una autoridad reconocida como tal – en este caso, la Biblia, de autoridad indiscutible para los cristianos, de acuerdo con el sentido armónico de intérpretes de reconocida solvencia – así como en la realidad incontrovertible de unos hechos en íntima conexión unos con otros . En la exégesis tradicional se dio rienda suelta a la fantasía – anti-científica por naturaleza – y se concluía, a veces, en una proximidad engañosa, por basarse en datos insuficientes y aislados, sin tener en cuenta la conexión entre los hechos-señales . Aquí, los acontecimientos previstos se presentan con toda la certeza de su realidad y en íntima conexión, según lo exigen su propia naturaleza y los mismos vaticinios. De hecho, una vez terminada la tarea de la evangelización de todas las naciones, prevista como el primero de los signos y desencadenante de todos los demás, la Apostasía – fenómeno constante y paralela a las conversiones – llega a consumarse, de forma irreversible con la más alta corrupción moral, una inundación que, con su fuerza desoladora de por sí, es capaz de arrastrar a todos los católicos, si la gracia de Dios no se reservase un número determinado de fieles. A su vez, la apostasía consumada de las naciones indica que su tiempo ya se ha cumplido; con él, según los vaticinios, sonó la hora del regreso de Israel a la Tierra Prometida, para formar una unidad política, que abarca a todas las tribus de esta etnia, la cual estuvo ausente de [la Tierra Santa] por más de 27 siglos. La apostasía, iniciada, completada y encabezada por el clero trae consigo, como no podría ser diferente, la supresión del Santo Sacrificio de la Misa y la abominación desoladora. Ahora bien, como la Apostasía, la extrema corrupción moral, la supresión del Santo Sacrificio y la Abominación desoladora serían obra del Anticristo, por consiguiente, se deduce de ello la presencia y manifestación plena de tal sujeto … De los hechos vaticinados cumplidos, existen los de evidencia inmediata contundente y absoluta, como son el regreso de Israel para constituirse como Estado, y la degradación galopante del Medio Ambiente. Esta última señal es un fenómeno concomitante, exigido como castigo a la máxima iniquidad; pero, es un castigo, que podríamos llamar medicinal, cuya finalidad es provocar el arrepentimiento y la enmienda que, sin embargo, según las profecías, no se darán. La humanidad seguirá siendo obstinada. Se puede considerar como de evidencia inmediata para los católicos el fenómeno de la Apostasía generalizada, la extrema corrupción moral y la abominación desoladora.
Pero no es evidente, ni siquiera para los fieles, por tratarse de una realidad espiritual, sobrenatural, la Supresión del Santo Sacrificio de la Misa. Esto debe deducirse después de serios estudios. Sin embargo, el hecho material de la supresión, abolición, o mejor, con un término canónico-jurídico, «abrogación», es un hecho evidente.
Sobre el Anticristo, se debe decir que se trata de un término polisémico, cuyos sentidos deben ser tenidos en cuenta, pues es necesario que cada significado se realice. En su sentido fundamental, incluye la idea de «adversario». Ahora bien, esta idea de enemistad mortal puede sobrevivir tanto en una colectividad como en un individuo. En un colectivo, como se infiere de varios textos sagrados y lo confirma la exégesis moderna. Este cuerpo comenzó su acción corrosiva en los tiempos apostólicos (II Ts. 2, 7, y Jo I, 1,1,18 y 26, y 4, 1-3). Con el tiempo llegaría la ocasión de su plena manifestación (Ts. I y 6 y 8). Una persona física, como es evidente, no puede durar siglos. Por otro lado, San Juan, en el Apocalipsis, simboliza ese Cuerpo social en una Bestia. De donde Lacunza dedujo que se trataba únicamente de un Cuerpo social, es decir, de un colectivo, por no ser aplicable -según él- la descripción que se hace de una persona física. Sin embargo, no se debe descartar al Anticristo individual. El Evangelio habla de falsos Cristos y falsos profetas, así como San Juan, en sus cartas. Lo que designaría a los miembros prominentes de ese Cuerpo social de la primera Bestia.
Pero la primera Bestia, según se dijo, tenía necesidad de otro instrumento, aún más eficaz, para consumar perfectamente su propósito; Así tuvo lugar la formación de la segunda Bestia, este es otro Cuerpo social subordinado, el Clero católico, o mejor, el supuesto Clero católico, insuperable para ejercer la seducción.
La táctica de la infiltración fue practicada por la primera Bestia, ya desde los principios; Pero no la perfeccionó hasta el primer tercio del siglo XIX.
En la Instrucción de la Alta Venta, se aconseja iniciar la infiltración por el bajo Clero y continuar hasta la cima.
Nubius escribe en 1824: _» Debemos llegar al triunfo de la idea de la revolución a través de un Papa … Para romper la roca de Pedro … con un tal Papa (infiltración revolucionaria) tendríamos el dedo meñique del sucesor de Pedro participando en la trama; y este meñique sería más valioso para nuestra causa que todos los Urbanos y Bernardos en la cristiandad)__ «._
Estos fueron los planes. Se han hecho realidad. Ante la actividad corrosiva de Montini, se debe preguntar, «mutatis mutandis», lo que algunos se preguntaron sobre Cristo: «El Mesías (en este caso el Anticristo), cuando venga ¿hará más prodigios que éste hace?» – ¡imposible! – Montini llegó al grado supremo de la iniquidad, a la «Perfección de la Imperfección». Es el Anticristo personal, por antonomasia, así como también su predecesor Roncalli y su sucesor Wojtyla. De esta manera se dan todas las acepciones del Anticristo. Tanto un colectivo como un individuo son quienes mejor actúan para seducir, y encarnan en sí mismos el doble significado de ‘anti’ prefijo, como sucede en el Vicario de Cristo, el traidor Supremo. Y el plural de que hablaba San Juan; Pero como dijo Lacunza, no alcanzará perfectamente su objetivo, no por falta de empeño, sino de tiempo.
Conclusión. Los signos indicadores de la proximidad de la vuelta de Cristo están casi todos cumplidos. Otras señales, por ejemplo, la venida y predicación de los dos testimonios – la Tradición los identifica con Elías y Enoc – indica su eminencia; Y en cuanto a las terribles conmociones cósmicas (Lc 21, 23-26) serán incoactivas, la ante-sala del Juicio. Ante la evidencia de las pruebas es evidente que la venida de Cristo está próxima … que no «pasará esta generación, sin que esto suceda».
Tomás Tello Corraliza
[Subrayados propios]
Categorías:ALL POSTS, Anticristo, Juan Pablo II, Juan XXIII, Pablo VI, Papas conciliares
Excelente artículo. PAZ Y BIEN.
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El Padre Luigi Villa, nos dio la certeza y con pruebas irrefutables, que la era del anticristo fue iniciada formalmente el 29 de junio de 1963, con una cabeza, el mayor responsable, y el elegido por la sinagoga de satana y la ramera deicida : Juan Bautista Montini, como Pablo VI Y fue un cuerpo, porque ese impostor, no llega solo, necesita votos, ni el nostra aetate, el decreto de la religion mundial de la bestia, y la judaización del cristianismo, es una mera casualidad. Es un plan secreto de satana y su simiente, más las abominaciones, que desconocemos y se los define como una red mundial de satanistas, con las prácticas más aberrantes, de los definidos como los amos del mundo. cuyos libros satanicos se llaman el talmud de babilonia, la cabala, y el zohar producto del averno, de la magia, del ocultismo, compendios masonicos y abominables, y entregados seguramente por demonios, como el plan de la religión mundial, de donde sale la tiranía del marxismo cultural, llamada los L.G.T.B., que van sumando la moda, de comprar hijos en laboratorios, y como si fuera lo más normal. A lo que debemos agregar, como pseudo profeta del anticristo, al satanista Benjamín Creme. de la secta lucis trust, y share internacional. que también tienen su discipulado, . como a cada uno de los que trabajan por el diálogo inter-religioso-culto mundial a satana, que es un paso previo, al gran reinado de su reyezuelo judio, y todo indica que ese pérfido reino, está o estará, en su centro, en la tierra deicida. Algunos detalles vamos conociendo como el tribunal del satanista, Rotshchild inaugurado en el año:1992, como tambien hay varios puntos de sus mentiras, para que la secta pueda confirmar que ese, el monstruo, es el verdadero mesias.
Gracias a la Iglesia fiel al Señor, a su Madre María santísima y a todos los que conformamos la Iglesia de los últimos tiempos.
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Nostra Aetate.
Judaización de la iglesia conciliar
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Sin desconocer los méritos del artículo del Prof. Tello Corraliza, no comparto, entre otras cosas, la identificación de Montini/Paulo VI con el Anticristo, aunque no quito un ápice a la enorme importancia que el mismo tuvo en la destrucción de la Iglesia Romana. En todo caso, como lo decía en mi comentario ‘La Mistificación de la santidad, camino hacia la impostura final’ -que vio la luz también en este mismo blog hace un par de años-, Montini forma parte de la serie de la impostura, que comienza con Roncalli/Juan XXIII y se cierra significativamente con un sexto, el falso papa Francisco, con lo que se completa un cierto ‘orden’ de perfección en el progreso del mal, necesario para la manifestación del Anticristo, culmen de la impostura, según San Ireneo, y en el cual se dará la RECAPITULACIÓN de todo el MAL, tanto en el orden histórico-antrópico como en el cósmico-angélico, como lo veía Santa Hildegarda. Es claro entonces que no se ha de identificar a ninguno de estos lobos rapaces con el Ánomos mismo (o Anticristo personal), aunque sí les corresponde, según la designación de San Juan, el apelativo de ‘anticristos’, cuya misión ha sido’disolver’ o ‘licuar’ (lýein, en griego) la fe en Cristo, y así preparar eficazmente el camino al propio ‘Anomos (o Anticristo personal).
Por lo demás, en lo que se refiere a las profundas connotaciones teológicas del personaje de referencia, invito a los visitantes del blog a la lectura de dos trabajos del Dr Disandro sobre el mismo tema: el primero es la edición bilingüe y comentada de la visión del Anticristo, que se halla en la tercera parte de Scivias, la magna obra de Santa Hildegarda; y el segundo, un análisis preciso y hondo de la misma figura desde la visión de San Juan en sus cartas, con sus profundas resonancias para la Iglesia y el mundo. Este último, pues, va reproducido a continuación.
EL ANTÍKHRISTOS
Carlos A. Disandro
Eminencia:
Le atribuyo este título tradicional para el cardenalato, por lo menos desde el siglo XVI, para aventar toda presunción de agravio en este texto, escueta y esencialmente teológico. Aunque usted, por imperio de la Bula de Pablo IV (cuarto), del secular Derecho Canónico, etc., o simplemente por imperio de la Fe, es un “cardenal” depuesto, despojado de todos sus grados, dignidades, oficios, funciones y prerro- gatitas; subordinado a su “maestro”, el antipapa ocupante, como un anticristo de la cátedra romana, como un precursor inconfundible de EL ANTÍKHRISTOS.
Así pues interesa primordialmente la sustancia de la FE y la doctrina congruente; luego las dignidades, oficios y funciones que en la ECCLESIA fungen según esa FE y para custodia y exaltación de esa FE en la SACRA TRADICIÓN. Consecuentemente, en última instancia perfílase la situación personal —la conciencia como dicen ahora— de cuya solidez y destino sólo es juez la intachable sapiencia divina, a la que por supuesto también está sometido, y gravemente sometido quien esto escribe, por mandato de mi maestro San Juan Apóstol, autor del Evangelio, que ustedes, dignidades canónicas DEPUESTAS, vilipendian, vacían y crucifican; de ese EVANGELIO, incriminado y burlado por Wojtyla, Ratzinger, Lustiger, Aramburu, Primatesta y tutti quanti. Y aunque limitado e indigno, en muchos pormenores, en muchos aspectos ostensibles y dolorosos, mi fuerza y autoridad proceden de esa ECCLESIA y de esa FE INTEMERATA y SUBLIME, que ustedes traicionan y entregan, como nuevos fariseos y saduceos, a los negadores del Señor, y de la que han apostatado junto con Juan XXIII, Paulo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, el theríon-pontifex, descripto en el capítulo XIII. 11-12, del Apocalypsis.
Esta es la primera claridad que quiero disponer sin ambages en un texto, seguramente insólito para su credulidad de apóstata convencido; primera claridad, a saber, que si lo llamo “eminencia” es por deseo de no confundirlo todo en el emocionalismo pseudomístico y adulterado que ustedes esgrimen, y por exigencia objetiva de su perfil en el “episcopado”, y del mío en la atribulada y atormentada feligresía, para quienes ustedes sólo persiguen la FE. Pero al mismo tiempo para marcar por encima de todo emocionalismo, humildades regresivas y farisaicas, que mi autoridad en la FE es superior a la suya, pues un apóstata no puede reclamar ninguna autoridad, que es lo que es POR LA FE, y no por la burocracia de los saduceos, apoderada de la Ecclesia. Esto es diáfano, incuestionable, absoluto.
Hecho este deslinde imprescindible y objetivo, veamos el contenido y rigor de mi respuesta, pues ya estoy desglosado totalmente de su “autoridad” írrita y corrupta. Esa respuesta tiene en cuenta primordialmente su discurso del Jueves Santo, 23 de marzo de 1989 (LA PRENSA, 25.III.89, p. 6) y el texto que “institucionaliza” el “diálogo” entre el catolicismo argentino y la religión judía (ibidem, p. 6., con las informaciones ulteriores sobre este mismo “evento”), en todo lo cual usted como “cardenal primado” manda, impulsa, favorece y protege, según la apostasía ya mencionada, bajo la conducción del antipapa, tirano de la Iglesia perseguida, y la semántica de unos textos del concilio y comisiones varias, que son simplemente la traición a la FE, por imperio de los acuerdos con la logia B’nai B’erith. Sobre este punto, ya mismo, antes de progresar en mi discurso, le señalo: 1) que la edición abominable de Juan Pablo II y el judaísmo, 1979-1987, Ediciones Paulinas, Buenos Aires 1987, se hace con los auspicios y promoción del Distrito XXVI Argentina de la mencionada logia judía del más alto nivel iniciático y operativo; 2) que para su ilustración conviene repase cuidadosamente el capítulo La plus grande force organisée des temps modernes, en el libro de Yann Moncomble, Les Professionels de l’antiracisme, París 1987, pp. 231-279. Argentina es al parecer un “distrito” para ese poder, que usted acata y sirve.
Innecesario agregar que repaso innumerables “discursos” y “actitudes” suyas, que no tengo por qué analizar. Simplemente considero un contexto total, una curva explícita que apostata de la Tradición.
Debo aclararle que mi libro La herejía judeocristiana, Buenos Aires 1983, y en mi cuadernillo La Crisis de la Fe y la Ruina de la Iglesia Romana. Respuesta al Cardenal Joseph Ratzinger, Buenos Aires 1986, encontrará usted otras precisiones en lo que atañe a referencias inexcusables que ahora omito. Sin embargo, esos trabajos míos entre 1964 y 1986 cubren un período de singular agonía de la FE VIVIENTE; a ellos debo agregar mis Proclamaciones doctrinales 1-10 (entre 1977 Y 1989), y los opúsculos El mensaje de la Santísima Virgen en la Montaña de La Salette, 1987; El enigma de Monseñor Lefebvre, 1989; La Tradición en la perspectiva trinitaria y teándrica, 1989 1. Son hitos nada más, para que usted advierta el sentido del combate que empeño libremente en el estilo de San Atanasio (cf. San Atanasio y el combate de la Fe, capítulo de mi libro Filología y Teología, Buenos Aires 1973).
Y bien, distingo en primer lugar, en sus alocuciones y en ésta en particular, una serie de generalidades que, al menos en el discurso y mensaje concretos, constantemente confunden la realidad teándrica de Cristo, la realidad teándrica de lo que usted llama “la obra de Jesús”, sin aclarar mucho su semántica inconfundible; y luego las benditas distinciones pastorales, y sus fundamentos ecuménicos y sociomórficos con que la “iglesia romana” encubre su apostasía y su inconvalidable connivencia con la sinagoga de satanás. Pero estos dos planos, diestramente manipulados por los herederos de los falsos papas Juan XXIII y Paulo VI, parecen adquirir rasgos de “sacra página” de este Neo-nuevo-testamento, y de “sacra doctrina infalible” pues, para la mistificación religiosa, implementada por el gran heresiarca Karol Wojtyla. Esa mistificación, con su imponente masa de textos, contrarios a la sencillez y Verdad del Evangelio y la Iglesia, converge, desde el concilio hasta hoy, con los poderes mundialistas que han sometido los pueblos cristianos a la tiranía de los saduceos y fariseos, en nombre precisamente de un Evangelio vilipendiado y adulterado. Pero en el primer plano de sus generalidades obsoletas, gastadas y estériles, se olvida usted de “EL ANTÍKHRISTOS”, sobre el que nos advierte precisamente San Juan; y en el segundo plano pretende usted, como todos los vaticanistas, cismáticos y heréticos insanables, confundir la Fe con autoridad (la de ustedes, entiéndase bien), por donde ¿cómo podría advenir el anticristo en una “iglesia” y una cátedra romana tan “magnífica y segura”, aunque sea ahora, con el polaco, la Babilonia, ebria con la sangre de los mártires y de los justos? Imposible. Sólo queda la solución de Martín Buber y Edmond Fleg, impulsada por las logias judías, a saber: el “mesías” por venir es el único mesías judío, el único “mesías” creíble por ende; el único aceptable (para ustedes, para mí no), precisamente EL ANTÍKHRISTOS, cuyo poder mundial ustedes preparan, alientan e idolatran so capa de cristianismo. Pues el KHRISTÓS (verdadero Dios y verdadero Hombre, el único Señor) ha venido ya y ha resucitado, y debemos avizorar “el reino del Antí-Khristos”, emergente de la “iglesia apóstata”. Y esto derrumba todo su discurso ya mencionado y toda la dialéctica del theríon-pontifex.
2
Por esto con mi respuesta más que desmenuzar sus lamentables conceptos y palabras, en esa y otras oportunidades, o comentar la increíble y nefasta presión judaizante, prefiero enfrentarle la quaestio fundamental: que “el Antíkhristos”, no puede destruir la esencia de la Iglesia, la Ecclesia del credo de Nicea, es verdad; pero puede sí reclutar en la apostasía a la jerarquía entera, con papas, cardenales y colegios episcopales; reclutar tanto a los poderes mundanos, a los judíos y sectarios, en fin, puede posesionarse de las cátedras de la FE —episcopi— y como un Lustiger cualquiera destruir la piedad, la vigencia del Mysterium Eucarístico, en fin la cultura del Misterio Agapístico. En otras palabras, puede adulterar, falsificar, sustituir la semántica de la FE, y negar in totum esa semántica y darla por abolida, pero no “fuera” de la iglesia, sino “dentro” y “desde dentro” de la iglesia. Puede y lo hace; prueba de ello son sus actos y sus palabras, que aunque mitrados atesoran y fomentan la apostasía. Prueba también la inconmensurable ruina de la Iglesia Romana, cuya voz no es maestra de la Fe, sino por el contrario tiniebla de la apostasía. Esa tinieblas cubre ya la entera dimensión de lo que convenimos en seguir llamando “iglesia católica romana”, vaciada de su FE, carente del Logos de la FE; ludibrio de las fuerzas satánicas que la ocupan, en lugar del Paráclito.
No es que usted se haya referido a los “antíkhristoi” o a “el ANTÍKHRISTOS” en su discurso del Jueves Santo, sino por el contrario, que siguiendo la inspiración judaizante omnipresente y soberbia que esclaviza al entero colegio episcopal y purpurado romano, usted lo omite, como siempre; lo niega, lo desconoce, lo escamotea, como dato incuestionable de la FE. Todas sus palabras, argumentaciones y edulcorada eclesiología descansa en este presupuesto: no hay antíkhristoi, ni EL ANTÍKHRISTOS, y contraviene usted la enseñanza explícita de San Juan y de la Ecclesia verdadera, en tiempos precisamente de ostensible poder del Antíkhristos.
Entonces si repetimos la sentencia: vana es nuestra FE sin la RESURRECCIÓN del Khristós, su corolario teológico, absoluto no epocal o de “revelaciones privadas”, como dicen ustedes, rezaría: si no afirmamos que es de FE el advenimiento histórico-concreto de EL ANTÍKHRISTOS, la Resurrección carece de entidad escatológica, es un flatus vocis del poder clerical o del confusionismo sectario de los protestantes, y torna a ser un eje de manipulación judía, frente al entero cristianismo, con todas sus confesiones y sectas. Es justamente la RESURRECCIÓN la que PROVOCA la historia intramundana, desde su centro a su telos, cuya cúspide es “el ANTÍKHRISTOS”.
Estas son, Eminencia, aclaraciones forzosas par a no confundir la quaestio con una disputa interesante acerca de textos (filológica), con un rebrote de finitemporalismo místico y sectario, o con planteos de reduccionismo doctrinal ad usum indigenarum, vestidos de lamentables taparrabos (la teología jesuita desde el siglo XVI hasta ahora, al menos en América), ni confundirla tampoco con un emocionalismo místico o pseudomístico cuestionable y sustituible por otros pormenores de la piedad conformadora, como podría ser la devoción, muy respetable, del via Crucis. No. La Ecclesia en la medida que reniega de Cristo, en la medida de la APOSTASÍA, conocerá el poder del ANTÍKHRISTOS; y viceversa, en la medida en que oculte la realidad escatológica del ANTÍKHRISTOS, corromperá la FE y provocará su advenimiento y su poder.
Por tanto, si el judaísmo es la negación de Cristo, Hombre verdadero y Dios verdadero, su larvada, oculta u ostensible infiltración y expansión en la Ecclesia, desde “papa” a los “descamisados” del mundo, desde “obispos” a los poderes de la tierra, a las potencias temporales, definirá la hora (kairós) del Anticristo, y éste se acercará physicamente, históricamente. De ello estamos advertidos, y esta advertencia tórnase signo de la FE, íntegra y vivida. No se trata pues de una propaganda sectaria, al modo de tantos herejes antiguos y modernos, que representan una invasión del apocalipsis judaico, distinto por naturaleza de la Revelación (apokalypsis) mystérica, teándrica y cristiana. No confundamos pues las cosas con las perspectivas de tantas y tantas sectas, criaturas prefiguradas del Anticristo.
Eminencia, resumo pues estos preliminares, antes de entrar en el corazón de la quaestio, propiamente dicha.
1º) Todo Juan Pablo II y todo Juan C. Aramburu, “cardenal” primado (depuesto) de Argentina, presumen de facilitar el poder de la sinagoga de Satanás, descripta por San Juan en el capítulo VIII de su Evangelio; y por ende velan la revelación auténtica y cierta sobre EL ANTÍKHRISTOS, y defondan la FE.
2º) Para nada se menta la realidad physica, histórica, teológica, política del ANTÍKHRISTOS (ni del poder de sus predecesores, los antíkhristoi), dato inexcusable sin embargo de la FE Íntegra y Verdadera. Por ende trabajan por su advenimiento, no por el “reino” del Señor.
3º) La “iglesia” de Vaticano II, regida siempre por un ANTÍKHRISTOS, culminante ahora con éste, poderoso como theríon-pontifex, que usurpa manifiestamente la cátedra de Roma, esa “iglesia” pretende tiránicamente profundizar, expandir y afianzar la apostasía consumada de la entera congregación de los fieles. Prepara pues con su poder ecuménico el reino de “el” ANTÍKHRISTOS, según define San Juan. Eso es todo. Me propongo por ello, en la respuesta, retemplar la doctrina acerca del Anticristo, para deslindar Ecclesia et Synagoga Satanae y para reasumir en mis modestas palabras la secular vigencia de una autoridad venerable, la de San Juan Theologo, mi maestro en la ciencia del Logos. Y también para testimoniar, con qué precariedad por supuesto, que el Mysterio de la FE es invulnerable a los “antíkhristoi” o a “el” ANTÍKHRISTOS.
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ANTÍKHRISTOS: he aquí una palabra, un título, una semántica, por ende una “función” y un “perfil” HISTÓRICO. Comencemos pues por ella. Por esto, como signo de la ya larvada apostasía, sabemos que Mélanie, que debió recordar en la literalidad del mensaje de La Salette, la palabra Anticristo, repetida en tres o cuatro párrafos distintos, sorprendida preguntó: “¿Qué es el Anticristo?”. Y también como signo, para toda la Ecclesia romana al borde de la apostasía, San Pío X, comienza su primera encíclica E Supremi Apostolatus (1903), subrayando la doctrina acerca del Anticristo (parágrafo 4 “Los hombres contra Dios”, en San Pío X, Escritos Doctrinales, Ed. Palabra, Madrid 1975. Texto bilingüe): Tanta scilicet audacia, eo furore religionis pietas ubique impetitur, revelatae fidei documenta oppugnantur, quaeque homini cum Deo officia intercedunt tollere delere prorsus praefracte contenditur! E contra, quae, secundum Apostolum eundem, propria est Antichristi nota, homo ipse, temeritate summa in Dei locum invasit, extollens se supra omne quod dicitur Deus (…). In templo Dei sedeat, ostendens se tamquam sit Deus (p. 18-20, de la ed. cit.). Cuya traducción literal es como sigue: “Y en verdad con desmesurada audacia, y con ese su odio por todas partes se ataca la piedad de nuestra religión, se combaten las doctrinas de la FE revelada, procurando suprimir todo vínculo sagrado entre hombre y Dios, y se lucha obstinadamente más bien para borrarlos; y en cambio lo que se yergue, según el mismo Apóstol, es connotación propia del Anticristo, el hombre mismo, con suma temeridad, ha inva- dido el lugar de Dios, exaltándose sobre todo aquello que recibe el nombre de Dios (…) De modo que se siente en el templo de Dios, mostrándose como si fuera Dios”. Y en el párrafo anterior había señalado cauta pero firmemente: “el prólogo de los males que debemos esperar en el fin de los tiempos, neve filius perditionis (…) iam in hisce terris versetur 2.
Pero en fin comencemos por esa palabra, como cuadra a todo buen filólogo y teólogo cuyo ejemplo nos dan los padres y los buenos comentaristas y místicos hasta hoy. Si la palabra, el título con que Khristós se entrega a los hombres no es indiferente, tampoco podría serlo otra palabra o variatio semántica, que existe precisamente por referencia al centro contundente y explícito de toda significación. La relación también es verdadera, sobre todo en este caso que, como vamos a ver, desentraña el profun- do misterio de una historia que pende del poder del ANTÍKHRISTOS. Por esto, la rabinización de la Ecclesia romana, y en ella la adulteración del credo atanasiano, se manifiesta por la extinción de la lumbre semántica de ANTÍKHRISTOS, extinción que conlleva la extinción de Khristós, como quieren los fariseos y saduceos, antiguos y modernos. Y en esta doble sentencia he resumido ya la oscuridad de la iglesia hodierna —la de su supuesta autoridad y primado, que por mi parte niego resueltamente— y la oscuridad en que vive la FE. Pero ya lo advirtió el Mensaje de La Salette (cuestión privada para uste- des, como he subrayado, no para mí, que considero los “signos” como manda el Señor y el Evangelio). Pues justamente, como ya dije, el Mensaje de la Montaña, de La Salette, habla del Anticristo, en un siglo carnal y estúpido, que pone los fundamentos de este desprecio por la FE y por la semántica de la FE. Le transcribo un párrafo pertinente, que dice en traducción literal: “Habiendo sido olvidada la santa Fe de Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo (…) Durante este tiempo nacerá el Anticristo, de una religiosa hebrea, de una falsa virgen, que tendrá comunicación con la antigua serpiente; su padre será “obispo” (…) Roma perderá la FE, y se transformará en la sede del Anticristo (…) La Iglesia será eclipsada (…) La FE sola vivirá” (op. cit. p. 21-28). Por cierto, Eminencia, al estúpido siglo XIX, bajo la conducción de la “ciencia”, las “logias” y la “revolución”, ha seguido este estupidísimo siglo XX, que tuvo su lumbre sin embargo en Pío X y Pío XII, a quienes nadie creyó ni obedeció, y menos obviamente el estamento de la alta clerecía, y la ignorancia del clero desinformado y dócil. Esta clerecía esgrime la teología de la obediencia, si conviene a sus designios de mistificación y adulteración u ocultamiento; o la teología de la subversión, si conviene a su apostasía y a su alianza con las fuerzas oscuras que gobiernan el mundo y a sus designios de poder. Por la primera dicen: “No se habla más del ANTÍKHRISTOS, se habla del ecumenismo y de la alianza con la sinagoga; por la segunda, instalan en la cátedra romana a “un” antikhristo, que erosiona y destruye la FE. ¡Y siguen llamándole Santo Padre a quien se debe obedecer desde luego! O tempora, o mores! Y dicen: —Es mejor obedecerlo aunque nos equivoquemos con él. Nosotros sabemos que es “ANTÍKHRISTOS”, pero deben acatarlo y seguirlo, porque la cátedra de Roma lo limpia—. Anathema sit!
Pero existe un término —ANTÍKHRISTOS— que ya un niño de catecismo podría entender sin mucho libro, que en cuanto a su comprensión y extensión lógicas, en cuanto a su suppositio, como diría Juan de Santo Tomás, o a su semántica como enseño desde hace más de cuarenta años, depende de Khristós. Pero, Eminencia, debo reafirmar en una sola sentencia lo que separé por conveniencia expositiva: ni en Khristós ni en ANTÍKHRISTOS creen ustedes, enseñados por ese teósofo, antropósofo y gnóstico polaco, que funge con autoridad usurpada y caduca, es decir, írrita y sin ningún efecto canónico. El “antropósofo” Karol Woytila se permite entonces vilipendiar a la Iglesia perseguida, con su sexualismo y feminismo, horrenda alquimia de un anticristo. He ahí pues juntas “teología de la obediencia” y “teología de la subversión”, juntas en una sola Roma apóstata.
Avancemos sin embargo en la ruta que le propongo, si es que usted no destruye con ira este quemante papel, quemante con las llagas de Cristo, de cuyo discípulo, repito tengo mandato explícito de repetir las palabras que son el núcleo o cifra de esta imperita respuesta a un cardenal primado depuesto, eo ipso aut ipso facto, como dice Paulo IV, hace cuatro siglos y medios casi. “Diles —manda el Theólogo— que recuerden ‘los’ antíkhristoi, en función de ‘EL ANTÍKHRISTOS’. Diles en fin que perecerán junto con su ‘maestro’ polaco, satánico en la destrucción de la Iglesia Crucificada, a cuyo pie lloro sin consuelo y busco me acompañes en América con tu palabra de fuego”. Quedo estupefacto y medito, y esta es mi meditación. Quisiera callar y no escribir, pero NON POSSUM. La voz de San Juanurge y lacera, y la tiniebla horrenda pletórica de rostros infernales, esa tiniebla espesa de mentiras, adulteraciones y concupiscencias rodea, como una muralla siniestra, al mundo y a la Iglesia, tiniebla consolidada, cultivada y regenerada constantemente por la apostasía. Allí crece el poder del ANTÍKHRISTOS, contra el que nos previene San Juan.
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En el Nuevo Testamento el término ἀντíχϱιστος es exclusivo de San Juan, y más concretamente de sus epístolas I y II. Le anoto los lugares concretos, para que sus doctas comisiones —que estudian de todo, menos lo que atañe a la FE—; para que sus doctos helenistas, retemplen la enseñanza que deben al pueblo cristiano, sin falsificaciones ni manipulaciones semánticas, a las que fue acostumbrada América para la mistificación, diseminada y reconfortada por la Compañía de Jesús. Pues está demás decir que por no saber griego; la estéril iglesia argentina no puede entender a San Juan, y menos ahora en la innoble mescolanza ecuménica y su fraude constitutivo y corruptor. De cualquier modo, los lugares son en suma: I. 2. 18 y 22; II. 7 y I. 4. 3, muy importante por lo que sería la variante más antigua del texto —y la de mayor autoridad de acuerdo con la tradición manuscrita—, por lo que podríamos llamar la definición del Anticristo. ¿Quién impuso en la Iglesia romana una opción de la Vulgata, y quien impidió en todo caso el conocimiento del texto del Apóstol? Ahí empieza la sutileza del “reino del Anticristo”, que vela su perfil semántico inconfundible en las polémicas judaizantes de la primera iglesia, quizá incluso en vida del mismo San Juan.
Estos son los textos que ustedes —“cardenal primado”, supuestos papas difuntos o no, o sea, Paulo VI en particular, desde luego el ocupante y usurpador actual de la cátedra romana, Karol Wojtyla, que cumple acabadamente en su “reino” la sentencia de I. 4. 3, y es en consecuencia “anticristo”, casi pleno; en fin textos que ustedes o desconocen, o escamotean, como los judíos y judaizantes de todas las épocas; o desfiguran y edulcoran sobre todo como dije por influencia del pacto actual con la Synagoga Satanae, y por obra de los nefastos “doctores” de la Compañía ignaciana. Estos son los textos sin embargo que la ECCLESIA no olvidó nunca en su cautiverio, por lo menos hasta San Pío X. No enseñar esta semántica y esta doctrina de San Juan es descalabrar, corromper y finalmente anular la FE, como proferición de la FE in Ecclesia, a fin de constituir una “iglesia” y un ecumenismo anticrístico que “ha disuelto al Salvador” (San Juan I. 4. 3). Se cumple también aquí lo de La Salette: “l’Eglise sera eclipsée”, porque es eclipsada según la definición cabal del “anticristo”. No se trata de describir catástrofes cósmicas —que existirán por supuesto—; se trata de la catástrofe semántica, que provoca el “anticristo”, para sustituir a Cristo, es decir, “eclipsar al Salvador”, con cualquier maniobra, manipulación, tiranía de la “obediencia” o de la “subversión”. Y no en vano el lema que San Malaquías adjudica a este pontificado, confirma el texto de La Salette: “de labore solis”, que en buen latín, como lo he explicado ya desde 1978, quiere decir “el eclipse del Sol”. Y no se precisa ser muy erudito para saber que en el lenguaje simbólico del culto, la mystica y la tradición exegética “sol” es igual a “KHRISTÓS”.
El compuesto griego ἀντíχϱιστος conlleva ese prefijo anti- que justamente presenta dificultades para el imperito, por su densidad significativa, trasladada a la densidad semántica del compuesto. Pues el griego cristiano conservó una característica muy importante de la lengua griega desde sus orígenes, a saber, la posibilidad compleja de variaciones semánticas por las raíces, los sufijos, pero además por las variaciones insólitas inesperadas de los compuestos, que el latín no puede combinar como el griego.
Dos líneas significativas comporta el prefijo:
l) semejante a la que se conserva en latín y en las lenguas románicas, o sea, contrario, adversario, opuesto, etc. Pero en griego clásico, primero, y luego en el griego cristiano, derivado en mucha parte del griego helenístico, no basta esa acepción que anoto como número uno. Pues, por ejemplo, si los héroes son llamados antítheoi sería imperdonable traducir contra, adversarios de los dioses. No, los héroes ocupan en el mundo ensombrecido el lugar de los dioses, en el mito por supuesto, o en el paganismo como dicen los rabinos judíos y eclesiásticos. Esta acepción de anti corresponde pues notoriamente al griego clásico, y es muy importante para no confundir lo inconfundible. Pero ya he dicho que incluso en el griego clásico, helenístico-cristiano compórtase el prefijo con otros matices, que en el griego cristiano sobre todo, tratándose de sutiles modulaciones semánticas, impuestas o elucubradas en general por los grandes heresiarcas — como Arrio, Nestorio, Montini, Wojtyla— habrá que considerar con cuidado, sapiencia e inspiración.
2) La segunda línea sería pues en lugar de, en sustitución de y por consecuencia contra, adversus, etc. Ningún heresiarca ha pretendido “ser” en lugar de el Hijo de Dios; siempre han estado contra. La característica del anticristo no sólo es estar contra, sino maquinar con su poder para ser en lugar de Cristo in Ecclesia y en el mundo por supuesto. Pero San Juan, en las breves sentencias que exhibe en su texto, nos orienta hacia el segundo sentido de anti-, que es por otra parte el específicamente griego y el específicamente concurrente con la FE. Por esto hablo de griego cristiano, agapístico, no según los esquemas de las historias lingüísticas solamente, sino según lo que tantas veces he explicado, enseñado, advertido: QUE LA FE, POR SU CONDICION TEÁNDRICA, ES PROFERICIÓN de la FE, o sea, ES SEMÁNTICA. Todo lo demás que puedo mentar resulta adventicio, marginal o complementario para el campo semántico del prefijo, y por ende del compuesto.
Y ahora viene, según este horizonte lingüístico-semántico, la visión histórica y teológico-profética del Apóstol, rememorada después del Apocalipsis y de las epístolas de San Pablo. De ellas no nos ocupamos ahora. Distingue San Juan entre antíkhristoi (en plural), los anticristos, o sea los que en el decurso de los tiempos pretenderán estar contra Cristo, pero sobre todo ocupar el lugar de Cristo, de variable modo incoativo, potencial, pero no absoluto. Y el ANTÍKHRISTOS (en singular con artículo) que es la cúspide de esa larga serie o curva misteriosa que, iniciada en la antigüedad cristiana, sigue sin pausa hasta la culminación, única y definitiva de “el anticristo”, o en “el anticristo”, dentro de la Ecclesia, y mediante la apostasía o adulteración de la FE, o sea, según mis explicaciones, adulteración,manipulación, anulación de la SEMÁNTICA DE LA FE.
Los textos fundamentales, como dije, corresponden a las Epístolas I y II, y de ellas recobramos la fisonomía fundamental que ha desplegado la tradición hasta nuestros días. Y es esto lo que niega la iglesia apóstata de su “eminencia”, junto con su “papa” y “colegio de cardenales”, obsoleto, nulo, absolutamente nulo. Pues aunque sea de paso, quiero clarificar este horizonte: el colegio cardenalicio ha cesado de existir entitativamente y canónicamente. Luego, no hay más “eminencias”, como usted comprenderá. Pero ésta, siendo cuestión muy grave, es un asunto marginal ahora. Y en cuanto a su “papa”, se trata de un mero ocupante y usurpador de la sede romana. No es “vicario de Cristo”, porque en cuanto quiere ser “en lugar de Cristo” resulta que integra la diacronía de los antíkhristoi, según expliqué. Más cerca sin embargo de las notas esenciales del Anticristo.
1)Uno y otros (el y los) proceden de entre los fieles, o tenidos por tales. En la eskhate hora, llega antíkhristos, y ya muchos antíkhristoi han acontecido, con variable incidencia en los preparativos, prolegómenos y prólogo inmediato de EL Anticristo.
2) De entre nosotros han salido, pero no eran de los nuestros. Están y cumplen funciones en la Iglesia, pero no son de la Iglesia, y aunque ostenten títulos, dignidades, oficios y jurisdicciones carecen de autoridad, repito, porque están ipso facto depuestos. Se comprende entonces la intención de la Bula de Paulo IV y del Breve de San Pío V 3; se comprende el intento ilustrado y notable de Paulo IV, cuando encara directamente los estamentos de la más alta jerarquía, sin excluir la posibilidad de un papa no sólo devius a fide, sino simplemente nulo.
3)el mentiroso, que no sólo miente de la fe y la doctrina, sino que niega: —Jesús no es el Cristo—; ése mentiroso absoluto, ése pues es el ANTÍKHRISTOS, el que niega al Padre y al Hijo, nacido en la carne mortal (II. 2. 18-24).
4)Pero luego en el capítulo 4. 3-4 afirma enfáticamente el apóstol: el antíkhristos es ὁ λύει τόν Ἰησοῦν (el que disuelve a Jesús es decir, al Salvador de los hombres). Esa es la lectura original del texto griego, manipulado quizá desde muy antiguo. Es decir, disuelve su vínculo teándrico, divino-humano (verdadero Dios y verdadero hombre). Recordamos entonces la importancia del Concilio de Calcedonia, que corona el edificio de la FE TRINITARIA. He ahí lo que ataca y disuelve “el” anticristo. Karol está precisamente muy cerca de esto, más cerca que Nestorio o Lutero. Resulta por lo menos uno de los más grandes heresiarcas de la Iglesia, y desde dentro de la Iglesia. Pero ni Arrio ni Nestorio fungieron con autoridad apostólica, no digo de papa, pero ni de arzobispo ni patriarca. Y en cuanto a Lutero era un monje sin jurisdicción alguna, ni otra jerarquía que la de magister theologiae.
5)En la epístola II. 7 dice San Juan que “se han descubierto en el mundo muchos impostores, que no confiesan que Jesucristo haya venido en carne. Este tal es un impostor y un anticristo” (traducción Straubinger, que sería menester confrontar bien con el griego. Pero lo dejamos así: es suficiente).
Tenemos pues por las epístolas I y II (San Juan) un perfil formidable de “los” anticristos y de “el” Anticristo. Por esto, de todo el contexto, en particular de la sentencia ho lyei ton Iesoun, el Anticristo es coronación de los que sustituyen a Cristo, dentro de la Iglesia.
Esta historia comienza en la Synagoga, y aun antes con la muerte de los profetas. Sigue en la Iglesia Primera y en todas sus edades hasta hoy, pese a las advertencias inequívocas de papas legítimos cercanos (Paulo IV, León XIII, Pío X) y culmina con un anticristo el más poderoso que jamás produjo la Iglesia: Karol Wojtyla, “quien disuelve a Jesús”, y con él la Fe, la semántica de la Fe y la Sacra Tradición, que son, a imagen de Cristo, forzosamente teándricas.
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Resumo para no confundir el camino y extraviarnos en pormenores, importantes, pero complementarios:
1) el término es propio de San Juan, y más concretamente de Epístolas I y II. Ello no significa que el “personaje” y su perfil y función, no estén mentados y significados en otros textos importantes del Nuevo Testamento, en particular San Pablo. Pero de esos textos no me ocupo aquí, porque son otros términos, y otras particularidades semánticas. La advertencia vale para subrayar que no practico ninguna omisión, que por otra parte no afecta para nada la determinación semántica que aquí planteo, esencial para la integridad y completidad de la FE.
2)San Juan distingue entre antíkhristoi (plural) y “el” ANTÍKHRISTOS (singular). Los primeros forman una serie, una diacronía de maldades, perversiones, negaciones y ocultaciones, fungentes en personajes concretos, históricos inconfundibles. El Anticristo (singular) constituye una coronación, una madurez, una sustitución, lisa y llana, de Cristo (anti-Cristo), una subversión absoluta y esencial; o en términos congruentes una sincronía de poder mundial, de mistificación mundial y religiosa, de impiedad concreta y tiránica, recubierta con la imagen del Cordero, y por ende una FE traicionada y subvertida en su expresión temporal, histórica, concreta, es decir, una “revolución totalitaria” tiránica en la proferición de la Fe. En suma, Cristo es desplazado y eclipsado por el antiCristo; la Pistis, por la anti-Pistis; la Ekklesía por la anti-Ekklesía; la Parádosis (Traditio), por la anti-Parádosis, el Cáliz por el anti-Cáliz, etc., usado siempre el prefijo en el sentido griego.
los anticristos (plural) y “el” Anti-Cristo (singular) proceden “de entre nosotros, aunque no eran ni son de los nuestros”, o sea, proceden de adentro de la Iglesia, y más concretamente de sus jerarquías, estamentos y funciones que atañen al cuidado de la FE y la Sacra adición. El Anti- Cristo es un parto de la iglesia apóstata y adúltera.
4) Las notas fundamentales del Antí-Khristos, son tres:
a) sustituye la autoridad del Logos encarnado, es anti- en sentido griego. Lo niega por tanto absolutamente;
b)disuelve la unidad teándrica de Cristo (no en la realidad desde luego, sino en el magisterio) y distorsiona y disuelve la Fe (en lo que he llamado la Semántica de la Fe);
c) por su errática y diabólica acción y poder ataca el Mysterio Trinitario, y por ende consuma la apostasía de la “iglesia”, que él dirige de propia autoridad. El Antí-Khristos es pues Autoridad que funge contra la Fe.
Tales son las enseñanzas, explícitas o implícitas, del Apóstol San Juan, confirmada, venerada y exaltada en veinte siglos por la via crucis de la Iglesia y de la Fe. Nosotros podemos pues clarificar estos tiempos oscurísimos del siglo XX (in fine) con la lumbre de San Juan y definir en el precario discurso humano lo mismo que estampó el genio pictórico de El Greco, en sus retratos de San Juan Joven, a saber: del cáliz que sostiene el Apóstol, generalmente con la mano derecha, surge un dragón en miniatura, o bien literalmente se baña un dragón, que encuadra por su tamaño pequeño entre los bordes del cáliz, pero sobresale nítidamente de él, mientras la mano izquierda del Apóstol lo señala, con gesto tranquilo, firme, pero extrañado, y mientras los ojos profundos y melancólicos miran directamente el rostro del espectador posible del cuadro 4. He ahí pues la profecía y enseñanza del Apóstol, transformada en magistral y terrible imagen pictórica de un genio religioso greco-hispánico.
En lugar de la Sangre de Cristo, el dragón campea en su ámbito preferido. ¿Quienes pueden ser los que le dan acceso al vaso sagrado, sino LOS QUE TIENEN PODER SOBRE EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO? Porque tienen ese poder, pese a la apostasía, por eso el dragón ocupa el Cáliz de Cristo. No es que el Santo Grial esté mancillado por un pecado. Simplemente está colmado del Maligno, del Ponerós, como se dice en el Padre Nuestro.
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Eminencia, todo lo que expongo muy sumariamente y desde luego muy precariamente, brilla sin duda con la doctrina incorruptible de San Juan. Y según ese brillo y esa lumbre, se perfilan por contraste las poderosas tinieblas de Roma apóstata, que usted sirve en la apostasía, para arrastrar a todo el pueblo fiel, como la cola del dragón a desprevenidos viajeros o peregrinos, sedientos del Cáliz del Señor. Pues usted es ministro del dragón, es decir, de quien inviste “los signos del Cordero, pero habla como el dragón” (San Juan, Apocalipsis, capítulo XIII. l1: et habebat cornua duo similia Agni, sed loquebatur sicut draco).
Estamos pues en la apostasía que alcanza a generar un Theríon-Pontifex (que se autotitula Papa Juan Pablo II). Es insanable la Ecclesia por recursos humanos. Por eso en medio de la desazón que cunde, me propuse:
1º) proclamar la semántica de la FE, la PARÁDOSIS, y denunciar la apostasía oficial de Roma;
2º) demostrar que sin la revelación que procura definir la impostura del Anti-Cristo, es imposible revivir la FE, y por ende es imposible combatir la apostasía.
Completemos por eso, Eminencia, la desdichada Argentina. Los capítulos mysticos, teológicos, doctrinales, escriturísticos, litúrgicos; los capítulos de clarificación semántica cobran sentido en función de esta Argentina desarrapada y violenta, adulterada y cínica, en las garras del dragón; cobran sentido a la luz de la sentencia joánica: Antí-Khristos es el que disuelve a EL SALVADOR DE LOS HOMBRES.
¿Qué hacer? Mi voz será sofocada y mi persona vilipendiada. Importa poco eso, o nada. La Semántica sin embargo comporta el Mysterio teándrico de Cristo, y vale per se y no por quien la profiera; vale además absolutamente; una vez proferida perdura, en el aire cósmico que la recepta y la entrega al Espíritu Paráclito, para que la trasiegue, la plenifique e ilumine, y la haga un viviente, cuando todo parece morir. La semántica se incardina en la Espiración del que Procede, y opera el milagro de la lumbre en el aire invisible, pero audible, que nos liga a los antiguos. Pues la Semántica Divina es “oír”, es “lo audible”, lo que en la vibración sonora y luminosa regenera el ente originario, el Paraíso de la luz teándrica; y por ende el hymnein de los ángeles. La Ecclesia vive, ha vivido y vivirá de esta audible lumbre intemerata. Ningún poder tiene en ella “el” Anticristo, apenas una Sombra, que funge en las maldades de los hombres, por interpósita insidia del Maligno y Mentiroso, descripto ya por nuestro Maestro San Juan Theólogo, en el capítulo VIII de su Evangelio Consolador, como el Espíritu.
CARLOS A. DISANDRO
LAUDETUR SANCTA TRINITAS
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excelente articulo. pienso lo mismo que dicen en el y es que el anticristo es un colectivo y que se ha manifestado mas claramente desde Roncalli. fijate lo que dice 2 Tesalonicenses 2 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. el templo de Dios es la basilica de san Pedro ,La nueva Religion del vaticano II que le rinde culto al hombre no es acaso el hombre haciéndose pasar por Dios? es un colectivo con Montini y karol wojtyla ha mostrado el rostro idolatrico descaradamente. nosotros como católicos sabemos que el tercer templo de jerusalen no es el templo de Dios. a mi me parece que esa idea de que saldrá un politico Judio seductor que se sentara en el tercer templo de Jerusalen y bla bla bla es simplemente un despiste para no darnos cuenta lo dentro que estamos en el final de los tiempos y que la venida de nuestro señor es inminente. lo que no entiendo es la mención de los 2 testigos del apocalipsis, siendo que cuando venga nuestro señor. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8) como es que aparecerán los 2 testigos y la gente aun no tendrá fe?
Lucas 17:27-30 27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.28 Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;29 mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.30 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
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Bruno: Los Dos Testigos son enviados por Dios EN EL MISMO TIEMPO que aparece el Anticristo PERSONAL (al «anticristo colectivo» nos es otra cosa que la Ramera apóstata e idólatra que conduce a la adoración del Inicuo, el HOMBRE (singular en San Pablo) DE PECADO: el Anticristo Adversario de Cristo revestido con todos los poderes del Dragón Infernal, tal como lo revela San Juan).
No hay que confundir al Falso Profeta como si fuera el Anticristo, son DOS PERSONAS distintas con un mismo fin: la adoración de Satanás, secundados y apoyados por el «anticristo colectivo» y todas las potencias seculares apóstatas de la Fe en Dios Uno y Trino y en Su Enviado Jesucristo, fundador de la Unica Iglesia que salva y con una Unica Religión que une al hombre con Dios. El NOM es el imperio anticristiano con caracteres pseudo-religiosos cuya cúspide ocupara el Anticristo PERSONAL. Los Dos Testigos son enviados a predicar con el fin de CONVERTIR a los hombres y conducirlos al Unico redil de Jesucristo, que es la Iglesia Católica, «fuera de la cual NO HAY SALVACIÓN» como no la hubo fuera del Arca en tiempos del diluvio.
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Los dos testigos son enviados por Nuestro Señor Jesucristo a la gran ciudad, llamada espiritualmente Sodoma y Egipto, dónde el Señor fue crucificado, lo cual como algunos sacerdotes suponían, y predicaba san Irineo de Lyon, ese lugar donde reina o reinará, el monstruo, es la tierra: deicida. Fundador del Instituto del Templo(y jefe del sanhedrin, inaugurado en año: 1987) , en un audio de una conferencia en Jerusalén el 9 de septiembre 2015, comenta todo lo que ellos, deben hacer e imponer, y como si fueran Dios en la tierra, a los no-judios. Y por el otro conforman una religión masonica, mundial de la paz seguridad y diálogo, las dos caras de satana, mientras continúan, con sus genocidios, planificados.
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María:
Una aclaración respecto a los Dos Testigos.
En el Eclesiástico leemos: «Enoch agradó a Dios y fue transportado al paraíso para predicar al fin del mundo ( o sea «al fin de los tiempos», mucho antes que acontezca el «fin del mundo») la penitencia A LAS NACIONES» (XLIV, 16).
Y de Elías (Profeta de Israel) : «Yo os enviaré el Profeta Elías antes que venga el día grande y terrible del Señor». (Malaquías IV, 5).
Terminarán su misión en 1260 días, y se encontrarán en Jerusalén, lugar donde malamente impera el Anticristo, y este los martirizará . (Apoc.XI, 7-8).
Lo cual significa que son enviados por Dios NO SOLO para Israel sino para predicar la conversión y penitencia a todos los habitantes de la tierra, durante el mismo período del Anticristo y antes de la Parusía de Cristo-Rey.
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Simón Del Temple, gracias porque siempre citaban un versículo y no sabía cual de eclesiástico era.
La tradición siempre dijo que eran, Enoc (Génesis V, :24) y Elias,( II Reyes II,1) considerando que Juan el Bautista, el mayor profeta, era el Espíritu de Elías, también el nombre de Juan se lo dio el arcángel Gabriel, a su madre, y además Elías junto a Moisés, con san Pedro, san Juan y san Santiago, estuvieron presentes en la transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo. (san Mateo XVII, san Marcos y san Lucas IX)
Me referí al tiempo del fin,cuando ambos testigos, seran asesinados por la bestia, porque a veces dicen que es Roma, o la ciudad del Vaticano, por eso de : Roma perderá la fe y será la sede, sin completar toda la profecía del Apocalipsis, de san Juan. Hay que confirmar siempre,que ambos santos profetas, o los dos testigos de Apocalipsis XI, son, de la nueva y eterna alianza, y de la Iglesia, pura y santa del Cordero de Dios.. Nuestro Señor mismo les dice a los discípulos, que Elías regresará.
Porque todos los profetas y la ley hasta Juan profetizaron. Y si queréis recibir, él es aquel Elías que había de venir. El que tiene oídos para oír, oiga.San Mateo XI.
Y como descendieron del monte, les mandó Jesús, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos. Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen, pues, los escribas que es necesario que Elías venga primero? Y respondiendo Jesús, les dijo: a la verdad, Elías vendrá primero, y restituirá todas las cosas. Mas os digo que ya vino Elías, y no le conocieron; antes hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del hombre padecerá de ellos. Los discípulos entonces entendieron, que les habló de Juan el Bautista.San Mateo XVII. Gracias Simón.
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María, lo bueno de hablar de las cosas de Dios es que uno se enriquece mutuamente. Debemos agradecer al Buen Dios que nos mantiene con Sus Gracias, en la firmeza de la Fe y en el combate por la Iglesia Católica. Dios sea loado!
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Amén y gracias Simón.
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