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INFALIBILIDAD PONTIFICIA: PIGHIO, SAN ROBERTO, SAN ALFONSO


[Es republicación del post del año 2018 publicado por estas fechas]

 

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« Simón, Simón, he aquí Satanás que os busca para zarandearos como a trigo. Pero Yo he rogado por tí para que tu fe no falle. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos. » (Lc. 22, 31-32)

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San Alfonso María de Ligorio escribió, en referencia a lo dicho por el propio Belarmino: “Si el Papa, como persona privada, cayese en la herejía”, pues el Papa, en cuanto Papa, es decir, dando sus enseñanzas EX CATHEDRA a la Iglesia universal, no puede enseñar ningún error contra la fe, dado que la promesa de Jesucristo no puede dejar de realizarse, a saber, que las puertas del infierno no prevalecerían jamás contra la Iglesia….” “Que algunos papas hayan caído en la herejía, algunos han tratado de probarlo, pero no lo han probado, ni nunca lo probarán; nosotros vamos a probar claramente lo contrario en el capítulo X. Pero además, si Dios permitiese que un Papa fuese hereje notorio y contumaz, éste dejaría de ser Papa, y la sede quedaría vacante. Mas si fuera hereje oculto, y no propusiese a la Iglesia ningún dogma falso, entonces no causaría ningún daño a la Iglesia, pero nosotros tenemos que presumir con justicia, como dice el cardenal Belarmino, que Dios no permitirá jamás que ningún Pontífice romano, ni siquiera como hombre particular, llegue a ser hereje notorio ni siquiera oculto “ . OEUVRES COMPLÉTES DE SAN ALPHONSE DE LIGUORI, Docteur de l’Église. Oeuvres dogmatiques, t. IX: Traités sur le Pape et le Concile: “Défense du pouvoir supréme du Souverain Pontifice contre Justin Fébronlus” 1881; réimpressiom 1975, Gent, Belgium).Sigue el Santo doctor a “apud Bellarmino: de Romano Pontífice, liber 4, cap. 3)».

Mi propósito en este post es  volver a precisar cosas dichas en este blog sobre la infalibilidad pontificia. La razón es porque se lee en numerosos  blogs, y particularmente también se oye un día sí-o un domingo sí- y otro también cosas alejadas del recto sentir católico.

Muchos «falibilistas» reprochan a los «infalibilistas» cosas tan peregrinas como el necio calificativo de «papolatría» alegando que los papas se equivocan (así en general) muchas veces. La primera precisión es que nadie niega eso. La infalibilidad no se refiere a los errores en que pueda incurrir como persona privada o como Maestro Supremo de la Iglesia, en su enseñanza, aun  Ia oficial -o desayunando con sus «familiares»- sobre materias como la Astronomía, Geografía, Historia, Estrategia internacional, Política, matemáticas, física y química, o hechos de la actualidad,  en una palabra en todo aquéllo de lo que cualquiera puede hablar. La «infalibilidad» se refiere únicamente a las materias de Fe y costumbres, y todo lo necesariamente conexo con ello.

Parece mentira que haya que hacer estas precisiones, sin duda contra la malicia de los que hacen mofa de los «infalibilistas» (por ejemplo en esta cita llena de «sapiencia» hablando en la primera persona de un pobre infalibilista:

porque estoy divinizando la persona del papa y lo convierto en un Tutankamón, Moctezuma o César y los convierto en un intangible divino e intocable, infalible en todo.   No señor.

.. achacándoles, neciamente, lo que nunca han dicho, haciendo como si extendieran la infalibilidad a cosas cotidianas, domésticas, y en definitiva absurdas.   Quizás no habría sido necesario hacerlo si se hubiere leído el catecismo. Por ejemplo el “Catecismo de la Doctrina Cristiana” de «San Pío X» [el publicado en 1912 que corrige en el punto 116,   a los números 199 y 200 del llamado Catecismo Mayor de 1905, llamado “mayor” sólo porque estaba destinado a la enseñanza de los niños mayorcitos del ciclo escolar]. Dicho Catecismo de 1912 se publicó  para las diócesis italianas, y que siendo una autorizada interpretación del célebre canon del concilio Vaticano, enseña de esta manera:

infalibilidad 1

115. ¿La Iglesia docente puede errar al enseñarnos las verdades reveladas por Dios?

La Iglesia docente no puede errar al enseñarnos las verdades reveladas por Dios, o sea, es infalible, porque como prometió Jesucristo, “el Espíritu de verdad” la asiste continuamente.

116. ¿El Papa, por sí solo, puede errar al enseñarnos las verdades reveladas por Dios?

El Papa, por sí solo, no puede errar al enseñarnos las verdades reveladas por Dios, o sea es infalible como la Iglesia, cuando como Pastor y Maestro de todos los cristianos, define doctrinas sobre la Fe y las costumbres.

En la fiel traducción francesa se lee esto mismo así:

115. L’Église enseignante peut-elle errer dans l’enseignement des vérités révélées par Dieu ? L’Église enseignante ne peut pas errer dans l’enseignement des vérités révélées par Dieu ; elle est infaillible, car, selon la promesse de Jésus-Christ, « L’Esprit de Vérité » l’assiste continuellement, (Joan. XV, 26.)              

116. Le Pape peut-il errer quand il enseigne, LUI SEULE, les vérités révélées par Dieu ? Le Pape ne peut pas errer quand il enseigne, lui seul, les vérités révélées par Dieu ; il est infaillible comme l’Église, lorsque, comme Pasteur et Maître de tous les chrétiens, il définit les doctrines touchant la foi ou les mœurs. »

[Es obligado aquí hacer referencia a la edición española (publicada  en Madrid por la FSSPX) del “Catecismo llamado Mayor” publicado originalmente en 1905 y prohibido (é vietato) (dicho esto en la carta al Cardenal Pietro Respighi del papa que acompaña al Catecismo de la Doctrina Cristiana de 1912 y que puede consultarse en el sitio web Vaticano y leerse AQUÍ ), PROHIBIDO   digo por el santo papa San Pío X, que dice lo siguiente:

199. ¿Cuándo es infalible el Papa? El Papa es infalible SÓLO cuando, en calidad de Pastor y Maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema y apostólica autoridad, define que una doctrina acerca de la fe o de las costumbres debe ser abrazada por la Iglesia universal.

200. ¿Qué pecado cometería el que no creyese las solemnes definiciones del Papa? El que no creyese las solemnes definiciones del Papa, o aunque sólo dudase de ellas, pecaría contra la fe, y si persistiese obstinadamente en esa incredulidad, ya no sería católico, sino hereje.

Es de notar las diferencias entre los números 116 del catecismo de 1912 y el número 199 del Catecismo Mayor   [SÓLO o sea solamente tal como aparece en el n° 199, NO ES LO MISMO QUE SOLO,(por sí solo)  ÉL SOLO, DA SOLO, LUI SEUL del no° 116 del Catecismo de 1912] que junto con el siguiente número 200, sugiere la falsedad de que SÓLO el magisterio extraordinario y solemne obligaría al católico, y que el Papa sólo sería infalible en el magisterio solemne. 

[Para todo lo relativo a las diferencias entre los catecismos de San Pío X, consúltese el importante post Los Catecismos de San Pío X]

Ya San Alfonso María de Ligorio había escrito, en referencia a lo dicho por el propio Belarmino:

Si el Papa, como persona privada, cayese en la herejía”, pues el Papa, en cuanto Papa, es decir, dando sus enseñanzas EX CATHEDRA a la Iglesia universal, no puede enseñar ningún error contra la fe, dado que la promesa de Jesucristo no puede dejar de realizarse, a saber, que las puertas del infierno no prevalecerían jamás contra la Iglesia….” “Que algunos papas hayan caído en la herejía, algunos han tratado de probarlo, pero no lo han probado, ni nunca lo probarán; nosotros vamos a probar claramente lo contrario en el capítulo X. Pero además, si Dios permitiese que un Papa fuese hereje notorio y contumaz,[se entiende en su enseñanza privada]  éste dejaría de ser Papa, y la sede quedaría vacante. Mas si fuera hereje oculto, y no propusiese a la Iglesia ningún dogma falso, entonces no causaría ningún daño a la Iglesia, pero nosotros tenemos que presumir con justicia, como dice el cardenal Belarmino, que Dios no permitirá jamás que ningún Pontífice romano, ni siquiera como hombre particular, llegue a ser hereje notorio ni siquiera oculto “ .OEUVRES COMPLÉTES DE SAN ALPHONSE DE LIGUORI, Docteur de l’Église. Oeuvres dogmatiques, t. IX: Traités sur le Pape et le Concile: “Défense du pouvoir supréme du Souverain Pontifice contre Justin Fébronlus” 1881; réimpressiom 1975, Gent, Belgium).Sigue el Santo doctor a “apud Bellarmino: de Romano Pontífice, liber 4, cap. 3)».

Parece evidente también que hay una decidida voluntad de identificar el término «Ex cathedra» con el magisterio extraordinario o solemne.  Incluso se llega, como he oído leído últimamente, a transliterar y falsificar las palabras de Nuestro Señor de esta manera:

El Papa es Infalible sólo cuando confirma (en la Fe) a sus hermanos ex cáthedra.

Pues no señor. La paráfrasis que se hace del texto evangélico es claramente abusiva, si se quiere tomar el término como equivalente a la enseñanza extraordinaria o solemne del papa..

Porque  el término «ex cathedra» (Ver el post sobre ello :Qué quiere decir ex cathedra) no es igual a lo que algunos interpretan torticeramente como magisterio extraordinario. Dejando aparte que es un término relativamente reciente, puede comprobarse su alcance en el uso que hace de él San Alfonso. Citemos antes un texto del enlace anterior:

La Constitución Pastor Aeternus de ninguna manera identifica las declaraciones solemnes con las  definiciones del Papa ex cathedra . Las declaraciones solemnes del Papa son evidentemente definiciones ex cathedra , pero de ella no se deduce en ningún punto  que las definiciones ex cathedra sólo se limiten a las declaraciones solemnes .

Como se deduce claramente de las explicaciones precisas (particularmente del relator  de los Padres del Concilio Vaticano I, el término ex cathedra se opone el término “doctor privado” y señala al Papa, cuando como persona pública, define algo que es parte del objeto primario o secundario del Magisterio . Este término ex cathedra , por tanto,  remite solamente a  la infalibilidad del Papa tanto en  el magisterio ordinario como en el solemne .

El término “ex cathedra” es el equivalente del término “ex officio” . Excluye el  término doctor privado.

De esta manera debe ser entendido el término ex-cathedra  en  el texto de Pastor Aeternus . En conclusión, cada vez que el Papa en su cargo de Papa  enseña,  es infalible. Y es infalible, cualquiera que sea la forma de enseñar, sea  en forma solemne, sea en forma  ordinaria, la de  todos los días. “

Véase lo que se dice en el clarificador post Ex cathedra:

Otro aspecto de suma importancia es el de llevar y traer, zamarreándolo de los pelos, al concepto encerrado en dos palabritas muy mentadas: “ex cathedra”; y para mí que allí esta el origen de todos los errores.
Creo que él solo merecería un libro. Dicen que “ex cathedra” quiere decir “solemne”, y que para alcanzar tal condición se debe hacer explícita mención de la voluntad de dirigirse a toda la Iglesia y además expresar la condición de Pastor Supremo. Por el momento, conformémonos con hojear el Denzinger, compendio de “El Magisterio de la Iglesia”, que está al alcance de todos: sabios y profanos. Este libro lleva el orden cronológico de los papas, de los cuales se extraen las enseñanzas que sientan doctrina..[!Casi todo el Denzinger no sería ex-cathedra, lastima de papael desperdiciado!. En realidad para los «falibilistas es papel mojado] 

Si un obispo o aún un particular consulta a un papa sobre materia de fe o costumbres, lo consulta como a papa, esto es como a pastor y maestro de todos los cristianos. Y cuando él responde lo hace de la misma manera: como pastor y maestro de todos los cristianos. Lo hace ex cathedra, aunque su respuesta vaya dirigida a una persona en particular.
Hay kilómetros de estanterías en las bibliotecas con trabajos de eruditos y sabios y teólogos y filósofos que quieren disminuir el alcance de la expresión “ex cathedra” Y llegará el día en que alguien hasta estipule cuál es el atuendo que tiene que lucir el papa en el momento de hablar ex cathedra.
Pamplinas.

Volvemos a la cita de San Alfonso donde queda claro que usa el término ex-cathedra como opuesto a la enseñanza como persona privada (algunos prefieren decir abusivamente «doctor privado»:

si alguna vez el Papa, como persona privada, cayese en la herejía, se vería al instante despojado del pontificado; pues, como estaría entonces fuera de la Iglesia, ya no podría ser jefe de la Iglesia. En ese caso, la Iglesia, por consiguiente, debería, no deponerlo —puesto que nadie tiene autoridad sobre el Papa— sino declararlo depuesto del pontificado. Hemos dicho: “Si el Papa, como persona privada, cayese en la herejía”, pues el Papa, en cuanto Papa, es decir, dando sus enseñanzas ex cathedra a la Iglesia universal, no puede enseñar ningún error contra la fe, dado que la promesa de Jesucristo no puede dejar de realizarse, a saber, que las puertas del infierno no prevalecerían jamás contra la Iglesia. [Cita en OEUVRES COMPLÉTES DE SAN ALPHONSE DE LIGUORI, Docteur de l’Église. Oeuvres dogmatiques, t. IX: Traités sur le Pape et le Concile: “Dérense du pouvoir supréme du Souverain Pontlf e contre Justin Fébronlus” 1881; réimpressiom 1975, Gent, Belgium]

Igual que el término ex-cathedra, que algunos tergiversan, también es una novedad el término «doctor privado«. San Roberto usa hablando del papa cuando no enseña ex officio  el término   «in quantum hominem   particularem«, y San Alfonso «Persona privada» y también «hombre particular»

La tesis del “papa hereje en tanto que doctor privado” es una novedad (luego falsedad) aparecida en la época moderna. Del siglo I al XVI, estrictamente ningún escritor católico de lengua latina ha empleado la expresión “doctor privado” (Véase el post La fábula del doctro privado.

Pues con esta introducción sobre los términos empleados, vengamos al objeto del post  que es exponer en detalle , lo que dijo Pighio, y lo que de él dijo San Roberto, y la opinión de San Alfonso.

Antes nos referiremos también al abuso y falsedad con que se habla  (como he leído estos días pasados) del  término Tradición. Pero ¿dónde puede estar la Tradición sino en lo que señalan los teólogos,  como por ejemplo  Pighio,  los doctores San Roberto y San Alfonso, y lo que han enseñado los papas? 

Veamos lo que dice y quién fue Pighio:

¿Quién es Pighius? El holandés Albert Pighius (1490 – 1542) era un teólogo muy apreciado por los papas de su época. Compuso un Tratado de la jerarquía eclesiástica (hierarchiae ecclesiasticae assertio,Colonia 1538). En este tratado sobre todo en el libro IV, ch. 8) Pighius demuestra que un papa está en la imposibilidad de desviar de la fe, aun como simple particular, o sea  ser hereje o creer con pertinacia cualquier error contra  la fe en tanto que simple particular (particularem personam).

Para probar sus dichos, él presentaba siete argumentos teológicos, más una demostración histórica:

a. El papa es la regla de la fe de todos los fieles católicos: si errara, un ciego guiaría a otro ciego (lo que sería contrario a la providencia divina)

b. Que Pedro no pueda errar es una creencia de la Iglesia universal (todos los católicos de todos los tiempos y de todos los lugares lo han creído: luego, esto es verdad)

c. La promesa de Cristo en Mateo XVI, 18 [Nota:  Yo te digo que tú eres piedra y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno(las herejías) no prevalecerán contra ella (la piedra y la Iglesia fundada sobre ella)

d. La promesa de Cristo en Lucas XXII, 32 [Nota: Yo he rogado por tí para que tu fe ni falle, y tú una vez convertido confirma a tus hermanos)

e. La necesidad de guardar la cohesión: es necesario un centro estable y sólido (Roma) para oponerse a las fuerzas centrípetas (tantos pueblos diversos, viviendo a veces en regiones herejes, tienen necesidad de un polo que los mantenga en la fe).

f. Es necesario evitar a los herejes (Tito III: 2. Tesalonicenses III) “Por lo tanto, no nos es permitido en ningún caso separarnos de la cabeza del cuerpo de la Iglesia: separarse es ser cismático”. Pedro es el fundamento unido indisolublemente a la Iglesia contra la cual las puertas del infierno (…los herejes) jamás prevalecerán: “lo que no se puede si el papa fuera hereje”

g. El hereje o el cismático no tiene el poder de atar o desatar (San Atanasio, Agustín, Cipriano; Hilario). Por lo tanto, la plenitud del poder es necesaria a la cabeza de la Iglesia visible.

Luego, Dios no permitirá que el papa caiga en herejía. El autor emprende enseguida una refutación de los pretendidos casos históricos de papas que se habrían desviado de la fe.]

Entonces decir de Pighio -«Pero San Alfonso está diciendo que (Pighio) está en el extremo opuesto: el Papa siempre es infalible», hay que precisarla: La tesis de Pighio se resume , diciendo que un papa no puede caer en la herejía ni en el error contra la Fe, incluso como «persona particular». Es cierto que está en el extremo opuesto de los herejes Lutero, Calvino, y también podríamos añadir jansenistas, cismáticos orientales, y galicanos. (Incluso está en el extremo opuesto de las desviaciones notorias de la FSSPX que en esto hace causa común con los herejes dichos). Pero de ninguna manera es contraria a la Tradición.

Que Pedro no pueda errar es una creencia de la Iglesia universal (todos los católicos de todos los tiempos y de todos los lugares lo han creído: luego, esto es verdad).

Y da la casualidad que nadie en su tiempo ni después, ha contradicho este punto.

A continuación un texto en el que así se expresa un anti- infalibilista. Las siguientes líneas son disparatadas y demuestran un total desconocimiento de lo dicho por San Roberto Belarmino , San Alfonso y el mismo Pighio. Después de la cita del aguerrido teólogo haré las oportunas distinciones que demuestran la falsedad de la  cita.

…porque estoy divinizando la persona del papa y lo convierto en un Tutankamón, Moctezuma o César y los convierto en un intangible divino e intocable, infalible en todo.   Una y mil veces:

El Papa es Infalible sólo cuando confirma (en la Fe) a sus hermanos ex cáthedra.

Y punto.  De ahí para abajo se puede equivocar y de hecho,  vemos que se equivoca.    Entonces, ¿en qué quedamos?

Eso es lo que no entiende la gran mayoría de los Tradicionalistas. 

Y después Roma (apóstata) ha creado un tabú

y se aprovechó de un sedevacantismo  visceral, categórico,  estulto; para que quede ahí como un paradigma  y de estigma, de una dialéctica cabalista  tremenda.

Pero jamás se ha estudiado teológicamente el problema (del sede vacantismo).

Y nos toca a nosotros  ahora, a mí tener que dilucidar el problema, que  hace más de 20 años ya había  (hecho), que propuse  … para que se considerara; y vemos en qué quedamos.

Por eso hay que tener ideas claras. 

Si no las tenemos, definirnos a tal punto,

Y si necesita Teología, se la damos, señor.  Y que salgan los teólogos,

Recordemos lo que dijo un Santo, como San Alfonso María de Ligorio: poniendo en 2 extremos  el liberalismo y el sede-vacantismo; no como hacen estos tontunos, perdónenme, pero hay que decirlo.  Y si no quieren serlo, no adhieran a proposiciones que no son teológicas,  y punto.

San Alfonso María de Ligorio dijo:

ØEstán los anti- infalibilistas como Lutero y Calvino que niegan que el Papa sea o pueda ser infalible.

ØY en el otro extremo está Pighio que era uno de los del Vaticano en la época de Adriano VI que era flamenco.  Y que se le ocurrió decir en contra de la  Tradición,  que es imposible que el Papa caiga en herejías  (que siempre es infalible).  Y de ahí sacó Wicks, y de ahí se dieron otros.

Pero está diciendo San Alfonso que (Pighi) está en el extremo opuesto: el Papa siempre es infalible.

Entonces vea a San Alfonso y por lo menos que tengan en cuenta eso.  O, San Alfonso se equivocó; que lo digan.  Así de claro.

Entonces no vengan a idealizar y a divinizar lo que NO ES DOGMÁTICO.

Cuando no nos atenemos a los Dogmas de la Iglesia y todo Dogma es una  Definición, tomas una definición,  _ y toda definición por definición, y valga la redundancia _

Øes una limitacióna la esencia, por eso es definir, 

Øque esto es esto y no lo otro.  Que esta cosa es esta cosa y no otra.  Que un árbol no es un caballo, ni una piedra.

ØY un hombre no es un Ángel y cada cosa es su esencia. Y por eso las cosas son tal cosa según su esencia.

Entonces me limita a hacer  lo limitado.

 Contra lo dicho en la cita, establezco los siguientes puntos con las referencias que los prueban:

  • Pighio, San Roberto y San Alfonso dicen respecto de la infalibilidad del papa, EXACTAMENTE LO MISMO. La diferencia está entre la calificación que da a su tesis Pighio y los dos santos doctores. Es decir que el papa tanto en su magisterio oficial (solemne u ordinario) como hablando como “hombre particular” (expresión de Belarmino)  o “persona privada”  (como dice San Alfonso) ES INFALIBLE. Se prueba así:

La tesis de Pighio está clara en la cita anterior: Un papa no puede caer en herejía ni siquiera como persona privada u hombre particular. Y esto lo establece como una SENTENCIA CIERTA.

San Roberto  refiriéndose a la tesis de Pighio a propósito de si se puede deponer a un papa caído en la herejía, describe la sentencia de Pighio que afirma que un papa NO PUEDE CAER EN LA HEREJÍA (incluso fuera de su magisterio o sea como hombre particular) como  PROBABLE  Y FÁCIL DE DEFENDER. Sin embargo añade que no es una sentencia cierta y que es opuesta a la sentencia común. Dice también que en su lugar (in suo loco)  la defenderá él mismo (en el Tomo II. Libro 4, cap.6). En ese lugar afirma que es una sentencia PROBABLE Y PIADOSA.

La  siguiente es una foto del párrafo donde lo dice del Tomo I, Libro 2, cap. 30 de su Romano Pontífice (título ficticio) en donde juzga de la sentencia de Pighio, a la que encuadra en el título de “Prima opinio”

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Puede verificarse la cita anterior acudiendo directamente a las”Controversias” cuyo enlace se obtiene pulsando la imagen siguiente

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Compruébense las citas en Tomo I, Libro II, cap.30 y Tomo II, libro IV, , cap.6

Del párrafo anterior  se deduce que San Roberto y Pighio tienen la misma opinión aunque le dan diferente calificación. Para Pighio es una sentencia CIERTA. Para San Roberto es PROBABLE Y PIADOSA, cosa que explica en el Tomo II, Libro 4, cap. 6 (traducción al español propia)

Respecto de San Alfonso al escribir sobre el tema sigue al pie de la letra la sentencia de Belarmino. O sea los Papas son infalibles en su magisterio (ordinario y extraordinario) , lo que él llama Ex Cathedra. y también en lo que enseñan como personas privadas. Sin embargo enseñando como Personas Privadas sólo se puede decir que probablemente son infalibles, y que también es piadoso creerlo así:

Que algunos papas hayan caído en la herejía, [se entiende en su enseñanza privada] algunos han tratado de probarlo, pero no lo han probado, ni nunca lo probarán; nosotros vamos a probar claramente lo contrario en el capítulo X.””Pero además, si Dios permitiese que un Papa fuese hereje notorio y contumaz,[en su enseñanza privada porque en la enseñanza ex officio o magisterial es de Fe que no puede suceder],   éste dejaría de ser Papa, y la sede quedaría vacante». “pero nosotros tenemos que presumir con justicia, como dice el cardenal Belarmino, que Dios no permitirá jamás que ningún Pontífice romano, ni siquiera como hombre particular, llegue a ser hereje notorio ni siquiera oculto”

OEUVRES COMPLÉTES DE SAN ALPHONSE DE LIGUORI, Docteur de l’Église. Oeuvres dogmatiques, t. IX: Traités sur le Pape et le Concile: “Défense du pouvoir supréme du Souverain Pontifice contre Justin Fébronlus” 1881; réimpressiom 1975, Gent, Belgium).Sigue el Santo doctor a “apud Bellarmino: de Romano Pontífice, liber 4, cap. 3)».

En las líneas anteriores se ve como San Alfonso coincide con San Roberto, sin usar sus mismas palabras, que la infalibilidad del Romano Pontífice como persona privada es una sentencia PROBABLE Y PIADOSA,  (tenemos que presumir con justicia [que no caerá en herejìa o error contra la Fe])

Por consiguiente queda demostrado que  Pighio, San Roberto y San Alfonso tienen la misma opinión sobre la infalibilidad de los Papas en su enseñanza o en las sentencias dadas “en cuanto hombres particulares”  o “personas privadas”. La diferencia está en que Pighio sustenta esa opinión como CIERTA y los dos Santos doctores como “PROBABLE Y PIADOSA”, que  en palabras de San Alfonso es  “tenemos que presumir CON JUSTICIA etc.”.

De lo anterior se deduce cuán errado está el teólogo citado que escribe que San Alfonso sostiene una opinión intermedia entre Calvino y Pighio, descalificando injustamente a Pighius como errado, cuando en lo único que supuestamente yerra (en opinión de Belarmino)  es en la calificación de su sentencia que la tiene como Cierta, al paso que los dos doctores la sustentan con carácter de Probable. Para Belarmino además es FÁCIL DE DEFENDER . Invitamos a la esclarecedora lectura del cap. 6 del Tomo II,  libro IV, en nuestra traducción del enlace anterior.

Hay que decir que en la cita del teólogo se trasluce un desatino general con una no pequeña dosis de agresividad fuera de lugar.

1 respuesta »

  1. Y sin embargo este tal «teólogo» -«educado» en un manicomio lefebvriano y no en una universidad pontificia- (el hereje orgullosamente lefebvriano, milenarista y tradicionalista -no olvidemos que el tradicionalismo antes de su re-significación como término en la posmodernidad a raíz del Latrocinio Vaticano II da nombre a la herejía de los veterocatólicos-) sigue y sigue empecinado en su contumacia y mala fe haciendo daño a las miles de personas que lo escuchan cada fin de semana: las aleja de la comunión católica con los legítimos sedevacantistas, divide innecesariamente más a los «perplejos», lleva a dudar de la validez y legitimidad de las órdenes de un arzobispo que fue secuestrado, narcotizado y asesinado por la Eclesialidad Conciliabular Neo-Modernista Postcatólica bajo designio de la Sinagoga (de la que por cierto el sabe mucho al parecer, y hasta nos habla de la dialéctica cabalística que por cierto domina muy bien), y encima defenestra groseramente a un maestro laureado que por cierto diseñó el programa express (se sabe de quién se ordenó con solo 4 años de seminario partiendo de cero) en que se formaron los primeros curas de la logia lefebvriana que después lo educaron a él en La Reja y en Albano.

    No merece el trato de sacerdote y seguirá siendo un clérigo vagante lo que le queda de vida, ya que ningún obispo legítimo por más loco que esté aceptaría incardinar a este señor.

    Esto podrá ser contrario a las políticas del blog, pero ya es suficiente con que el mundo católico sobrante lidie con novadores (los modernistas) como para soportar a este blasfemo desenterrador de herejías y fábulas de herejes. Viendo esto queda claro que, después de todo, la Fraternidad es una resistencia controlada, Lefebvre fue un traidor y solo ha dejado malos frutos, como se vé en el señor este. En otros tiempos lo hubieran mandado a la hoguera sin miramientos.

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