En este 31 de Agosto, y en honor a este santito cuya festividad ha sido raída tras el funesto Concilio Vaticano II, traigo este post. Añado comentarios, anónimos puesto que respeto el nick, que nos ilustran sobre los crímenes rituales judíos en distintos lugares del mundo y en distintos tiempos de la historia.
Apenas es posible leer esta historia, perfectamente documentada, sin que broten lágrimas de emoción. Yo recuerdo haber visitado el lugar de su tumba en Zaragoza y también creo recordar las palabras sabihondas de alguien que achacaba “estas historias” a siglos de intolerancia y antisemitismo en la Iglesia. Pero los documentos cantan, especialmente la lápida suntuosa y la misa propia que la Iglesia instituyó en honor de nuestro santo. Las cosas fueron así aunque muchos quisieran que no hayan sido así. Santo Dominguito, identificado hasta los menores detalles con el Redentor muriente, ruega por nosotros. Te rogamos particularmente por la infancia atraída por el culto solemne de los divinos misterios.
Tomado de La Question Traducido para Amor de la Verdad
Santo Domingo de Val, niño mártir de los Judios
Imágenes que pueden verse en la Catedral de Zaragoza.
La Iglesia, antes del funesto Concilio Vaticano II, celebraba el 31 de agosto al pequeño Dominique (Dominguito ) del Val y rendía homenaje a la memoria de un monaguillo muerto por los Judios de acuerdo a los principios del asesinato ritual , nonbrándolo en Canon de la Misa como el santo patrón de los monaguillosy acólitos. Aquí está directamente involucrada la infalibilidad de la Iglesia como destaca Mg Umberto Benigni (1862-1934), cuando al escribir acerca la canonización de las víctimas de asesinatos rituales ( S. Simón de Trento, S. Dominguito del Val, S. Richard de Pontoise, B. Sebastián Porto da Buffoli, etc.) [1], y su retirada del santoral como la de Santo Domingo de Val, y de otros niños mártires víctimas de la mano criminal de los Judios por la Iglesia modernista sometida a los dictats de la ideología dominante, es un acto profundamente ofensivo.
Esta es una razón suficiente para poner de relieve la vida edificante del niño de Zaragoza, que no sólo fue víctima inocente del odio furioso a los niños cristianos con que se nutrían desde la Edad Media los enemigos de Jesucristo , sino que recibió un segundo asesinato en el siglo XX por los mismos indignos ministros i de la Iglesia moderna que lo silenciaron a fin de someterse a los ukases del dogmatismo ideológico occidental filo-judío.
I. ¿Quién fue Dominguito del Val?
Santo Dominguito del Val nació en Zaragoza, España, alrededor de 1243, del escribano Sancho y su esposa Isabel, personas piadosas que vivían la observancia y práctica religiosa, y que le transmitieron la fe, honrándose en hacerle aprender las oraciones principales desde que comenzara a hablar. Fue bautizado justo el mismo día de su nacimiento, y llevado por su padre a la iglesia en el domingo siguiente con lo que podemos decir que nunca perdió en toda su vida una sola misa dominical. Su deleite era la de acompañar a sus padres para asistir a los solemnes oficios de la Catedral de Zaragoza, de donde salía maravillado de las grandiosas ceremonias.
Miraba particularmente con piadosa curiosidad, a los niños que prestaban sus servicios en el presbiterio asistiendo a los sacerdotes y al obispo en el Santo Sacrificio del altar. Observaba con aplicación los movimientos de los monaguillos que pronto era capaz de reproducir. Escuchaba con tanta atención las respuestas de los niños que no tardó en decirlas de memoria. En casa, secretamente, sin cansarse, repetía los gestos y las oraciones. No bien tenía un momento libre corría a la catedral para aprender la práctica litúrgica de los distintas oficios, hasta el punto que las misas, vísperas, bautizos, matrimonios, entierros no tenían secretos para él.
II. Una temprana vocación para el servicio del altar
Tan pronto como se creyó capaz servir a la misa con perfección, expresó a sus padres su deseo de formar parte del grupo de monaguillos:
“¡Cómo me gustaría ayudar a la Santa Misa como ellos, poder acercarme como ellos al Sagrario, donde mora el Señor, servir al sacerdote y ofrecer con él el Santo Sacrificio! ”
Su padre, como escribano, tenía suficiente influencia para obtener este honor del Ceremoniero de la Catedral. Desde entonces estaba orgulloso de poder vestir el hábito coral que llevaba con respeto y guardaba cuidadosamente. Iba a la catedral, tan pronto como podía para asisir a los oficios con piedad y devoción. Sabía hacer perfectamente su oficio pero nunca lo demostraba, antes bien escuchaba atentamente los consejos de los ceremonieros de quienes recibía instrucciones aunque nunca pedía realizar una función que no le tocaba. Por encima de todo, estaba ansioso de aprender el significado de los gestos y las cosas.
El niño fue llevado a la sinagoga de la ciudad para ser martirizado
Imaginemos cómo este niño llega corriendo a la puerta de la catedral, haciendo una pausa para tomar aliento y cómo entra suavemente, Veámoslo ponerse de puntillas para tomar agua bendita para santigüarse e ir a arrodillarse ante el sagrario para prepararse para el servicio litúrgico. Sigámosle hasta la sacristía, donde se viste sin precipitación, estudia los gestos que debe realizar, trata con respeto los objetos del culto, habla en voz baja para preguntar algo o responder a lo que se le pregunta. Acompañémosle al presbiterio por el que anda con las manos juntas y los ojos bajos, se arrodilla en el suelo sin doblar el cuerpo, observa las acciones del celebrante, recita las oraciónes a su debido tiempo, Miremos la precisión con que se mueve de un lado a otro del presbiterio, portando los objetos dignamente y contestando con atención.
III. Odio de los Judios a Jesucristo y a su Iglesia
Pero en aquellos tiempos, en España, y especialmente en Zaragoza, los judios albergaban un odio feroz contra Jesucristo y su Iglesia. Para satisfacer este odio, que no se detenía incluso ante los rituales de los crímenes más atroces, era una satisfación para ellos derramar la sangre de un cristiano.Cada año, en particular, en la Semana Santa, durante la cual la Iglesia celebra el aniversario de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, intentaban sacrificar a un cristiano, especialmente a un niño. La destrucción de la inocencia : esto es lo que más placía a los infelices judíos y a su amo Satanás.
El Jueves Santo del año 1250, Dominguito acababa de cumplir siete años y, como lo venía haciendo desde hacía poco más de seis meses, se aplicó piadosamente a sus deberes de monaguillo en la catedral, donde, desde el amanecer hasta el oficio de “tinieblas” no había faltado a ninguno de los largos oficios.
Después del oficio de tinieblas, acabado al empezar la noche, dejó su hábito coral, guardándolo cuidadosamente y salió de la catedral para volver a casa. Andaba rápidamente en la noche cuando, de repente, al doblar la esquina de una calle, repentinamente se le propinó un puñetazo brutal, mientras una mano le tapaba la boca para impedir que gritara. Era uno de los judios que había seguido a Dominguito y del que conocía el camino de vuelta a casa. El niño fue llevado a la principal sinagoga de la ciudad.
Santo Domingo de Val crucificado por sus verdugos.
IV. El sacrificio ritual de Santo Dominiguito Val
El niño asustado se dio cuenta de que iba a ser crucificado como su Maestro, el mismo día del aniversario de la muerte de Jesús. En vano forcejea y lucha. Aquéllas bestias salvajes lo echaron contra un muro, le sujetaron las manos y los pies, y los taladraron con gruesos clavos para fijarlo a la cruz sobre la muralla. El pobre niño lloró y suplicó, llamó a sus padres, pero sus torturadores disfrutaban de sus sufrimientos y le insultaban como sus antepasados lo hicieron en otro tiempo con Cristo crucificado.
Desfallecido por la sangre que manaba de sus heridas, el santo niño se apagaba lentamente, y cuando sus torturadores le creían ya muerto, abrió los ojos, e identificado con Jesús, expiró diciendo : “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. ” Para que la reconstrucción del crimen fuera perfecta, los malvados no olvidaron hundir una lanza en su costado.
Como los verdugos tenían necesidad de deshacerse del cuerpo para no ser condenados por el crimen, lo transportaron a las orillas del Ebro, excavaron un hoyo en la arena, lo arrojaron a la fosa y lo enterraron, seguros de que nadie lo encontraría en un lugar como aquél. Unas semanas más tarde, los guardas que custodiaban las barcas de pesca, vieron intrigados, durante varias noches, una luz que brillaba junto al río. Por fin acudieron, y cuando la luz desapareció de su vista, removieron la arena donde descubrieron el cadáver del niño que la ciudad buscaba, alertada por los padres y el clero de la catedral. Las heridas de las manos, pies y costado, mostraron claramente que había sido víctima de un asesinato ritual.
Santo Domingito de Val, niño mártir a causa del odio a Cristo
V. Milagro de Santo Dominguito en la catedral de Zaragoza
El clero de la ciudad, escoltado por todo el pueblo cristiano llegó al lugar donde estaba cuerpo para trasladarlo a la iglesia de San Gil, donde, apenas habían entrado en ella, Dominguito se las apareció como un joven arrodillado. Asombrado por el milagro, el arzobispo de Zaragoza no quiso que el cuerpo del mártir que tan bien había servido en su catedral descansara fuera de sus muros. Él mismo presidió la procesión de todo su clero, e hizo la traslación del cuerpo santo, que entró en la catedral aclamado por los vítores de la multitud. Para recibir el cuerpo, el arzobispo construyó una hermosa urna en la que se había inscrito:
“Aquí yace Santo Domingo de Val, muerto por los Judios en el año 1250 en Zaragoza … por odio a nuestro Señor Jesucristo. ”
La tumba de Santo Domingo de Val
Los milagros no tardaron en ocurrir en la tumba del joven mártir, y uno de los más llamativos fue probablemente la conversión de la persona que le había llevado a la muerte y que expió su crimen con una vida de penitencia y de mortificación.
La fiesta de Santo Domingo de Val se celebra el 31 de agosto. Es uno de los patronos principales de los monaguillos, los acólitos y los ceremonieros.
Tenga en cuenta.
1. Puede consultar sobre el tema de los asesinatos rituales cometidos por los Judios, los artículos de la “Civiltà Cattolica”, la serie XV, Vol. V, fasc.1022 de 01.10.1893 y fasc. 1025 del 23-1-1893. Así como el trabajo de Mons. Benigni: el asesinato ritual de los Judios , Belgrado, 1926-1929.
Lea:
San Simón de Trento, niño martirizado por los Judios!
Varios comentarios (suprimo el nick)
1
Los Judios, cuando pueden destruyen la vida de los cristianos. En su tiempo, ya lo dice Justino, y vemos también cómo el Talmud les permite llevar a cabo este comportamiento para agradar da a Dios, y cómo la historia lo demuestra, en muchos momentos del cristianismo.
Pero si el objetivo de un asesinato ritual es simplemente debido a su odio satánico a Cristo. Lo cierto es que no hay ningún momento de la la historia, incluída la historia moderna, en la que no se hayan cobrado la vida de los cristianos, especialmente de los niños inocentes.
Hay más de un centenar de casos, perfectamente documentados, algunos tan famosos como el de San Guillermo de Inglaterra, niño de doce años, martirizado por los Judios en 1144, San Ricardo de París, que fue asesinado el domingo de Pascua 1179, Santo Domingo de Val, crucificado en Zaragoza en el año 1250, el beato Enrique de Munich, al que le drenan la sangre y le golpean con más de 60 golpes en el año 1345, el beato Simeón, que fue martirizado en Trento, el año 1475.
Más recientemente el Padre Tomas Calangiano, que fue martirizado en Damasco, con su criado, en el año 1840. ”
2
Julio Meinvielle
Judios en el misterio de la historiahttp://www.freewebs.com/meinvielle/2i.html
El Padre Meinvielle (1905-1973) tomista, brillante teólogo tiene toda la razón: “La historia demuestra y concuerda con los hechos registrados en distintos tiempos y en diferentes lugares, que los Judios son un riesgo permanente y un peligro religioso- social para los pueblos cristianos.
No decimos que era en la Edad Media, que vivía de prejuicios.En el capítulo anterior he demostrado que esta lucha es una ley de la historia. Condiciones y métodos de control puede variar, pero en el fondo, ahora y en la Edad Media o la Edad Apostólica o el tiempo de nuestro Señor Jesucristo, la lucha es algo irreductible y decisiva entre judios y cristianos.
El deseo de los Judios de destruir el cristianismo y los reinos cristianos, para apoderarse de la propiedad de los cristianos y privarles de su vida es ahora tan fuerte como en ocasiones anteriores … La única diferencia es que entonces los Judios no podían lograr estos objetivos directamente más que contra las personas que estaban les eran contrarias y por lo general les obligaban a pagar muy caro los deseos a estos criminales.
Pero hoy día, por el contrario, como estas personas han sido descristianizadas y se han infectado con el contagio del liberalismo, los judios están ávidos de las propiedades de los cristianos, del exterminio de sus vidas y conspiran contra los Estados … mediante el uso de los mismos cristianos, anestesiados previamente por una progresiva descristianización de hace tres siglos, y los Judios han logrado que los cristianos divididos en partidos contrarios entre sí que luchen para conseguir su completo exterminio. ”
3
Julio Meinvielle hace años encabezó una campaña virulentamente crítica contra Jacques Maritain tras su visita a Argentina en 1936, acusándolo a él, a Lammenais, a Sillon, a Le Sangnier y Marc, de ser enemigos de la fe a causa de su “liberalismo”.
Ha publicado un importante libro en el que denuncia la desorientación modernista: “De Lamennais a Maritain (1945),” que fue presentado en el consistorio en Roma por el secretario del cardenal Caggiano.
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La Iglesia. quizas capilla, que mas adelante si Dios asi lo permite he de construir para celebrar el augusto y Santo Sacrificio de la Cruz, he decidido ahora en este momento, despues de haber leido la vida y muerte de Santo Dominguito del Val, asi como de los otros niños martires muertos por los judios, por el odio a N.S. Jesucristo, y a Su Santa Iglesia, dedicarlos a todos estos gloriosos niños santos y martires que dieron su vida y su sangre, por Jesucristo. Asi se los digo ahora a los herejes, que quizas lean estas paginas, que mientras ellos han sacado del santoral, o del Misal Romano, a estos gloriosisimos niños modelos de virtud y santidad, yo, les dedicare una capilla, en donde se les rinda el debido culto catolico, que las mafias judias enquistadas en el Vaticano, les han querido quitar, desde el funesto y anticatolico conciliabulo vaticano II.
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Muy buena y loable idea padre. Encomendemosles a estos santos mártires por los perseguidos en siria, irán etc. No creo que errara si los sionistas judíos también estuvieran detrás de los sanguinarios del Isis y de las matanzas brutales a cristianos. Oremos por tanta matanza de niños en el satánico aborto y por los católicos masacrados en estos últimos tiempos.
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Gloria a Dios en sus Santos Mártires.
Santo Domingo de Val nos ha de inspirar en estos tiempos de tanto odio a Nuestro Señor para dos cosas:
Para recibir la corona del martirio si su voluntad nos la mande y sobre todo,
Para servir dignamente su altar en el acolitado en la medida de nuestras posibilidades y promover en nuestros niños tan loable servicio.
Santo Domingo de Val, ruega por todos los acólitos de hoy…
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Es muy vergonzoso que Pablo VI osó borrar a tan niños gloriosos del Santoral, si precisamente merecen gran veneración y muestra de ejemplo por ser niños que conservan su inocencia y pureza como ángeles y mueren en amor a Cristo.
No puede haber excusa alguna para esta vergonzosa supresión.
Yo ni en 1000 años de dura mortificación podría alcanzar la santidad que tuvieron estos niños en su corta edad, ya dijo Cristo que los más pequeños son los más grandes y que hay que hacerse como un niño ¡y va Pablo VI y borra a los niños sacrificados en rituales como San Dominguito del Val o Beato Andreas!
Pero bueno, todos sabemos que en el veradero Santoral no están borrados, porque Pablo VI en verdad no borró Santos, lo que hizo fue inventar un nuevo Santoral falso, como inventó una nueva Misa, como inventó nuevos Ritos, como inventó nuevo Catecismo, en fin, como inventó una Nueva Iglesia.
Dios sabe cuándo será la Parusía, pero no tardará en llegar, tened cuidado con la Bestia que anda suelta por el mundo.
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