LA OPOSICIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA SALETTE POR LEFEBVRISTAS Y MATERIÁLITER
“Visto el informe de la Comisión nombrada por Nos el 24 de enero de 1848 para una investigación jurídica sobre una curación extraordinaria ocurrida en Avallon el 12 de noviembre de 1847 en la persona de Antoinette Bollenat después de una novena a la Stma. Virgen; invocada con el nombre de Ntra. Sra. De La Salette; vistos los interrogatorios a los testigos y médicos… habiendo pedido el parecer de mi Consejo, invocado el santo nombre de Dios, declaramos para la gloria de Dios, la glorificación de la Stma. Virgen y la edificación de los fieles, que dicha curación presenta todas las condiciones y caracteres de milagrosa” (4 de Marzo de 1849)
“Declaramos cierto e incontestable el hecho de la curación instantánea y mantenida desde el 1 de abril de 1849 hasta el día de hoy, en la persona de Martin, alumno de nuestro Seminario Mayor, según la relación que ordenamos hacer, muy difícil de explicar por solas las fuerzas naturales; y Nos ha sorprendido que los alumnos de nuestro Seminario unánimemente lo hayan atribuido a la intervención sobrenatural de la Stma. Virgen”.
“…oído el testimonio de muchos personajes sobre la curación repentina de Madame Bonnet de una enfermedad incurable, como consecuencia de una novena que hizo a Ntra. Sra. De La Salette; examinado atentamente el proceso verbal pedido al Dr. M. Kemmerer, que atestiguó la imposibilidad absoluta de dicha curación con los remedios humanos; consultado nuestro Consejo e invocadas las luces del Espíritu Santo, pronunciamos que no puede ser atribuida nada más que a una intervención sobrenatural”. -12 de enero de 1855
“Juzgamos que la aparición de la Santísima Virgen a dos pastores, el 19 de septiembre de 1846, en una montaña de la cadena de los Alpes, situada en la parroquia de La Salette, del arciprestazgo de Corps, contiene en sí todas las características de la verdad, y que los fieles tienen fundamento para creeria indudable y cierta. Aumenta la certeza, el concurso inmenso y espontáneo al lugar de la aparición, así como la multitud de prodigios, de una gran cantidad de los cuales es imposible dudar sin ir contra las reglas del testimonio humano. Por tanto, prohibimos a los fieles y sacerdotes de nuestra diócesis hablar públicamente o escribir contra el hecho que hoy proclamamos. Finalmente, como el fin principal de la aparición ha sido recordar a los cristianos el cumplimiento de sus deberes religiosos, los conjuramos, queridos hermanos, a que sean dóciles a la voz de María que los llama a la penitencia y de parte de su Hijo los amenaza con desgracias espirituales y temporales si permanecen insensibles a sus advertencias maternales”.
El 19 de septiembre de 1846, vimos a una bella Dama. Nunca hemos dicho que esta Señora fuera la Virgen, sino que siempre dijimos que era una bella Dama.No sé si es la Virgen María u otra persona. Yo ahora creo que era la Santísima Virgen.Esto es lo que esta Señora me dijo:Si mi pueblo continúa, lo que lo que os voy a decir llegará más pronto, si cambia un poco, llegará un poco más tarde Francia ha corrompido el universo, un día ella será castigada.La Fe se extinguirá en Francia: tres partes de Francia ya no practicarán la religión, o casi, la otra parte la practicará, sin practicarla bien.Poco después de esto, las naciones se convertirán, la fe se reavivará en todas partes. Un gran país del norte de Europa, ahora protestante, se convertirá: con el apoyo de este país, todos los otros países del mundo se convertirán.Antes de que todo esto suceda, grandes trastornos llegarán, en la Iglesia y en todas partes. Poco después de esto, nuestro Santo Padre el Papa, será perseguido. Su sucesor será un pontífice que nadie esperará.Poco después de esto, vendrá una gran paz, pero no durará mucho tiempo. Un monstruo vendrá a perturbarla.Todo lo que digo llegará en el siglo siguiente o a más tardar a los dos mil años”.Maximino Giraud(Ella me dijo que lo dijera poco tiempo antes).Padre Santo, su bendición a una de sus ovejas,Grenoble, 3 de julio de 1851.
JMJSecreto que me dio la Santísima Virgen en la Montaña de La Salette el 19 de septiembre 1846.Secreto:“Melania, te diré algo que no le dirás a nadie:¡El tiempo de la ira de Dios ha llegado!Si cuando le hayas dicho a la gente lo que te he dicho y lo que te diré aún, si, después de eso, no se convierten, (si no hacen penitencia, si continúan trabajando el domingo, si continúan blasfemando el Santo Nombre de Dios), en una palabra, si la faz de la tierra no cambia, Dios tomará venganza contra el pueblo ingrato y esclavo del demonio.¡Mi Hijo manifestará su poder! París, esta ciudad manchada con toda clase de crímenes perecerá infaliblemente. Marsella será destruida en breve tiempo. Cuando sucedan estas cosas, el desorden será completo sobre la tierra. El mundo se abandonará a sus pasiones impías.El Papa será perseguido de todas partes, le dispararán, querrán matarlo, pero no podrán nada contra él, el Vicario de Dios triunfará aún esta vez.Los sacerdotes y las religiosas, y los verdaderos servidores de mi Hijo serán perseguidos, y muchos morirán por la fe de Jesucristo.Una hambruna reinará simultáneamente.Después que todas estas cosas hayan sucedido, muchas personas reconocerán la mano de Dios sobre ellas, se convertirán y harán penitencia de sus pecados.Un gran rey ascenderá al trono, y reinará durante algunos años. La religión florecerá y se extenderá por toda la Tierra y la fertilidad será grande, el mundo, contento de no carecer de nada, recomenzará sus desórdenes, abandonará a Dios y se entregará a sus pasiones criminales.Entre los ministros de Dios y las Esposas de Jesucristo, hay quienes se entregarán al desorden, y esto será lo más terrible.Finalmente, un infierno reinará sobre la Tierra. Será entonces cuando nazca el Anticristo de una religiosa: ¡Desgracia a ella! Muchas personas creerán en él, porque se dirá venido del cielo, ¡desgracia a aquellos que le crean!El tiempo no es lejano, no pasarán dos veces 50 años.Hija mío, no dirás lo que acabo de decirte (no se lo dirás a nadie, no dirás que debes decirlo un día, no dirás nada que concierna a esto), finalmente, ¡no dirás nada hasta que yo te diga que lo digas!Ruego a nuestro Santo Padre el Papa que me dé su santa bendición.Melanie Mathieu, pastora de La Salette.Grenoble, 6 de julio de 1851.JMJ +
«Melania: Esto que Yo te voy a decir ahora no será siempre un secreto; puedes publicarlo en 1858.Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes, por su mala vida, por sus irreverencias y su impiedad al celebrar los santos misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes piden venganza, y la venganza pende de sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y personas consagradas a Dios, que por sus infidelidades y mala vida crucifican de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al cielo y piden venganza, y he aquí que la venganza está a las puertas, pues ya no se encuentra a nadie que implore misericordia y perdón para el pueblo; ya no hay almas generosas ni persona digna de ofrecer la Víctima sin mancha al Eterno en favor del mundo.Dios va a castigar de una manera sin precedentes. ¡Ay de los habitantes de la tierra!, Dios va a derramar su cólera y nadie podrá sustraerse a tantos males juntos.
Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, ha descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente poner divisiones entre los soberanos, en todas las sociedades y en todas las familias. Se sufrirán penas físicas y morales. Dios abandonará a los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante más de treinta y cinco años.
La sociedad está en vísperas de las más terribles calamidades y de los más grandes acontecimientos. Se verá obligada a ser gobernada por una vara de hierro y a beber el cáliz de la cólera de Dios.Que el Vicario de mi Hijo, el Soberano Pontífice Pío IX, no salga ya de Roma después del año 1859; pero que sea firme y generoso; que combata con las armas de la fe y del amor. Yo estaré con él.Que desconfíe de Napoléon, su corazón es doble; y cuando quiera ser a la vez Papa y Emperador, muy pronto se retirará Dios de él. Es esa águila que queriendo siempre elevarse caerá sobre la espada de la cual quería servirse para obligar a los pueblos a ensalzarlo.
Italia será castigada por su ambición de querer sacudir el yugo del Señor de los señores; también será entregada a la guerra. La sangre correrá por todas partes. Las iglesias serán cerradas o profanadas. Los sacerdotes y religiosos serán perseguidos; se les hará morir, y morir una muerte cruel. Muchos abandonarán la fe y el número de los sacerdotes y religiosos será grande; entre estas personas se encontrarán incluso obispos.
Que el Papa se ponga en guardia contra los obradores de milagros, pues ha llegado el tiempo en que los prodigios más asombrosos tendrán lugar en la tierra y en los aires.En el año 1864 Lucifer, con un gran número de demonios, serán desatados del infierno. Abolirán la fe poco a poco, aun entre las personas consagradas a Dios, las cegarán de tal manera que, a menos de una gracia particular, esas personas tomarán el espíritu de esos malos ángeles: muchas casas religiosas perderán completamente la fe y perderán muchísimas almas.Los libros malos abundarán en la tierra y los espíritus de las tinieblas extenderán por todas partes un relajamiento universal en todo lo relativo al servicio de Dios y obtendrán un poder extraordinario sobre la naturaleza: habrá iglesias para servir a esos espíritus. Algunas personas serán transportadas de un lugar a otro por esos espíritus malvados, incluso sacerdotes, por no seguir el buen espíritu del Evangelio, que es espíritu de humildad, de caridad y de celo por la gloria de Dios. Resucitarán algunos muertos y justos, [es decir, que estos muertos tomarán la figura de almas justas, que vivieron en la tierra, para así mejor seducir a los hombres; éstos, que diciéndose muertos resucitados no serán otra cosa que el demonio bajo sus figuras, predicarán otro Evangelio contrario al verdadero de Cristo Jesús, negando la existencia del cielo, y también las almas de los condenados. Todas estas almas aparecerán como unidas a sus cuerpos]. Habrá por todas partes prodigios extraordinarios, porque la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz alumbra al mundo. ¡Ay de los príncipes de la Iglesia que se hayan dedicado únicamente a amontonar riquezas sobre riquezas, a poner a salvo su autoridad y a dominar con orgullo!El Vicario de mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque por un tiempo la Iglesia será entregada a grandes persecuciones. Esta será la hora de las tinieblas. La Iglesia tendrá una crisis espantosa.
Dado el olvido de la santa fe de Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes. Se abolirán los poderes civiles y eclesiásticos; todo orden y toda justicia serán pisoteados; no se verán más que homicidios, odio, envidia, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la familia.
El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin para recibir su sacrificio. Los malvados atentarán muchas veces contra su vida, sin poder poner fin a sus días; pero ni él ni su sucesor [que no reinará mucho tiempo] verán el triunfo de la Iglesia de Dios.
Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo plan, que será abolir y hacer desaparecer todo principio religioso, para dar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios.
En el año 1865 se verá la abominación en los lugares santos; en los conventos, las flores de la Iglesia estarán corrompidas y el demonio se hará como el rey de los corazones. Que los que estén al frente de las comunidades religiosas vigilen a las personas que han de recibir, porque el demonio usará de toda su malicia para introducir en las órdenes religiosas a personas entregadas al pecado, pues los desórdenes y el amor de los placeres carnales se extenderán por toda la tierra.Francia, Italia, España e Inglaterra estarán en guerra; la sangre correrá por las calles; el francés luchará contra el francés, el italiano contra el italiano; en seguida habrá una guerra universal que será espantosa. Por algún tiempo Dios no se acordará de Francia ni de Italia, porque el Evangelio de Jesucristo no es ya conocido. Los malvados desplegarán toda su malicia; se matará, se asesinará mutuamente aun dentro de las casas.Al primer golpe de su espada fulminante, las montañas y la naturaleza entera temblarán de espanto, porque los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasan la bóveda de los cielos. París será quemado y Marsella engullida. Varias grandes ciudades serán sacudidas y engullidas por terremotos. Se creerá que todo está perdido. No se verán más que homicidios, no se oirá más que ruido de armas y blasfemias.
Los justos sufrirán mucho; sus oraciones, su penitencia y sus lágrimas subirán hasta el cielo y todo el pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia e implorará mi ayuda e intercesión. Entonces Jesucristo, por un acto de su justicia y de su gran misericordia con los justos, mandará a sus ángeles que mueran todos sus enemigos. De golpe los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hombres dados al pecado perecerán y la tierra quedará como un desierto. Entonces se hará la paz, la reconciliación de Dios con los hombres; Jesucristo será servido, adorado y glorificado; la caridad florecerá en todas partes. Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Santa Iglesia, que será fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa e imitadora de las virtudes de Jesucristo. El Evangelio será predicado por todas partes y los hombres harán grandes progresos en la fe, porque habrá unidad entre los obreros de Jesucristo, y los hombres vivirán en el temor de Dios.
Esta paz entre los hombres no será larga; veinticinco años de zafras abundantes les harán olvidar que los pecados de los hombres son la causa de todos los castigos que ocurren en la Tierra.
Un precursor del Anticristo, con sus tropas de muchas naciones, combatirá contra el verdadero Cristo, el único Salvador del mundo; derramará mucha sangre y pretenderá aniquilar el culto a Dios para ser tenido como un dios.La tierra será castigada con todo género de plagas [además de la peste y el hambre, que serán generales]; habrá guerras, hasta la última que harán los diez reyes del Anticristo, los cuales tendrán todos un mismo plan, y serán los únicos que gobernarán el mundo. Antes que esto suceda habrá una especie de falsa paz en el mundo; no se pensará más que en divertirse; los malvados se entregarán a toda clase de pecados; pero los hijos de la santa Iglesia, los hijos de la fe, mis verdaderos imitadores, crecerán en el amor de Dios y en las virtudes que me son más queridas. ¡Dichosas las almas humildes guidas por el Espíritu Santo! Yo combatiré con ellas hasta que lleguen a la plenitud de la edad.La naturaleza clama venganza contra los hombres y tiembla de espanto en espera de lo que debe suceder en la tierra encharcada en crímenes. Temblad, tierra y vosotros, que hacéis profesión de servir a Jesucristo y que interiormente os adoráis a vosotros mismos, temblad; pues Dios va a entregaros a su enemigo, porque los lugares santos están en la corrupción; muchos conventos no son ya casa de Dios, sino pastizales de Asmodeo y de los suyos. Durante ese tiempo ha de nacer el Anticristo de una religiosa hebraica, una falsa virgen que tendrá comunicación con la vieja serpiente y el maestro de la impureza, su padre será obispo. Al nacer, vomitará blasfemias y tendrá dientes. En una palabra, será el diablo encarnado. Dará gritos aterrorizadores, hará prodigios, solo se alimentará de impurezas. Tendrá hermanos que, sin bien no serán otros demonios encarnados como él, serán hijos del mal. A los doce años ellos se destacarán por las extraordinarias victorias que obtendrán. Luego cada uno estará a la cabeza de ejércitos, asistidos por legiones del Infierno.
Se cambiarán las estaciones. La tierra no producirá más que malos frutos. Los astros perderán sus movimientos regulares. La luna no reflejará más que una débil luz rojiza. El agua y el fuego causarán en el globo terrestre movimientos convulsivos y horribles terremotos que tragarán montañas, ciudades, etc.
ROMA PERDERÁ LA FE Y SE CONVERTIRÁ EN LA SEDE DEL ANTICRISTO.Los demonios del aire, con el Anticristo, harán grandes prodigios en la tierra y en los aires, y los hombres se pervertirán más y más. Dios cuidará e sus fieles servidores y de los hombres de buena voluntad. El Evangelio será predicado por todas partes, todos los pueblos y todas las naciones conocerán la verdad.
Yo dirijo una apremiante llamada a la tierra; llamo a los verdaderos discípulos de Dios que vive y reina en los cielos; llamo a los verdaderos imitadores de Cristo hecho Hombre, el único y verdadero Salvador de los hombres; llamo a mis hijos, a mis verdaderos devotos a los que se me han consagrado a fin de que los conduzca a mi divino Hijo, los que llevo, por decirlo así, en mis brazos, los que han vivido de mi espíritu; finalmente llamo a los apóstoles de los últimos tiempos, los fieles discípulos de Jesucristo que han vivido en el menosprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la humildad, en el desprecio y en el silencio, en la oración y en la mortificación, en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos del mundo. Ya es hora que salgan y vengan a iluminar la tierra. Id y mostraos como mis hijos queridos, Yo estoy con vosotros y en vosotros cont al que vuestra fe sea la luz que os ilumine en estos días de infortunio. Que vuestro celo os haga hambrientos de la gloria de Dios y de la honra de Jesucristo. Pelead, hijos de la luz, vosotros, pequeño número que ahí veis; pues he ahí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines.
La Iglesia será eclipsada, el mundo quedará consternado. Pero he ahí a Enoc y a Elías, llenos del Espíritu de Dios, y los hombres de buena voluntad creerán en Dios, y muchas almas serán consoladas; harán grandes prodigios por la virtud del Espíritu Santo y condenarán los errores diabólicos del Anticristo.
¡Ay de los habitantes de la tierra! Habrá guerras sangrientas y hambres, pestes y enfermedades contagiosas; habrá lluvias de un granizo espantoso para los animales; tempestades que arruinarán ciudades; terremotos que engullirán países; se oirán voces en el aire; los hombres se golpearán la cabeza contra los muros; llamarán a la muerte y, por otra parte, la muerte será su suplicio. Correrá la sangre por todas partes. ¿Quién podrá resistir si Dios no disminuye el tiempo de la prueba? Por la sangre, las lágrimas y oraciones de los justos Dios se dejará aplacar. Enoc y Elías serán muertos. Roma pagana desaparecerá; caerá fuego del cielo y consumirá tres ciudades; el universo entero será presa del terror, y muchos se dejarán seducir por no haber adorado al verdadero Cristo, que vivía entre ellos. Ha llegado el tiempo: el sol se oscurece; sólo la fe vivirá.He aquí el tiempo: el abismo se abre. He aquí el rey de los reyes de las tinieblas. He aquí la bestia de los súbditos, llamándose el salvador del mundo. Se remontará con orgullo por los aires para subir hasta el cielo; será sofocado por el soplo de San Miguel Arcángel. Caerá y la tierra, que llevará tres días en continuas evoluciones, abrirá su seno lleno de fuego: será hundido para siempre, con todos los suyos, en los abismos eternos del infierno. Entonces el agua y el fuego purificarán y consumirán todas las obras del orgullo de los hombres y todo será renovado: Dios será servido y glorificado».
Nihil obstat: imprimátur.Datum Lýciii, ex Curia Episcopáli, die 15 Nov. 1879.Vicárius Generális,CARMÉLUS Archid. COSMA.
Reverendísimo señor,La Sagrada Congregación de la Inquisición ha recibido de la Congregación del Índice la carta que vuestra grandeza envió el 23 de Julio pasado relativa al opúsculo titulado: L’Apparition de la Très Sainte Vierge sur la montagne de la Salette. Los Eminentísimos Cardenales, conmigo Inquisidores Generales de la Fe, juzgamos digno de los más grandes elogios el celo que habéis desplegado en denunciar este opúsculo. Queremos que sepáis que el Santo Oficio está insatisfecho con la publicación de este libro. Su deseo expreso es que cada copia que se ha puesto en circulación debe, en la medida de lo posible, retirarse de las manos de los fieles, pero mantenedlo entre las manos del clero para su aprovechamiento.Prospero Card. Caterini,Roma, 14 de agosto de 1880.
Mons. el Obispo de Nîmes ha, como han hecho varios de sus colegas, denunciado a la Sagrada Congregación de la Inquisición un opúsculo recientemente publicado bajo este título: L’Apparition de la Très Sainte Vierge sur la Montagne de La Salette, la cual contendría el secreto de Melania. La Sagrada Congregación de la Inquisición ha expresado su juicio sobre este opúsculo en una carta dirigida a Mons. el Obispo de Troyes, por Su Eminencia el Cardenal Caterini, Prefecto de la dicha Congregación. La importancia de este decisión nos obliga a hacerla conocer sin demora:Reverendísimo señor,La Sagrada Congregación de la Inquisición ha recibido de la Congregación del Índice la carta que vuestra grandeza envió el 23 de Julio pasado relativa al opúsculo titulado: L’Apparition de la Très Sainte Vierge sur la montagne de la Salette. Los Eminentísimos Cardenales, conmigo Inquisidores Generales de la Fe, juzgamos digno de los más grandes elogios el celo que habéis desplegado en denunciar este opúsculo. Queremos que sepáis que el Santo Oficio está insatisfecho con la publicación de este libro. Su deseo expreso es que cada copia que se ha puesto en circulación debe, en la medida de lo posible, retirarse de las manos de los fieles…Roma, 14 de Agosto.P. Card. Caterini
(…) Entre tanto, se presionó poderosamente ante la Santa Sede para que el opúsculo de Melania fuera puesto en el Índice. Varios dijeron que en esta circunstancia algunos cardenales se reunieron para llevar sobre él un juicio; cuánto se hizo se ignora absolutamente; pero puedo afirmar con certeza, e incluso oficialmente, que todos los esfuerzos para obtener la prohibición formal del opúsculo fueron vanos.Solamente, al final, para calmar un poco a los prelados franceses que continuaron haciendo la guerra al Secreto, el cardenal Caterini, secretario del Santo Oficio, escribió una carta en la cual decía que el Santo Oficio veía con disgusto la publicación del Secreto (haciendo alusión sobre todo a la parte concerniente al clero) y no juzgando que fuera a propósito el dejarlo en manos de los fieles.Esta carta decía que se retirara, si fuera posible, estos ejemplares de las manos de los fieles. He aquí lo que se pudo obtener de Roma.Pero los diarios, mentirosos como de costumbre, publicaron que el Santo Oficio venía de lanzar una absoluta prohibición del opúsculo, de donde surgió pronto en las almas débiles una duda sobre la realidad misma de la aparición de Nuestra Señora de La Salette.En realidad, el opúsculo de Melania jamás fue puesto en el Índice: se manifiesta solamente la voluntad de no verlo entre las manos de los fieles, precisamente a causa de la parte concerniente al clero; pero no hya en esta carta ni una palabra que pueda debilitar la autenticidad de este mismo secreto, ni el valor de las profecías que incluye.Todos los prelados y otros dignatarios eclesiásticos de mi conocimiento que han conocido el Secreto, todos sin excepción, han emitido un juicio enteramente favorable al dicho Secreto, bien con relación a su autenticidad, bien desde el punto de vista divino, aprobado en el cedazo de las Sagradas Escrituras, lo que imprime al Secreto un carácter de verdad que es actualmente inseparable. Entre estos prelados, me basta nombraros al cardenal [Domenico] Consolini, el cardenal [Filippo Maria] Guidi, el cardenal [Sisto] Riario Sforza, arzobispo de Nápoles, Mons. [Mariano] Ricciardi, arzobispo de Sorrento, Mons. [Francesco Saverio] Petagna, obispo de Castellammare, y otros ilustres prelados que de momento su nombre no me regresan a la memoria.
«…Decimos en efecto… que el tejido de groserías y de necedades publicada bajo el título de Secreto de La Salette etc.… o de Secreto de Melania etc.… ha sido puesto en el Index, el 7 de Junio de 1901 y el 12 de Abril de 1907».
«Señor Marqués,He aquí la respuesta que recibí del Rev. P. Lepidi a las tres preguntas planteadas en vuestras cartas del 6 y 25 de Noviembre y el 13 de Diciembre:“He aquí que me ha sido dado el recoger información segura sobre el asunto del Secreto de La Salette ante las Congregaciones Romanas del Índice y el Santo Oficio:
- El Secreto de La Salette jamás fue condenado de una manera directa y formal por las Sagradas Congregaciones de Roma.
Dos libros del sr. Gilbert-Joseph-Émile Combe han sido condenados por el Índice:
- El uno en 1901: Le Grand Coup avec sa Date Probable, étude sur le Secret de La Salette, augmenté de la brochure de Mélanie et autres pièces justificatives.
- El otro libro en 1907: Le Secret de Mélanie et la Crise Actuelle.
- Estas condenaciones conciernen directa y formalmente a los dos libros escritos por el sr. Combe y no al Secreto.
Le pido a V. E. aprobar, etc.…Vaticano, 16 de Diciembre de 1912.Alberto Lepidi, O. P.”Transmitiéndoos esta respuesta, os pido, señor Marqués, aprobar la expresión de mis respetuosos sentimientos.J. Card. Luçon, Arzobispo de Reims».
SUPREMA Y SAGRADA CONGREGACIÓN DEL SANTO OFICIODECRETO SOBRE LO QUE LA GENTE LLAMA “Secreto de La Salette”Ha llegado noticia a esta Congregación Suprema que no faltan algunos, incluso entre el conjunto eclesiástico, que desestimando las respuestas y las decisiones de esta Sagrada Congregación, proceden a discutir y analizar a través de libros, pequeñas obras y artículos editados en publicaciones periódicas, ya sea firmada o sin nombre, en relación con el llamado secreto de La Salette, sobre sus diversas formas y su adecuación a los tiempos actuales y futuros, y, no sólo sin el permiso de los ordinarios, sino también en contra de su prohibición.Para que estos abusos que se oponen a la verdadera piedad y hieren grandemente la autoridad eclesiástica puedan ser contenidos, la misma Sagrada Congregación ordena a todos los fieles de cualquier región que no discutan ni investiguen bajo ningún pretexto, ni a través de libros, o de pequeñas obras o artículos, ya sea firmado o sin firmar, o en cualquier otra forma de cualquier tipo, sobre el tema mencionado. Quienquiera que viole este precepto del Santo Oficio, si son sacerdotes, se vean privados de toda dignidad y suspendidos por el Ordinario del lugar de oír confesiones y de celebrar Misa; y, si son laicos, no se les permita acceder a los los sacramentos hasta que se arrepientan.Por otra parte, que la gente se sujete a las sanciones dadas por ambos el Papa León XIII en la Constitución “Officiórum ac múnerum” contra aquellos que publican libros que tratan de asuntos religiosos sin la autorización legítima de los superiores y por Urbano VIII, a través del decreto “Dóminus Noster Sanctíssimus” dado el 13 de marzo 1625 en contra de los que hacen públicas afirmaciones reveladas sin el permiso de los ordinarios. Sin embargo, este decreto no prohíbe la devoción hacia la Santísima Virgen bajo el título de “Reconciliadora” designada comúnmente “de La Salette”.Dado en Roma, en la Sede del Santo Oficio, el día 21 de Diciembre de 1915.Luis Castellano, Notario de la Sagrada Romana y Universal Inquisición.
SUPREMA Y SAGRADA CONGREGACIÓN DEL SANTO OFICIODECRETO CONDENATORIO DEL OPÚSCULO “L’apparition de la Très Sainte Vierge de La Salette”Miércoles 9 de Mayo de 1923En la Sesión General de la Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio, los Eminentísimos y Reverendísimos Señores Cardenales prepósitos para la tutela de la Fe y las Costumbres han proscrito y condenado el opúsculo L’apparition de la Très Sainte Vierge sur la sainte montagne de la Salette le samedi 19 septembre 1845 – Simple réimpression du texte intégral publié par Mélanie, etc. Société Saint-Augustin, Paris-Rome-Bruges, 1922, ordenando, a quien tenga derecho, proceda de forma que los ejemplares del opúsculo condenado sean retirados de las manos de los fieles.Y el mismo día, Nuestro Santísimo Padre Pío, por la Divina Providencia Papa XI, en la audiencia ordinaria concedida al Reverendo Padre Asesor del Santo Oficio, aprobó según el informe que le fue hecho, la resolución de los Eminentísimos Padres.Dado en Roma, en el palacio del Santo Oficio, el día 10 de Mayo de 1923.Luis Castellano, Notario de la Sagrada Romana y Universal Inquisición.
«La aparición de La Salette, sucedida en 1846, fue reconocida por Monseñor Bruillard, Obispo de Grenoble, el 19 de septiembre de 1851. La aparición estuvo acompañada de un mensaje que fue publicado inmediatamente y en el que se denunciaban los pecados cometidos contra la santificación del domingo y la abstinencia cuaresmal.Por otra parte, la vidente Melania Calvat puso por escrito los mensajes que afirmaba haber recibido de la Santísima Virgen, en dos redacciones cortas y tres más completas. Lo que se llama “Gran Secreto” corresponde a la última de las redacciones completas (21 de noviembre de 1878).Al respecto, es preciso comenzar por reconocer que ningún acto canónico autorizó o prohibió la publicación de este texto.El gran protector de la vidente, Monseñor Zola, Obispo de Lecce (Italia), se dedicó a difundir el mensaje del Gran Secreto a partir de 1879 y le concedió su “Imprimatur”. Ahora bien, el Obispo de Lecce no contaba con el poder jurisdiccional requerido para conceder la autorización de la Iglesia. Ésta debía provenir del Obispo de Grenoble, ordinario del lugar de las apariciones, o bien de la Santa Sede.A veces se afirma que Pío IX y León XIII habrían dado de viva voz su asentimiento al texto. Con todo, es claro que estos comentarios oficiosos (cuya autenticidad aún no se ha probado) no pueden suplir un texto canónico promulgado en debida forma.Hasta el presente el Gran Secreto de La Salette no ha sido ni aprobado ni reprobado por la Iglesia en virtud de un juicio propiamente canónico que se imponga a la adhesión de los fieles.Ante la ausencia de reconocimiento oficial de parte de la Iglesia, cada cual tiene libertad para juzgar el Gran Secreto de La Salette de la manera como lo entienda, siempre y cuando sea de conformidad con las reglas de la prudencia sobrenatural.De hecho, teólogos respetables han manifestado reservas fundadas.En su tratado de teología mística el Padre [Augustin] Poulain lo presenta así: “Algunas personas consideran que el Secreto de Melania de La Salette sufrió modificaciones de parte de la imaginación de la vidente. Una de las razones invocadas, es que el texto contiene acusaciones muy duras y sin ningún correctivo sobre las costumbres del clero y de las comunidades religiosas desde 1846 hasta 1865. La historia nos enseña toda otra cosa, ya que muestra un período de fervor y de celo apostólico. Esa era la época de Pío IX, de Don Bosco, del Santo Cura de Ars y de la difusión de la enseñanza cristiana en Francia”.El Cardenal [Louis] Billot también manifestaba las mismas prudentes reservas.No cabe duda que habría razones para relativizar estas reservas, teniendo en cuenta que estos teólogos escribían en momentos en que el significado eventualmente profético del mensaje estaba aún lejos de ser evidente.Con todo, es innegable que a la par de afirmaciones animadas de gran tenor apocalíptico, el texto contiene aquí y allá algunas puerilidades desconcertantes.Otro pasaje sigue siendo motivo, incluso hoy, de regueros de tinta y de saliva: “Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo”. ¿Quién podría negar que, tomada en todo el rigor de sus términos, esta frase resulta sorprendente e inquietante para un católico, por más que sea consciente de la magnitud de la crisis que sacude a la Iglesia después del Concilio Vaticano II?Es claro que los acontecimientos de fin del siglo XX legitiman, hasta cierto punto, el recurso a la analogía de expresión.Sin embargo, ciertas analogías encierran sutilezas que pueden escapar al común de los mortales. Por eso nos parece que a la luz de la sana teología y de las reglas de discernimiento de los espíritus, los católicos deben esperar que las moniciones venidas del Cielo estén exentas de cualquier equivocidad, presentándose así con todas las garantías de autenticidad.Todo esto puede ilustrarnos acerca de por qué Roma no quiso autorizar hasta ahora la publicación de este texto, confiriéndole la luz verde de un “nihil obstat” canónico.La frase de Fátima “El Santo Padre tendrá mucho que sufrir” escapa a semejantes ambigüedades, porque el recurso a un circunloquio evita perjudicar la institución divina y no hay nada que choque contra nuestro espíritu de fe: aquí podemos respirar tranquilamente, en un clima perfectamente católico.La frase de La Salette es, tal vez, más fuerte, aunque se podría lamentar que carezca de la debida suavidad.Claro que no es exactamente la manera de hablar de Lutero, que identificaba al Papa con el Anticristo.Con todo, ante la inexistencia de un pronunciamiento autorizado del magisterio, no se podría reprochar a un católico las dudas que tuviese sobre el origen divino de estas revelaciones.En el sermón de las consagraciones el 30 de junio de 1988 Monseñor Lefebvre cita esta profecía de La Salette, pero evita reproducir la expresión que Mélanie atribuye a la Santísima Virgen. Se contenta con decir que “la Santísima Virgen anunció que habrá como un eclipse en Roma, un eclipse de la fe”.Quizá se nos replique que nadie puede pretender ser más sabio que la Virgen María…Pero toda la cuestión radica precisamente en saber si el Gran Secreto de La Salette tiene origen divino.Mientras el magisterio no se pronuncie, cada uno tiene libertad para guiarse según su sabiduría. Y nos parece que la de Monseñor Lefebvre, al menos en el estado actual de cosas, representa una garantía suficiente.El Gran Secreto de la La Salette no tiene aprobación alguna, ni siquiera aprobación negativa. Podría uno rehusarse a prestarle fe humana porque no tiene aprobación. O podría darle alguna credibilidad. Son palabras que, cualquiera sea su origen y veracidad, siempre habrán de valorarse a la luz de la Revelación pública y la prudencia cristiana. Nadie debería hacer de esta supuesta profecía mariana una suerte de segunda revelación o lugar teológico. Hay que rechazar de plano la frecuente manipulación y abuso de estas palabras». (“Las Revelaciones Privadas y el Secreto de La Salette”, En revista Iesus Christus, de la FSSPX-Distrito de América del Sur, nº 136, Julio-Septiembre de 2011, págs. 15-22)
«De hecho, gracias a un reciente descubrimiento inesperado, hecho en Roma el 2 de octubre de 1999, los “secretos” revelados por la Virgen María en La Salette a los pastores, que fueron enviados al Papa Pío IX el 18 de julio de 1851, creyéndose perdidos, se encontraron milagrosamente en los archivos del antiguo Santo Oficio por el Padre Michel Corteville…» (Le secret authentique de La Salette, Blog LA QUESTION, 19 de febrero de 2012- Traducción de Antonio Moiño Munitiz para AMOR DE LA VERDAD, 19 de febrero de 2012)
- LOS CASTIGOS QUE SE SUCEDERÁN DURANTE 35 AÑOS POR EL ABANDONO A DIOS: «Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, ha descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente poner divisiones entre los soberanos, en todas las sociedades y en todas las familias. Se sufrirán penas físicas y morales. Dios abandonará a los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante más de treinta y cinco años».
- ADVERTENCIA A PÍO IX SOBRE NAPOLEÓN III: «Que desconfíe de Napoléon, su corazón es doble; y cuando quiera ser a la vez Papa y Emperador, muy pronto se retirará Dios de él. Es esa águila que queriendo siempre elevarse caerá sobre la espalda de la cual quería servirse para obligar a los pueblos a ensalzarlo».
- EL NACIMIENTO DEL ANTICRISTO COMO HIJO CARNAL DE UNA MONJA HEBREA Y DE UN OBISPO: «Durante ese tiempo ha de nacer el Anticristo de una religiosa hebraica, una falsa virgen que tendrá comunicación con la vieja serpiente y el maestro de la impureza, su padre será obispo. Al nacer, vomitará blasfemias y tendrá dientes. En una palabra, será el diablo encarnado. Dará gritos aterrorizadores, hará prodigios, solo se alimentará de impurezas. Tendrá hermanos que, sin bien no serán otros demonios encarnados como él, serán hijos del mal. A los doce años ellos se destacarán por las extraordinarias victorias que obtendrán. Luego cada uno estará a la cabeza de ejércitos, asistidos por legiones del inferno».
- EL DEMONIO FUE DESATADO EN 1864, Y ATACA ESPECIALMENTE A LOS CONSAGRADOS: «En el año de 1864 Lucifer, con gran número de demonios, serán desatados del Infierno. Abolirán la fe poco a poco, aún entre las personas consagradas a Dios; las cegarán de tal manera que, a menos de una gracia particular, esas personas tomarán el espíritu de sus malos ángeles».
- LA EXTINCIÓN DE LA FE CAUSARÁ PRODIGIOS FALSOS: «Habrá por todas partes prodigios extraordinarios, porque la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz alumbra al mundo».
- DESAPARECERÁN LAS INSTITUCIONES Y LOS VALORES TRADICIONALES: «Se abolirán los poderes civiles y eclesiásticos; todo orden y toda justicia serán pisoteados; no se verán más que homicidios, odio, envidia, mentira y discordia sin amor por la patria y por la familia».
- LA ABOMINACIÓN EN EL SANTUARIO: «En el año de 1865 se verá la abominación en lugares santos, en los conventos, las flores de la Iglesia estarán corrompidas y el demonio será como el rey de los corazones». (Esta profecía se verá cumplir cien años después)
- VIOLENCIA Y HOMICIDIOS AUN EN LAS CASAS: «Los malvados desplegarán toda su malicia, se matarán, se asesinarán mutuamente aún dentro de las casas».
- LA FALSA PAZ HARÁ OLVIDAR LOS PECADOS: «Esta paz entre los hombres no será larga: 25 años de abundantes cosechas harán olvidar que los pecados de los hombres son la causa de todos los males que suceden en la Tierra».
- UN LÍDER QUE PRETENDERÁ ACABAR LA RELIGIÓN: «Un precursor del anticristo, con sus tropas de muchas naciones, combatirá contra el verdadero Cristo, el único salvador del mundo; derramará mucha sangre y pretenderá aniquilar el culto a Dios para ser tenido como un Dios».
- REVOLUCIONES EN LA NATURALEZA: «La Tierra no producirá más que malos frutos. Los astros perderán sus movimientos regulares. La luna no reflejará más que una débil luz rojiza. El agua y el fuego causarán en el globo terrestre movimientos convulsivos y horribles terremotos que tragarán montañas, ciudades, etc.».
- EL DEBER DE RESISTIR: «Pelead, hijos de la luz, vosotros, pequeño número que ahí veis; pues he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines».
«Era conocido por haber sido uno de los primeros patrones y uno de los mentores de Giovanni Battista Montini, el futuro Pablo VI, de quien se dice que votó por el cardenal Pizzardo en el cónclave de 1963. Aunque sus relaciones se tornaron más distantes luego que Montini accedió al trono de San Pedro, el último viaje de Pablo VI fuera de su residencia de verano antes de morir en agosto de 1978 fue en ocasión de una misa conmemorativa por el aniversario del difunto cardenal».
- El secreto fue condenado por el decreto de 1923. Ahora, el decreto, citado por el mismo Ricossa en su artículo de Sodalitium, «prohíbe la posesión y la lectura»… del opúsculo por parte de los fieles, luego ¡no se condena el contenido!
- El decreto del Santo Oficio de 1923 trata del Secreto y no sobre las adiciones intempestivas del Dr. Grémillon (Mariavé). ¿No es eso lo que significa la expresión «aunque sin» en la carta del cardenal Pizzardo?
«No someterse a las interdicciones, es destruir el reconocimiento [de la Aparición]. Si la Iglesia ha sido malaconsejada y engañada en este caso, ¿por qué no lo sería en el otro?». (Boletín Notre Dame de la Sainte Espérance, N° 156, Saint-Maixant 33).
- Mons. Jacques Marie Achille Ginoulhiac, obispo de Grenoble y succesor de Mons. De Bruillard, fue el primer perseguidor de Melania y Maximino con relación a sus secretos. Él esperaba el favor del poder político y un arzobispado con capelo cardenalicio, y para complacer al emperador Napoleón III y al cardenal De Bonald, declara el 19 de septiembre de 1855, en una homilía en La Salette, que “La misión de los pastores ha terminado, comienza la de la Iglesia”. Tristemente, sus palabras fueron hijas del racionalismo y el odio a los videntes, y a Melania la trataba de loca (un día, Melania habló con unas mujeres de La Salette, y estas le dijeron que el obispo Ginoulhiac llamaba loca a la vidente de La Salette. Él, apenas se acercó a las señoras luego de retirarse Melania, les dijo: “Ésa es la loca, con la que estábais hablando”). Sumado a ello, era liberal (en el Concilio Vaticano defendió la libertad de la ciencia y rechazó la infalibilidad papal, marchándose antes de la votación). En castigo, Ginoulhiac murió loco, jugando con muñecas.. Luego de recibir el capelo cardenalicio anejo al Arzobispado de Lyon, muere loco el 17 de Noviembre de 1875, jugando a las muñecas y con sus propios excrementos…
- Mons. Amand-Joseph Fava, obispo de Grenoble y sucesor de Mons. Ginoulhiac, no parece haber sufrido de un exceso de humildad al pretender imponer su regla de preferencia a la que fue dada por la Santísima Virgen María a Melania. Al inaugurar las oficinas del rotativo La Croix de L’Isère, instala la imagen de Nuestra Señora de Lourdes, desconociendo nuevamente, vistas las circunstancias, el favor que la Santísima Virgen había hecho a su diócesis (se llegó a decir incluso que los milagros que sucederían en La Salette fueron trasladados a Lourdes como consecuencia del desprecio a la primera advocación). La velada fue feliz en las oficinas y él se retiró tarde. La mañana siguiente, 17 de Octubre de 1899, fue encontrado muerto sobre el piso, desvestido, los brazos torcidos, los puños crispados, los ojos y la cara expresaban el espanto de una horrible visión.
- El cardenal Adolphe Louis Albert Perraud, obispo de Autun, quería apropiarse de la capilla de la Inmaculada Concepción en la Ciudadela de Chalon (legado del padre Ronjon a Melania), trasladando el caso a la justicia civil, por un diferendo que retiró del tribunal eclesiástico al saber que no ganaría allí. Él vio que el gobierno, en virtud de la Ley de Separación del 9 de Diciembre de 1905, se apoderó de todos los bienes de su casa, y murió algunos días después, el 10 de Febrero de 1906. No le quedó ni la tumba que hizo para sí en Paray-le-Monial. Por orden del alcalde, el cortejo, a su llegada, fue conducido al cementerio. Es el único obispo en Francia que no fue enterrado en una iglesia inmediatamente a su muerte.
- Mons. Aimé-Victor-François Guilbert, obispo de Amiens y opositor a La Salette, decía que luego de ser arzobispo de Burdeos, sería creado cardenal. Ya tenía hechas las promesas para cuando recibiera el capelo. Se encontró, el 9 de Agosto de 1889, en Gap, un poco indispuesto… El 15 de Agosto, se le dejó solo un instante. Cuando regresaron, se vio, por las trazas, que se aferró al tapiz y a los muebles con desesperación. Había muerto. En el curso de los funerales, pomposos, la pesada carga rodó de lo alto del catafalco y cayó sobre el suelo con un ruido de trueno, repercutiendo bajo las altas bóvedas de la catedral. La multitud se retira, espantada, y no asiste al entierro que se hizo de noche.
- El cardenal Guillaume René Meignan, arzobispo de Tours, enemigo declarado de la Salette, murió súbitamente durante la noche del 19 de Enero de 1896, luego que el día anterior estaba en plena salud. Tres años antes, había recibido el capelo cardenalicio y el título presbiteral de la Santísima Trinidad en el Monte Pincio.
- Mons. Georges Darbois, arzobispo de París y uno de los últimos galicanistas (por lo que jamás recibió el capelo), no creía en la Salette. Y durante dos horas, el 4 de Diciembre de 1868, había hecho lo imposible para amenazar a Maximino a fin de declararla falsedad de la aparición… Mons. Darbois tuvo un ataque de risa, diciendo «¿Después de todo, ¿qué discurso como el de vuestra pretendida Hermosa Señora? No es más francés que no tiene sentido común… Es estúpido su discurso! ¡Y el Secreto no puede ser más que una estupidez… No, no puedo, yo, el arzobispo de París. autorizar una devoción semejante!». Maximino le respondió: «Monseñor, es tan verdadero que la Santísima Virgen se me apareció en La Salette y que ella me ha hablado, como que es verdad que en 1871, Vd. será fusilado por la canalla», y salió del Arzobispado. Tres años más tarde, le 4 de Abril de 1871, él fue encarcelado en la prisión Roquette por la Comuna de París. El 24 de Mayo, cayó bajo las balas por órdenes del líder comunal Théophile Charles Gilles Ferré… después de hacer una reparación de honor a Nuestra Señora de la Salette, cuando los prisioneros le querían salvar, exclamó: «Es inútil, Maximino me dijo que seré fusilado».
- El padre Henri Berthier, misionero de la Salette, cómplice de Mons. Fava, calificó la regla de la Santísima Virgen (que el Papa quería imponerle) de regla impraticable, que exige que los misioneros sean sin ambición sobre la menor de las cosas pasajeras. Enviado a Noruega para una fundación en 1880, encuentra práctico poner en un cinturón alrededor suyo los relojes de oro que tenía. Cayó al agua, y se hundió bajo el peso del oro.
- Mons. Paul-Émile Henry, obispo de Grenoble, predicó a los peregrinos, el 14 de Julio de 1907, osó felicitarlos por haber venido en ese día de la fiesta de Nuestra Señora del Carmen. Él les advirtió contra el pretendido “secreto de Melania”, y so pretexto de hacer aprobar por Roma un oficio en honor de Nuestra Señora de La Salette, pero sobre todo con el fin de obtener el encubrimiento del secreto, envió al canónigo Grespellier. Un año más tarde, el 14 de Julio de 1908, el canónigo fue detenido por la muerte, en el momento en que quería tomar su sombrero para dirigirse a la Sagrada Congregación. El 14 de Julio de 1911, cuatro años más tarde, Mons. Henry, sobre su velatorio, atendió a su entierro (había muerto el 8 de Julio).
- Mons. Hector Irénée Sevin, arzobispo de Lyon, fue un adversario furioso del Secreto, pero sus esfuerzos fueron en vano para hacerlo poner en el Índice. Él fue golpeado de muerte súbita el 4 de Mayo de 1916, y la descomposición se acentuó, a pesar del embalsamamiento, a un punto terrorífico por toda la duración de la exposición bajo el catafalco. El interior del cuerpo, informó el doctor Leclerc que asistió a la autopsia, estaba ya devorado por los gusanos.
- El cardenal Léon Adolphe Amette, arzobispo de París (que antes, como obispo de Bayeux, había hecho todo para desacreditar las apariciones de la Reina del Santísimo Rosario en Tilly-sur-Seulles, y se enfrentó a la vidente Marie Martel), a quien un día la princesa de La Tour du Pin le preguntó por qué, mientras el Papa aceptaba el Secreto de La Salette, él lo rechazaba en su diócesis… Suprimió también Le Pèlerin de Marie, una pequeña revista dedicada a la defensa de La Salette. También fue golpeado de muerte súbita el 29 de Agosto de 1920. Su rostro fue enseguida estragado por la putrefacción, al punto que la exposición fue imposible. Según el diario La Croix, a ninguno le fue permitido penetrar en la cámara mortuoria: el príncipe de la Iglesia devino negro como el carbón. Cuando iban a lavar su cadáver, su propia hermana fue presionada para retirarse, sin haberlo visto.
- Mons. Louis Déchelette, obispo de Évreux, otro enemigo de La Salette, tuvo el mismo final que el cardenal Amette, el 11 de Abril de 1920. En esta época, varios obispos y cardenales franceses se distinguieron por este ennegrecimiento y putrefacción inmediata luego de sus decesos.
- Mons. Guillaume-Marie Frédéric Bouange, obispo de Langres, enemigo de La Salette: murió súbitamente el 5 de Mayo de 1884.
- Mons. Hector-Albert Chaulet d’Oultremont, obispo de Le Mans, que había en dos ocasiones, en la Semana Religiosa de su diócesis, protestado contra el Secreto de La Salette: murió súbitamente el 14 de Septiembre de 1884 y fue sepultado en el mismo aniversario de la aparición.
- Mons. Émile-Louis-Cornil Lobbedey, obispo de Moulins en 1906, obispo de Arrás en 1911. Le dijo al padre Combe que jamás le daría el imprimátur a una Vida de la Pastora de La Salette. Murió súbitamente el 24 de Diciembre de 1916. El día anterior había hecho una ordenación.
- El canónigo Aimable Frézet, en el Boletín de la diócesis de Reims, el 7 de Octubre de 1911 y el 25 de Mayo de 1912 proclamó francamente que el Secreto, confiado por Melania a Pío IX, jamás salió del Vaticano, que «el tejido de groserías y de necedades publicada bajo el título de Secreto de La Salette o de Secreto de Melania ha sido puesto en el Índice», y constituía un ultraje al buen sentido… Un laico, Henri Prévost de Sanzac, marqués de la Vauzelle, escribió el 6 de Noviembre de 1912 al Cardenal Louis Henri Joseph Luçon, arzobispo de Reims, exigiendo una respuesta. El cardenal respondió el 27 de Noviembre: «…Los artículos del Boletín reproducen bien mi propio sentimiento». El 16 de Diciembre, el padre Alberto Lepidi, en una carta al cardenal Luçon le declaró que el Secreto de La Salette jamás fue condenado por el Indice ni por el Santo Oficio. La respuesta fue transmitida al Marqués de la Vauzelle, pero no hubo retractación en el Boletín de Reims ni en las Semanas Religiosas que lo habían reproducido. En 1914, luego de la III República Francesa anunciara la movilización general en la “guerra universal espantosa” el 1 de Agosto (sábado de la VIII semana después de Pentecostés), el 19 de Septiembre, a las 15:00h (a esa hora tuvieron lugar las apariciones en La Salette), comienza el bombardo sistemático a la catedral de Reims. El cardenal Luçon simplemente exclamó: «Se trata de algunas coincidencias, entre otras».
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No acabo de entender los tres párrafos antes de la foto del Sr. Belmont, y no están en ninguna de las fuentes que se citan arriba.
He solicitado en «Miles Christi» (fuente del artículo), que por favor me los aclaren aportando un texto más amplio del boletín no.156 que cita pero no obtengo respuesta.
Lo digo porque en su web, el Sr. Belmont, en 2001, declara aceptar totalmente La Salette:
Haz clic para acceder a gloire-et-larmes.pdf
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