sofronio | 18 de septiembre de 2012 en 14:27 | Responder |Editar

Estimado editor:
No estoy muy de acuerdo an este método para combatir las herejías modernistas; me refiero a esa exhaustiva ralación cuyo enunciado se convierte en una breve síntesis escrita, una sucinta frase, que luego al contraslarla con el documento, puede resultar que dicha herejía no consista en eso o no tenga nada que ver. Lo cual descalificaría todo el resto y la posición de los que queremos combatir la herejía donde se encuentre.

Le pongo un ejemplo:
síntesis de la herejía:
“Los métodos científicos deberían ser utilizados para controlar los nacimientos.” Según la relación se encontaría en GS 87.
Entonces el lector se dirige a GS 87, en el archivo vaticano y encuentra un texto que no dice en ninguna parte la frase “deberían ser utilizados” que exhortaría a la inmoralidad; sino que lo que encuentra, dentro de un farragoso artículo es: “Dése al hombre también conocimiento sabiamente cierto de los progresos científicos con el estudio de los métodos que pueden ayudar a los cónyuges en la determinación del número de hijos, métodos cuya seguridad haya sido bien comprobada y cuya concordancia con el orden moral esté demostrada”. Y más arriba en el mismo artículo, “Dado que muchos afirman que el crecimiento de la población mundial, o al menos el de algunos países, debe frenarse por todos los medios y con cualquier tipo de intervención de la autoridad pública, el Concilio exhorta a todos a que se prevenga frente a las soluciones, propuestas en privado o en público y a veces impuestas, que contradicen a la mora”l.
Me parece, a mi modesto entender, que precisamente en este artículo no hay nada que contradiga, en el fondo, la encíclica Casti connubii del Papa Pío XI, si bien se puede no estar de acuerdo con el uso de un lenguaje confuso y hasta laxo.
Hay otros errores en el Concilio y más en GS, suficientes en sí mismos por su gravedad, para evitar acudir a explicaciones no exactas, que pudieran poner en entredicho la coherencia tradicional, aún con sus divergencias.

José Manuel Rosa | 18 de septiembre de 2012 en 18:27 |Responder | Editar

Estimado moimunan:

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “hereje” es la persona que niega alguno de los dogmas establecidos por una religión, y los “dogmas” están constituidos por la doctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia, constituyendo el “fundamento” de la religión.

No me parece que vayan en contra de los “fundamentos”, es decir, de las “razones principales” de la religión católica que profesamos, las afirmaciones que relaciona, nada menos que en número de 202. Yo más bien creo que se trata de pequeñas frases que, sacadas de contexto, pueden tener un significado bien diferente del que “a priori” aparentan. En todo caso, a mí personalmente me dan la impresión que son frases que muchas veces reflejan amor, comprensión, bondad y misericordia: lo que en esencia es Dios.

No debemos olvidar que toda nuestra fe se fundamenta en la doctrina, principalmente contenida en los Evangelios, y en los mismos se narran episodios de la vida de Jesucristo que nos demuestran que tanto Él como su Padre son jueces muy misericordiosos. El amor es la base de todo. Amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos (sea este prójimo musulmán, ortodoxo, protestante, etc.).

Si usted es auténticamente católico, el mejor favor que le haría a la Iglesia es realizar críticas constructivas, “correcciones fraternales”, como se sugieren en los Evangelios. Piense que Jesús, cuando María Magdalena iba a ser apedreada por unos judíos, acusándola de mala vida, interpeló a éstos diciéndoles: “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Y fue precisamente María Magdalena (la “pecadora”)quien acompañó a Jesús durante el recorrido por el Calvario. Y también fue María Magdalena, “la pecadora”, la mujer elegida para ser la primera en presenciar la resurrección de Jesucristo, el hecho que da sentido a nuestra fe en que la vida no acaba aquí, nos espera la vida eterna.

Por ello, no seamos como los hipócritas, los fariseos, los Sumos Sacerdotes del Sanedrín quienes, por iniciativa del Sumo Sacerdote Caifás, fueron en realidad los que alentaron al pueblo, ignorante y desagradecido, para asesinar a Jesús, con un ensañamiento tal que no nos queda más remedio que identificar a esos Sumos Sacerdotes con el mismo Demonio. Caifás sí que era un “Papa ilegítimo”.

Juan XXIII era un buen hombre que hizo lo que, a su modo de ver, era lo mejor para la Iglesia. No fue un dictador que impusiera unas normas sin oír el parecer de los demás. Nada más y nada menos que 2.500 Obispos de todas partes del mundo acudieron a Roma para discutir durante largo tiempo los males que aquejaban a la Iglesia y las posibles soluciones. ¿Las 2.500 personas (eminentes teólogos, uno de ellos mi tío el Arzobispo de Valencia Miguel Roca Cabanellas) iban a estar en su mayoría equivocadas?

Aqunque así fuera, es de Derecho Natural (léase divino) que el hombre puede errar y del mismo modo rectificar el error.

Yo soy muy partidario de la Misa tridentina, establecida a perpetuidad por el Papa San Pío V, como ha recordado Benedicto XVI en dos Motus Proprios. El Papa también quiere que se vuelva a la Misa tradicional, tanto es así que, nada más regresar de su viaje del Líbano, acaba de celebrar una Misa Tridentina, ¡y muchos se han puesto las manos en la cabeza! ¿En qué quedamos? ¿No queréis Misa tradicional?

Creo que ha sido un error del Concilio Vaticano II conceder un papel a los laicos que tan solo a los clérigos corresponde. Pero eso se puede rectificar. Por mucho dinero que se mueva en los movimientos laicos, el Papa debe tener coraje y valentía para disolver tales movimientos y declararlos ilegales. Los laicos no deben intervenir nada más que para ayudar en el sostenimiento de la Iglesia y acudir a los actos litúrgicos, tal como ordene la Iglesia. Y todos los laicos son exactamente iguales.

Con los Sacerdotes Diocesanos, las congregaciones religiosas y la jerarquía eclesiástica que rige sobre todos tenemos ya la Iglesia Madre y Maestra, a la que debemos obedecer sin rechistar, sobre todo si lo dice un Papa.

Lo que ha ocurrido a Juan Pablo II y Benedicto XVI con el Camino Neocatecumenal es que han sido manipulados, engañados, por los aduladores de Kiko Argüello y Carrmen Hernández. Pero tras muchos años coaccionando al Papa para que apruebe su herética “misa”, no lo han conseguido, ni lo conseguirán jamás.

Benedicto XVI es muy docto y valiente. Acaba de demostrarlo en su viaje al Líbano (y en las circunstancias de la reciente divulgación de una película blasfemando nada menos que a Mahoma, por quienes los Musulmanes matan a todo lo que no sea musulman). Y ha sido valiente en el viaje y después del viaje, celebrando, nada más llegar al Vaticano la Misa Tridentina.

Yo tengo conocimiento, por parte de altas esferas de la jerarquía eclesiástica, de que en el Vaticano se están estudiando las Misas Neocatecumenales y van a ser prohibidas tajantemente y muy pronto. Estos hechos sí que son auténticas herejías, no las pequeñas frases que pronunciadas en un Concilio, bien pueden tener un significado muy diferente si se las saca de contexto.

¿A quién desearía usted que se nombrara Papa? ¿Cuál sería para usted su Papa “legítimo”? Si los Cardenales son “ilegítimos”, por haber sido nombrados por Papas “ilegítimos”, ¿cómo se va a poder realizar un cónclave válido, para que a usted le parezca “legítimo” el Papa que resulte elegido. ¿Con Pio XII terminó la Iglesia Católica? Esto ni convendría ni se sostendría con ninguna argumentación sólida.

La humildad es la clave de todo buen católico. Aceptemos con humildad lo que el Papa ordene. Nosotros lo único que podemos hacer es rezar para que gobierne con acierto y para que aumente el número de seminaristas, religiosos y laicos humildemente sometidos a la autoridad de la Iglesia. Yo aportaré dos pequeños granitos de arena: dos hijos maravillosos que ahora están en el Seminario Menor de Málaga (Álvaro y Jaime) y que quieren ser Sacerdotes. Ojalá el Espíritu Santo ilumine al Santo Padre para que valientemente ordene la supresión de todos los movimientos laicos. No debemos tener miedo, seguro que con fe en Dios lo conseguiremos todo. Que la Virgen María, Madre de la Iglesia nos proteja contra todos nuestros enemigos que quieren crear confusión. Y que la verdad reluzca como el sol, tras ser desenmascarados los líderes de movimientos laicos, a quienes en realidad tan sólo les interesa el dinero, aunque vayan predicando humildad.

frisgo | 19 de septiembre de 2012 en 10:07 | Responder | Editar

Estimado José Manuel: todos queremos que el Señor sea misericordioso, pero nadie lo quiere como Juez terrible. Y, sin embargo, es también Juez terrible. Que nos ha dado razón y discernimiento, para que los usemos. Yo tampoco creo que haya 202 herejías. Pero con una sería suficiente, y la secta vaticanosegundista tiene no una sino al menos una docena de herejías. Verá: es la doctrina la que determina la obediencia, y no al revés. Es decir, soy obediente al Papa en la medida en que manda lo que ha de mandar, que no depende de su voluntad, sino de una doctrina y un magisterio multisecular y muchas veces ya expresado solemne e infaliblemente por muchos Papas. Al contrario, muchos han sido seducidos al creer que la doctrina se acepta porque la obediencia al Papa obliga a aceptarla. Eso es radicalmente falso. Entonces, los corruptores de la doctrina lo único que han de hacer es proponer doctrinas seductoras, amables, blanditas. ¿Quién no querría que el infierno estuviese vacío? Es fácil ser obediente a una teología que propone exactamente eso, y luego acogerse a la obediencia, como si ésta fuese absoluta. Pero, insisto, depende de la doctrina. Los Papas postconciliares han enseñado doctrinas contrarias al magisterio de siempre. El mismo Ratzinger señaló que el concilio fue el anti-syllabus promulgado por San Pío X. Pero si un Papa enseña que los Papas anteriores pueden ser apartados y sus enseñanzas relegadas o directamente contradichas ¿por qué cree que a él se le debe obediencia? ¿Qué tiene Ratzinger de especial para que haya que obedecerlo a él y no a San Pío X, que, no lo olvidemos, no sólo fue Papa sino Santo? Al negar la autoridad de la doctrina anterior al concilio, la secta postconciliar está negando la suya propia. Y, no lo olvidemos, los Papas postconciliares no sólo han sido heréticos, sino directamente blasfemos. Uno puede blasfemar del único Dios verdadero con una sonrisa en la boca y abrazando a todo el mundo, como se hace en Asís, pero eso no destruye la esencia del acto, donde se está fomentando el indiferentismo, que es la suave pendiente que conduce al ateísmo. ¿Acaso no está clara la diferencia entre los mártires católicos que fueron despedazados por no querer sacrificar a los falsos dioses y los sectarios vaticanosegundistas tan aficionados a participar en ceremonias sincréticas y paganas? Pues o bien los mártires eran católicos, y los Papas de la secta no, o bien los mártires no eran católicos y los Papas de la secta sí lo son. Ambas cosas a la vez, no puede ser.
O la religión es teocéntrica, o no es religión en absoluto. Así que la doctrina antropocéntrica de la secta no puede ser ni religión ni católica, porque dos centros al mismo tiempo no pueden ser. O bien hay Dios y el fin del hombre no puede ser otro entonces que Dios, o bien no hay Dios, y entonces el fin del hombre es él mismo. Lo que no puede ser es que un Papa pase por representante de Dios en la Tierra y al mismo tiempo niegue la realeza social de Jesucristo y prefiera (véase Caritas in Veritate) el reinado del poder masónico y anticristiano encarnado por la ONU. Las dos cosas al mismo tiempo, no.

José Manuel Rosa | 19 de septiembre de 2012 en 13:31 |Responder | Editar

Pero no me ha contestado a la pregunta de cómo elegir un Papa legítimo. ¿Cómo solucionaría usted este problema?

sofronio | 19 de septiembre de 2012 en 14:23 | Responder |Editar

La obediencia tiene unos límites bien definidos, porque “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. La fe, virtud teologal, sin la cual no se puede conocer a Dios y sin cuyo conocimiento es imposible amarle, está por encima de la virtud prudencial de la obediencia.

Cuando el Papa escandaliza, no se le debe obedecer sino resistir y si el escándalo es público, corregir públicamente, al igual que hizo San Pablo con Pedro y que se puede leer en la carta a los Gálatas. Pero si el autodicente Papa cae en herejía, deja de ser Papa ¿Quién lo juzga? La Iglesia que es infalible, dogma que generalmente se olvida. Lo juzga la doctrina en sintonía de toda la Tradición , de los Papas, de los Concilios, los Apóstoles, los mártires de la fe, los defensores de la fe, la santas vírgenes y todos los santos.
Hablando San Bernardo de la virtud de la obediencia dice: “No es una obediencia leprosa ni una paciencia de perro la que se espera de vosotros; la obediencia es un alimento deleitoso de la cual el Señor nos dice que es hacer la voluntad de su Padre”.
Y el mismo San Bernardo agrega una condición: “Yo supongo naturalmente que este hombre (el superior) no ordena nada que sea contrario a la Ley de Dios; si se produjera un tal caso la única regla que se podría seguir, en mi opinión es la que nos da el Apóstol San Pedro: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hech. 5, 29).
De este modo, sea cual sea mi superior, sea Rouco, sea el Papa, sea “un Angel venido del cielo”, si me pide adherirme al modernismo, al ecumenismo, a Asís o a la nueva Misa, yo debo negarle la obediencia y reservarla a Dios.
Si no, la obediencia a los hombres se hace un pecado. Incluso el simple cristiano del contorno que yo soy, tengo el deber de resistir los actos tiránicos de un superior, aunque sea obispo.
Que comete pecado quien se sujeta a obediencia y no resiste, según su estado, a los actos que van contra la realeza de nuestro Señor Jesucristo, es claro en Santo Tomás – “de regimine principium”-e incluso en San Benito en cuya regla señala, señala cómo hay que resistir los actos del superior que se desvía:
Pero, aun siendo toda la comunidad unánime en elegir a una persona cómplice de sus desórdenes, Dios no lo permita, cuando esos desórdenes lleguen de alguna manera al conocimiento del obispo a cuya diócesis pertenece el monasterio, o de los abades, o de los cristianos del contorno, impidan que prevalezca la conspiración de los mal intencionados e instituyan en la casa de Dios un administrador digno, seguros de que recibirán por ello una buena recompensa, si es que lo hacen desinteresadamente y por celo de Dios; así como, al contrario, cometerían un pecado si son negligentes en hacerlo.
¿Debemos de ser “perros mudos”, callarnos, aceptar sin replicar este abuso de poder y resignarnos a la descristianización, a los escándalos de Asís, a las bendiciones al Islam, a la falsificación de la doctrina?

¿Por qué Juan Pablo II no quiso hacer el juramento que desde S, Agatón (678), al menos, todos los papas venían haciendo? Me parece que la respuesta es simple: no estaba dispuesto a comprometerse con el contenido de ese juramento, como demostró con la mayor parte de su magisterio de palabra, obra y omisión. He aquí lo que todos los papas juraron y que los últimos ya no hacen:

«Yo prometo
*No cambiar nada de la Tradición recibida, y en nada de ella —tal como la he hallado guardada antes que yo por mis predecesores gratos a Dios — inmiscuirme, ni alterarla, ni permitirle innovación alguna. ( Obvio, han cambiado muchas cosas)
Juro, al contrario, con afecto ardiente, como su estudiante y sucesor fiel de verdad, salvaguardar reverentemente el bien transmitido (recibido), con toda mi fuerza y máximo esfuerzo (compromiso). Juro expurgar todo lo que está en contradicción con el orden canónico, si apareciere tal, y guardar los Sagrados Cánones y Decretos de nuestros Papas como si fueran la ordenanza divina del Cielo, porque estoy consciente de Ti, cuyo lugar tomo por la Gracia de Dios, cuyo Vicariato poseo con Tu sostén, sujeto a severísima rendición de cuentas ante Tu Divino Tribunal acerca de todo lo que confesare. Juro a Dios Todopoderoso y Jesucristo Salvador que mantendré todo lo que ha sido revelado por Cristo y Sus Sucesores y todo lo que los primeros concilios y mis predecesores han definido y declarado. Mantendré, sin sacrificio de la misma, la disciplina y el rito de la Iglesia. ( cómo van a jurar esto, si no son pocas las ocasiones en que mantienen la cáscara del catolicismo, pero el contenido de algunos dogmas le dan un sentido distinto ¡Véase las herejías de Müller! Sí, sí herejías, que no errores)
Pondré fuera de la Iglesia a quienquiera que osare ir contra este juramento, ya sea algún otro, o yo. Si yo emprendiere actuar en cosa alguna de sentido contrario, o permitiere que así se ejecutare, Tú no serás misericordioso conmigo en el terrible Día de la Justicia Divina. En consecuencia, sin exclusión, sometemos a severísima excomunión a quienquiera — ya sea Nos, u otro — que osare emprender novedad alguna en contradicción con la constituida Tradición evangélica y la pureza de la Fe Ortodoxa y Religión Cristiana, o procurare cambiar cosa alguna con esfuerzos opuestos, o conviniere con aquellos que emprendieren tal blasfema aventura.» ( En realidad a los únicos que han aplicado esto, en general, es a los que defienden la fe católica sin cambiar nada de la tradición).
Lo obvio, evidente, es que algunos dogmas ya no se creen, mientras otros se explican de forma protestante, vaciándolos de sentido católico; todo ello en aras de un nuevo becerro de oro, una bestia con muchas cabezas : falso ecumenismo, diálogo interreligioso, un solo gobierno mundial (ver Caritas et Veritatis), una paz del mundo ajena a la de Cristo y sobre todo, la renuncia al reinado social de Cristo, por que tantos mártires entregaron su vida, exhalando el último aliento al grito de ¡Viva Cristo Rey!; en fin, muchas cabezas pero una sola bestia, el caldo del cultivo del pseudo profeta: el culto al hombre, en contra del derecho de Dios ¿ Porq ué? Porque se prefiere el elogio y aplauso del mundo y las mullidas alfombras de los foros internacionales al ‘mugriento’ Pesebre y al solitario y alejado Calvario. En efecto, falta la fe católica de los mártires; éstos murieron a manos de los sarracenos predicando a Cristo, sin embrgo, ‘ayer’ Juan Pablo II pidió la bendición de S. Juan bautista para el Islam, en Jordania ¡ Dios mío!
¿Por qué estáis tan ciegos?
Gal1:8 — Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. — El evangelio predicado por Pablo, un apóstol inspirado por Dios, era y es completo y per¬fecto, absoluto y final. “Más si aun nosotros…” Algunos predicadores cambian. Muchos lo han hecho. Comienzan bien y después predi¬can el error. Dios no hace acepción de per¬sonas: si Pablo mismo en algún momento hu¬biera cambiado el evangelio que había predi¬cado a los gálatas, él habría merecido la con¬denación.

frisgo | 19 de septiembre de 2012 en 17:18 | Responder | Editar

¿Cómo elegir a un Papa legítimo? No lo sé. No sé si alguien lo sabrá. Desde luego, sería un gran alivio si alguien me demostrase que la sucesión apostólica no se ha interrumpido, que los Papas postconciliares son legítimos y que la ruptura con la tradición es sólo aparente. ¡Qué peso me quitaría de encima! Igual a alguien se le ocurre refutar las últimas entradas al respecto en este blog. Durante un tiempo dirigí mis preguntas a Infocatólica, pero, o las eliminaban o contestaban desabridamente. “Buitre carroñero” me llamó una vez el director. De donde deduzco que los proconciliares carecen de argumentos dignos de mención. Seguiré esperando. Yo pido discernimiento cada día al Señor y, repito, me supondría un enorme alivio comprobar que estoy equivocado.

Geroteo de Segovia | 19 de septiembre de 2012 en 23:35| Responder | Editar

EStimado Sr.Rosa.
Las 202 quizás no sean todas heréticas, pero el conjunto señala un alejamiento general de la fe verdaderamente resonante.

Ya sabe que no tenemos hoy ningún cardenal válidamente creado, por lo que no podemos tener un conclave regular.

Así que tenemos que recurrir a los precedentes, siendo el mas cercano el ocurrido durante el Gran Cisma de Occidente, cuando llegamos a tener dos, y luego tres Papas concurrentes, sin saber si había alguno legitimo, y cual.

Al final, se convoco un Concilio imperfecto, el de Constanza, y los cardenales de cada pretendiente, junto con 30 obispos en representación de los demás eligieron a Martín V.

Similarmente, primero, habría que conseguir que la generalidad de los católicos sepan y entiendan la situación actual, se llegue a un acuerdo explícito o tácito para que un cuerpo reducido de electores, preferentemente obispos, no mas de unas decenas, hagan elección que pueda ser aceptada por la Iglesia de Roma, y reconocida por la generalidad de los católicos dignos de ese nombre.

Huelga decir que hoy, no se dan ninguna de las condiciones necesarias para una buena elección, por lo quesería un error intentar una elección salvaje y casi confidencial.

llegara el día en que se reúnan, cuando Dios sabe.

Mikhail | 20 de septiembre de 2012 en 23:30 | Responder |Editar

Hola a todos!
Creo firmemente que el Espiritu Santo nos guia a los catolicos. Gracias doy a Dios por haber nacido catolico. Sin embargo pienso y siento profundamente, que nos dedicamos demasiado a ver nuestros propios errores o desordenes y pecados, mientras el mundo esta sumido en la mas terrible oscuridad de la historia, y aun falta mas. En vez de estar peleandonos entre catolicos, deberiamos luchar contra el maligno, autor de todo lo que vemos y de lo que aun no hemos visto. Desde tierras lejanas de misiones donde apenas hay biblias, no veo el beneficio que desde estas respetables salas de discusion cibernetica, le trae el pueblo avido de salvacion y esperanza. Es contra el demonio y su nuevo orden politico, economico, religioso, social contra quien debemos luchar de manos de la Ssma Virgen y Sn Miguel Arcangel. Lo demas, me parece, con todo respeto, textos sacados de contexto tal como lo hacen las sectas fundamentalistas para atacarnos biblicamente segun ellos. Con todo el respeto del mundo, creo que mas que aclaraciones doctrinales, que claro son son necesarias, son urgentes medidas de correccion y se ardor en la caridad. Llamado urgente a salir a llevar a Cristo a los necesitados segun Su mandato. Salud y bendicion!

Adversus Haereses | 21 de septiembre de 2012 en 2:54 |Responder | Editar

Geroteo de Segovia,
mucha razón tiene en su apreciación. Sobre todo al afirmar “primero, habría que conseguir que la generalidad de los católicos sepan y entiendan la situación actual (…)”.
¿Cómo calificar, entonces, a quienes uno ha tratado durante mucho tiempo como sacerdotes de confianza, y ha llegado a ver, de pronto, que le habían puesto vendas en los ojos y enredado con argumentos falsos para que no tomara conciencia de la gravedad de la situación? En lugar de preparar a los fieles para hacer frente a esta aberración, los han adormecido…
Pero claro, al saber ahora que Pablo VI imposibilitó la consagración válida de obispos, se me ocurre que éstos a los que me refiero no han tenido la gracia del Sacerdocio católico: se creen sacerdotes, pero no lo son. De ahí el obrar doble y el no decir la verdad a los fieles, y no proveer a su defensa. Es lo que intento pensar, con la mayor bondad de mi parte…

La Palmera | 23 de septiembre de 2012 en 7:49 | Responder |Editar

Lobos rapaces en piel de cordero, eso es vestirse de la verdad sin el ceñidor del Amor y la caridad. Sólo donde hay amor y caridad allí está Dios. Creéis conocer algo?…Pues todavía no lo conocéis que se debiera conocer. El Concilio Vaticano II, todo él está lleno de la sabiduría y el Amor de Dios al Hombre. Los últimos Papas: Beato Juan Pablo II, Benedicto XVI, +Angeles de Dios para su Santa Iglesia Católica en los últimos tiempos.
El Amor a Dios nos lleva a conocer a Cristo, Rey del Universo, como el único Salvador y Señor del mundo……pero no “como los reyes de este mundo”, (eso que decís vosotros del reinado social se va pareciendo mucho al imperio de reyes terrenales, violencia, desprecio de personas que son como tu y como yo. Nada más contrario a Cristo Jesús, Señor del Mundo, pues todo Él se entregó a la muerte por Amor a ti y a mi, pobre pecador.)…y dijo No he venido a salvar a los justos si no a los pecadore….Así que id y aprended aquello de Misaricordia quiero que no sacrificios….
Ya está puesta el hacha a la base del árbol y todo el que no de buen fruto será talado….La Paz de Cristo presida todos vuestros actos y guarde vuestro corazón.

José Manuel Rosa | 23 de septiembre de 2012 en 14:15 |Responder | Editar

Aunque la finalidad de este blog sea alcanzar una auténtica Iglesia Católica, creo que lo que se está consiguiendo es crear un clima de confusión, que en nada nos beneficia. Confiemos en el espíritu Santo, que seguro que ha puesto a Su Santidad Benedicto XVI en el lugar que ocupa como sucesor de Pedro. Aceptémoslo con humildad y preocupémosnos de practicar la justicia (cumplir los mandamientos). El Demonio seguro que se sirve de estas confusiones y debates doctrinales sobre lo que debe ser la auténtica Iglesia, ni más ni menos que para confundir a los auténticos creyentes. Este no es el camino. Como expliqué anteriorrmente, creo que Dios es ante todo misericordioso con nuestros defectos. Máxime cuando van bien intencionados (como se dice respecto del Concilio Vaticano II). Nuestro Apóstol Santiago nos explica muy claramente que “Donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera. Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz. ¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros? Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones. (Epístola de Santiago 3,16-18.4,1-3).

sofronio | 23 de septiembre de 2012 en 23:10 | Responder |Editar

D. José Manuel de la Rosa:

Bien se le aplica a usted el refrán ” aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid…..”; usted toma la última lectura del momento (del novus ordo, según creo o ¿no es esa la segunda lectura de la nueva misa, correspondiente a no sé qué semana ? ) y dice para sí: “Eureka”. Es decir, la saca del contexto a la que se refiere el Apóstol, olvidándose usted de la más elemental exégesis católica, y aplicando el principio de la Sola scriptura del hereje Lutero (tan alabado por este papa y el anterior) viene corriendo a su ordenador y nos la lanza tiñéndola con su ideológico buenismo.

Si a usted le refrena lo que aquí se dice, supongo que también se rasgará las vestiduras por las mismas palabras de la Virgen María en la Salette (aparición aprobada por la Iglesia); entre otras cosas nuestra Señora dice. “Roma perderá la fe” y si el tercere secreto de Fátima se revelara, que debe ser muy aproximado a este , usted rebatiría al mismo San Juan en el Apocalipsis.

Mire usted, cuando yo lee estas cosas, vomito de tristeza por la traición: Felicitación de Benedicto XVI a la Comunidad hebrea el pasado 20 de septiembre por el Yom Kippur: ”

El Papa desea “paz y bien a toda la comunidad hebrea de Roma, invocando del Altísimo copiosas bendiciones para el Nuevo Año y esperando que los hebreos y los cristianos, creciendo en la estima y en la amistad recíproca, den testimonio en el mundo de los valores que brotan de la adoración del único Dios”.

¿ Desde cuándo el dios de los talmudistas es el Dios Trino de los católicos, revelado en Cristo Jesús? ¿Es qué va a contradecir Ratzinger al mismo San Pedro? Es San Pedro mismo es que nos dice:

“El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando éste había decidido ponerle en libertad.
Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis que os dejaran en libertad a un asesino; matasteis al jefe que lleva a la vida. Pero Dios le resucitó de entre los muertos; nosotros somos testigos de ello. Y por la fe en su nombre, este mismo nombre ha restablecido a éste que vosotros veis y conocéis; es, pues, la fe, dada por su medio, la que le ha restablecido totalmente ante todos vosotros. ”

La fe de Abrahan, de Isaac y de Jacob incluía el cumplimiento de la promesa que, al cumplirse el tiempo, se dio en JesuCristo. Esa es la fe de los justos del Antiguo Testamento, como nos lo demuestra el anciano Simeón, cuya esperanza se vio cumplida al reconocer al Mesías en su Presentación en el templo en manos de su Santísima Madre y su Santo padre putativo; y por eso exclama: “Ahora Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador…”

Pero, como dice San Pedro, verdadero Vicario de Cristo, los judíos renegaron de Cristo, único nombre por el que pueden ser salvados .

Ergo ¿cómo dice semejante cosa Ratzinger? Y no es la primera vez, ni será la última, desgraciadamente

Estimado Mikhail:
La pregunta sobre la absoluta paralización de las misiones ad gentes, debe dirigírlas usted a Ratzinger o encontrarlas en el ‘magisterio’ de Karol Józef Wojtyła, cuyo error ecuménico (gravísimo) ha producido el relativismo y el indiferentismo religioso y paralizado las misiones. Vea todo un testimonio de un misionero en la época montiniana y juanpablista:

Silvano Sabatini, misionero de la Consolata que se comprometió durante 40 años con los indígenas de la Amazonia brasileña, tiene mucho que
contar sobre el sentido de la Misión, con todas sus tensiones, contradicciones y complejidades. La agencia Adista presenta el increíble (anti)testimonio de este misionero de la Consolata, que dedicó su vida a las poblaciones indígenas y ahora cuenta su experiencia con un ensayo titulado “El sacerdote antropólogo. Entre los indígenas de la Amazonia” (Ediesse, Roma 2011); escrito en colaboración con la antropóloga Silvia Zaccaria.

En el libro se habla mucho del «desastre cultural» provocado por la orientación asimilacionista de los misioneros poco iluminados, que ha
complicado mucho la acción de los grupos de los misioneros de Catrimani (en medio de la selva tropical brasileña), que se centra en la elaboración de un «proyecto político-teológico de emancipación», mediante la defensa de la “maloca”, la casa común, «como lugar históricosocial, pero también mítico-teológico de la realidad indígena», la total aceptación del mito y de su valor objetivo, al que Sabatini se ha sumado con toda su fe y su inteligencia humana.

Este proyecto tiene una visión herética de la evangelización que se expresa de forma única: «No bautizamos a ningún yanomami –declara Sabatini– porque estábamos convencidos de que no tenía sentido bautizar a la persona fuera de la comunidad y que es la cultura la que debe ser evangelizada: el hombre tiene derecho a tener su cultura y debe encontrar en ella la forma para expresarse cristianamente. Bautizar fuera de la comunidad habría significado crear en el bautismo una
doble personalidad». Motivo por el que, cuenta Zaccaria, «Sabatini respondía a aquel monseñor ansioso por saber cuántos yanomami
había bautizado: por gracia del Buen Dios, NINGUNO.

Ante este testimonio anti cristiano de un religioso impulsado por el ‘espíritu’ del Vaticano II nos quedamos sin palabras ¿ Se extrañan todavía de que algunos alcen el grito al cielo para denuncir la casi abosoluta paralizaión de la Misión ad gentes tras el Concilio? ¿ Alguno piensa que Cristo va a nutrir a las órdenes religiosas que se niegan a cumplir su mandato de predicar y bautizar ? No hace falta ser profeta para saber que, si no se vuelve a la Santa Tradición de la Iglesia, seguirá agrandándose la crisis.

!Estas palabras de Bendicto sí que escandaliza a los sencillos! No vengan con afeminadas actitudes políticamente correctas a contradecir a Jesucristo, quien nos dice que no ha venido a traer la paz del mundo cuyo jefe es Satanás, la de Asís, sino la disensión, porque la paz verdadera es la tranquilidad en el orden (entiéndase de forma tomista el orden, que quiere decir ordenado a su verdadero fin); he aquí las palabras de Cristo mismo, distintas que las que ustedes interpretan: “¿Pensáis Que vine a dar paz en la tierra? No, os Digo, SINO MÁS bien división, Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres Luc 12:51-53)

sofronio | 23 de septiembre de 2012 en 23:49 | Responder |Editar

Se ha pasado por alto algo que, según creo, nadie ha desmentido.

José Manuel de la Rosa dijo:

“El Papa también quiere que se vuelva a la Misa tradicional, tanto es así que, nada más regresar de su viaje del Líbano, acaba de celebrar una Misa Tridentina”

Esto, sencillamente NO ES CIERTO. Benedicto XVI no ha celebrado ninguna Misa tridentina a su vuelta de Roma, ni antes tampoco, al menos de forma pública y conocida. Si la hubiera celebrado, sería noticia de primera página; véase:
http://secretummeummihi.blogspot.com.es/

Geroteo de Segovia | 24 de septiembre de 2012 en 0:46 |Responder | Editar

Parece que a más de uno, los temas que tratamos de elucidar en este blog les parecen de poca importancia, cuando directamente lesivas de la vida espiritual de los cristianos…

Sólo les haré una pregunta: ¿Hasta cuando obedecerán a los destructores tanto de su Iglesia como de sus naciones, los mismos que como nos decía Mikhail, nos están llevando a la instauración del luciferiano Nuevo Orden Mundial?

Precisamente porque no queréis haceros las preguntas fundamentales, que os indicarían donde reside la verdadera solución a vuestros problemas, seguiréis siendo esclavos de unas falsas autoridades, tanto temporales como religiosas,que os seguirán explotando, robando, engañando, abusando de vuestros hijos, y llevándoos al infierno. Y lo tendréis merecido, por no hacer lo que tenéis el estricto deber de hacer.

Y si me decís que hay que limitarse a cumplir los mandamientos, entonces os recordaré que el primer mandamiento de la Ley de Dios obliga a tributarle culto sólo a Él, rechazando todo error, y dándole culto según las formas que Él mismo ha establecido, y no otras bastardas,

O que existe un cuarto Mandamiento, que exige que se honre y obedezca toda autoridad legítima, y consiguientemente, que se denuncie y expulse a las falsas autoridades, tanto las religiosas como las políticas.

Preguntadle, por ejemplo, a santa Juana de Arco, si se limitó a algunas efusiones piadosas, o si más bien, llevó a todos los que querían cumplir su deber de cristianos y súbditos leales a la batalla, hasta el martirio.

O es que ella también se ocupaba en cosas indeseables, estaba engañada y tenía poca caridad?

Ale | 25 de septiembre de 2012 en 3:32 | Responder | Editar

Frisgo, le recomendaría leer, en ésta misma pàgina, “La profecía del Digno Pastor”, incluido el comentario de Fray Eusebio de Lugo. Quizás pueda responder a su pregunta.

José Manuel Rosa | 25 de septiembre de 2012 en 13:58 |Responder | Editar

Estimado Sofronio:

Le seguro que en algún foro (no recuerdo en cuál, pues son muchos a los que estoy suscrito, leí recientemente que el Papa al regresar de su viaje al Líbano celebró una Misa en latín (de hecho también la celebró en latín y en en dos idiomas más en el propio Líbano). Cuando encuentre el enlace se lo enviaré, no lo dude. Pero, vamos, tampoco es de extrañar, cuando usted habrá leído en muchas ocasiones que Benedicto XVI es un firme defensor de la Misa Tridentina y ha redactado un Motu Proprio a tal efecto.

Por lo que respecta a la situación en la Iglesia, creo que hay que mostrar con OBRAS (Santiago 2,18) el amor que debemos tenernos, como dice el apóstol: “No amemos de palabra y de boca, sino de obra y de verdad” (1Jn 3,18).

A nadie insulten (cf. Tit 3,2); no murmuren ni difamen a otros, porque está escrito: Los murmuradores y difamadores son odiosos para Dios (San Francisco de Asís, Primera Regla, 11). No quieran sobresalir, pónganse a la altura de los más humildes; no presuman de sabios (Carta a los Romanos 12,5-16).

Tenemos que estar plenamente convencidos, cada día, de que nunca estamos solos, pues Jesús nos hizo esta promesa “Estaré con vosotros, TODOS LOS DÍAS, hasta el fin del mundo” (Mt 28:19). Este “vosotros” se refiere a los que creen en Jesús, los que lo han aceptado sinceramente en su corazón (Romanos 10:9). Es necesaria la unidad, y para conseguirla Jesús nos propone creer en Él “a fin de que TODOS SEAN UNO” (Jn. 17: 20, 21).

Un abrazo en Cristo,

José Manuel

José Manuel Rosa | 25 de septiembre de 2012 en 18:33 |Responder | Editar

Es bien conocido el diagnóstico que merece al Papa la reforma litúrgica de Pablo VI: “ha producido unos daños extremadamente graves, al romper radicalmente con la tradición” (J. Ratzinger, “Mi vida. Autobiografía”, Madrid, 2006, 105.177). El Papa quiere recuperar la liturgia romana anterior a la reforma impulsada por Pablo VI en 1970 (véase la Carta Apostólica de Benedicto XVI “Summorum Pontificum”, julio 2007).

José Manuel Rosa | 26 de septiembre de 2012 en 17:36 |Responder | Editar

Os reproduzco el interesante artículo publicado hoy en la revista Vatican Insider y firmado por Alessandro Speciale:
Después de la liberalización del Papa Ratzinger de 2007, el sábado 3 de noviembre alrededor de 4000 fieles que siguen el movimiento “Summorun Pontificum” se reunirán en la Basílica de San Pedro para una celebración de agradecimiento
Alessandro Speciale
Ciudad del Vaticano

Los organizadores esperan entre «3000 y 4000 personas»; desde ahora, aseguran, han sido muchas las adhesiones de todo el mundo al primer peregrinaje internacional del “pueblo del Summorum Pontificum”, los católicos que siguen la misa de San Pío V (el rito latino en vigor antes de la primera reforma litúrgica del Concilio Vaticano II), que de esta forma pretenden agradecer al Papa Benedicto XVI por haberles reconocido la plena “ciudadanía” en la Iglesia con el motu proprio Summorum Pontificum de 2007.

Al presentar el evento a la prensa, el capellán del peregrinaje, el francés Claude Barthe, explicó que el encuentro culminará con una misa, naturalmente en la forma “extraordinaria” del rito romano, que se celebrará en la Basílica de San Pedro el próximo 3 de noviembre. La celebración ha sido ya autorizada por el arcipreste de la basílica, el cardenal Angelo Comastri, pero todavía no se sabe quién la celebrará ni en cuál altar. «Depende del número de personas», explicó el padre Barthe.

De cualquier manera, no será el primer “regreso” del rito antiguo, porque durante los últimos años se ha celebrado en diferentes ocasiones con el misal de Pío V en San Pedro.

El peregrinaje lo está promoviendo la Federación Internacional “Una Voz” y ha obtenido el apoyo de algunos grupos, como Notre-Dame-de-Chretienté, que organiza todos los años en la catedral de Chartres un encuentro con alrededor de 10 mil participantes.

Para el evento romano, que empieza el 31 de octubre y que culminará con la misa en el Vaticano, el padre Barthe dijo que ya han llegado muchas peticiones de varios países, como las Filipinas, Brasil y Hungría: «Los Caballeros de Colombo de Pennsylvania, con eficiencia estadounidense, ya hicieron todas sus reservaciones».

El objetivo del peregrinaje será, antes que nada, agradecer a Benedicto XVI, a cinco años de la promulgación del Summorum Pontificum. Pero también será la ocasión para manifestar «amor por la Iglesia y «fidelidad a la Sede de Pedro», porque, indicó el sacerdote, «estamos bien conscientes de que las fatigas que afronta cotidianamente el Santo Padre son pesadas».

El «pueblo del Summorum Pontificum» quiere ofrecer un aporte a la “Nueva Evangelización”. De hecho, subrayan los organizadores, la antigua misa en latín se mantiene siempre joven y, por ello, atrae a muchísimos jóvenes y a muchísimas vocaciones al sacerdocio. El padre Barthe cita el ejemplo de Francia: de 710 seminaristas diocesanos, 140 estudian en seminarios dedicados a la misa tradicional y 50 de ellos en el lefebvriano de la Fraternidad San Pío X (es decir el 16%). En cambio, subraya el sacerdote, «los “nuevos movimientos” como la Comunidad Emmanuel o el Camino Neocatecumenal (de Kiko Argüello) atraen, sí, a muchos jóvenes, pero son responsables SÓLO DE 50 VOCACIONES».

Camila | 18 de octubre de 2012 en 2:13 | Responder | Editar

Si Vaticano II no hubiese reformado las oxidadas leyes de la Iglesia Católica, hoy en día, serían todavía menos las personas que asisten a la Iglesia.