Se ha hecho referencia en el blog , muchas veces , a estas célebres apariciones, habidas en las postrimerías del S. XVI y comienzos del S. XVII, en el convento de las Madres Concepcionistas de Quito, del que fue abadesa  la sierva de Dios Madre Mariana de Jesús Torres, española nacida en Vizcaya pero que pronto pasó a territorios de ultramar, con su misma tía y otras compañeras. Todas dieron muestras de una virtud extraordinaria y en la actualidad sus cuerpos se conservan incorruptos. La Madre Mariana gozó de unas extraordinarias gracias místicas, que tienen la particularidad de contener profecías para el futuro, y en particular para el Siglo XX  Hasta comienzos de la segunda mitad, como la misma Virgen dijo.

Comienza el relato que traemos que ha sido publicado por la revista Chiesa Viva, a cargo del ingeniero Franco Adessa ( de quien hemos traído al blog otros trabajos), con estas palabras solemnes del Padre Eterno: «Castigaré la herejía, el Sacrilegio y la impureza».

Se me ocurre pensar que puesto que estamos claramente fuera del término temporal establecido en la profecía,  « Primera mitad del siglo XX y comienzo de la  segunda mitad»  para el que fueron pronunciadas los terribles sucesos que entonces acaecerían, se ha malinterpretado el mensaje de Nuestra Señora y Nuestro Señor, obviando lo que es claro en la profecía.

En esto el Señor comenzó a agonizar y se escuchó la Voz del Padre Eterno que decía: «Este castigo será para el Siglo XX!». Vió tres espadas sobre la cabeza del Santo Cristo y en cada una decía: «Castigaré la herejía, la blasfemia, y la impureza». Madre Mariana supo, entonces, todo lo que acontecería en el SigloXX.

La Santisima Virgen prosiguió: «¿Quieres, hija mia, sacrificarte por el pueblo de ese tiempo?». A lo que Mariana respondió: «Mi voluntad está dispuesta».

«Porque te hago saber que, al final del siglo XIX hasta un poco más de la mitad del siglo XX,  en la hoy Colonia y entonces República del Ecuador, se levantarán las pasiones y habrá una total corrupción de costumbres..

Esta devoción será el pararrayo colocado entre la Justicia Divina y el mundo prevaricador, para impedirque se descargue sobre esta tierra culpable el formidable castigo que merece.

También hubo otros eventos profetizados, por ejemplo para el S.XIX que se cumplieron puntualmente como la muerte del gran cristiano Presidente del Ecuador Gabriel García Moreno:

En el siglo XIX, un Presidente verdaderamente Cristiano vendrá, un hombre de carácter al que Dios Nuestro Señor dará la palma del martirio en la plaza contigua a este Convento mío.2 Él consagrará la República del Ecuador al Sagrado Corazón de mi Hijo Santísimo y esta Consagración sostendrá a la Religión Católica en los años venideros, que serán los años malos de la Iglesia. En estos años, durante los cuales la maldita secta de la Masonería se hará cargo del gobierno civil, habrá una cruel persecución de todas las comunidades religiosas, y también un golpe violento en contra de una de las mías.[Se refiere a la Orden especialmente de Ella, la de la Inmaculada Concepción]

Pero refiriéndose a los acontecimientos del siglo XX, el castigo comenzó puntualmente en la fecha indicada. Poco después del comienzo de  la segunda mitad del Siglo XX , hubo terribles acontecimientos que no pueden calificarse más que de castigos de la Justicia divina al pueblo cristiano. Ahora mismo estamos viviendo las consecuencias de esos eventos. Quizás el más visible de ellos fue la abolición de la Santa Misa.

Para quienes objeten que los acontecimientos aludidos, en el comienzo de la segunda mitad del S. XX, no pueden ser, estrictamente,considerados un castigo de la Justicia  de Dios, he aquí una cita del Doctor de la Iglesia San Alfonso, referida a la supresión del Sacrificio perpetuo [la Misa], predicha por el Profeta Daniel:
«El diablo siempre ha intentado, por medio de los herejes , privar al mundo de la Misa, como los precursores del anticristo, el cual, antes que nada, intentará abolir y en realidad suprimir el Santísimo Sacramento del altar, como castigo por los pecados de los hombres, según la predicción de Daniel y la fuerza le fue dado contra el perpetuo sacrificio.» Alfonso, a través de un conocimiento profundo de la fe, por la actitud arrogante que ya entoces impregnaba la Iglesia y por los mensajes que él mismo había recibido del cielo, sabía que llegaría el día en que, al igual que nuestro Señor predijo en Mateo 24: 15, ocurriría la «abominación de la desolación».

Se lee en el documento las siguientes palabras de Nuestro Señor que aclaran y confirman la anterior idea:

Has de saber que la Justicia Divina suele descargar terribles castigos a naciones enteras, no tanto por los pecados del pueblo, cuanto por los de los Sacerdotes y Personas Religiosas, porque éstos y éstas están llamados por la perfección de su estado, a ser la sal de la tierra, los Maestros de la Verdad y los pararrayos de la Ira Divina.
Al desviarse de su sublime misión se degradan de tal manera que ante los ojos de Dios son quienes aceleran el rigor de los castigos, porque alejándose de Mí
no viven sino en la superficie del alma, con esa lejanía indigna de mis Ministros, con esa etiqueta y desconfianza, como si fuera un ajeno para ellos.

¡Ay, si supieran, si se convencieran, cuánto los amo y deseo que solamente bajen al fondo de su alma, en donde sin duda alguna me encontrarían, y vivirían necesariamente de la vida de Amor, de Luz y de íntima unión para la cual fueron no sólo llamados, sino escogidos!
Ahora, Esposa mía querida, pocos meses te restan ya de destierro, trabaja incansable por la perfección de mis Sacerdotes y Personas Religiosas, ofreciendocon este fin, en unión de mis méritos infinitos y de mi Inmaculada Madre y tuya, todo cuanto hagas, hasta la más pequeña respiración.
Mucho me agradan las Personas Religiosas que toman sobre sí la sublime misión de santificar al Clero, con sus oraciones, sacrificios y penitencias.

Y ¿qué es lo que hemos visto desde la siniestras fechas de los años sesenta del S.XX sino el castigo divino a causa de la infidelidad de Pastores, sacerdotes y teólogos, que tergiversaron el sentido de la Verdad Evangélica Católica, y dejaron al mundo en una oscuridad terrible,  sin el Santo Sacrificio, sin sacramentos y normas morales verdaderas? ¿Alguno puede pensar que esto no ha sido castigo divino y muy grande?

El siguiente documento con magníficas fotografías es un resumen acabado de las célebres apariciones de Quito. Creo que no hay otro igual fuera del libro «Vida Admirable de la Madre Mariana» del piadoso fraile franciscano portugués Fray Manuel Sousa  Pereira  [+ 1790] que vertió los documentos guardados celosamente en el convento en su libro publicado  a finales del siglo XVIII.

Recomiendo la lectura  de este documento, con magníficas fotografías como también los posts de este blog dedicados al tema de  Nuestra Señora del buen Suceso  que podrán obtenerse fácilmente en el buscador.

CHIESA VIVA. N. 413, 2009: NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO