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NUEVA ENTREVISTA AL P. VIGANÒ QUE DEJA EN CLARO SUS ACIERTOS Y SU INCOHERENCIA


San Nicolás von Flue (siglo XV) :  “La Iglesia será castigada porque la mayoría de sus miembros, altos y bajos, se volverán muy pervertidos. La Iglesia se hundirá más y más hasta que por fin parezca que se ha extinguido  y que la sucesión de Pedro y los demás Apóstoles haya expirado. Pero, después de esto, Ella será exaltada victoriosamente a la vista de todos los que dudan “.

“Nuestro Bendito Redentor dijo de los falsos profetas de los últimos días (San Mateo xxiv. 24) que deberían “engañar, si fuere posible, incluso a los elegidos”. Ahora bien, debemos recordar que si todos los hombres manifiestamente buenos estuvieran en un lado, y los hombres manifiestamente malos en el otro, no habría peligro de que ninguno, y menos aún, los elegidos, fueran engañados por mentiras maravillosas. Son los hombres buenos, buenos hasta entonces,  de quienes  deberíamos esperar el bien, quienes deben hacer el trabajo del Anticristo, y tristemente crucificar de nuevo al Señor a quien no hacen más que declarar que le aman. Tenga en cuenta esta característica de los últimos días, que su engaño surge de que los hombres buenos están en el lado equivocado.(Rev. Frederick William Faber, Devoción a la Iglesia , 2ª ed. [Londres: Richardson e hijo, 1861], p. 27. Disponible en p

[En la importante entrevista al P. Viganò aparecida en el blog conservador LifeSite News que les traigo, son dignas de resaltar varias connotaciones que con claridad emergen de las respuestas dadas por Viganò a la entrevistadora.
En primer lugar sorprende la perspicacia y acierto del P. Viganó (digo padre y no Arzobuspo pues no se debe olvidar que la consagración episcopal recibida por él es claramente nula por defecto en la forma en el rito nuevo conciliar de la nueva Secta [como se ha demostrado en muchas entradas del blog] al describir la situación actual de la “Iglesia”  que él llama Secta debido a la apostasía de su jerarquía (cosa que el verdadero tercer Secreto de Fátima enuncia gráficamente en toda su atrocidad)
En segunda lugar se hace patente a lo largo de la entrevista la ignorancia  – quizás la  ignorancia afectada– de la teologìa del papado  con su nota fundamental de la infalibilidad tal como se desprende la los textos evangélicos que tenemos obligación de aceptar y creer con Fe Divina. Lo mismo hay que decir de la teología de la Iglesia cuya infalibilidad e indefectibilidad él tiene la obligación de creer y aceptar. Si lo que él dice es verdad tendríamos que decir que el actual “papa” y su Iglesia,   actualmente yerran – e incluso, sin la indulgencia que él concede, hay que decir que los errores  vienen desde los tiempos del mal concilio (y por consiguiente del falso papa que lo aprobó) :  Ella se habría equivocado en materias de Fe y Moral y seguiría equivocándose en la actualidad, por lo tanto la supuesta Iglesia habría sido vencida por las Puertas  del Infierno. Habría que buscar la Iglesia, si todavía existiera, en otro sitio diferente de Roma. Aquí habría que decir que la verdadera Iglesia  no puede estar en aquellas sectas que difieren entre sí  en el dogma (y rechazan partes del Magisterio que las condenan así como algunos cánones que censuran e invalidan su posición. Me estoy refitiendo a todos los tradicionalistas (en los que incluyó tanto los llamados sedevacantistas como los de Reconocer y Resistir  cuyos obispos no han recibido el necesario mandato papal que les transmitiría la nota de la apostolicidad, y la jurisdicción   que se exigiría en su actividad sacramental. En realidad son sectas cismáticas y la participación en su culto lleva consigo  la censura de la communicatio in sacris.

En tercer lugar hay que reprocharle al P. Viganó que su posición de Resistir al Papa y a la actual Secta que según él se sobrepone (sea esto lo que fuere)  a la verdadera Iglesia,  (y por consiguiente a los obispos) es  absolutamente incompatible con el Magisterio y con la Tradición. Nunca en el pasado- ni en el Magisterio ni en la Tradición-  se enseñó y se aceptó la posición lefebvriana de Reconocer y Resistir como en muchos lugares de este blog se ha demostrado y refutado palmariamente. Surge la pregunta acerca de la verdadera Iglesia que estaría bajo la falsa iglesia que según Viganò se sobrepone a la verdadera que resistiría a los jerarcas apóstatas, surge digo la pregunta sobre cómo sería posible que aquéllos que resisten (como Viganò)  podrían ser la verdadera iglesia reconociendo como legítima una jerarquía apóstata. Más bien  habría que decir que ellos también caerían en la Apostasía. La solución Viganò no es posible. Ella invalidaría a quienes aceptan esa falsa posición.

En cuarto lugar, como ya se ha señalado anteriormente, salta a la vista la incoherencia personal del P. Viganó dados los males que denuncia y  que involucrarían la invalidez de su estado de obispo y miembro de esa Secta.

A título personal quiero expresar finalmente  mi total oposición a su concepción de los tiempos del Anticristo  que en su opinión estarían preparándose con los hechos por èl denunciados, La realidad es, en mi opinión, que desde Pablo VI/ Anticristo personal, y su Precursor Juan XXIII/Roncalli empezaron esos tiempos en los que estamos metidos ahora de hoz  y coz, o sea en el sistema Anticrístico (Anticristo colectivo de los “papas” conciliares)  que padecemos. La supresión de la Misa llevada a cabo por el Anticristo Montini, significaría que ya estamos en esos tiempos del Anticristo y éste de ninguna manera superaría en su maldad a lo hecho con astucia y tesón con la destrucción causada por Montinía y con el trágico colofón de la pérdida de innumerables almas, Cosa que superaría los males causados por un supuesto posible Anticristo que operara en el futuro y cuyo reinado estsría preparándose en la actualidad con los hechos denunciados por Viganò. ]

[Resaltados en rojo  y en negrita propios]

El Arzobispo Viganò es entrevistado por la Dra. Maike Hickson sobre el altar papal vacío

Mons. Viganò: Estamos presenciando un ‘ensayo general para el establecimiento del reino del Anticristo’

 

Omnes dii gentium dæmonia.
Salmo 95:5

LifeSiteNews: Excelencia, en mi reciente artículo señalé que el Altar Papal de la Basílica Vaticana ya no se ha utilizado después de que fuera profanado por la ofrenda presentada al ídolo de la pachamama en octubre de 2019. En esa ocasión, en presencia de Bergoglio y su corte, se llevó a cabo un sacrilegio muy grave. ¿Qué piensa  sobre esto?

Arzobispo Viganò: La profanación de la Basílica Vaticana durante la ceremonia de clausura del Sínodo sobre la Amazonía contaminó el Altar de la Confesión, ya que se colocó en su superficie un tazón dedicado al culto infernal de la pachamama. Encuentro que esta y otras profanaciones similares de iglesias y altares vuelven a realizar en cierta manera otras acciones similares que han tenido lugar en el pasado y nos permiten entender su verdadera naturaleza.

¿A qué se refiere?

Me refiero a  los tiempos en que Satanás ha sido desatado contra la Iglesia de Cristo, desde las persecuciones de los primeros cristianos hasta la guerra de Khosrow de Persia contra Bizancio, desde la furia iconoclasta de los mahometanos hasta el saqueo de Roma a manos del Landsknechte alemán, y más tarde en  la Revolución Francesa, el anticlericalismo del siglo XIX, el comunismo ateo, los Cristeros en México y la Guerra Civil Española, hasta los crímenes atroces de los partisanos comunistas durante y después de la Segunda Guerra Mundial y las formas de cristianismofobia que vemos hoy en día  en todo el mundo. Cada vez, invariablemente, la Revolución – en todas sus diversas formas – confirma su propia esencia luciferina, permitiendo que surja la enemistad bíblica entre la descendencia de la Serpiente y la descendencia de la Mujer, entre los hijos de Satanás y los hijos de la Santísima Virgen. No hay otra explicación para esta ferocidad contra la Santísima Madre y sus hijos.

Pienso en particular en la entronización de la «Diosa Razón» que tuvo lugar el 10 de noviembre de 1793, en la Catedral de Notre Dame en París, en el apogeo del Terror. También en esta ocasión, el odio infernal de los revolucionarios quería reemplazar el culto a la Madre de Dios por  el culto a una prostituta, erigida como símbolo de la religión masónica, llevada sobre sus hombros en una silla de sedán y colocada en el santuario. Hay muchas analogías aquí con la pachamama, y revelan la mente infernal que los ha inspirado.

No olvidemos que el 10 de agosto de 1793, pocos meses antes de la profanación de Notre Dame, se erigió la estatua de la «Diosa Razón» en la Plaza de la Bastilla, bajo la apariencia de la diosa egipcia Isis. Es significativo que encontremos esta referencia a los cultos del antiguo Egipto también en el horrible «Belén» que actualmente se encuentra en la Plaza de San Pedro. Pero obviamente las similitudes que encontramos en estos eventos también van acompañadas de algo absolutamente nuevo.

¿Podría explicarnos en qué consiste este nuevo elemento?

Me refiero al hecho de que hasta el Concilio -o, para ser indulgente [¡!!] , hasta este «pontificado»- las profanaciones y sacrilegios fueron llevados a cabo por los enemigos externos de la Iglesia; después, los escándalos han contado con  la participación activa de los más altos niveles de la Jerarquía, junto con el silencio culpable de los obispos y el escándalo  de los fieles. La iglesia bergogliana está dando una imagen cada vez más desconcertante, en la que la negación de las verdades católicas va acompañada de la afirmación explícita de una ideología intrínsecamente anticatólica y anticristiana, en la que el culto idólatra de las divinidades paganas, es decir, los demonios, ya no está oculto, ya que se realizan con actos sacrílegos y profanaciones de cosas santas. Poner ese tazón impuro en el altar de la Confesión de San Pedro es un gesto litúrgico con un valor preciso y un propósito que no es solo simbólico. La presencia de un ídolo de la «madre tierra» es una ofensa directa contra Dios y la Santísima Virgen, un signo tangible que explica en cierto sentido las muchas declaraciones irreverentes de Bergoglio con respecto a la Santísima Madre.

Por tanto, no es de extrañar que quienes quieran demoler la Iglesia de Cristo y el Papado romano lo hagan desde el Trono más alto, según la profecía de Nuestra Señora de La Salette: “Roma perderá la Fe y se convertirá en la sede del Anticristo.» Me parece que hoy ya no podemos hablar de una simple “pérdida de la fe”, sino que debemos tomar nota del próximo paso, que se expresa en una verdadera y propia apostasía , ya que  la subversión inicial del culto católico por la reforma litúrgica está evolucionando hacia una forma de culto pagano que incluye la profanación sistemática del Santísimo Sacramento – especialmente con la imposición de la Comunión en la mano con el pretexto del Covid – y hacia una aversión cada vez más evidente hacia la liturgia antigua.

En esencia, muchas formas de “prudencia” inicial para ocultar las verdaderas intenciones de los innovadores  están disminuyendo y revelando la verdadera naturaleza del trabajo realizado por los enemigos de Dios. Ya no es necesario el pretexto de la oración común por la paz que legitimó la matanza de pollos y otras abominaciones escandalosas en Asís, y se teoriza que la fraternidad entre los hombres puede dejar a un lado a Dios y la misión salvífica de la Iglesia.

¿Cuál es su valoración de los hechos que comenzaron en octubre de 2019, en particular el abandono del título de Vicario de Cristo por parte de Bergoglio, el hecho de que ya no celebre la Misa en el Altar Papal y la suspensión de la celebración pública de la Misa en Santa Marta? 

El principio filosófico “ Agere sequitur esse” nos  enseña que todo actúa conforme a lo que es. Quien se niega a ser llamado Vicario de Cristo aparentemente tiene la percepción de que este título no le conviene, o incluso mira con desprecio la posibilidad de ser el Vicario de Aquel a quien con sus palabras y acciones -Bergoglio-muestra que no quiere reconocer. y adorar como a Dios. O, más simplemente, no considera que su propio papel en la cúspide de la Iglesia deba coincidir con el concepto católico del papado, sino, más bien, con una versión “actualizada” y “desmitologizada” del mismo. Al mismo tiempo, como no se considera Vicario de Cristo, Bergoglio también puede eximirse de actuar como tal, adulterando el Magisterio y escandalizando a todo el pueblo cristiano. Celebrando in pontificalibus en el altar erigido sobre la tumba del apóstol Pedro haría desaparecer al argentino, eclipsaría sus excentricidades, su expresión perpetuamente disgustada que no consigue ocultar tantas veces cuantas  celebra las funciones papales: en cambio, es mucho mejor para él destacarse en el desierto Sagrato de San Pedro, en plena reclusión, atrayendo la atención de los fieles que de otro modo se dirigirían hacia Dios.

¿Reconoce V.E , por tanto, el valor “simbólico” de los actos del Papa Francisco?

Los símbolos tienen su propio valor preciso: su elección de nombre, su decisión de vivir en Domus Santa Marta, el abandono de las insignias y vestimentas propias del Romano Pontífice, como la muceta  roja, y la estola, o la capa papal,  el énfasis obsesivo en todo lo profano es simbólico, como lo es la intolerancia de todo lo que recuerda específicamente un contenido católico. Y quizás también sea simbólico el gesto con el que, en la epíclesis de la a Consagración de la Misa, Bergoglio siempre cubre por completo el cáliz, tapándolo con las manos, como si quisiera impedir el derramamiento del Espíritu Santo.

Asimismo, así como en el acto de arrodillarse ante el Santísimo Sacramento se da testimonio de la fe en la Presencia Real y se realiza un acto de latria (adoración) hacia Dios, al no arrodillarse ante el Santísimo Sacramento, Bergoglio proclama públicamente que no quiere humillarse ante Dios, pero no tiene ningún problema en ponerse de rodillas ante inmigrantes o funcionarios de una república africana. Y al postrarse ante la pachamama, algunos frailes, hermanas, clérigos y laicos han realizado un acto de verdadera y propia idolatría, honrando indebidamente a un ídolo y ofreciendo adoración a un demonio. Los símbolos, los signos y los gestos rituales son, por tanto, el instrumento mediante el cual la iglesia Bergogliana se revela como lo que es.

Todos estos «ritos» de la nueva iglesia, estas «ceremonias» más o menos indicadas, estos elementos tomados de liturgias profanas, no son en modo alguno accidentales. Constituyen uno de los grados de la ventana de Overton hacia lo cual, en realidad,  Bergoglio ya había teorizado en sus intervenciones y en los actos de su “magisterio”. Por otro lado, el curandero  brujo que hizo el signo de Shiva en la frente de Juan Pablo II y el Buda adorado en lo alto del tabernáculo de Asís pueden entenderse en su perfecta coherencia con los horrores actuales, exactamente como antes de considerar aceptable el aborto en el noveno mes, tenía que ser legitimado en casos más limitados,

Excelencia, ¿cree que estos hechos tendrán un mayor desarrollo?

Si el Señor, Sumo Sacerdote Eterno, no se digna poner fin a esta acción de perversión generalizada de la Jerarquía, la Iglesia Católica será cada vez más oscurecida por la secta que abusivamente se sobrepone a ella. Confiamos en las promesas de Cristo y en la asistencia especial del Espíritu Santo, pero no debemos olvidar que la apostasía de los niveles más altos de la Iglesia es una parte necesaria de los eventos escatológicos [los eventos de los últimos tiempos] que no pueden ser evitado.

Creo que las premisas que se han establecido hasta este punto, que en buena parte se remontan al Vaticano II, conducirán inexorablemente de una manera cada vez más explícita hacia una “profesión de apostasía” por parte de los líderes de la Iglesia bergogliana. El Enemigo exige fidelidad a sus sirvientes, y si al principio parece contentarse con un ídolo de madera adorado en los Jardines Vaticanos, o una ofrenda de tierra y plantas colocadas sobre el Altar de San Pedro, en breve exigirá pública y oficialmente el culto que reemplaza al sacrificio perpetuo. Así se comprendería lo que Daniel profetizó con respecto a la abominación desoladora que está en el lugar santo. Observo la expresión precisa de la Sagrada Escritura: “ Cum videritis abominationem desolationis stantem in loco sancto”[Cuando vean la abominación desoladora en el lugar santo] (Mt 24:15). Está claramente escrito que esta abominación permanecerá , es decir, estará en una posición de imposición descarada y arrogante de sí misma en el lugar que le es más extraño y ajeno. Será una vergüenza, un escándalo, una cosa sin precedentes, de la que no hay palabras adecuadas para expresar condena.

¿Qué nos espera, si las cosas continúan en esta dirección?

En mi opinión, lo que estamos presenciando representa el ensayo general para el establecimiento del reino del Anticristo, que será precedido por la predicación del Falso Profeta, el Precursor de quien llevará a cabo la persecución final contra la Iglesia antes de la Victoria definitiva y aplastante de Nuestro Señor.

El «vacío simbólico» del Altar Papal no es solo una advertencia para quienes fingen no ver los escándalos de este «papado». Es de alguna manera una forma en la que Bergoglio quiere acostumbrarnos no sólo a una mutación sustancial del Papado y de la Iglesia misma; ver en él no solo al último de la larga lista de Romanos Pontífices a quienes Cristo ordenó que apacienta sus ovejas y sus corderos, sino también [a que veamos en él]  el primer líder de una organización filantrópica multinacional que usurpa el nombre de «Iglesia Católica» sólo  porque le permite gozar de un prestigio y una autoridad difíciles de igualar, incluso en tiempos de crisis religiosa generalizada.

La paradoja es, por tanto, obvia: Bergoglio sabe que puede destruir efectivamente a la Iglesia católica sólo si es reconocido como Papa, pero al mismo tiempo no puede ejercer el Papado en el sentido estricto del término, porque hacerlo necesariamente requeriría que hable, se comporte y aparezca [en sus intervenciones] como Vicario de Cristo y Sucesor del Príncipe de los Apóstoles. Es la misma paradoja que vemos en el ámbito civil y político, donde quienes se constituyen en autoridad para gobernar los asuntos públicos y promover el bonum commune son a la vez delegados  de la élite y tienen la tarea de destruir la Nación y violar. los derechos de los ciudadanos. Detrás del estado profundo y la iglesia profunda siempre está el mismo inspirador: Satanás.

¿Qué pueden hacer los laicos y el clero para evitar esta carrera hacia el abismo?

La Iglesia no pertenece al Papa, y menos aún pertenece a una camarilla de herejes y fornicarios que ha logrado llegar al poder mediante el engaño y el fraude. Por tanto, debemos unir nuestra fe sobrenatural en la acción constante de Dios en medio de su pueblo con una obra de resistencia, como aconsejan los Padres de la Iglesia: los católicos tienen el deber de oponerse a la infidelidad de sus pastores, porque la la obediencia que les deben tiene como objetivo la gloria de Dios y la salvación de las almas. Por eso denunciamos todo lo que represente una traición de los Pastores a la misión encomendada , implorando al Señor que acorte estos tiempos de prueba. Y si algún día Bergoglio nos dice que, para permanecer en comunión con él, debemos realizar un acto que ofenda a Dios, tendremos más razones para pensar que es un impostor,

Por tanto, recemos. Oremos mucho y con fervor, conscientes de las palabras del Salvador y de su victoria final. Seremos juzgados, no por los escándalos de Bergoglio y sus cómplices, sino por nuestra fidelidad a la enseñanza de Cristo: una fidelidad que comienza por vivir en la gracia de Dios, recibir con frecuencia los sacramentos y ofrecer sacrificios y penitencias por la salvación de los Ministros de Dios.

¿Cuál es tu deseo para esta Navidad que viene?

Mi deseo es que estos tiempos de prueba nos permitan ver que donde no reina Cristo Rey, la tiranía de Satanás se establece inevitablemente; donde no reina la gracia, el pecado y el vicio se extienden; donde no se ama la Verdad, la gente acaba abrazando el error y la herejía. Si hasta ahora muchas almas tibias no han sabido volverse a Dios, reconociendo que pueden encontrar la plena y perfecta realización de su existencia solo en Él, tal vez ahora comprendan que sin Dios nuestra vida se vuelve un infierno.

Así como los pastores se postraron en adoración a los pies del Niño Rey, colocado en el pesebre pero significativamente vestidos con los pañales que en la antigüedad constituían prerrogativa de los soberanos, nosotros también debemos reunirnos en oración alrededor del altar, aunque tengamos que estar en un ático o en un sótano para escapar de la persecución o la prohibición de las reuniones, porque incluso en la pobreza de una capilla clandestina o una iglesia abandonada, el Señor desciende sobre el altar para sacrificarse místicamente por nuestra salvación.

Y recemos para que veamos el día en que un Papa volverá a celebrar el Santo Sacrificio en el Altar de la Confesión de San Pedro, en el rito que Nuestro Señor enseñó a los Apóstoles y que ellos transmitieron intactos a través de los siglos. Esto también será un símbolo de la restauración del papado y de la Iglesia de Cristo.