Publicado le 19 2020pa la Mésangec
Queridos lectores, ¿quién de ustedes cree realmente que nuestro miserable país, hundido en la apostasía, el asesinato en masa, la lujuria generalizada, la mentira glorificada, el odio a Dios profesado abiertamente y no «sólo» en el desprecio y la total violación de todos sus mandamientos, ¿quién entonces, digo, creerá que la misericordia que se mostró en Nínive va a repetirse con nosotros? A menos que estés totalmente loco o inconsciente, NADIE.
Algunos se adormecen en peligrosas ilusiones, exaltando la infinita misericordia de Dios desafíando su justicia, pero que sin enbargo es-igualmente infinita.
Hay muchos que dicen que la conducta de Dios aquí en la tierra se conforma a su misericordia y que su justicia se ejerce más allá de la muerte. ¡Es muy cierto para las almas! Pero esto es para olvidar un poco rápido que al ser las Naciones entidades morales y no personas, la justicia divina debe vengarse de sus crímenes en este mundo, no pudiendo hacerlo en el otro, dado que una entidad moral no tiene alma personal.
¿Creemos que el 98% de nuestros contemporáneos que viven inmersos en un odio implícito y explícito a Dios se convertirán repentinamente y harán penitencia como los ninivitas? Las personas que nos rodean viven, desde la edad de la razón hasta la tumba, en pecado mortal, lo acogen, odian y se burlan de los católicos, blasfeman si hablamos de Dios y se ríen si les hablamos de Dios que castiga con el infierno eterno…donde según todos los Padres de la Iglesia las almas caen como copos de nieve en invierno.
¿O pensamos que Dios mostrará misericordia sin hacer penitencia, sin siquiera pedir perdón,o al menos por tener miedo al infierno?
¿Ves contemporáneos con el más mínimo deseo de pedir perdón a Dios, o crees que a fuerza de desgracias terminarán tendidos a sus pies? ¿Es esto por lo que luchan, mientras la desgracia tiene al país en sus garras cada vez más afiladas? Al contrario, ¿es que no los vemos endurecerse cada vez más en su odio satánico?
O, dejando a un lado la enorme masa de estas almas que quieren perderse, ¿estamos afirmando que nosotros, el 2% y unos pocos católicos de Francia, vamos a desviar con nuestra propia existencia los castigos de Dios sobre nuestro país?
, ¿En serio? Nosotros que somos tibios, despreocupados, tan enamorados de los placeres de este mundo que está masivamente condenado, que compartimos nuestra alma entre Dios y este mundo infame y cada vez más corrompido ¿A quién maldijo nuestro Señor y por quién se negó a orar?
Pensemos, queridos lectores, que quizás muchos de nosotros, probablemente, vamos a estar fuera de este mundo dentro de unos meses, o como mucho en un par de años. Ya he escrito aquí muchas veces lo que pensaba de la época en que vivimos; una de dos cosas, o el Anticristo está a nuestra puerta, y entonces sabemos que exterminará a casi todos los católicos (cf. Apocalipsis capítulo 7), o estamos ante los grandes castigos anunciados por muchas profecías privadas, y en términos de nuestra tasa de supervivencia, las dos cosas son lo mismo.
Me encuentro con católicos que parecen aferrarse a la vida terrenal, atentos a los eventos políticos, como sus esperanzas de ver a Trump reelegido o a Macron derrocado. Les pregunto: ¿estos eventos resolverían nuestra situación apocalítica o, en el mejor de los casos, solo retrasarían el desenlace a dimensiones escatológicas? ¿Cómo pensar que en el estado de cosas en el que nos encontramos ahora, nuestra patria y este mundo pueden seguir su camino sin una purificación desorbitada y un general retorno a Dios ?
Una vez más, seamos serios y dejemos a un lado nuestra puerilidad, y cada uno de nosotros acepte enfrentar la verdad cara a cara.
Ya es hora de prepararnos para la muerte, no lamentándonos, sino por el contrario alegres y galvanizados por este último «sprint» de nuestra vida terrena: si somos tibios, revitalicémonos para llegar a ser piadosos y si somos piadosos, seamos para llegar a ser fervorosos.
Además, si como yo estás más dotado para «sprints» que para carreras de larga distancia, porque renunciar a todo para conquistar unos grados más de caridad te parece muy difícil en un plazo corto .. y mucho más fácil en un plazo largo, en fin, les aseguro que es hora de ponerse serios!
Dejemos también de poner rostros deprimidos como si fuéramos esos esclavos del mundo que hicieron de sus cuerpos sus dioses y que viven aterrorizados por su destrucción, mientras matan sus almas sin piedad.
Es la razón por la que abrazan, como valientes perritos del Anticristo, la religión del «covid» con sus sacramentos: el bozal, es decir, el rechazo y la desnaturalización del rostro humano creado por Dios, la orden de la distancia, es decir, la negación de la la caridad formal hacia el prójimo, y la “vacuna”, es decir, la apología satánica de la Eucaristía, que transformará a sus devotos en sus genes para unirlos a su maestro.
Los tiempos son cortos, muy cortos, me dije a mí mismo, por eso quería compartir estos pocos pensamientos con ustedes antes de lo que quizás será nuestra última Navidad en la tierra.
Y además, si me equivoco y sobrevivimos, ¿qué habremos perdido corriendo este «sprint»?
¡Santa y Feliz Navidad a todos!
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