Sobre la Autoridad e Infalibilidad del Papa y del Magisterio de la Iglesia
P. Espina
Sobre la potestad e infalibilidad del Sumo Pontífice se ha hablado mucho en nuestros tiempos, lo que se trata de hacer con esta compilación es traer a la memoria lo que la Santa Iglesia siempre ha enseñado sin interrupción a través de los siglos.
En la actualidad es común entre algunos grupos de “tradicionalistas” sostener que el Papa es infalible solo cuando no se equivoca (!), es decir, que no entendieron o no se enteraron acerca del dogma de la Infalibilidad Papal, el cual hay que afirmarlo con Fe Católica y no se puede negar pertinazmente sin apartarse por ello de la unidad de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Si el Papa es siempre infalible hasta que se equivoca, ¿qué nos vino a enseñar el Dogma de la Infalibilidad? Eso es cierto en todas las personas sin necesidad de dogma que lo afirme y sin necesidad de ser Papa, todos los seres humanos son infalibles cuando dicen verdades y no lo son cuando dicen lo contrario…
Entonces, ¿Cuál es el sentido del Dogma?
El verdadero sentido del Dogma nos lo da precisamente la misma Constitución Pastor Aeternus del Concilio Vaticano, bajo el Papa Pio IX:
…Que el Romano Pontífice, cuando habla Ex Cathedra,– esto es, cuando cumpliendo con su cargo de Pastor y Doctor de todos los cristianos, define por su suprema autoridad apostólica que una doctrina sobre fe y costumbres debe ser sostenida por la Iglesia universal-, por la asistencia divina que le fue prometida en la persona del bienaventurado Pedro, goza de aquella infalibilidad de que el Redentor divino quiso que estuviera provista su Iglesia en la definición de la doctrina sobre la fe y las costumbres; y, por tanto, que las definiciones del Romano Pontífice son irreformables por sí mismas y no por el consentimiento de la Iglesia. (D.1839)
Ex Cathedra, ¿Qué significa? ¿Qué para enseñar a la Iglesia debe estar sentado en la Catedra de Pedro físicamente? ¿Que debe estar revestido de ciertos ornamentos o rodeado de ciertas ceremonias? De ninguna manera. Solo debe ser Papa, es decir, sucesor legítimo de San Pedro, y con eso está cumpliendo con su cargo de Pastor y Doctor de todos los cristianos, cargo que recibió el día de su elección y aceptación a la Sede de Pedro; no importa que la enseñanza la dé en la Capilla Sixtina, en los jardines del Vaticano, o en un avión...
Fe y costumbres, es decir que en el pronóstico meteorológico el Papa sí se puede equivocar, pero en lo que atañe a Fe y Costumbre no, no cabe equivocación alguna; y esto en el sentido estricto de la palabra “poder”, NO PUEDE, no es que no debe pero sípuede tener errores, como cuando uno dice que el hombre no debe pecar pero desgraciadamente puede caer en pecado, no es así; el Papa, un verdadero Papa, NO PUEDE enseñar el error; si lo enseña, no es ni nunca fue Papa.
Me dirán “estas juzgando al Papa, y eso no se puede”, contesto: No juzgo al Papa, juzgo un hecho (el error en este caso) que sale del lugar de donde no pueden salir errores, es decir, la Santa Sede, y constato que es un error incompatible con 19 siglos de Magisterio Eclesiástico anterior, entonces razono (Dios me dio el razonamiento para usarlo) : o esto es verdad y por ende lo anterior no lo es, o lo anterior es verdad y esto no lo es, no queda otra solución, no puede existir verdad en dos contradictorios, entonces se saca la conclusión lógica que es la que dice “si esta persona que dice ser Papa, se viste como Papa y vive donde vivieron siempre los Papas, dice esto que contradice 260 papas anteriores no es, y no pudo ser nunca Papa, ya sea porque hubo un vicio en la elección, ya sea porque él puso un óbice en su elección, ya sea lo que sea, pero el título que pretende tener no encaja con su misma definición.
Busquemos en cualquier diccionario serio la palabra Papa, ¿encaja la definición con un Bergoglio, (Francisco), con un Ratzinger (Benedicto XVI), Wojtila (Juan Pablo II), Montini(Pablo VI) o Roncalli (Juan XXIII)?
¿Estoy entonces juzgando al Papa? De ninguna manera. Estoy juzgando los hechos y enseñanzas de los que pretendieron y aun pretenden detentar falsamente eltítulo de “Papas”, pero que en realidad nunca lo fueron, cotejándolas con aquellas que fueron hechas por los verdaderos Papas.
La promesa de Nuestro Señor es bien clara… “ego autem rogavi pro te ut non deficiat fidestua” (Lc. 22, 32) “he orado por ti, Pedro, para que tu fe no desfallezca; la fe de Pedro es indeficiente; si falla, una de dos, o falló la oración de Nuestro Señor, o es prueba de que el “Papa” que falló nunca fue verdadero Papa, pero decir lo primero es blasfemia, luego…
A continuación, un texto de una carta de San Bernardo al Papa Eugenio IIIenseñándonos la reverencia que le debemos al Papa, y luego, la compilación de textos del Magisterio de la Iglesia que vienen al caso, los que se irán ampliando con el tiempo, Dios mediante.
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