Dígase el acto de contrición todos los días de la novena.
Yo creo en ti, oh mi Dios. Fortalece, oh Señor, mi fe. Espero en Ti, oh Dios mío. Ayuda, Señor, mi esperanza. Te amo, oh mi Dios, Aumenta, Señor, mi amor. Me arrepiento de haberos ofendido. Dios mío. Ayúdame a tener contrición, para que con la ayuda de tu gracia y la especial protección de María Santísima del Buen Suceso, nunca peque otra vez. Oh Señor, ten piedad y misericordia de mí. Amén.
Oración para todos los días de la novena.
O excelsa e Inmaculada Reina del Cielo, Santa María del Buen Suceso, lhija favorecida del Padre Eterno, Madre queridísima del Hijo Divino, Esposa amantísima del Espíritu Santo, Trono sublime de la Divina Majestad, augusto Templo de la Santísima Trinidad, en el cual las Tres Personas Divinas han colocado los tesoros de Su Poder, Sabiduría y Amor. Recuerda, Virgen María del Buen Suceso, a quien Dios ha hecho tan poderosa, que tú puedes socorrer a los pobres pecadores, recuerda lo que tienes prometido. Muéstrate Madre misericordiosa de los que recurrimos a ti. Yo vengo a ti, Madre de la misericordia, y te ruego, por el amor del Altísimo, que lo seas también para mí. Obtenme de Dios Padre una fe viva que nunca pierde de vista las verdades eternas, de Dios Hijo, una firme esperanza con la que siempre aspire a llegar a esa gloria que Él ganó para mí con su sangre, y del Espíritu Santo, una caridad tan inflamada que siempre viva amando a la Suprema Bondad y a ti, Virgen Santísima, hasta que por tu intervención llegue a amarte y disfrutar de tu vista eternamente en la gloria. Amén.
Te saludamos, oh María, hija predilecta de Dios Padre. Dios te salve María …
Te saludamos, oh María, Madre elegida del Hijo de Dios. Dios te salve María …
Te saludamos, oh María, Esposa amantísima del Espíritu Santo. Dios te salve María … Gloria al Padre …
Día Noveno
Considera lo qué sintió la humilde hermana al oír el mandato de Santa María, de hacer una imagen del mismo tamaño e igual a la aparición. Ella se excusó diciendo que sería imposible, que ningún escultor pudiera reproducir su rara belleza o sus justas proporciones. La hermosa Señora, con una condescendencia muy amable, le respondió, «No te preocupes por esto. Quítate el cordón que llevas en la cintura y mide con él mi altura.» La religiosa, por su natural temor, no se atrevía a tocar con sus manos a María, pero la Celestial Reina tomó el extremo del cordón y lo acercó a su cabeza, mientras que la hermana tocaba con el otro extremo los pies, con el fin de medir la altura exacta de la maravillosa visión. Luego, Santa María, dijo: «Ya tienes la altura de la imagen que hay que hacer. El resto de las medidas deben ser proprocionadas con ella. La imagen hay que colocarla en el lugar que he indicado con un báculo en la mano izquierda y con las llaves del claustro en la otra, porque mi deseo es ser abogada y protectora del convento. » Dicho esto, la visión desapareció.
El corazón de la hermana que había recibido tan señalado favor y tan grata misión se llenó de sentimientos de amor y gratitud a María Santísima. ¡Oh alma mía! que tu corazón se llene de estos mismos sentimientos de amor y gratitud a María del Buen Suceso , nuestra Abogada y Protectora. Venera esta Imagen con la más tierna gratitud y vehemente deseo de corresponder a tan singulares beneficios llevando una vida santa, obediente y observante de todos los deberes propios de tu estado.
Después de que la santa hermana hubiera sido favorecida con la visión se esforzó en encontrar al escultor capaz de realizar la imagen que María había mandado hacer prometiendo que esta Imagen llena de dulzura y majestad, duraría hasta el fin del mundo. Venerada en el coro alto del convento, las religiosas siempre han recurrido a ella en sus conflictos más graves. De igual manera ha sido el refugio de todas las personas que acudían a ella en sus necesidades, y por su intercesión poderosa se han obtenido favores portentosos y gracias especiales. Las medidas exigidas por María simbolizan la medida de humildad, obediencia y amor de Dios y al prójimo, que ella nos concede tratando de imitarla, llevando la imagen de la Santísima Virgen en nuestro corazón. Esfuérzate, como la santa hermana en llevar la imagen moral de tu Madre la Virgen, en tus costumbres y sentimientos, en tu compostura y en tu forma de actuar, en la fidelidad a tus obligaciones diarias y oraciones, en la humildad y sinceridad, en la pureza y apartamiento de las cosas terrenas, aspirando sólo a los bienes celestiales.
Oración para todos los días
Oh Señor de infinita bondad, que en esta imagen de María Santísima hecha milagrosamente por ángeles, Tú nos has dado una poderosa intercesora a quien podemos acudir con total confianza en su amable protección en todas nuestras necesidades. Concédenos la ayuda que imploramos con fervor y confianza, para que podamos conocer, honrar y servir a la Santísima Virgen, y para que por su intercesión, podamos alcanzar en esta tierra nuestra santificación y, después, ser felices con ella en el cielo . Amén.
Acción de gracias a la Santísima Virgen par todos los días de la novena.
¡Oh Virgen bendita entre todas las mujeres! Nos faltan las palabras para darte gracias por las innumerables bendiciones que hemos recibido de tu mano. El día de tu nacimiento puede ser llamado el día de acción de gracias, de la alegría y del consuelo. Tú eres la honra de la humanidad, gozo del Paraíso, regalo escogido de Dios, y bien de nuestra nación. ¿Qué mérito tenemos nosotros, Virgen del Buen Suceso, para que merezcamos tenerte como Madre nuestra?¡ Que Dios sea bendito por siempre que lo ha querido así! Bendita eres tú también, Virgen María, porque a pesar de nuestra ingratitud, te nos muestras propicia. Por ello decimos tú eres, Madre clemente, nuestro consuelo en la tierra, nuestro refugio, nuestra ayuda y nuestra protección en nuestras necesidades, tanto públicas como privadas . Guárdanos de la guerra, la peste, el hambre, las tormentas, terremotos, y todas las calamidades que merecemos por nuestras culpas. Te rogamos por la Santa Iglesia y por su cabeza visible. Escucha las súplicas de los que te invocan. Sé abogada y Madre nuestra, de nosotros que ponemos nuestra confianza en ti. A ti acudimos, y por tu intercesión esperamos alcanzar de tu divino Hijo el perdón de nuestros pecados y la perseverancia en la gracia hasta la muerte. Amén.
Aquí, cada uno levantando su corazón a Dios, puede pedir, por intercesión de María Santísima del Buen Suceso, la gracia o favor que desea recibir.
Alabanzas a la Santísima Virgen a decir cada día de la novena
Oh, Virgen María, nuestra Madre por excelencia en la tierra.
Respuesta: ¡Ven en nuestra ayuda y muéstranos tu misericordia, porque tú eres nuestra Madre!Sobre todas las cosas, tú estuviste atenta a la Palabra del Padre .
!Ven en nuestra ayuda y muéstranos tu misericordia, porque tú eres nuestra Madre!
Tú eres templo dignísimo de la Santísima Trinidad.
¡Ven en nuestra ayuda y muéstranos tu misericordia, porque tú eres nuestra Madre!
En la contemplación de tu pureza los mismos ángeles se gozan.
¡Ven en nuestra ayuda y muéstranos tu misericordia, porque tú eres nuestra Madre!
El mundo cristiano proclama que estás a la derecha del Rey de Reyes en su reino.
¡ Ven en nuestra ayuda y muéstranos tu misericordia, porque tú eres nuestra Madre!
¡Oh, Madre de Gracia, Esperanza nuestra! Puerto de los náufragos y estrella de mar.
¡Ven en nuestra ayuda y muéstranos tu misericordia, porque tú eres nuestra Madre!
Puerta del Cielo, Salud de los enfermos, luz en la oscuridad.
¡Ven en nuestra ayuda y nos muéstranos tu misericordia, porque tú eres nuestra Madre!.
Oración
Oh Dios, guardián de amor de personas piadosas, de familias y comunidades, que en tu providencia vigilas y proteges por su atención a la oración y el cumplimiento de los deberes de la vida, escucha nuestras oraciones. Estate atento a nuestras peticiones, acrecienta la luz de nuestra fe en tu poderosa protección para que no temamos a nuestros enemigos. Porque nada puede hacernos daño. Danos una confianza ilimitada en María Santísima del Buen Suceso y la gracia de la obediencia y observancia de la Regla [o al cumplimiento de los deberes de nuestro estado de vida], para que podamos ser dignos de una Madre tan santa y una protectora tan poderosa. Que siempre seamos agradecidos súbditos y dóciles, para que algún día podemos cantar alabanzas a la gloria en el cielo, tú que has favorecido a María como Hija, Madre y Esposa de la Santísima Trinidad, Dios que vive para siempre. Amén.
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